A los cuervitos graznando, que espantados fueran, les siguen hoy las ratas, abandonando el barco (que puede leerse: el granero) de una en una. Y así... a un anuncio que bulle silencioso sin acabar de aflorar sigue otro que promete que los cuervos grandes acabarán por tumbar el sonriente espantapájaros y quedarse con el maíz, otrora del granjero, para pasar a sus mejores manos...
Eso sí, enlazadas a las de la competencia en un patriótico (por no mal-decir granjérico) pacto de grandes pájaros con espacio reservado para algunos pajaritos.
Eso sí, enlazadas a las de la competencia en un patriótico (por no mal-decir granjérico) pacto de grandes pájaros con espacio reservado para algunos pajaritos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario