martes, 14 de octubre de 2014

De la indenfesión a la que nos vamos empujado todos



 "... en primer lugar, señalo como inclinación general de la humanidad entera, un deseo perpetuo e inquieto de poder y más poder, que cesa solamente con la muerte" (Hobbes, Leviatán).
"Hay algo, no sé qué, en la censura de la multitud, más terrible que cualquier juicio individual..." Hobbes, Obras Inglesas)
"El hombre teme a la muerte con una necesidad ineludible" (Hobbes, Del ciudadano)

Seguramente no he podido escuchar todas las (innumerables) "opiniones" (¡ni todas las mentiras tácticas circulantes!) sobre lo que muchísimos (con el periodismo actual) gustan llamar "crisis del ébola" (o "del Ébola"), que imagino en su casi totalidad ecos los unos de los otros..., pero me atrevería a afirmar que entre ellas no hay una que señale el papel clave que ha tenido en todo el "proceso" el "estilo de pensar y de conducta" vigente en las sociedades del presente (y muy en especial en la española). Un "estilo" que a mi criterio explicaría tanto la indolencia de los "representantes electos" y de todos los funcionarios "políticos" y "administrativos" desde el más alto al más periférico, con su predisposición visceral a actuar SÓLO en beneficio de sus carreras "políticas" y en muchos casos, cada vez más en número y profundidad, "a cualquier precio" (aunque lo hagan tan mediocremente -algo igualmente creciente y sintomático- que consiguen que se les de vuelta la tortilla cada dos por tres, como es el caso), así como el grado en que esta mentalidad ha calado en la propia población, por todas partes, produciendo "profesionales" que por encima de todo se cuidan de no afear su "prestigio" aún a costa de desparramar una enfermedad que nos descubre vulnerables e indefensos (creo que este es justamente el caso de Teresa al margen del "accidente" originario, es decir, en relación a la relativa ocultación de su posible displicencia, ocultación debida tal vez a "la vergüenza" que se evita reconocer a cualquier precio; una hipótesis básicamente psicológica que remite en cualquier caso al mismo origen: lo que podría llamar "una excesiva preocupación por lo aparente" paralela al "sálvese el que pueda" a "cualquier precio". Algo que cada vez se ve más en niños y adolecentes... a imagen de sus padres, amigos, amigos de los padres y maestros).

Precisamente, ese "estilo" imperante en el mundo (y muy acentuado en España) se corresponde a esa "excesiva preocupación por lo aparente" en detrimento de  "la responsabilidad personal". Practicarlo parece la única manera de cubrirse las espaldas para continuar haciendo carrera (zancadillas y puñaladas traperas mediante, comme il faut); la manera en que hoy se puede hacer sin abandonar la mediocridad. Esto es, escurriendo el bulto, es decir: a la manera o estilo burocrático. Un estilo basado en el aparente cumplimiento de los reglamentos y en el barrido de la mugre debajo de la alfombra. Y que se inculca en la casa y en la escuela.

De ahí que estemos todos en la indefensión tanto desde arriba como desde alrededor, a cuenta del obrar negligente y egoísta de nuestros propios iguales, lo que nos persigue a cada paso de manera creciente, a la vuelta de todas las equinas, en todas las actividades, en la rutina y la paz aparentes tanto como en la guerra o las catástrofes, mientras unos y otros gozan respectivamente del ejercicio teatral de gobernarnos o de la rebelión infantil que "exige" un paternalismo eficaz, imposible, idílico y esperanzado como todas las cosas que, contrariamente a lo que nos impone la enfermedad... que vino del Tercer Mundo, demuestra hasta qué punto domina a occidente las diversas formas y vías de su "tercermundización" o "asiatización", es decir, la burocratizacion más salvaje y más cínica que en el límite marchan imponiendo obediencia y lealtad "absolutas" bajo las banderas de alguna Verdadera y Salvadora Moral (siempre del Estado, sea un califato, un reich o un engendro "en un solo país").

Pero de eso, que implicaría un profundo "autoexamen" generalizado, y con ello una crítica radical a lo que sustenta el sustento de la mayoría... ¡y a lo que justamente nos va llevando paso a paso y sin remedio al colapso!, de eso... NO SE HABLA; hacia ahí NO SE MIRA.


viernes, 5 de septiembre de 2014

¿"Democracia" es lo que quiere "el pueblo"?


En 1852, Tocqueville sostuvo con la intensión de quedara claro para siempre que "la Revolución no se hizo para conquistar la libertad" (El Antiguo Régimen y la Revolución). Sirvió de poco, quizá como siempre servirá de poco dejar un des-cubrimiento a la posteridad… Hoy su figura y su nombre se han sacralizado y selectas frases de su pluma se esgrimen para fines con los que probablemente no se habría sentido muy cómodo sino aún algo peor. Y pese a todo, cuando se "describe" un hecho formalmente "revolucionario" (con interesada grandilocuencia sin duda) se desliza sin tapujos la idea de que tal movimiento lo que pretende es conquistar "La Libertad".

Yo en cambio sostengo, con Tocqueville, que lo que se pretende siempre, ¡en todos los casos!, por parte de los "pueblos" (como se llama a la mayoría de un país o del mundo cuando se aglomeran en torno a "reivindicaciones políticas y sociales" plasmadas en unas u otras consignas neoizquierdistamente bendecidas es… el reparto o redistribución a su favor del botín que resulte del reemplazo. Y si antes, para la vieja izquierda, se requería un cierto rigor en las consignas… hoy se entiende que eso "es lo de menos"… ¡Y vaya si tienen razón los que actúan según este criterio, porque el botín será repartido y redistribuido de cualquiera de las formas después de la batalla… en concreto entre los participantes de arriba hacia abajo y hasta donde queden al final migajas!

De ahí que todos, ¡todos!, los partidos que se forman para convocar al "pueblo" a secundarlos… no tengan necesidad alguna de comportarse "democráticamente" ni de ofrecer "más democracia" salvo como recurso retórico, rindiendo tributo a "los maestros" (a ser posible a sus últimos discípulos), como pura rémora legitimadora, en todo caso, porque así lo dictan los "buenos modales", pero nada más (aunque incluso esto está cambiando en ese "renovarse o morir" de la camarilla ilustrada del momento, como se puede ver hoy en día bajo la batuta del chavismo y aún más de Maduro en Venezuela, cuando organiza esos nuevos rituales en los que se mezclan formas litúrgicas y pajaritos portadores del alma y/o el mensaje del Gran Timonel).

De ahí que el juego de la representatividad se lleve a cabo entre camarillas que se parecen cada vez más en las conductas. Y de allí que las masas comiencen a pensar en un posible "buen hombre" que piense más en ellos ("el pueblo") que en sus bolsillos, los de sus familiares y más dilectas amistades… Un "hombre bueno", un "santo", que ponga en primer plano "Una Moral" de hierro, profundamente "religiosa"… Esto está dando por ahora pantomimas penosas, como la protagonizada por Maduro y sus se-cuates (que son muchos, cuidado), pero también puede adquirir formas más "serias" y más "trágicas"… Y puede que entre ellos acabe el mundo adecuadamente repartido… ¡y con "los pueblos" convertidos en ganado!

Próximo a su muerte, con todo el bagaje que acopia un auténtico escritor a lo largo de su vida de visualización radical, como en cierto modo ya he denominado a esta conformación del escritor auténtico en mi artículo sobre Kafka, Flaubert puso en boca de sus personajes póstumos lo siguiente, que es sin duda una buenísima aproximación a la raíz de las cosas (a mi modo de ver):

"… el Pueblo acepta a cualquier tirano con tal de que le deje meter el hocico en la olla…" (Gustave Flaubert, Bouvard y Pecuchet, final del capítulo VI).

Sin duda: dan ganas de "irnos al fin del mundo" (íbid.) ; aunque allí las cosas, como ya hemos descubierto, son iguales.



martes, 2 de septiembre de 2014

De la "firma de la paz", el beneplácito de las "almas bellas" y la retirada táctica del "partidos de los desamparados de la tierra"





¡Hay sin duda mucho espacio aparente en el que escoger un deseo esperanzador antes que "querer la nada" imposibilitados por naturaleza a "no querer"!  (1)
Bien fácil resulta de repente, ¡después de sentirse decisivos para frenar la guerra mediante sus "oraciones" militantes, es decir, de haber respondido "activamente" al "deber ser humanista"!, pasar a estados emocionales propios, sin embargo, de la misma idiosincrasia mesiánica, la que precisamente tiene al mismo tiempo la certeza de haber sido elegido por la Historia y se postra ante lo que "inesperadamente" parece como caído del cielo…, y que a veces ven "bien" (cuando da paso a la calma, la inmovilidad, la rutina, la comodidad de mantenerse dentro de lo conocido y la certeza de que se prolongará y/o de que se han despejado las incertidumbres) y otras "mal" (cuando se "desata" el movimiento…, por ejemplo, la guerra- -2-).
De repente, cada vez que la última batalla deja paso a un "alto el fuego permanente", la práctica totalidad de la nueva intelectualidad democrático-posmoderna, que aún busca refugio bajo los disfraces de la vieja modernidad hegeliana, kantiana, cartesiana, residualmente "renacentista", como su ya distante copia mediocre, pasa del estado militante y romántico de los lamentos (coro de suplicantes y oradores) al estado, igualmente romántico en el que combina dosis diversas de "tranquilidad" y esperanza (ambas notablemente histriónicas, importadas, retóricas, grandilocuentes… con pretensiones de conjuro), y de las oraciones que antes reclamaban "sensatez" pasan a las que solicitan o exigen (¡a los mismos poderes contra los que alzaban sus débiles banderas!) que haga algo para "consolidar el estado de cosas alcanzado" (¿cuál?, el imaginario, claro), y "asuma" la inmovilidad de manera permanente..., eso sí, mediante concesiones de arriba hacia abajo, del padre al huérfano, por no decir… "lo que haga falta". ¿El objetivo idílico, pero también mezquino?: conservar la comodidad que les permite seguir siendo... lo que han llegado a ser, ¡qué si no!
¡Y con el esfuerzo mínimo e inocuo de las declamaciones públicas, los artículos de prensa o los panfletos y, si acaso, alguna que otra manifestación "multitudinaria" y a veces estentórea!
En lo más hondo: no admitirán jamás que "el movimiento" (guerra mediante) pueda pasarles por encima, ¡muy probablemente con machete en mano! Ni admitirán jamás que no pueda estar en sus manos hacer algo para evitarlo o detenerlo, ¡especialmente de aquel modo, con aquel "civilizado método"! (es decir, sin "negarse", sin sumarse al "movimiento" -la guerra, en la que no se permiten ver involucrados ni siquiera "en su contra"-). 
Nunca, nada en la era de los seres humanos, se realizó a cuento de conjuros de ese estilo. Siempre, las voces y las simplificaciones simbólicas o abstractas que lograron incidir en la marcha hasta provocar relativas bifurcaciones y la implantación de instituciones novedosas, fueron las que invitaron a la guerra sin paliativos contra lo que esas voces conseguían convertir en símbolos de la penuria general
El destierro en Egipto o Babilonia (que no la esclavitud que pertenecía al orden de las cosas) sólo se superó mediante la "reconquista" guerrera de la "tierra prometida". ¡Y, por cierto, que conste que sin esto... no habría podido haber ni cristianismo ni civilización occidental ni, por ende, tanta mala conciencia como la que hoy ha encarnado en la "nueva izquierda" (en el sentido explícito que le dí en mi post anterior y sobre lo que de todos modos volveré). La voz de Moisés se realizó en la inflexible voluntad de Josué de hacer caer todas las murallas de los ocupantes/heréticos. Y la esclavitud sólo cambiaría de beneficiarios, ya que las siete plagas demostraron por fin quienes serían los miembros de la "verdadera humanidad".
La sujeción de Alemania a los dictados "desconsiderados" de la Entente vencedora (que no la "explotación del hombre por el hombre", que pertenecía al orden de las cosas hasta el punto de que la primera etapa del comunismo exigiría su conservación... etapa en la que se consolidaría precisamente y no para "evolucionar" hacia el Paraíso en cierto grado soñado) sólo se "superó" mediante la revancha, que por sobre todas las cosas se estructuró en torno al símbolo del judío-perverso de cuyo exterminio saldría un depurado Paraíso para la "verdadera humanidad", esta vez, la "nueva humanidad mediocre de los resentidos de la tierra", que ya serían una y otra vez llamados a "seguir al líder" (de la camarilla) bajo banderas del mismo estilo por diferentes que puedan parecerlo (y me refiero a las diversas expresiones militantes de los innumerables "movimientos de masa" que van desde la Revolución Francesa hasta la "marea tutsi" de Ruanda y las "conversiones forzosas" del "Estado Islámico" en Siria, pasando sin duda por la industrialización de la muerte conducida por el fascismo, el bolchevismo, el nazismo, el estalinismo, el maoísmo, los jemeres rojos, el yihaidismo…, y los cada vez más grupos que en base a una u otra tecnología toman como misión fundamental el exterminio "racional" y masivo de "los otros". Algo que, por otra parte, debería ser muestra suficiente de la vieja tesis original de Tocqueville que apuntó tempranamente al hecho mil veces negado de que a "los pueblos" no es "la democracia" lo que les importa… (pero esto merece ser tratado aparte).
Estos son "los hechos", como diría Tusídides, intencionalmente ajeno a dar "explicaciones" o "razones" que sólo llevan a atribuirlos a una inextirpable naturaleza humana (no es mi caso, y volveré sobre ello, aunque comprendo que esa sea una más de las "salidas" rápidas que sirven para "dejar de lado" lo que origina los "problemas"...).
Y ante estos hechos, ¡"erre que erre"!, hay una subespecie (Paul Valery dixit) que no ceja (heredera de todos modos por usurpación y cultivo selectivo de una vieja y dignificada estirpe que hoy yace sacralizada y momificada en sus pirámides devastadas -3-). ¿Por qué? ¡Esa es la cuestión que me ocupa! Y respondo: Muy sencillamente, amigos míos, porque en ello, una y otra vez aún (es decir, por el momento), les va la vida en ello.
Así lo veo más allá de los aspectos "secundarios" o que percibo como colaterales (tal como se me aparecen o me son presentados, haciendo que sienta/note/crea que toman esa "secundariedad", y no porque yo los valore como "secundarios" sino todo lo contrario -¡por eso es que me provocan dolor: porque aparecen sólo en un segundo plano y quisiera que no fuera así, quizá para que pudieran ser combatidos y todo fuera "más fácil", o sea, "más divino"!-), obligado por "mi conciencia" (la narración que me justifica) a poner lo que otra cosa, "más radical", en primer lugar, pese a que no puedo dejar de ver el lugar que ocupan, y al verlos, sentir cierto "desgaste", cierta "frustración", cierta "desasosiego"... que roza, cómo no, el "nihilismo", volviendo a poner en camino a su fantasma. ¡Aspectos "secundarios" que son ciertamente "políticos", tal y como se hacen precisamente... manejables en apariencia y en alguna medida por los hombres: como "objetos" siendo sólo "símbolos" en una suerte de "fetichización" a la inversa que acaba dandose de nuevo vuelta hasta alcanzar una "fetichización" auténtica!
Me refiero, por una parte, a lo que sentimos respectivamente respecto del mundo dado (historia, sociedad, sucesos, protagonistas del presente, nombres y significados, valores, etc.): lo que sentimos más que lo que pensamos, porque lo que pensamos busca ser coherente con lo que sentimos en tanto se trate de un sentir que nos otorgue una dignidad, un espacio, un sentido, y no que nos angustie, algo ante lo cual el pesamiento, precisamente, se repliega, se retuerce, y consigue dar de sí una "salida" que parezca llevar a alguna parte. Y así, que se represente un sentir como pensamiento y mediante un pensamiento que se toma el deber de ocultar lo que nos dejaría, fundamentalmente, solos: ¡he ahí el origen de la angustia: el de verse ante la soledad que se pretende negar o se ignoraba del mismo modo que Edipo ignoraba que su relación era tabú! (4) Un sentir que, aunque de todos modos no se declare por motivos utilitarios, tácticos, cínicos, o se mantenga reprimido, al final se filtre por los flancos, los poros o las grietas, y se ponga al servicio de lo que  sin que por ello deje de constituir el leit motiv de la marcha. ¡Y, al fin, que Edipo se vea obligado a ver... para acto seguido condenarse… ¿para no volver de nuevo…?; no, sino más bien para verlo siempre y nunca más ver nada más, evitando que pueda borrarse la última imagen retenida en la retina para su condenación eterna!
Esto no es teoría sino experiencia, hechos a los que estoy abierto y que se me presentan (obligado por mi propia idiosincrasia) como parte del mecanismo en el que parece imponerse la hipocresía humana. El sentimiento debe a mi juicio ser liberado, no "declarado", es decir, debe expresarse en actos, para lo cual ante todo debe ser aceptado. Se puede ver en esto una nueva intencionalidad de trasmitir (al otro) "ideas", cuando lo que me veo impulsado a intentar es a hacer pensar... de modo que pueda conseguir, yo mismo, cierto grado de poder (sobre el otro). Es, en definitiva, una expresión más de amor..., que no tiene, como bien supo ver Nietzsche y que sólo puede tener por objeto el objetivo egoísta que Legendre a expresado tan bien de la siguiente manera sintética: "le grand œuvre du Pouvoir consiste à se faire aimer" (5)
Porque a fin de cuentas, el mundo próximo te propone, con un peso difícil de eludir, ¡y una amenazas terribles!, que "comulgues" con la manera de pensar y los deberes prácticos que lo definen (sus símbolos, sus mitos, su "estilo", su "magma"...) o, de lo contrario, que te exilies o permitas ser exiliado. Y encontrar el punto de equilibrio que permita a uno no claudicar ni ser amordazado (por un cerco de silencio) y, a la vez, poder seguir viviendo "con" ese mundo y no sólo "en" él, ¡incluso "de él"!, es ciertamente muy difícil, muy de equilibrista de probada "inteligencia" (por astucia, por esa vieja "astucia de la razón" de la que hablara Hegel).
Sócrates se sintió defraudado un día y prefirió no ir en busca de "otros parajes" (huyendo de la condena) para encontrarse con un mundo similar al ateniense o peor en donde tuviera que empezar de nuevo, y por eso, convencido de que el el Hades a donde iría seguro, encontraría interlocutores a su altura (los dioses) optó por la cicuta.
La conciencia intelectual de hoy se haya despojada de creencias tan ingenuas: sabe que en el Hades que crearon otros no hay nada, y que él no podría hacer nada por descubrir otro que no fuera una nueva copia, una nueva imitación... Pan ha muerto, Pan ha muerto..., nos llega desde la isla de los tiempos. ¡Ha sido vetado (por los despojadores) su uso referencial! ¡El inconsciente, que antes tenía la forma de un demon, y que sigue actuando como tal, ha sido despojado de todo misterio nominal... aunque siga teniéndolo..., y no lo pueda perder nunca! Lo que nos han prohibido es referirlo al más allá: ahora hay que contentarse, hay que arreglárselas, con "saber" (creer) que es un componente de nuestra propia carne..., en todo caso... una bacteria de las muchas que nos habitan y nos hacen y permiten que seamos.
Así, que el Hades sea una ilusión "por decreto" (insisto: tan bien asumida como tal como antiguamente lo fuera considerarla "real" o "evidente"), no evita (el mito vigente tiene sus fisuras, aún no bien prohibidas, guardadas o taponadas) que pueda orientar mi búsqueda hacia "la tierra firme" en busca de su "efectivización", en todo caso... para la "siguiente ocasión", en el/la "siguiente amigo/amiga"..., en la "futura sociedad paradisíaca" de la que "deberíamos ocuparnos" según los esperanzados . ¡Incluso a sabiendas, parcialmente, claro, que se trate de una ilusión "que no esté a mi alcance"... pero sí al de la humanidad!
Mi conciencia me dice que si quiero dirigirme hacia esos "parajes posibles" (o dejar que ellos lleguen hasta mí, que me "envuelvan") y que se conviertan en mi "mundo próximo y cálido" hasta un cierto punto, a ser posible idílico, debo continuar hablando, escribiendo, comunicándome, aullando para que se presenten. Si callara del todo, me dicta mi conciencia, es obvio que mataría por anticipado toda alternativa con mi propia mano: en tal caso me iría no al Hades sino al olvido y la nada.
Y así, el mundo vuelve a dar un rodeo y a golpearte con su contundencia: en una u otra medida, hay que claudicar.
Pero sentir, es algo ambivalente, como bien dice la teoría (menos mal que esta vez a mi favor, a favor de "mi conciencia" que es en parte a la que se ha llegado aunque para ser acallada con maneras "nuevas"). Sentir y reconocer lo que siente el hombre es despojarse de tabúes y reconocer en uno mismo el odio (no para justificarlo, sólo para describirlo: odio sólo porque se siente, porque no el tercer mundo sino la demora en la recepción de la teta o del biberón produce resentimientos, perturbaciones, incomprensiones, ansias de "justicia universal"), odio, malicia, deseo de dominio, ansias tiránicas, etc., etc. (Por cierto, quien más lejos llegó en esa conciencia o lucidez fue Nietzsche, con diferencia; el del "sí a la vida", sí pasional, que tiene en contra las murallas ideológicas y las justificaciones antes mencionadas, que encorcetan, que imponen el silencio, que condenan, que realizan "El proceso" -por Kafka-, que marginan si uno no se "suma" a la multitud, aunque sea una multitud aparentemente "menor" y "opositora"). Porque si, y perdona la digresión que de todos modos continúa el hilo a mi criterio, hay hoy en la sociedad UN pensamiento dominante, ese es el de los miembros del club de "la buena conciencia", fundado sobre todo después de la segunda guerra y en el primer mundo. Una pensamiento que se apropió de lo superficial de Marx, pulido por sus sucesores y reducido a consignas hasta extremos (los pensamientos de Mao, por ejemplo), convirtiendo a la intelectualidad en "socialdemócrata". Y tú me dirás, alzándote indignada: "¿hablas de mí? Pero si yo..., pero si mi grupo..., si mi situación..., si mi mundo..., mi tercer mundo..., si mis acciones..."
Puedo demostrar que lo que afirmo se corresponde con la mecánica de la mansa marcha presente hacia uno u otro totalitarismo moral, que las "buenas (o bellas, como dijera Goethe) conciencias" favorecen y favorecerán irremediablemente, como dicta la propia marcha de la que su deseo de seguir "estando tal cual" forma parte tanto para empujarla como para obstaculizarla, porque la marcha humana es a trompicones, con pequeñas avalanchas, con caídos que son pisoteados, etc., como toda desplazamiento de una multitud que huye de la hecatombe, el incendio, la estampida, el terremoto, la erupción o el tsunami... Queda para un artículo aparte, o para insistir siquiera en otros posteriores, como dije antes, pero si hasta lo reconocen (¡enmascarándolo! y ¡sin desvelar el engaño y la ingenuidad a partes iguales que con ello encierran!) los propios filosofastros de la posmodernidad, como Bauman, al decir que "hoy no es la libertad lo que buscan las masas sino la seguridad" (cito de memoria, que es más que suficiente para tamaña mezquindad intelectual presente tanto en la primera parte como en la segunda de la frase e igualmente en su proyección…).
Pero volviendo al tema, está a la vista cómo los "partidarios de los desamparados de la tierra" alzan puños y manos blanqueadas (desde lejos, desde sus calles y en todo caso ante la policía de su propio país… que está para evitar "accidentes") ante el avance de los tanques del "más fuerte", mientras no dejan de explicar a todo el mundo hasta qué punto "comprenden" la "inevitable" reacción "armada" de los "desamparados", es decir, su "lógica" (¡la lógica de los desamparados, de los que necesitan teta!)… hasta el extremo de "exigirle" al "Estado agresor y explotador", al propio, que ponga sus recursos al servicio del bienestar e incluso de la reeducación masiva de los desamparados mediante las correspondientes subvenciones, es decir, que los integre en su sistema de comodidad... ¡que para esos desamparados en particular es… "un sistema de pecado"! ¡Y que de ese modo les ofrece... una forma de esclavitud que les resulta repugnante…: la de trabajar por un salario, lo cual, más allá de los análisis teóricos y las simplificaciones abstractas de corte occidental… implicaría para ellos una renuncia a la comodidad tradicional a la que están acostumbradas esas "almas bellas"..., ¡los utópicos tiranos de la civilización occidental!, ¡los que siempre han pretendido dominar a los demás… de "buenas maneras" (como por la vía de la "educación") y la "diabólica" compra de "conciencias".

Las "almas bellas" que optan por "el compromiso" con "los desamparados" creen así que los dirigirán al Paraíso al que los "agresores imperialistas" no les permitirían llegar. Pero esos "desamparados" les responden: "¡Déjennos ser como somos!" y también "¡Déjenos acabar (incluso) con vosotros los herejes en el caso de que no se dispongan a abrazar la verdadera fe!"¡Es decir: "¡Dejarnos realizar todas nuestras crueldades contra nosotros mismos, nuestras mujeres, nuestros niños, incluso contra los vuestros; y súmense a nosotros para realizarlas!".

Y es que ellos "saben muy bien" que pretendéis engañarlos con cantos de sirena blasfemos e hipócritas, que el mundo occidental es corrupción y lujuria, que la comodidad tecnológica es una trampa (aunque buena para hacer la guerra al infiel), y que el verdadero Paraíso es el que ofrece Alá a quienes le obedezcan..., o sea, a quienes obedezcan a las voces que han sabido reflejar sus ansias de poder ilusorio, de comodidad y certeza propias...
Y, en fin, esas "bellas almas", que caerán en tierra de nadie o acabarán en el autoexilio de la frustración, no habrán hecho sino contribuir a incubar al "desamparado huevo de serpiente", lo que, convertido en prioridad ideológica, en "razón del Estado del Futuro" o "Soñado", no admitirá discusión alguna... en el propio territorio occidental, es decir, el que precisamente se ha definido como el de la discusión y la duda permanente. ¡Y vaya "desproporción" la de "los imperialistas" que aceptan jugar al gato y al ratón mientras el huevo es incubado!
Pero yo, por lo que sea, no puedo ignorar los paisajes que se sucedieron y constituyen una cadena innegable de hechos crueles e inevitables, y no puedo ser hipócrita ni iluso. Las sucesivas monstruosidades que ha que ha dado a luz el mundo, con sus centenares o miles de millones de muertos: en los campos nazis, en los campos bolcheviques, en los campos de arroz, en los campos de batalla, , en nombre de la patria, en nombre de la ciencia, de la civilización, de la Razón, de la Fe..., son testimonios que deberían ser innegables. ¡No 2000 una vez; decenas de millones cada vez! Y eran los débiles de los que descendemos, los que murieron sin poder defenderse, acorazados, amordazados, empujados a la muerte por el "deber ser" de "La Razón" (nacional, estatal, "popular", "obrera"...). Porque nosotros descendemos de los otros igualmente débiles que sobrevivieron, tanto por casualidad como por coyuntura, ¡pero también... por cobardía o colaboración!

¡Y tampoco puedo dejar de denunciar las esperanzas y el beneplácito que corean esas otras "almas" igualmente "bellas" ante unos compromisos que se establecen en principio para que todo vuelva a la lenta y sosegada "incubación"! ¡Un proceso que acabará posiblemente en una nueva Yalta, con la consiguiente condena de millones de verdaderos inocentes, débiles y desamparados a manos de los unos y los otros!  (6)
He luchado hasta quedarme solo contra eso, profundamente rasgado por el dolor del mundo, yo, a quien se considera a la vez peligroso y reaccionario con ese difuso pero cierto "odio de clase" subterráneo que uno nunca sabe hasta dónde puede llegar, el pequeño burgués, el intelectual, el traidor a "la (difusa, deformada) clase" que "nos traerá el futuro" (pero que, vaya: en Francia vota a Le Pen, en Palestina vitorea a Hamás, en España ve con buenos ojos a Podemos), alguien que ha cometido el sacrilegio de actuar exactamente al revés de lo que propuso Marx en su XII tesis sobre Feüerbach, sí, ¡todo un sacrilegio optar por la inmovilidad de quien ha descubierto no ser omnipotente ni estar justificado para exigirle nada al padre o a la madre, de quien ha descubierto que "mejorar el mundo" encierra pretensiones totalitarias y egoístas y espera realizarlas mediante un milagro que les evite mancharse las manos con sangre ajena y verter la propia. Y a quien se retira porque reconoce no poder asumir la mentira que moviliza por igual a quienes sí son capaces de manchárselas. Al menos hasta que uno deje de encontrarse lo suficientemente "lejos", y pueda aún sostener una "postura teórica". Y consciente de que, si los hechos se precipitaran y me alcanzaran, y no pudiera huir más allá de las alambradas, tendría que ir a parar a una de las trincheras y convertirse en miserable carne de cañón de la siguiente fuerza dominadora; eligiendo la que crea menos dañina para mí y para "mi gente"; por lo que "nos" pueda garantizar, "egoístamente" come il faut, la posibilidad de respirar, de conservar manos, cuello, clítoris, etc., al menos... Y si, después de todo, me atrapan, optaré por las únicas dos opciones que tan bien reconocería Primo Levi que pueden existir en esas circunstancias, donde sólo se puede ser débil dentro del grupo de los débiles: ser de los que medran o ser de los que sucumben. Los que quieran en ese momento (y antes, aprovechando su propia distancia y seguridad) hacer de santos, de Ghandi, de Cristo... que caigan entre los dos fuegos o sean olvidados y tergiversados luego por la historia, unos convertidos en hijos de dios, otros en héroes de la patria... Su memoria será aprovechada por el presente que salga del presente, no cabe duda alguna. Para eso habrán servido. Quizá para eso sirvamos todos de cualquier modo.
Entretanto, a seguir en mi trinchera personal; mi atalaya inmaculada pero sufridora o sufriente, desde la que lloraré, con cobardía e impotencia, por todos los que cayeron y caen que no se lo hayan buscado de manera explícita y que en este acto no hayan arrastrado al dolor a nadie... ¡Y sólo porque la conciencia no ha llegado a ahogar el sentimiento y la compasión que rechazo pero al mismo tiempo acepto consciente también de mi minusculocidad!
Por esto dedico este artículo a todos los que hemos sufrido hasta la sangría al ver como caían nuestros ídolos y se volvían a alzar, convertidos en seres del infierno. Sé que con ello contribuyo (aunque igual caigo con esto en la misma ingenuidad y pretensión de los demás omnipotentes) al despojamiento de todo refugio para los humanos. En tal caso, es que respondo a la crueldad que nos caracteriza.

* * *
Notas:
(1) Referencia a la frase con la que Nietzsche cierra su ensayo Genealogía de la moral.
(2) Véase Tusídides en el análisis que hace Leo Strauss en su La ciudad y el hombre.
(3) Digo esto en referencia a la "decadencia" que la intelectualidad comienza a registrar desde mediados del XIX, sobre todo a partir del fracaso de la revoluciones de 1830 (aunque ya se puede ver aparecer como "problema" en pensadores anteriores, como La Boétie, y antes aún en Machiavelo, Spinoza, Hobbes e inclusive en el Dante, aunque, por supuesto sin la misma elaboración). Lo que Bauer describirá como "pauperismo" cultural (citado por Karl Löwith, De Hegel a Nietzsche) y sufrirá en Francia en carne propia Saint Beuve también por esos años (ver Lepenies, ¿Qué es el intelectual europeo?). Lo que Kierkegard y Nietzsche condenarán como "igualación" y este último asociará a la proliferación de los "obreros de la filosofía". El proceso que, en cualquier caso, ha continuado, de manera virulenta, casi salvaje, a caballo de la complejización social, hasta asentarse, permitiendo que "los especialistas" y "los equipos" representaran aún para Heidegger (Caminos de bosque) y para Veblen (Teoría de la clase ociosa) ciertas oscuras esperanzas, y que acabaran por producir y consolidar una "clase" o más precisamente un "estilo de pensar" burocrático (así llamado ya por Weber, luego por Lefort y Castoridis, también porC. Wright Millls…, y que Legendre denomina felizmente "management", entre los que los "obreros de la filosofía" habrían devenido "executives of the mind", etc.). Un "estilo de pensar" cada vez menos contestado "desde fuera", es decir, desde una esfera crítica realmente radical separada del conjunto de los intereses sociales y la identificación con perfiles socioprofesionales de aquella índole; es decir, que sólo es cada vez más "criticada moralmente" desde los mismos presupuestos instituidos…, los de la "eficacia", lo "racional", lo "profesional"… que sólo ayudan a reforzar la idea de que podría haber una burocracia potable y salvadora… ¡y un Paraíso de su mano al final del túnel! Es decir, visto y "sufrido" por todos los miembros residuales de la subespecie de mil diversas maneras pero todas histriónicas y conscientemente idílicas, es decir, cínicamente. El fenómeno explica lo que no quieren explicar sus usufructuarios más o menos cómodamente instalados en el "modo de vivir" vigente: desde "la traición" del bolchevismo al marxismo hasta (en la España de nuestros días) el "inexplicable" voto de estamentos de la ciencia, la tecnología y el ámbito académico de hoy ("ingenieros" y "profesores universitarios", etc., formados en "la democracia") a un partido sui generis como Podemos… Y, más en el núcleo de las cosas, pone de relieve la similitud de conducta existente entre los miembros de las diversas instituciones claves del presente: Estado, industria, finanzas, ejércitos, universidades, fundaciones…, los cuales las habitan como la carcoma a la madera: sin que la suerte de sus expresiones coyunturales (tal empresa, tal gobierno, tal banco, tal ejército, tal facultad…) les importe nada gracias a que el trasvase (se habla hoy de "puertas giratorias") les parecerá siempre garantizado dado lo "preparados" que están para ocupar cualquier "puesto de mando" aún sin saber nada (para eso están los "ayudantes" o la "maquinaria"). 
(4) Lacan, Seminario X, La angustia.
(5) Legendre, L'amour du censeur (El amor del censor).
(6) Debo insistir, en orden a no dar lugar en lo posible a manifestaciones capciosas, malentendidos o "sospechas", que estoy hablando de un presente y para un presente (mi presente) más allá del hecho de que en él se encierre el consabido "eterno retorno". Es decir, de un presente que se puede "desviar" de la marcha que lleva y que creo describir de todos modos apropiadamente. En particular, creo que la propia dinámica que mueve el proceso de conquista islámica también empuja, al menos de momento, a su "movimiento" (sus organizaciones dirigentes) a sufrir cambios que tendrán bastante dosis de contagio "occidentalizador", aunque no en el sentido de la "modernidad" perdida sino de la posmodernidad burocrática tacticista. Sería una suerte de "tercermundización" en el sentido "occidental" del término que también los afectaría. La propia complejización de sus sociedades los lleva a formas teocrático-burocráticas en torno al cuerpo militarizado, haciéndose en este sentido cada vez más similares a sociedades como la rusa, la venezolana o la china, con quienes precisamente mejores relaciones tienen y, también, y no creo que sea banal, son sacralizadas por la "nueva izquierda". Estas sociedades (países o áreas controladas por ese tipo de burocracias) son por otra parte las más propensas a permitir que en cada territorio los lobos puedan vivir "a su manera" en base a compromisos mutuos de no injerencia (hasta donde ello se haga imposible alguna vez, ya sea o no regionalmente). Un poco a la manera de las mafias que reconocen la territorialidad de los demás capos.

domingo, 17 de agosto de 2014

De "la (¿única?) guerra ilegal" en la mira del partido los "desamparados de la Tierra"


En medio de una pléyade de "conflictos bélicos" que son caracterizados de muy diversas maneras en atención a las posiciones ideológicas de los caracterizadores (o ante los que muchos callan divididos entre el "sentir romántico" que los embarga y un atizbo de reflexión endeble que preferirían no experimentar), el "conflicto bélico palestino-israelí" se ha convertido en una expresión más de la "prepotencia imperialista" contra la que se alza la "nueva izquierda" "sin más". Es ese el "rápido" y "cómodo" atributo que se le endoza a la actual "incursión israelí" en la franja de Gaza; su supuesto "origen" explicativo. Así es como se presentan "los hechos" para la prototípica "opinión pública" (ampliamente impregnada de neoizquierdismo... lo que no significa siempre "radicalidad" o virulencia), y es a partir de ese punto "cero" que ha comenzado a contabilizar muertos, heridos y daños. Lo inmediatamente anterior (y me refiero a los cohetes, secuestros y ejecuciones sumarias) no serían parte de la "guerra", ni, mucho menos, de la que se describiera primero, hace mucho, en el Corán y, segundo, en la su carta fundacional de la organización a la que se trata en base a otra serie de eufemismos, como la representante fiel del pueblo de la franja (y, en última instancia, de todo el pueblo palestino).

Sin duda, hay otras voces plenamente alineadas con el "imperialismo" que son sumariamente juzgadas en base a la sospecha establecida de que se trata de "ricos" y "poderosos" que defienden al más fuerte en todas partes ya que de ello se derivan sus beneficios. Precisamente, es contra ellos contra los que se alza el "partido de los Desamparados de la Tierra" que conforma hoy por hoy lo que denominaré "nueva izquierda" (aunque más exactamente habría que llamar "re-nueva" a tendiendo a sus remotos orígenes genealógicos); un alzamiento que llega al extremo de hacer, más o menos explícitamente, causa común con las formas y promesas más retrógradas, más tiránicas y más crueles que amenazan al mundo (tal vez sin grandes perspectivas al respecto en beneficio de otras que igualmente siguen avanzando por su lado, pero  sin duda alguna con efectos devastadores en diversas regiones donde logran establecer sus feudos aunque más no sea de manera transitoria y/o allí donde siguen desplegando su oposición virulenta), amenazando con la exclusión, la marginación, el repudio, la lapidación moral, a todo el que no se manifieste a su vera, incluso al que buenamente calle o vacile. Y este es el germen de un enorme problema que va mucho más allá de resultados inmediatos de una u otra índole. Eso sí: diciéndolo todo a medias o en añgún otro porcentaje digerible. Todo, en fin, muy blando y "elemental".

Este es el asunto que en el fondo pretendo exponer con el mayor detalle. 

Lo cierto es que, más allá de lo patético de las mascaradas periodísticas (tertulias y conferencias incluidas) y las "opiniones" que se vociferan en las redes, intentaré poner de relevancia lo que me parece estar detrás de ese proceso, que a mi criterio no es ni mucho menos el "antisemitismo" ancestral (que más bien es explotado) y que, con igual tendencia simplificadora se agita desde "la derecha", obviamente incapaz de otra cosa que de una conducta utilitaria y vacilante que creo que será cada vez más conciliadora en una línea como la que se manifestó ya, primero, "antes" de la Segunda Guerra (igualmente iniciada muchos años antes… me reservo decir cuántos todavía), ante la invasión de Polonia y, después, "al final" de la misma, en Yalta; demostrándose desde mi propia óptica el común denominador que reunía idiosincrásicamente a todos los contendientes y a todos los aliados como un todo.


Me centraré en cambio en la mencionada "nueva izquierda" de la que tomaré uno de sus diversos exponentes; en concreto, una exposición de Mr Finkelstein, un personaje de origen judío que se alza contra el Estado de Israel más allá de lo que "esta vez" le critica. Precisamente, un "esta vez" sintomático y representativo del método y la argumentación retórica que se emplea en estos casos, método que ocupará un lugar destacado en este artículo y al que he denominado hace tiempo "tacticismo".

Entrando en materia desde la superficie, es interesante ver la manera en que se trata a los muertos de este "conficto" en comparación con los muertos de otros, del pasado y del presente, o con los debidos a todo tipo de causas: terroismo en primer lugar (lo que ha convertido precisamente la guerra en algo permanente y no algo que de repente comienza, y cuyos muertos son cotidianos y... desde el punto de vista esgrimido en sentido opuesto, "inocentes", aunque se les endilgue una culpabilidad debida ya a la pasividad -no toman partido por "la causa justa"-, ya porque se beneficien directa o indirectamente de la debilidad de los "representados" por ellos: los débiles, los pobres, "los desamparados de la tierra"), accidentes debidos a "errores humanos" o negligencia o el cada vez más obvio disfunción burocrática (los que no entiendan el alcance de esta "anomalía" no lo entenderán ni aunque desarrolle un tratado específico sobre el particular), "daños colaterales" propios de acciones o inacciones, todos debidos de hecho y hasta de derecho a las condiciones socio-históricas imperantes tanto local como globalmente (me refiero a hambrunas, desplazamientos humanos forzados en particular por los propios "conflictos", los damnificados involuntariamente -como los pasajeros del avión caído en Ucrania, los muertos por "fuego amigo", como en el caso de dos edificios de Gaza de los que fuera acusado falsamente Israel, los periodistas caídos por balas perdidas, etc.-, los civiles afectados por bombardeos indiscriminados aunque fueran realizados con el fin de abatir "enemigos de uniforme" o "partisanos" o se debieran a la crueldad personal de los combatientes, que la guerra desata, o de la "falta de profesionalidad" en la administración de los ataques..., de nuevo, en fin, otra "disfunción burocrática" que forma parte inseparable de todo lo que se realice en el mundo en estos tiempos..., incluidas las actividades de combate.).


En el momento actual, los "conflictos" más sonados son, para tenerlos en cuenta: el sirio, el ucraniano, el libio, el iraní… del que se contabilizan ahora más de  50.000 desterrados kurdos y yazidíes condenados, también ahora, al hambre y la sed…, y en todo caso a  pagar un tributo posible sólo para "ricos" sin por ello dejar de ser "marcados" y perder todos sus derechos (¡incluido el poder cobrar a un árabe la renta por el piso o la habitación que le alquila!), si no… se convierten al Islam. (Y remarco "ahora" porque esta situación viene de muy lejos, es decir, es otra guerra que no ha comenzado ayer.) 

En todos estos casos (y muchos más por supuesto que "no son noticia") hay ejemplos de lo señalado. Además, en el mundo hay un brote de ébola que ahora está eclipsando epidemias constantes como la malaria y el sida, una hambruna sistemática en África que deja 25.000 niños muertos al año, y millares de millares de refugiados que ni siquiera saben ya hacia dónde ir y pasan de la sartén al fuego o, en el mejor de los casos, a la inversa.

No obstante, las cifras de muertos y heridos en el caso palestino se convirtieron en "noticia" de primer orden y "altamente lacerante" para "la opinión pública" desde las primeras semanas, cuando los registros mencionaban entre 150 y 175 muertos y unos 900 heridos, cifras que llegaron ya casi a los 2000 y 9000 respectivamente en estos días. En tanto se consideraba por sobre todas las cosas como decisiva la incursión del ejercito israelí y las bajas de su lado eran pequeñas ¡y del agresor!, sólo eran "lacerantes" o "penosas" las demás, consideradas siempre "civiles" sin discriminación ni fuente que quisiera discriminarlas. Ni una vez se establecieron, y así sigue la cosa, cuántos eran "militantes de Hamas" (¿por qué no "combatientes" yihadistas?), cuántos "simpatizantes" o "colaboradores", cuántos víctimas inocentes situadas en los edificios desde los que se disparaban cohetes contra Israel, cuántas víctimas inocentes caídas por "fuego amigo", cuántas, por fin, por disparos indiscriminados o, incluso, maliciosos, realizados por los pelotones, la artillería o los aviones israelíes en el frente de batalla. Esa distinción (que ocultaban en mayor o menor medida las fuentes, tanto los informadores de Hamas en tanto que gobernante de la franja, como de los "observadores" especializados "desde hace tiempo" en la "defensa de los derechos del pueblo palestino" bajo la cobertura genérica de "humanos", y los periodistas, en su mayoría "políticamente correctos" según dictan las cosas, ya que hoy es más que admisible ser periodista "de izquierdas" aún cuando se trabaje para un diario "conservador"... -¡bueno...: hoy en día... hasta se puede ser "conservador" con un "espíritu amplio, cosmopolita y de izquierdas", comme il faut!-; cuyos informes a su vez re-selecciona Finkelstein), esta distinción, repito, era "secundaria". Y para qué, o por qué, sumar a los muertos israelíes los tres raptados y asesinados previamente por Hamas por estar "incursionando" en "su territorio", violando todo criterio jurídico occidental como si se hubiese tratado de perros callejeros y ni siquera de espías... (por cierto, tampoco a este hecho reivindicado "responsablemente" por Hamas se ha referido Finkelstein ni una vez... no fuera a afearle el discurso); unos muertos claramente adscribibles al actual conflicto.

Según Finkelstein: el Estado de Israel está llevando a cabo una nueva "lección" disuasiva basada en el concepto vertido por el columnista del New York Times Thomas Friedman (a quien califica de nazi de manera explícita) de causar daños en la población civil palestina, esto es, a inocentes y niños mediante un feroz castigo militar, o sea, mediante la destrucción intencional de sus vidas y sus bienes por medio de su poderoso y superior arsenal bélico. Según sostuviera Friedman: Israel pretendía de este modo hacer que el pueblo palestino asentado en este caso en Líbano se distanciara de Hezbolá; y esto sería lo que ahora estaba repitiendo en Gaza en relación con Hamas. Ahora bien, más allá de las consideraciones que haré luego acerca de las tácticas de toda guerra, ¡y de toda política!, y dejando por el momento de lado lo que Hamas hace al lanzar cohetes sin control sobre las ciudades de Israel y secuestrar y por fin ejecutar a civiles judíos (además de a sus "traidores) cuando puede, de lo que Fienkelstein se cuida muy bien de hablar, lo que de entrada choca es que sí apele a las "lágrimas de cocodrilo" cuando conviene a un discurso que como el suyo es indudablemente parcial, sesgado y proselitista. Finkelstein, que ya a utilizado métodos de debate militante en discursos "académicos" (siendo acusado por otros con los que ha polemizado en otras ocasiones de tergiversarlos) (1), asocia "dar lecciones" al pueblo con "exterminarlo" en todo caso parcial o de manera "ejemplarizante"… lo que, más allá de lo que Friedman haya tenido en la cabeza, resulta cuanto menos "exagerado" ya que… si el fin fuera el "genocidio" (este de marca sionista), que a fin de cuentas, según Finkelstein, perseguiría el exterminio de la raza no-judía al menos de los alrededores y especialmente, ¿o quizás... inicialmente?, de la "árabe"... ¿a quién se le ocurriría intentar "dar lecciones" sea o no con el método kafkiano de "la letra con sangre entra" a un tal enemigo racial en lugar de proceder con métodos más expeditivos y una ausencia total de juegos del tipo del gato y el ratón, tomando territorios y retirándose luego...?

Pero no es esto lo más importante y no me pondré a investigar este punto a fondo. Asumiré incluso que, al margen de lo que dijera o no Friedman, a quien el Estado de Israel no creo que haya tomado en especial atención (¿para qué, no bastan los "acentuados" criterios sionistas que lo rigen?), que se hayan utilizado acciones destructivas para afectar de todos los modos posibles a la población... ¿no es esto algo propio de todas las guerras... y algo que ninguna ley podrán nunca evitar que se lleven a cabo en uno u otro grado, de hecho, de derecho o de manera "casual" o "colateral"?

Según Finkelstein, resultaría que ahora Hamas estaría exhibiendo una actitud responsable" que Israel, al "desaprovechar la oportunidad" demostraría su perversidad oculta. ¿No se puede sospechar al menos de una perversidad paralela por parte de tan "responsable" contendiente? ¿Puede aún alguien confiar que no hay detrás de la supuesta "responsabilidad" al menos el mismo tacticismo; el tacticismo de una burocracia y de las más abyectas, es decir, de las más tiránicas implícita y explícitamente, tanto hacia su propio pueblo como hacia los bárbaros, todos los bárbaros...? ¡El "analista eximio" no hace en nueve videos ni una sola mención a los cohetes lanzados por Hamas hacia las zonas residenciales de Israel, salvo... para justificar que, pobrecillos, "¿a dónde van a ir a lanzarlos si no es de las terrazas de la ciudades propias" dado... "el escaso espacio del que disponen"?! ¡Ni una sola mención a la voluntad iraní de usar la bomba atómica para barrer con Israel, algo que Hamas considera plenamente justificado y deseable! ¿Para qué hacerlo... cuando la cuestión deviene de un espíritu maligno que se denomina sionismo? ¡Ni una sola mención a la indeclinable voluntad de Hamas... NO de "reestablecer" o "fijar" las "fronteras de 1948" o las anteriores a la Guerra de los seis días, como el "eminente analista" sugiere que conduciría a la paz que "Israel y USA no quieren ni querrán", ¡esa "oportunidad" que "ofrece" Hamas "el Responsable"!, O NO, eso es "propaganda sionista", la misma que "fabricó el Holocausto" (sic), y que a los que escuchan lo que ya buscaban escuchar (y por eso lo escuchan a él) no irán a buscar ni siquiera a la cómoda Wikipedia, que señala como objetivo de Hamas el "definido en su carta fundacional, (que) es el establecimiento de un estado islámico en la región histórica de Palestina, que comprendería los actuales Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza, con capital en Jerusalén", "carta" que reza en su "Artículo 6) El Movimiento de Resistencia Islámica es un distinguido movimiento palestino, que entrega su lealtad a Alá, y cuyo modo de vida es el islam. Lucha por alzar el estandarte de Alá sobre cada pulgada de Palestina!" No obstante...: se insiste en culpar a Israel de no "aprovechar" las "oportunidades" que un enemigo declarado perpetuo a cualquier coste como Hamas estaría "de repente" exhibiendo... mediante exigencias "tácticas" sin que a la vez se desdiga de la mencionada  predisposición explícita. Y todo en nombre de una "resoluciones" fundadas en las leyes desconcertantes y burocráticas del presente bajo las que el mundo aparenta rodar y pretende justificar lo que más le conviene diplomáticamente o de cara a la "buena conciencia" pública del momento, y, quizás, secundariamente creo, a resabios más o menos ancestrales que se siguen arrastrando. Y, sobre esta base, se acusa a Israel de no... comenzar a retroceder; habría que preguntarse hasta qué punto: ¿acaso, en primer lugar, hasta las "fronteras de 1948" para, despúes, continuar haciéndolo hasta... el mar..., o las alambradas de los campos de concentración, esta vez yihadistas?

 
Sin duda, hay una óptica previa que justifica la muerte colateral de ciertos "inocentes" y sólo de ellos. Son ¡los culpables (o herederos de la culpa) de la explotación económica o de la complicidad con ella! En definitiva: ¡los herejes!). En el caso de Gaza, la población local es no sólo rehén y entre dos fuegos sino usada en calidad de escudos humanos (de hecho o de derecho: porque... muchos están convencidos que no hay nada como morir por Alá..., es decir, en favor de la propaganda utilizada para ablandar las malas conciencias occidentales y neutralizarlos... hasta que los puedan obligar a convertirse o a morir (como se está viendo en las zonas del kurdistán iraní recientemente conquistadas por el yihaidismo ). Y sin duda, Israel no tiene hacia los árabes una actitud paternalista en sentido estricto (no en una forma electoralista al uso, que no pasa de ser clientelar y mal pagada), que, en teoría, haría más atractivo a los "árabes", "pasarse" a las filas de Israel. Pero, ¿es eso lo que se pide, y puede estar algo así en el orden de las cosas, es decir, "la santidad del padre"..., acaso alguien la ha experimentado más allá de cierta lógica... y ¡de quien de padre propio nunca tuvo nada!? ¡Oh, venga ya...!

En todo esto, poco les importa eso de la coherencia. Por el contrario, exhiben su tacticismo con notable  desperpajo en base al criterio de lo que sirve hoy es lo que debe defenderse (eso a lo que Groucho Marx se refería cuando hablaba de "los principios sustituibles"). En esta línea, la "re-nueva izquierda" une o cruza el "pacifismo" contra las "guerras imperialista" con la defensa virulenta de las "guerras de liberación", "revlucionarias", o "de la indignación", diciendo que a la vez que se oponen humanisticamente a la violencia... la comprenden una y otra vez. Pero esto es a su turno una nueva cobertura tacticista que una vez comparé con el método que utilizan las leonas al cazar, método mediante el cual piensan cazar a la sociedad entera; unos en unas regiones y otros en otras, unos dejando que operen las mafias asociadas, otros favoreciendo la voluntad de Alá, etc., con mucha "tolerancia" y "respeto mutuo" por las idiosincrasias nacionales y/o religiosas; algo muy propio de las burocracias gobernantes de hoy (que se manifiesta en la alianza sin problemas entre Irán y Venezuela, por ejemplo).


Finkelstein, como ya mencioné de paso, nos habla de una intencionalidad morbosa por parte de Israel, la cual se trasluciría en el discurso de  Friedman cuando sostiene, a su propio criterio, que el ejército israelí buscaba "educar" a los palestinos mediante la fuerza militar aplicada en la destrucción de sus vidas y sus bienes. Ningún resquicio para suponer que Friedman sólo haya expresado  descarnamente los que muchos embozan detrás de la palabra "disuasión", propia de toda guerra contemporánea, como "impone" precismamente el modo actual de pensar en términos de... "reducir los daños al mínimo posible" y también... los costes (sobre todo los debidos a una guerra hasta el final, algo que pondría los pelos de punta a toda la opinión pública). Pero, más allá de todas las consideraciones humanísticas que a fin de cuentas sólo podrían realizarse... sin guerras de ningún tipo, ni "justas" ni "injustas" ni "legales" ni "ilegales", cosa del todo idílica (y que cualquiera estará dispuesto a abandonar "en el límite": por ejemplo, cuando la guerra se haga por la propia "liberación" o para "acabar con la explotación" en los términos que cada cual considere "justos"), cabe preguntarse por lo que hace el otro contendiente... ¿O es, o se ha vuelto, tan "responsable" Hamas como para no ser ni siquiera "disuasivo" y sea "otra" la razón "responsable" por la cual dirige sus cohetes a las zonas densamente pobladas de Israel? ¿Acaso no sea Hamas mismo víctima del estilo de pensar imperante en occidente, del que quizá se hubiera contagiado en cierto grado, de que convienen métodos "disuasivos" y "limitados" en lugar de algo... mayor? ¿Serían "disuasivos" si tuvieran, por ejemplo, la bomba o un número de cabezas nucleares tácticas? ¿O es que las tienen y prefieren por ahora el lento sistema de la "disuasión"... que sin duda incluye producir daños entre los civiles del bando contrario... para que, en teoría al menos, reclamen a su gobierno que "haga la paz", es decir, que... retroceda, que comeince a retroceder...? ¿No es eso lo que pretende el terrorismo cuando actúa en las ciudades, llevándose por delante cien o más víctimas inicentes por cada uno de sus objetivos (un político militante en su contra pero nunca armado, personalmente al menos, o incluso uno simplemente vacilante)? La guerra, toda guerra, regular o irregular, provocada por uno u otro de diversos modos, siempre incluyó el engaño y la malicia, la crueldad y los buenos modales, etc.; lo que haga falta para vencer. Ya lo hace antes la política... de la que la guerra sólo es su continuación, como señalara Clautzewics. Ya fue mil veces des-cubierto por todos los "grandes" (por potentes) pensadores que los "ilustrados-alfabetizados" de hoy encumbran aún por sus nombres pisoteando todos sus contenidos:  desde Tucídides y Jenofonte hasta Maquiavelo, Hobbes, y Spinoza, hasta llegar a Kant, Hegel, Goethe y, cómo no, a Marx, sin olvidar al más contundente y radical de todos desde mi punto de vista: Nietzsche. Es decir, desde la óptica de un tiempo y unos pensadores para los que primaba el sentido crítico y la honestidad y no la hipocresía o el cinismo chato de esos "seudo ilustrados" de hoy en día, hijos de la "educación obligatoria" y de todas las "bellas almas" que denostara Goethe mientras las veía entonar "cantos guerreros" o lamentarse por la pérdida de una u otra "totalidad" que "ningún alemán había visto nunca en su vida" [Goethe citado por Löwith en De Hegel a Nietzsche] y a los que contraponía el "Vanitas!, Vanitas vanitatum!" [ibíd.]; esas "bellas almas" que derivaron en las "buenas conciencias"  de nuestra posmodernidad, plaga perenne de todos las universidades, los colegios, las academias, e cómo no los ministerios, las secretarías, las consejerías, las fundaciones "culturales", en las que a cualquier coste y mediante cualquier deshonestidad oportuna y astuta -¡lógicamente aplaudida al servir al éxito de cada día!- se busca gozar de una "carrera", unos "honores" y unos "sueldos" de primera.

Cabría ahora plantarse. Después de todo, sólo escucharán los que ya estaban predispuestos a escuchar como también, ¡y tan bien!, decía Nietzsche. ¡Y no digamos lo notable que ha devenido esto últimamente! Porque hoy en día, está más claro que el agua clara que la mayoría no quiere ni oír hablar de poner en cuestión las consignas que los hacen masa, es decir, que los unen en... ¿qué si no, en el resentimiento y en concreto el más infantil, el más necesitado de… teta y santos padres(2)

Ahora bien, siendo incapaz de negar (incluso haría lo contrario) que existan individuos que sueñen o deseen, sistemética o puntualmente (este es el caso de una víctima, por ejemplo, o de quien se sintiera especialmente afectado por la conducta de los yihadistas, etc.) borrar del mapa a los árabes (como muchos de estos, y muchos que no lo son pero simpatizan en algún aspecto con su causa, o coinciden con ellos por casualidad en este aspecto, quieren... explícitamente... borrar del mapa a Israel... -bueno, parte de ellos también a los cristianos, como se observa en Mosul y varios países de Africa antes...; incluive a todo lo que sea "occidental"-), creo sinceramente que no es este el objetivo de las incursiones israelíes. Como tampoco que Hamas se conforme o pida realmente que las fronteras vuelvan a ser las de 1948 y se cumplan las resoluciones  de la ONU y de la Corte Suprema Internacional, como intenta burda pero grandilocuentemente vendernos Mr Finkelstein..., ¡y dudo que él mismo crea! (Por cierto, y entre paréntesis: no sería el primer hijo de judíos que "necesita" combatir al judaísmo... Hay quienes sostienen diversas teorías al respecto, y tambien están ahí, para quien las quiera estudiar, algunos artículos donde se exponen algunas lindezas del personaje que no veo por qué negarles autenticidad. Pero este punto escapa a mis indagaciones, así que lo dejaré en el aire, en todo caso, tan capciosamente como estila hacer el personaje en cuestión).


No, la guerra, que no es entre pueblos del mismo modo que no lo fue ninguna desde hace milenios y especialmente desde, digamos, Alejandro Magno y Jenofonte, es un conflicto que tiene a mi modo de ver dos o tres planos.

En el primero se sitúa el choque entre el ejército de un Estado burocrático contemporáneo, formalmente democrático (no quiero inferir con esto dudas acerca de su legitimidad sino fijar una caracterización que apunta a todas las democrácias representativas del mundo "avanzado" que funcionan como un modo de dirimir las luchas políticas entre facciones burocráticas organizadas en partidos políticos. Ni más, ni menos.) y una organización basada en milicias altamente jerarquizadas que ha conseguido, por esas cosas de la vida y de la complejidad, hacerse con un cierto Estado orientado principalmente hacia la guerra más allá de los gastos visiblemente militares (basta comparar los recursos que se destinan en Gaza al comunmente llamado "trabajo productivo" con los empleados en la fabricación y mantenimiento de túneles; a lo que se debe sumar, y no restar, lo que destina a escuelas -donde se aprende a deletrear la yihad y las promesaas que corresponden a los combatientes a su muerte-, es decir, las "escuelas coránicas", la red de hospitales y la "obra social",  instituciones todas necesarias para permitir la guerra santa, política y militar respectiva y combinadamente. Para una rápida visión de esta estructura, remito a la socorrida Wikipedia). Al respecto, habría que ver cuántos palestinos mueren diariamente en Gaza a causa de la "guerra santa" que ponen en primer lugar así como por descuidar a su población por esa misma razón, incluso dejando de lado la realidad indiscutible de "los escudos humanos" (algo que, de todos modos, una guerra siempre utilizó de uno u otro modo, incluso enviando a los hijos del pueblo a la primera línea del frente); una "guerra santa" que mantienen mediante subvenciones externas y no mediante el "trabajo productivo". Por último, no habiendo existido nunca una sola incursión aérea en cualquier guerra en el mundo, ni antes ni hoy, que contemplado evitar ¡muertos civiles!, es increíble que se niegue el "holocausto" (aceptando que pudiera usarse como coartada, lo que de todos modos se justificaría con sólo leer lo que Hamas dice querer conseguir) mientras los "antiimperialistas" hacen de cada muerto uno.

Esta guerra, así definida, cuenta con aliados internacionales vinculados a cada contendiente principal, involucra a opositores internos y externos y, por último, pasa por diversas fases, todas irregulares y disjuntas, de la lucha intestina entre camarillas que se libra dentro de cada polo director: el Estado de Israel y la organización Hamas, en cada caso bajo reglas diferentes.

Definida la guerra de este modo, es obvio que los contendientes quieran conseguir la derrota y/o neutralización del contrario y, A LA VEZ, la derrota o neutralización del opositor intestino (lo que nuevamente no se hace de igual modo ni con similares garantías en uno y otro lado de la frontera). Y que los cuatro, seis u ocho... jugadores intenten utilizar para su victoria global todos los recursos disponibles, incluidas las alianzas externas e internas, hasta el límite de... su idiosincrasia (entendida de todos modos no como algo inamovible y eterno o "absoluto" sino como sujeta a adaptaciones incluso puramente tacticistas).


En ese sentido, yo observo que es parte de la idiosincrasia de Israel actuar en lo fundamental de un modo "defensivo", en concreto, atacar en nombre de su necesidad de defenderse y negándose a sí mismo la conquista territorial, o sea, convertir al enemigo en colonia. Tiene que mantenerse dentro de esos causes para justificarse (más allá de que haga trampas y vaya a veces más lejos, y más allá, sobretodo, de las presiones de los halcones propios y hasta de las ventajas que podría obtener de intentar hacer, y haciéndolo teóricamente bien, lo que no es propio de ninguna burocracia, invadir a la manera en la que los americanos invadieron Irán, por ejemplo). Se debe decir que ese es, momentáneamente, su SER. Y esto lo realizará necesariamente con limitadas dosis de cinismo y bastantes dosis de "indeterminación" (las ya manifestadas por los países europeos en su día frente a Hitler... hasta que ya no quedó más remedio, y no digamos ante Japón), en definitiva, de notables escrúpulos. Un periodista conocido y sus acólitos dirían aquí, tal vez, tal vez, que se trata de "maricomplejines". Esta idiosincrasia se mantiene además constreñida en atención a las alianzas con las que el actual director este lado del conflicto cuenta.

En cambio, entiendo que la idiosincrasia de la organización Hamas implica prácticamente todo lo contrario: al no tener oposición interna de carácter democrático-formal -a la que combate sumariamente con ejecuciones muchas veces ocultadas según las peores conductas dictatoriales e inclusive mafiosas-, Estado, Organización Teológica y Organización Político-militar forman un todo donde no existe contestación o crítica -que es considerada alta traición (3)-. Su concepción teocrática la lleva a responder, o más bien a escudarse, en gran medida en Alá (en su propia definición de Alá y de sus directivas transplantadas y adaptadas a las circunstancias e intereses de la camarilla al mando), como se manifiesta en la mencionada "carta fundacional", y en medida menor a las alianzas externas e internas (algunas con grupos más furiosos aún que Hamas, pero a los que necesita), no cuenta con presiones internas de un grupo más moderado (la OLP fue expulsada de Gaza, y sus miembros reprimidos in extremis y puestos fuera de juego, y presiona como otros desde fuera y mediante otros aliados), está en la situación en que "no tiene nada que perder salvo sus cadenas" (que en este caso son las que le impiden controlar toda Palestina y con el resto de la yihad el mundo entero; o sea, más que "cadenas" se deberían llamar aquí "limitaciones"), de ahí que sus escrúpulos sean muy reducidos si no nulos, y en especial a la hora de deshacerse de toda oposición y de apuntar al exterminio del "enemigo", que es todo el que se les oponga; por fin, se dan a sí mismo patente o licencia plena para actuar cínicamente y ejercer el poder por la fuerza sin contemplaciones, en todo caso, se sienten enteramente avalados por Alá para ejercer toda crueldad abiertamente y no responder de ella ante nadie más. (Abro aquí una nota en referencia al otro lado: lo que avala a Israel en esta misma línea es... La Razón, que, como dijo Hegel, puede ser muy "astuta"... aunque dentro de ciertos límites que la condicionan. En cualquier caso, ambos deben mantener cierta coherencia con relación a "sus principios"... y aquí es donde se presenta, para mi y para "occidente", "el problema"...). Por fin, Hamás se mantiene gracias a la explotación interna de tipo más mafioso que capitalista, así como gracias a las subvenciones iraníes, y poco más, mientras que Israel produce riqueza a la manera capitalista y paga por las ayudas que le venden. 
 
En esa contienda, las masas son, en el mejor de los casos, rehenes de un régimen totalitario, muchos seguramente "clientes" en uno u otro grado de compromiso (actuando como tantas veces en otras partes como vigilantes de la fidelidad del vecino)  y/o, por fin, una parte, la más "conseiente", la "vanguardia", son soldados obedientes bajo el mando directo de las camarillas directoras. Los "clientes" actúan más o menos convencidos de que reciben o recibirán una parte del botín durante la contienda y en mayor medida con la victoria, un botín que nadie más les promete en las circunstancias dadas de ausencia del idílico paternalismo israelí hacia ellos (aunque ese botían sólo se repartirá desigualmente, escalonadamente hacia la base de la pirámide, de la camarilla a los amigos o a las subcamarillas y de estas a sus amigos y así sucesivamente... comme il faut). Todos, los débiles, apostarán sin alternativas (salvo dejarlo todo atrás) por unos o por otros. Todos buscarán, más allá de poder "equivocarse", las "salidas" más eficaces a su debilidad. Los mitos mencionados antes son aquí fundamentales desde el punto de vista proselitista. Y aquí es donde Israel podría intentar, idílicamente hablando, "educar al pueblo" para disponerlo en contra de Hamas (algo a fin de cuentas parecido a la consigna leninista que lanzaban a los soldados alemanes durante la primera guerra: "cambiar de hombro el fusil", esto es, disparar a sus jefes en nombre de la hermandad proletaria que los uniría internacionalmente) mediante... una política paternalista y no mediante la "disuación" militar, que sin dudadebe resultar más rentable (no tanto económica o contablemente, sino... de cara a justificar la estructura burocrático-militar del Estado de Israel, algo que sería ridículo negar, y que determina también y fundamentalmente toda su economía... -o sea, dicho sea de paso, nada de la "mano invisible" sino de la "negra"-).

Los mitos, volviendo a ellos, tienen la virtud de ilusionar a las masas (parcial y condicionalmente) pero también encierran el peligro de que, pese a esconder "otro objetivo", menos y más mezquino, menos "digno", como sería el de "edificar el paraíso en la tierra" o "la tierra prometida" o "la tierra depurada de infieles según el mandato de dios", etc., pese a ello... obligan a llegar lo más cerca posible de su cumplimiento... con todas las consecuencias, "colaterales" incluidas. Y... el mito islamista conduce a millones de muertos, sufrimientos, escarnios, tortura y punición extremas, crueldad ultrajustificada (por el mandato de dios), regresión histórico-social profunda bajo el deber ser moral kantiano (que ya conocimos gracias a los Jemeres Rojos y Corea del Norte, pero también Irán, el Afganistán y el Irak y el Pakistán y la Argelia, y el Sudán, etc., ya re-conquistados con vistas a reinstaurar la red de Califatos, etc.).


Pero a la vez que en ese "primer plano" se libra ese conflicto, hay otros dos que lo abarcan y que se abarcan o solapan uno al otro a su vez. Uno es el de la "macroguerra" que se está conociendo como de "Islam-versus-Occidente" (que abreviaré en adelante como "I vs O") y de la cual hablaré en una segunda entrega separada intentando actualizar mi anterior análisis realizado al respecto; el otro, el que la "nueva izquierda" (ahora se verá a qué "novedades" me refiero) considera que enfrenta a los "desamparados -tal vez, más bien, desprotegidos- de la tierra" con el "Capitalismo ('salvaje' o 'desregulado')" a veces rebautizado mediante eufemismos más simples y "atractivos", más idóneos para incluir en las consignas, como "imperialismo" o lisa y llanamente "fascismo" -esto es... casi todo lo que no sea propio de la peor cepa jacobina, incluso lumpen (4)-, que abreviaré en adelante "D vs C", y que ocupa mi preocupación central.


Me adentraré por ahora en el segundo de estos dos planos sin lo cual nada puede quedar ni mucho menos "claro" (insisto, "claro" para los que lo tengan ya "casi claro" y estén dispuestos a verlo "claro" de "otro modo"):


El plano del conflicto "D vs C":

Corresponde aquí precisamente explicar la mención mía a una "nueva izquierda", y lo diré muy brevemente: a) en primer lugar, es la que se reclama nieta, bisnieta o tataranieta de la "izquierda alemana" de 1840 que acabó pariendo la "izquierda bolchevique" como su continuación, es decir, la ramificación contraria a la socialdemócrata que habría traicionado a la primera; b) en segundo lugar, salta a la vista que las generaciones que se sucedieron hasta la actual han ido... digámoslo, "degenerando" en cuanto a "peso intelectual" (y perdón por apelar a tantos eufemismos, pero ya me estoy alargando demasiado y debo dar una imagen que dejo al buen lector, al interesado lector, ampliar, profundizar, rumiar, etc.). Esta "generación" (que, ciertamente, tiene mucho de NINJA) es la "criada" por la "educación obligatoria" suministrada por una crecientemente ideologizada pléyade de maestros mal pagados y condenados a "educar" a una "pléyade" de "desamparados" que les hacen la vida imposible y hacen que se sientan doblemente desvalorizados, lo que da lugar a un resentimiento más que comprensible, todo hay que decirlo. El "sistema" acabó produciendo un imparable ejército de "ilustrados" de grado mínimo (remito a los índices burocráticos que se ofrecen y que no dan idea de la verdadera dimensión del problema, pero que ponen algo de manifiesto; y, sin duda, a la formación cultural que manifiestan políticos y profesionales de toda índole y en todos sus grados de responsabilidad). Se ha logrado, sin duda, una "ilustración" muy extendida que apenas pasa de ser una "alfabetización ampliada" e incluso como tal deficiente.

Esta "nueva izquierda" ya está lejos de alzar la voz por "el proletariado" y menos por su "vanguardia industrial" (¡esa que, por cierto, vota en Francia a Le Pen y defiende las políticas tan mal vistas de la xenofobia...!, aunque en realidad sólo se trate de chovinismo acomodado con dosis de rechazo hacia lo no tradicional). No: más virulenta y vociferante que la de sus tatarabuelos y tatarabuelas (que las hubo, como Rosa Luxemburgo), pero distanciada por entero de toda "teoría" de la que conserva a duras penas el nombre (allí donde no les avergüence) tras ignorar por entero todo de su contenido, e incluso rechazando todo lo que no sea el nombre en tanto que bandera referencial (rechazo que va desde la repugnancia por toda "teoría" y todo "trabajo del pensamiento" -¡que se alimenta de la duda y muere bajo el peso del dogma!- hasta la tergiversación simplificadora, como la que hace que sean escogidos como "ideólogos" de "altos vuelos" un personaje de la pobreza intelectual de un Hessel o un Sampedro..., o, incluso, de un Monedero o un Iglesias..., ¡y obviamente de un Raúl Castro o un Madero, sí, ese del del pajarito "revelador"!)


No: esta "izquierda de masas" (que en realidad hace de coro de las camarillas tacticistas y cínicas que pocas veces antes han llegado tan bajo estado al frente en "la oposición" -y, sin duda, sí luego, en el poder, cuando se despojaron de todo hasta quedar reducidos a vociferadores de tribuna y legar en epígonos idénticos la sucesión; a qué nombrarlos...-), ya no marcha hacia la "dictadura del proletariado" como paso hacia "el comunismo" ni nada que se le parezca, sino que pretende otro Paraíso, el del Estado Padre Repartidor o Redisdribuidor.

¡Se han convencido de que esa tiranía es la única posible... y en ella se preparan para incrustrarse en el mejor lugar posible! Al menos los más astutos, esto es, los menos ingenuos o..., más bien, todo hay que decirlo aunque les duela, y para que les duela: los que ocultan su preciosa mezquindad.

A esa "izquierda" se dirige Finkelstein (entre muchos otros) con un discurso propio, "innovador", "específico" (todos quieren conservar un signo de "individualidad" que permita que la masa los pueda localizar... y escoger como líderes), casi… sin necesidad real de darle "poderío y coherencia" (Goethe dixit) a su discurso dado lo predispuestos a "coincidir" con él siempre que diga lo que los adeptos quieran oír (como ya ilustré, bajo una acepción distinta de la mencionada hasta ahora, en mi nota 2). Si no se comprende esto, no se comprende nada. En el fondo, sólo se trata de una táctica social más de las típicas de una burocracia que aspira a hacer una carrera.


Pero volvamos con este arsenal al caso concreto que nos ocupaba (quedando ya suficientemente claro que lo estoy aprovechando para "algo más" que para disparar sobre el pianista de bar que es Mr Finkelstein; todo hay que decirlo).

En definitiva, y no sé si ha quedado claro, puede deducirse de aquí que para esa "izquierda" sea muy "lógico" defender "al pueblo palestino" (como escribió una energúmena de la masa abyecta a una nota mía contra sus burdas simplificaciones proselitistas: "mientras me quede una gota de sangre", lo que me parece muy loable: una sangre pobre que no podrá pasar de ser carne seca de cañón). Y "pueblo palestino" es el nombre con el que esconden y se esconden las camarillas tiránicas y retrógradas que ¡vaya si están lejos de propender al desarrollo de las fuerzas productivas" y si no corresponde según la teoría de los tatarabuelos decir que lo que pretenden es retrotraer las cosas hacia "relaciones de producción" en todo caso "atrasadas"..., al menos, repito, según dice la teoría originaria de la que se consideran herederos… (5)!

Algunas de las características sobresalientes de la ideología de esta "nueva izquierda" son las siguientes (asociándolas de paso al problema que nos ocupa y nos sirve de ejemplo):

Es obvio, como ya señalé, que una respuesta completa sería por mi parte hacer algo exagerado para la ocasión, pero no puedo dejar de señalar algunos puntos que me resultan chirreantes, incluso más allá de que formen parte de esta conferencia y de este tema en particular:

a) Las menciones a las "leyes" de "hoy", aprovechables hasta lo inimaginable como su se tratara de los mismísimos mandamientos "recibidos" del cielo... Menciones que se omiten, ¡incluso por parte de los miembros de las instituciones que las avalan!, cuando no resultan del todo convenientes.
b) La "reducción" de los matices y la simplificación evidentemente interesada (o al menos subjetiva) que lleva al ponente a identificar sin matices a Israel con el "nazi" Friedman y a Hamas con "el pueblo palestino" (esto basado en unas elecciones que, como sabemos por experiencia, habrán sido, como en todo el mundo, clientelares y... dadoras de una "representación" que de inmediato es traicionada desde el poder... ¡como en todos los casos!) Y... ¡cómo olvidar que Hitler plesbicitó el poder propio y de su camarilla de ese modo, o que así es como se gobierna a sangre, fuego y criminalidad, Venezuela entre otros países del "tercermundo"!
c) El tacticismo oculta el tacticismo de los "compañeros de ruta", pero ya no es una cuestión de que las relaciones de fuerza hayan "creado posibilidades para la paz" (¡relaciones de fuerza que fueron debidas al resultado de las guerras y no a la "buena voluntad" de nadie, y menos de Hamas y sus Jefes internacionales, de los que reciben apoyo... pero sólo para mantener la guerra, haciendo por ejemplo túneles...!). La cuestión está en las reglas que imponen en su territorio, a su propio pueblo, y que quieren exportar hasta el Al Andalus, todos esos movimientos (en estos días pasados salió en la tele, ¡no lo había visto hasta hoy!, lo que se da en llamar "yihad sexual", consistente en promover la esclavitud sexual de mujeres islamistas -e incluso recientemente islamizadas de occidente- en "beneficio" de los "combatientes"..., algo sin duda muy extendido en casos similares -léase el terrorismo vasco- sin que se sepa quién tomó el ejemplo de quién… o vaya a saberse de qué tiempos y situaciones anteriores). En fin...
d) La mención indudablemente cierta de que el sionismo contenía una carga de "elitismo" racista es obvia, pero... ¿no la tiene el movimiento palestino y no digamos los yihadistas del mundo y los anticolonialistas como Fanon, y..., y..., y...? Los grupos humanos son así: para cada uno, la humanidad son ellos mismos y ellos solos. De ahí las guerras entre otras lindezas de la especie. Y de ahí, también, la hipocresía de los "humanistas" occidentales desde que conquistaron (con la sangre, el fuego, la cruz y la espada) tanto territorio hasta domesticarlo (¿que quizás habría que devolverlo a los nativos, y compensarlos...? ¿Tendríamos entonces esas "leyes" y esas "instituciones" occidentales a las que según el caso conviene apelar? 

El "legalismo" utilizado de manera sesgada y oportunista, incluso de manera cínica, es otra de las características de la política de la "nueva izquierda". Es unos de los recursos más extendidos que emplean sus gurús en los discursos y arengas y aplaudida por sus simpatizantes por la "habilidad" retórica y sofística empleados en ellos (6).

Se trata de un recurso que a desplazado a un segundo plano las antiguas defensas del derecho de la clase obrera a armarse contra la burguesía y a derrotarla por medio de las armas, un discurso que va desde Marx hasta Lenin y Rosa Luxemburo y que a mi criterio ha sucedido, en primer lugar, a instancias de la visibilización general del "fracaso del comunismo" para cumplir su propio programa  tal y como fue asimilado por "la opinión pública" y, en segundo lugar, en atención al elevado contenido de "mala conciencia" instalado a la par en esa "opinión" lo que tiene a su vez que ver con la apertura de nuevas instancias burocráticas en las que hoy se puede hacer carrera profesional; me refiero a la multiplicidad de organismos e instituciones dedicadas a "la paz", "la justicia", "el cuidado de la tierra", etc.

Así, la "nueva izquierda" ha descubierto una vía capaz de facilitar la toma del poder mediante el rodeo de hacerse con el poder representativo, justo como lo consiguieron Hitler y Musolini antes y mucho más tarde los diversos tiranos sui generis de latinoamérica y África. He tratado esta cuestión innumerables veces en este mismo blog.

Finkestein comienza su conferencia con una larga exposición en torno a lo que pretende ser "todo el problema": la cuestión "de los asentamientos, del muro alzado por Israel para conservarlos y de la violación que ello representa de... las "fronteras fijadas por la ONU en 1948" y las leyes y resoluciones jurídicas internacionales que las referencian sin descanso. A lo largo de esta exposición, aprovecha para arremeter contra quienes "vacilan" al respecto, diciendo que se trataría de "asuntos muy complicados y controvertidos", algo que para él, por el contrario, sería más que simple. ¿Y cuál es la fórmula magistral? Pues que se obligue a "las partes" a cumplir esas leyes y decretos… ¡y en particular a los causantes de sus violaciones sistemáticas desde el principio de los tiempos, esto es… ¡desde la fundación del sionismo…, y… de la carta fundacional  de Hamas… nada de nada, claro! En resumen: que se debe actuar drásticamente, ¿junto a Hamas, especialmente "ahora" que se mostraría tan… "responsable" según Finkelstein se atreve a sostener?, para obligar a Israel a "derruir el muro, indemnizar al "pueblo palestino" ¿en la figura de sus "representantes" actuales?, y acabar con todo tipo de bloqueo a Gaza, ¿incluidas armas y munición sin límites…, la… bomba por ejemplo, o unas cuantas "cabezas nucleares tácticas" que, pobres…, qué remedio, tendrán que lanzar sobre Israel desde las azoteas o patios de casas, hospitales y escuelas… hasta que Israel realice la siguiente retirada?

Muy simple sí: bastaría que los vencedores de la "guerra ilegal" reviertan su victoria hasta convertirla en una derrota por pasos sucesivos. Dejemos de lado que esto pueda parecer "justo"… pero… ¿es acaso posible?

Veamos qué lo permitiría:

1) ¿demencia senil de los políticos israelíes o control del Estado por la "izquierda" calenturienta en alianza con los rabinos antisionistas?

2) ¿control absoluto de la ONU por la "izquierda" calenturienta en alianza con los yihaidistas, la Rusia de Putín y ciertos regímenes sin rumbo como el venezolano?
3) ¿bloqueo internacional sobre Israel en lugar del de Gaza, ese sí "justo"?
4) ¿llegada de los marcianos a la Tierra… y convencidos de los criterios de justicia divina de Finkelstein… o, quién sabe, del Corán?

El eje sobre el que se apoya el ponente (la jurisprudencia mundial y una concepción "racionalista" del mundo que NUNCA ha funcionado salvo en los papeles como supieron ya en su tiempo poner de manifiesto desde Tucídides hasta Maquiavelo y Spinoza) no conduce a nada. Todo "conflicto" pone en escena muy diversos intereses, medios de combate, de propaganda, de intimidación, de crueldad, etc. El efecto de llamar a la "racionalidad" sólo sirve y sólo puede servir a favorecer a unos en detrimento de otros; esto es, a tomar partido. Y con eso: a la ocultación de los detalles que no contribuyan a la propia posición y/o, también, a cargar las tintas en unos particulares aspectos que la favorezcan igualmente. La "objetividad" es imposible. Al final la cuestión se reduce, para quienes no estamos totalmente involucrados (aunque sí en parte porque el "conflicto" nos toca en muchos aspectos y, sobre todo, porque se convierte en "otra" bandera de "otros" intereses imaginarios en los cuales también se utilizan las "lágrimas de cocodrilo", como "La Pobreza", "La Debilidad", "El Subdesarrollo", "El Hambre", etc., ¡y una y otra vez para fines hipócritas y desconcertantes! -al respecto: ahí están los millones de páginas del marxismo y sucesores y para lo que sirvieron-).

Pero todo esto... ¡cómo va a verlo la "izquierda del siglo XXI"! Nada: ni teoría ni realidad, ni lógica ni evidencia: impera la sacrosanta imaginación desconcertante e incoherente que pretende convencerse de que de ese modo llegará al poder... como cola de ratón del león de los desamparados hacia cuya guarida todas las huellas se dirigen y ninguna sale. Es decir, con menos cerebro que el de un zorro, incluso con menos cerebro que un mamífero vulgar...

Ahora bien, ¿son estas las reglas de la guerra? ¿Lo pueden ser más allá de los textos que sirven para justificar la existencia de unos "especialistas" más que siderales (mucho más que "idealistas" o "románticos", es decir, meros "forjadores de ordenamientos legales"?

Antes de la confección de esas leyes, las guerras modernas producían más muertos entre los combatientes uniformados que entre los que no lo eran. En la Gran Guerra, 80% entre los primeros, en la Segunda 50 y 50, actualmente la proporción es de un 10 o 20 a lo sumo para los soldados y de un 80/90 para los civiles. ¡He ahí la eficacia de las leyes, las declaraciones, las palabras de los "especialistas en racionalización" y de lo que ponen en escena como muestra de que cumplen su trabajo merecen lo que se llevan a sus cómodos guetos residenciales. ¡Para esto sirven! ¡Ah, también para apelar a ellas cuando puede resultar conveniente, con todo el cinismo propio de la época que une por igual a gurús y creyentes!


En fin, voy a concluir diciendo que si se quisiese sacar conclusiones "serias", o al menos lo más distantes de la simpleza militante, no se pueden soslayar al menos los siguientes aspectos:

1) la mencionada idiosincrasia "israelí" (del Estado) que "debe" comportarse "fundamentalmente" de una manera que parezca defensiva… para lo cual, al final, tiene que serlo.

2) la pretensión burocrático-racionalista de la ONU (elegidos por las burocracias sin participación alguna -formal- de los pueblos)  y las potencias (Estados, representantes formales) de "regular" las guerras del futuro…. sobre todo como forma de demostrar que su existencia está justificada.
3) "evolución" social del primer mundo con sus consecuencias en la educación (en cuanto a contenidos simplificados y simplificadores y en cuanto a la autonomía con la que se imparte a manos de una parte de los "interesados" integrantes de "la nueva masa").
4) "evolución" social global que acabo dando lugar (en un proceso no acabado aún) a un entretejido de intereses socio-históricos iguales: la ya mencionada burocracia global que actúa bajo parámetros de conducta cada vez más similares en todos los terrenos. 
5) la "evolución" de las "ideas revolucionarias" y sus diversos hitos: alejamiento de los sueños marxistas de su epicentro industrial, maridaje entre revolución y "tercer mundo", apropiación de las consignas y olvido de los contenidos "obsoletos", caída del muro, primero, y de la "cortina de bambú" después, con la consiguiente pérdida del referente "oriental", reducción drástica de las posibilidades de motines de masa al estilo de las revoluciones del XVIII y XIX merced a (4a) el maridaje entre la burocracia global (política, militar, empresarial, sindical, académica) y las "ideas socialdemócratas", (4b) creación de instrumentos económico-sociales de reparto vinculados a lo anterior, (4c) creación de instrumentos represivos de élite imposibles de vencer mediante acciones de masa. (7)



Adendum a cuento de la "firma de la paz" (momentánea) en Egipto:

"Firmada" la "pre-paz"... me imagino en qué parte desconfiarán Maese Finkelstein y Maese Chomsky... Del mismo modo, me tomo el derecho de desconfiar de la otra parte, al menos en el corto plazo... ¿Qué quiero decir con esto? Pues que no dudo (a) de que Hamas siga su juego provocador y "idílicamente" aniquilador..., y (b) que tal vez a largo plazo la marcha de las cosas los convierta en enemigos institucionalizados... Esto último me lleva al mismo análisis ante mencionado sobre la dimensión más abarcadora del conficto (véase mi análisis de hace unos años, ya citado)




Notas:

(1) Véase lo que señala uno de los atacados por Mr Finkelstein entre otros, Mr Goldhagen"… relies systematically on distortions, misrepresentations, out-of-context quotations, and outright inventions, to present a fallacious case that I misrepresent the secondary sources and that my arguments are self-contradictory" (http://web.archive.org/web/20021204232909/http://www.goldhagen.com/nda0.html).

(2) Con el fin de poner un ejemplo ligado a los orígenes genealógicos del presente artículo (a saber, la referencia a la conferencia de Finkelstein que aquí intento diseccionar realizada por un conocido que representa bien a la masa de los "ilustrados" de hoy), aprovecho para dejar constancia de lo que veo detrás de la adopción de tal "autoridad" por parte de tales "ilustrados". En concreto, que la mención a una afirmación como la del "amigo" de que "este señor lo explica todo muy bien", no puede ocultar otra cosa que la existencia previa de una posición ideológica -y como tal no contrastada- que ha "descubierto" una "apropiada" coincidencia y no una posición basada en un discurso que lo habría "convencido" con sus "argumentos" y que hubiera refrendado mediante una investigación y un "pensar" más exhaustivo. Así, exactamente, opera la "nueva ilustración" y así "es de izquierdas", lo que podría mostrar su faceta "sentimental" o "romántica" (la misma que en su tiempo inflamaba a los nacionalismos europeos)… algo que en todo caso toma las formas más burdas de la pantomima en la que todos parecen pretender realizar sus "verdaderas" vidas.

(3) En este sitio pueden verse no sólo violaciones israelíes de las "normas internacionales" acordadas por las organizaciones internacionales o las fundaciones, sino otras de la organización Hamás que no pueden equipararse en muchos aspectos especialmente por lo que  traslucen. A modo de ejemplo, véase lo referido al funcionamiento del régimen imperante en Gaza en los siguientes informes de Aministía Internacional: http://www.amnestyusa.org/news/news-item/gaza-executions-flout-legal-process o  http://www.amnestyusa.org/research/reports/annual-report-palestinian-authority-2010?page=2

(4) Remito a "El 18 brumario de Napoleón Bonaparte" de Karl Marx al que no tenga una idea al respecto y la quiera tener.

(5) Ya puestos, por qué no citar algo de la misma fuente de la que Finkelstein toma lo que le conviene, véase aquí lo que es lucha de poder entre camarillas:
https://www.es.amnesty.org/noticias/noticias/articulo/la-lucha-entre-facciones-palestinas-fomenta-los-abusos/

(6) Estos gurús suelen responder ante las críticas con la soberbia que manifestara Eutifrón ante Sócrates: "El mejor partido es no curarse de ello (en el sentido de ignorarlo) y seguir uno su camino" al juzgar "de tan distinto modo la acción de los dioses y la mía" (Platón, Eutifrón o de la santidad).


(7) Esto ya había sido visto por Engels en 18xx, lo que dio un impulso definitivo a la socialdemocracia como heredera del marxismo (revisado hasta su disolución) y a su vez a la "alternativa" tercermundista (de todos modos controlada desde un primer instante por una estructura político-militar, lo que no sucedió durante las revoluciones del XVIII y principios del XIX). Cito a Engels en lo más sustancial:
La historia nos ha dado un mentís (…), el desarrollo económico en el continente distaba mucho de estar maduro para poder eliminar la producción capitalista (…) esta base tenía todavía, en 1848, gran capacidad de extensión. (…) Además, desde entonces han cambiado muchísimas cosas, y todas a favor de las tropas. Si las grandes ciudades han crecido considerablemente, todavía han crecido más los ejércitos. (…) Por medio de los ferrocarriles, estas guarniciones pueden duplicarse y más que duplicarse en 24 horas y en 48 horas convertirse en ejércitos formidables. El armamento de estas tropas (…) es hoy incomparablemente más eficaz. (…)En cambio, del lado de los insurrectos todas las condiciones han empeorado. Una insurrección en la que simpaticen todas las capas del pueblo, se da ya difícilmente (…) El 'pueblo' aparecerá, pues, siempre dividido, con lo cual faltará una formidable palanca (…) Finalmente, las barriadas (…) están hechas de calles largas, rectas y anchas, como de encargo para la eficacia de los nuevos cañones y fusiles. Tendría que estar loco el revolucionario que eligiese él mismo para una lucha de barricadas los nuevos distritos obreros (…)(…) una futura lucha de calles sólo podrá vencer (…) con otros factores. (…) (…) ¿Por qué (…) nos nos lanzamos sin más a la calle, donde de antemano sabemos que nos aguarda la derrota? (…)(…) tienen que intervenir directamente las masas, tienen que haber comprendido ya por sí mismas de qué se trata, por qué dan su sangre y su vida (…) Y para que las masas comprendan (…) hace falta una labor larga y perseverante.(F. Engels, Introducción a Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850 de K. Marx; Berlín, 1895)
Aunque Marx, aún se lamentaba en 1871 (¿no aprendida aún la lección a la que apuntara Engels?), lo que después repetirá Rosa Luxemburgo: dejar "escapar la ocasión" "por escrúpulos de conciencia" (carta a Kugelman del 12-4-1871; obviamente, con o sin condiciones "objetivas"

En fin, qué le vamos a hacer: no siempre es el "materialismo científico" el que merece tener la última palabra, ¿no? ¡Para decidirlo siempre estará dispuesta la "astucia de la Razón" (Hegel dixit).

Aclaración adicional:

Mi conceptualización, debe quedar claro, no coincide en nada con "la teoría" (el marxismo) ni con el conjunto de las visiones racionalistas o tacticistas producidas hasta ahora en el campo de "la filosofía". Para mí por tanto, en particular en este punto, no se trata de llevar nada "hacia atrás" o de "regresar" ni de "arrepentirse" (como algunos se guardan en proponer y otros sugieren)  No propongo, tampoco, ir "hacia adelante". La Historia es creación simbólicaconstantemente renovada y no hay nada que nos acerque ni nos aleje del Paraíso Progresista que impregnó al neohegelianismo revolucionario y evolucionista de donde brotaron los tatarabuelos de la izquierda y todos sus posteriores hongos. No abundo ya que el tema pide otro ensayo, pero dejaré dicho una cosa: las "relaciones de producción", o, mejor dicho, "las relaciones político-sociales" que instaurarían los yihaidistas pueden verse en el actual Irán, pero no son sino las mismas que una vez dominaron en Camboya y las mismas que con un grado de virulencia diversa y en parte menor imperan en Cuba, Venezuela, China, Rusia, Argentina..., con más o menos enmascaramiento de más o menos calidad... Se trata de unas relaciones político-sociales burocráticas de alto contenido moralista y estructura básicamente mafiosa en la base. El yihadismo sólo parece "feudal" -lo que ya bastaría para que "una izquierda" se pusiera en contra en línea con la actitud de Marx hacia el lumpenproletariado de París de 1848, aunque en realidad es burocrático-tercermundista: no vive de las relaciones capitalistas internas sino de las externas que lo protegen y utilizan -al menos hasta que llegue la noche de los cuchillos largos-, ni sólo "denigra" a la mujer: hace de ella un objeto de sacrificio destinado a satisfacer a los dioses para que los ayuden a instaurar un paraíso de vírgenes más allá de la muerte de toda la humanidad. Es la absurdidad extrema (similar a su manera al stalinismo y al nazismo, al credo ultramilitante de los jemeres rojos, etc.). Es la Ley del sinsentido, la obediencia o la muerte; una Ley que se aplica mediante la fuerza por la fuerza, el poder por el poder; ni siquiera por razones seriamente religiosas (si cabe pensar estas como ajenas a lo político en algún momento de la Historia).

Cuando se dice "la clase obrera" es la pureza futura y POR LO TANTO... todo debe venir de aplicar esa "verdad", ¡y no digamos cuando... "la clase obrera" se reduce primero a "los pobres" y por fin a "los débiles del mundo", a los "desamparados de la tierra" (los de Fanon, por ejemplo, que son los que cogieron de inmediato los machetes contra los colonos de Africa, sus servidores-"traidores" al "fervor", y ya no los soltaron ni dejaron de aplicarlo, ¡incluso desde el poder y para fortalecerlo!, contra "otros débiles" a los que llamaron sin el menor empacho "cucarachas" -me refiero a Ruanda, a la Radio de las Siete Colinas y a hutus y tutsis respectivamente... ¡y sólo es otro ejemplo!-) lo que se hace es dar un servicio inconscientemente intersado (o incluso semiconsciente) a las tiranías futuras y ya operativas a pequeña o mediana escala más despiadadas y vacías de la mejor creatividad que puede salir del hombre, vacías de la mentira sofisticada y de buen gusto en favor de la mentira miserable y caprichosa del niño-monstruo.

 Así, la cuestión para mí, que tampoco verteré ni aceptaré verter ni compadecerme de las lágrimas de nadie, es sólo... de perspectiva. Y la perspectiva que ofrece Hamas (que basta escuchar a sus líderes, NO es "responsable" sino tacticista, como la de cualquier otro político del mundo) es la de la yihad, con todo lo que ella significa. Y todo lo que significa se "escuda" de muchas maneras y con muchas cosas: la población civil propia (que cruje entre ambos bandos en muchos sentidos) y las proclamas lacrimógenas (incluidas las del orador, que esas sí ha vertido) ya no con "El capital" como biblia sino con El Corán, es decir, esta vez... al desnudo.