Seguramente haya un montón de gente que no entiende lo que pasa ni lo que dicen los que aparecen en los primeros planos, y muy probablemente otro montón haya optado por hacer caso omiso de la información que se difunde acerca del circo político permanente que se ha instalado en todo el mundo y en particular en España -donde puede apreciarse una de las más elaboradas funciones-.
Doy por sentado que también hay muchos que beben las palabras que se vuelcan en los debates televisados y radiados y en la prensa malescrita como parte de la argumentación que sostendrán durante el día ante sus amigos y compañeros. Tal vez en un número decreciente, tal vez de manera aún confusa y dubitativa...
Y sin duda habrá una parte del pueblo que estará cada vez más indignado, a la vez que impotente y en espera de que estalle alguna de las posibles explosiones sociales que al mismo tiempo rechaza y teme.
Pero lo indudable es que todo rueda en la dirección que marca ZP como si de una Zanja roturada hondo se tratara. Y la dirección no es sino la del comienzo, la que se ideó y cocinó a fuego lento desde un principio, la que nunca se abandonó, la que se sigue en demasiados sitios con sus propios ritmos y que auna a cada vez más gente en torno a la peligrosa (aunque a la vez y a su modo certera idea) de que La Política es más un obstáculo que un instrumento.
Para decirlo con una alegoría que puede resultar difusa: asistimos al irresistible avance de la aristocracia de los animales de granja.
Doy por sentado que también hay muchos que beben las palabras que se vuelcan en los debates televisados y radiados y en la prensa malescrita como parte de la argumentación que sostendrán durante el día ante sus amigos y compañeros. Tal vez en un número decreciente, tal vez de manera aún confusa y dubitativa...
Y sin duda habrá una parte del pueblo que estará cada vez más indignado, a la vez que impotente y en espera de que estalle alguna de las posibles explosiones sociales que al mismo tiempo rechaza y teme.
Pero lo indudable es que todo rueda en la dirección que marca ZP como si de una Zanja roturada hondo se tratara. Y la dirección no es sino la del comienzo, la que se ideó y cocinó a fuego lento desde un principio, la que nunca se abandonó, la que se sigue en demasiados sitios con sus propios ritmos y que auna a cada vez más gente en torno a la peligrosa (aunque a la vez y a su modo certera idea) de que La Política es más un obstáculo que un instrumento.
Para decirlo con una alegoría que puede resultar difusa: asistimos al irresistible avance de la aristocracia de los animales de granja.