La "NEP"
(1) de ZP ("
NEZP", en adelante
para los amigos) que se anuncia con los "Presupuestos Generales" quiere mostrarse como una mera
política económica de carácter intervencionista, lo que no es nada novedoso en esta era de las economías mixtas y con el vendaval de La Crisis que se ha desatado. No obstante, se pueden sacar
otras conclusiones, más fructíferas que las habituales (y menos desconcertantes y confusas que las que circulan) a partir de su consideración.
El hecho de que esta
NEZP venga arropada de varias
manifestaciones rituales y
retóricas que han puesto a muchos los cabellos de punta y que "nadie" se explica bien a qué exactamente vienen ni cómo y dónde encajan, y que por otro parezcan tan keynesianas, aumentan el desconcierto y la confusión... y, significativamente, llevan a la oposición... al
populismo. El propio ZP se burla de todo el mundo dando a entender que
improvisa, con lo que demuestra a mi entender lo poco que le importa
dar que hablar mientras ello no sólo no obstaculice
su marcha sino que la favorezca. Y así, toda la
opinión opositora prefiere tratar estos acontecimientos de manera ambigua y fragmentaria, incluso como manifestaciones de "locura" o "encaprichamiento" presidencial y en todo caso de meras
provocaciones inconexas. Sin embargo, esos rituales son a mi criterio inseparables de la fidelidad extrema de ZP a la
estrategia con la que sigue consiguiendo mantener a su grupo y luego a su partido básicamente
consustanciado y
cohesionado a pesar de
los graznidos sueltos que sonaron más allá del
núcleo duro. Desde mi enfoque, esos actos rituales no tienen otro carácter que el de prolegómenos o preámbulos apropiados y consecuentes de esa
NEZP por más contrapuestos que parezcan a primera vista, y no son sino
pasos avanti de la estrategia comentada, a cuya luz todo el conjunto adquiere sentido y coherencia. Y me refiero a la repentina e intempestiva cantata de La Internacional con los puños en alto, a las arengas contra los poderosos, a la valoración sublime hecha por ZP del papel de Estado ante su colega Medvedev en su visita a Rusia, etc., con toda su política exterior de cabo a rabo y toda su estructura gubernamental cada vez menos democrática en los términos formales, occidental y hasta contemporáneamente establecidos hasta ahora... Otra cosa, que puede tener derivas colaterales de
esas que parecen impredecibles y merece un análisis más detallado, es la
alianza estrecha con los dirigentes
mafio-sindicales... pero esto no deja de estar subordinado a
La Estrategia Mayor de ZP y controlado (como ya vimos hasta qué punto pudo serlo el
diálogo por la paz con ETA).
"Nadie", y menos las oposiciones formales, las
mediáticas y las
burocrático-culturales de todo tipo, apunta a unir todos estos
fenómenos en una
narrativa coherente y vinculante. Todo parece obra del
azar (del de meter la mano y sacar la bola de un color en primer término en lugar de la de otro, lo que en todo caso sería
probabilístico... dentro de los límites de las bolas que se hubiesen metido previamente en el saco, lo que obviamente fue elección del manipulador a tono con una
estrategia -que no una
ideología-), del azar, del capricho e incluso de la locura... Pero más de 600 asesores y una
animalidad política de primera calidad-como se la denomina- (que lo llevó a la Secretaría General de...
la herramienta) no resisten un
análisis tan elemental.
Hay que tenerlo meridianamente claro: ZP es el primer presidente de España que cuenta con un
aparato realmente eficaz y demoledor para dirimir en su favor las
luchas interburocráticas propias de un
régimen como el que soportamos; un
aparato que ha logrado arrinconar y/o controlar
in extremis al conjunto heterogéneo de "
todo lo demás" en política nacional (y que pretende ir más lejos... incluso geográficamente hablando... más allá de lo que ya ha ido silla del
G-lo-que-sea de por medio) incluyendo, por ahora, las corrientes que
esperan dentro de su partido
el-momento-propicio y remueven el caldero de los
Idus de Marzo...
Aparato, y esto es una de las partes más notables y efectivas, orientado con gran arte al
desconcierto. Lo que no significa... absoluta precisión, o perfección, o ausencia de traspiés... ni
triunfo indiscutible.
La estrategia, de la que ni una sola vez se apeó ZP en el curso de
su carrera, la perfilé hace años y la reflejé en este blog básicamente desde el primer post con el que inauguré los análisis "Del mundo real y de los tiempos que corren" (véanse particularmente
este post y
este otro) como los etiqueté desde entonces
(2), y, que yo sepa, debí haber sido de los primeros en verla y analizarla sin dejarme confundir por los discursos desconcertantes que la adornaron en cada ocasión. Insisto: que ZP,
lo consiga o no,
busca y
maniobra para
quedarse gobernando solo,
per eternum si se me permite el
exabrupto proyectivo; en todo caso, ya puestos... dar origen a algo parecido a
una dinastía. Y para eso, debe neutralizar y acorralar a la oposición hasta que se convierta en
pura papilla de relleno de una
democracia de pura utilería. Y para ello exhibe las más adecuadas
pinturas de guerra.
Pero acerquémonos un paso a esta nueva zancada que la
NEZP representa, con la
malísima intención de poner al desnudo, en primer lugar, la falsa conciencia que se prefiere tener de ella por parte de todos los que la explican, tanto para defenderla como para atacarla. ¿Que parece simple, que parece que todo está a la vista y que no hay mucho que decir? ¡Ja, ésa es la cosa, amigos míos: ahí está otra vez la
obra maestra del desconcierto, la obra maestra de más de 600 asesores de marketing y propaganda y de un
genio napoleónico -que no
maquiavélico- capaz de orquestarlos y... elegir la
campaña (en lenguaje publicitario), la téctica, que le parece mejor de las varias que deben ofrecerle cada día. Sólo así puede comprenderse en toda su dimensión esta
NEZP que
parece amenazar a ZP con su fracaso (a tenor de las últimas encuestas) como hasta ahora no se había podido ver, algo que tal vez vuelva a ser una
ilusión deseable (relativamente hablando) que puede volver a desconcertar
(3).
Y puesto que, como empecé diciendo, la
NEZP le parece a todo el mundo como una simple manifestación del "
intervencionismo de Estado en la Economía", me serviré en primer lugar, para centrar el punto mediante un apunte de un afamado opositor a esas
intervenciones al que nadie le negará idoneidad. Me refiero a Friedrich A. von Hayek, quien prefería denominarlas "
planificación social" para hacerla
más sinónimo si cabía de "
socialismo" tal y como él lo definía; lo que menciono aquí apenas para poner de relieve otra
jugada ideológica del
economista austríaco, una
jugada más e igualmente poco rigurosa, puesta
no al servicio de la descripción aséptica
sino del
combate ideológico, y que en realidad apuntaba a una "
planificación política absoluta de la economía", por decirlo de modo sintético y deducirlo del espíritu a partir del que se la definió, que no veremos que no es nada rigurosa... ni jamás se hizo
real (4).
Todo esto viene a cuento y se hace necesario tanto prólogo, porque ilumina la realidad que no se quiere ni ver ni considerar por parte ni de
los unos ni de
los otros. Y porque esta actitud, muy lógica a la luz de la
sociología del intelectual y de la prolongada
metamorfosis relativa de
adaptación permanente en la que están siendo arrastrados
todos ellos, es la base que desde mi punto de vista hace a ZP el
camino orégano (aunque
trabajoso) y le permite reafirmarse mientras ahonda y usufructúa el desconcierto opositor en beneficio de la
estrategia antes apuntada.
Volvamos otro poco a los discursos.
En primer lugar, una frontera harto difusa y gruesa separaría la
buena planificación de la
mala, o el
buen racionalismo del
perverso en suma. Al respecto, debo deducir que Hayek se reservaba el derecho de admisión, algo
muy liberal por cierto... según quién sea el que lo ejerza (lo digo porque lo fundamenta tan poco y nada... como se hace con
La Revelación, lo que viene muy pero que muy a cuenta...) y que también habrá que desmontar. Si hacemos un repaso por la historia del
mercantilismo sin ir demasiado lejos, por ejemplo a partir de la narración que nos legara Adam Smith, es evidente que:
(a) toda
intervención estatal incluidas las
buenas liberalmente hablando, han derivado en
burocratización creciente, corrupción, mercado negro, mafias,
"insensatez", etc., y
(b) toda
intervención estatal ha favorecido al mismo tiempo la competitividad "
egoísta" de
unos sectores
contra otros que era lo que más pretendían conseguir
para sí mismos -ya que la
libre competencia así como
la libertad fueron, son y serán siempre cosas propias de
debates de salón burgueses y, si acaso aún los frecuentan y
debaten, de los
gestores que hoy están a cargo de
los negocios-, a saber, la maximización del beneficio y de los diversos privilegios posibles así como del máximo
poder sobre los demás, sea mediante el dinero y las posesiones, sea mediante la posesión de un cargo (
apoltronamiento) que permite el
usufructo de bienes
sin título de propiedad o con éste como pura
consecuencia, las
prebendas y el
robo del común.
¿En cuál, pues, de sus dos "
planificaciones" (o
políticas intervencionistas) inscribiría en consecuencia Hayek la "
NEP" de ZP? Sin duda, en la que él asocia a
socialismo y que serviría para obstaculizar la
libre competencia comercial (dicho esto en sentido estricto)
, amenazando con la destrucción a la
economía capitalista (según lo que
todos entendemos por...) y a su base esencial, la
propiedad privada del capital (dicho esto en sentido estricto). Al menos es lo que dirían sus epígonos actuales y todos los comentaristas y políticos que ejercen de
defensores de
planificaciones aceptables situables en el espectro considerado
(5), lo sean o no con relativa honestidad.
Pero esto no va más allá de un uso
publicitario y de
marcaje de la
orilla opuesta (que la
orilla opuesta comparte y aprovecha -estrechamente sin duda- muy a gusto... o inevitablemente) mientras dejan, Hayek el primero, la
pureza deseable dentro de los límites idílicos del
modelo.
El
capitalismo de carne y hueso, si convenimos en aceptar la denominación que se le dio a la organización social en la que hemos nacido
(6), no tuvo nunca, sin embargo, la
pureza del modelo, y el único
real,
vivo,
funcional desde un principio fue el que Adam Smith al mismo tiempo valoraba y rechazaba, el que cada vez que podía, en la persona de sus
agentes reales -
los capitalistas por generalizar con la licencia del
vox populis-, marchaba en la dirección de acabar con la
competencia de unos en beneficio de otros y recabar inclusive toda la ayuda posible del
Estado burocrático (o
representativo y
experto), de sus Leyes y de su Fuerza armada, para consolidar e incrementar su propio
monopolio o predominio privilegiado adquirido por vías muy poco
económicas en el grueso de los casos. Ese sí fue y es el
capitalismo real; ese sí es el resultado actual de su
evolución; ese sí es el
capitalismo que reorienta y aviva la
burocratización en y desde su propio seno y que la hace cada vez más poderosa en
su contra (no "las relaciones de producción" inventadas igualmente por Marx como parte de la "Economía") a la vez que en
su favor. Y eso sí hace que la "
planificación" situada en cualquier punto del
espectro hayekiano sea
capitalista siempre y cuando tenga cabida en ella en uno u otro grado... el "¡Enriqueceos!" de Bujarin o, en otras palabras, la
persecución de beneficios. Y esto engloba al conjunto de las variantes de
capitalismo de Estado y
economía mixta,
keynesianas,
socialdemócratas o
tercermundistas... en las que se ha agigantado y autonomizado "l
a planificación" hasta extremos increíbles y
autodestructores... que nunca llegaron a convertirse en
otra cosa. Algo que ya estaba bosquejado en "La riqueza de las naciones" con asombrosa nitidez.
Y conste que digo todo esto sin la más mínima intensión de justificar el
derecho de expropiación que Marx se sacó
de la manga en nombre de una
expoliación previa de la que hizo víctimas a los obreros industriales. Según mi punto de vista: en la lucha por el poder ,cada grupo tiene todo el derecho de usar lo que mejor domine para imponerse a los otros (lo que configurará su
moral y buena parte de su filosofía); la cuestión está para mí en identificarlos en todos los aspectos posibles.
Ahora bien, ¿qué es lo que, volviendo al punto, hace que el propio ZP esté
encantado si no
despreocupado de que se considere que
su política es "
de izquierdas" o "
socialista" también en este asunto, que es acorde con
La Internacional y los
puños en alto... que se inscribe en su
voluntad de redistribución y de justicia social, y por ello opuesta a las de "
la derecha"? Que se
recauda para repartir entre los que lo necesitan (algo marginalmente real en honor a la verdad). Que es la
respuesta práctica que invocan y abrigan los rituales y las declaraciones "
rojas" que se representan
.
Y ¿cómo es que
todos los voceros muestran estar de acuerdo con él?
¿Será que ya no hay quien no responda a su papel en este
espectáculo (tómese esto como un
guiño y no como una adhesión mía a los
análisis situacionistas), cada vez más
de circo, en el cual toda la sociedad a ella
adaptada se resigna y
espera? Sin duda, el lenguaje y el pensamiento en su conjunto pueden extralimitarse bastante poco más allá del condicionamiento al que lo somete el
firmamento dominante que define
lo posible y
lo imposible en una sociedad dada, lo que
se puede y lo que
no se puede hacer, lo que se puede y
lo que no se admite... Y sin duda...
lo que se debe.
Ahora bien, ¿qué pretende la
NEZP en el terreno estrictamente económico (es decir, aparte de los objetivos político-estratégicos ya señalados del
zetapeatismo)? ¿Acaso acabar con la
propiedad privada y con la
competencia, instaurar poco a poco
el socialismo...? En tal caso, ¿en general o sólo
contra ciertos grupos? ¿Contra qué otros, pues? Dejo por ahora la inquietud en el aire... pero insisto en que ello no conforma la cuestión central.
Responder seriamente se deriva, insisto, de comprender qué es lo que realmente motiva en esta sociedad a esa subespecie que se erige en "nuestros representantes". Y ello es posible si se identifican seriamente los componentes decisivos del
magma imaginario, o del
firmamento dominante. Esto está
detrás de la caracterización que hago de esta sociedad, de La Crisis y en consecuencia de la
NEZP, a saber: que esta pretende
recaudar para suplir el mermado consumo del pueblo, el consumo retraído por el
temor al futuro que afectó de repente a
todos en cascada, desde las empresas a los particulares;
retracción que prácticamente los analistas de todos los colores, usen las palabras que usen, consideran
La Gran Causa de la Crisis. Y que si tenemos en cuenta todas las evidencias y se
concatenan seriamente, nos llevará a aceptar que se trata de
un consumo tan digno de ser calificado de...
improductivo y pernicioso (siguiendo a Adam Smith lo más que lo permita hoy, como parcialmente se lo permitiera a Smith su propia época, el
common sense) como también de
revitalizador de la economía (siguiendo a Keynes y posteriores curanderos). Tan digno de ambas cosas... como el que, con sus altibajos indudablemente
intrínsecos, nos lleva por la senda del
crecimiento industrial a instancias de la publicidad, el
ansia lúdica por lo superfluo, la espectacular explotación del
tiempo libre, etc., que tanto
desarrollo de
las fuerzas productivas (y
destructivas, y
fatuas, y...) y del
bienestar han producido. Desarrollo y bienestar, las últimas veces, como las que se derivaron alegremente de la producción de las sucesivas
burbujas e ilusiones... Y
de los y en los que todos los vivimos
de esta época, quejándonos de ello, sufriéndolo y también aprovechándolo como mejor podemos...
(7).
La idea se ve a las claras si no se mira a través de un paño oscuro como el que se les impone a muchas pobres mujeres bajo ciertas consideraciones religiosas y... de
etiquetaje.
Puesto que la causa de la crisis es el
miedo sobrevenido a consumir, ¿qué mejor solución que el Estado se erija en consumidor colectivo? ¿Qué mejor solución que tomar al toro por los cuernos e imponer ese consumo mediante la expropiación y... mediante el recurso a la
Riqueza Futura en la que todos
debemos creer? ¿No se espera del Estado, precisamente, que corrija las tendencias
díscolas, las reacciones
egoístas, las respuestas que la
invisible mano del mercado provoca de repente en criaturas que pensaban que seguirían bien alimentadas
per secula seculorum como el inocente pavo de Navidad de la
metáfora predilecta de Nassim N. Thaleb?
Pocos hay que se opongan terminantemente aunque difieran del contenido del plan que
se debería ejecutar. Sin duda... estamos en una sociedad
diferente... en donde la economía capitalista libre del modelo es ya una ilusión desestimada...
ZP pues, ha decidido arrancar los ahorros de manos de todo el que lo tenga... a mano (es decir, del que transite con ellos por los caminos del bosque y no cuente con
carrozas acorazadas... en
lugares lejanos... o pueda
inscribirlas en
esos lugares) para
consumirlos en su nombre. Consumo forzoso, ni más ni menos (al margen de cómo y en qué se realice) que el Estado asume en atención a la
preservación de la sociedad en su conjunto, como habría sentenciado Hobbes sin duda alguna. Una jugada que incluso puede parecer simple e ingenua pero que en realidad es luminosa, aunque, de nuevo...
no por la economía y sus leyes sino por
razón de la política y la lucha intestina burocrática, la misma razón por otra parte, por lo que estará tendencialmente condenada a fracasar. Una nueva y aparente jugada
keynesiana y socialdemócrata que se pone en juego, pero...
para conseguir la perpetuidad en el poder.
Un poder, debería ser obvio, adornado por iconos falsos de
izquierdismo que son tan útiles para los objetivos
políticos perseguidos como lo sería la
esperada reactivación
económica. Un poder que avanza con
los puños en alto y buscando incentivar
el consumo como sea... hasta que se produzca el contagio y toda la
teórica maquinaria capitalista en la que al mismo tiempo cree (porque de ella saca y piensa sacar
legitimidad y
partido) se ponga en movimiento, otra vez bajo la guía -supervisada en todo caso por el
novedoso ojo de "la ceja"- de la
vieja "mano invisible". Es decir: subido y bien subido sobre el caballo
burocratizador que sigue galopando sin prisa, sin pausa, y llevando
todo hacia ninguna parte, más que nunca, dejando bastantes
daños colaterales y preparando un
recambio mítico-postmoderno más o menos imaginativo, donde las cartas volverán a darse para que les toque a
otros.
Tomemos cualquiera de las declaraciones de cualquiera de los actores más sobresalientes, las frases que se usan al respecto (como "motor de la economía", "economías que tiran de otras", "incentivar el consumo", "recuperar la conciencia", etc., etc.) y que alguien por favor me haga saber
una, una sola que diga lo contrario
(8). Toda la
intelectualidad burocratizada y/o
proletarizada (asalariada al servicio de los medios de comunicación -y de los grupos "
mixtos" que los controlan-, de las universidades y los centros de enseñanza y de ltoda a periferia cultural de las organizaciones políticas en mayor o menor medida impregnados de l
iberalismo sensato -a veces de muy poco aunque de lo suficiente), así como todos
los políticos que han decidido llevar
por el momento una camiseta distintiva (aunque no demasiado) respecto de los "socialistas-sindicalistas" con la inscripción visible de "
derecha populista" (y hasta "
obrerista") a la que ZP los ha ido
empujando poco a poco e irremisiblemente (al menos mientras le iba
bien), optan por caracterizar en términos muy simplistas la NEZP como política de "despilfarro y hundimiento",
antisocial y
antipopular.
Todos por lo tanto mienten en cuanto a la
NEZP, y tanto como en relación a
La Crisis en su conjunto: "la derecha" porque pretende que las masas se decepcionen de ZP, porque buscan el
re-cambio en la
re-orientación electoral de, al menos,
las clases medias; ZP... porque con ello explota su retórico
alineamiento con obreros y parados, sus propias víctimas. Y tanto el triunfo como el fracaso posible de ambos frentes, se dirimirán en base a esa dinámica... que los lleva a todos a aparentar lo que
necesitan cada vez más aparentar.
Pero la
NEP enmascarada de ZP no es sino una variante de
política capitalista (en cualquier caso del
capitalismo mixto,
corrupto antes que supervisado -y no uso "
corrupción" en su acepción más cotidiana, aunque también-,
real y no
modélico) que de conseguir los objetivos
económicos ansiados le permita arrinconar
definitivamente al oponente, dejándolo sin argumentos. Lo que de verdad persigue es una victoria política... mediante el uso, entre otras, de una
política económica básicamente reiterada. Una utilización que, gracias a la crisis y como intentan hacer todos los
gobernantes del mundo, será usada para obtener más poder para la casta a la que pertenecen y a la que en su día se han adscripto como
vía para su
salvación personal.
La jugada es maestra... aunque no consiga triunfar. Como dijeran varios miembros del gobierno que sin duda se estudian el guión todas las mañanitas: las masas acabarán
comprendiendo y
apoyando, aunque ello los lleve transitoriamente por la senda de la confusión y del distanciamiento, sobretodo del silencioso y paralizante, del que como mucho lleva a la abstención electoral y al quietismo, eso que se ahonda precisamente en la medida en que se deprecia el valor de la política tradicional de la que ZP emerge más allá de los partidos como líder mesiánico y superior, casto y honesto, víctima de las circunstancias (algo que Rajoy, por cierto, pretende imitar sin conseguirlo del todo, aunque ya se verá...).
La
NEZP no es pues ni más ni menos que
intervención estatal de lo más clásica (keynesiana o socialdemócrata), aunque llevada hasta un extremo poco visto... concretamente, como mero acompañamiento de una marcha (repito, tal vez infructuosa) hacia un
Nuevo Electoral-totalitarismo Z-político y Z-piramidal (NEZPZP), donde Nuevo y Electoral podrían ser, por una u otra causa... suprimidos (9).
La Economía, es a mi criterio más que claro, vuelve a mostrar aquí su rol imaginario y engañoso con el que naciera, perdido el papel de
alfombra de las ilusiones tendida hacia el
Progreso Infinito y Racional que fue al comienzo. Hoy, reducida al rol de una
cortina de humo que pretende ocultar una voluntad de poder similar a la de entonces sólo que mucho más gris y fútil, todo está mucho más claro, con el grado actual de miseria intelectual y el actual vacío de significados alcanzado (que también la hace
cortina de humo de actividades superfluas y retóricas).
La
fuerza bruta y las
ambiciones dominadoras de los grupos humanos pueden, deben... ser reconocidas. Ello sería posible si se pudiese renunciar, aunque fuese en la intimidad del pensamiento, a las tablas que flotan en el río que nos arrastra sin temer hundirse. Pero esto siempre será una elección muy minoritaria, tal vez suicida y en cualquier caso inoperante.