martes, 31 de julio de 2007

La "Alianza de civilizaciones" y la guerra real a la que sirve

Antes, algunas precisiones señaladas en capítulos anteriores:

La humanidad no ha sido nunca UNA. Lo único que es UNO es...
el grupo al-que-uno-pertenece.
Sartre decía que "...hasta las mismas indeterminaciones se hacen militantes de partidos contrarios." (Carta a Camus.)

Y es que cada grupo se considera "el pueblo elegido" cuando no simplemente... La Humanidad.

Razas, clases sociales, naciones (o nacionalidades), civilizaciones... sexos... fueron y son antagónicos per se. En realidad: porque se ven y sienten diferentes, se extrañan y luego vienen los manipuladores para exacerbarlas y sacarles partido. Ahora bien, esas sensaciones son REALES y NO desaparecen ni con el tiempo ni con la cultura, sino que a lo sumo se reprimen en nombre de la RAZÓN, es decir, de algo muy endeble. Eso es así porque...

... el grupismo (o grupalismo) está en los genes.

En todo caso, el único mito que podría hacer de la humanidad un grupo único sería un "encuentro en la tercera fase". Y no por mucho tiempo ni consiguiendo la desaparición de todos los grupos menores muchos de los cuales le sabrían sacar partido incluso a esos "encuentros".

Sí se puede destacar una actualización (además de la vergüenza y la represión mencionadas que, mirad por dónde, son un signo de... civilización occidental): hoy en día, predomina el factor ideológico, y esto hace que los grupos se redefinen en función NO de pertenencia social propiamente dicha sino de alineación o adhesión. Me refiero a que se acepte en el grupo a quien se declare partidario aunque la realidad no lo acompañe.

Así, cuando se trata del grupo de los feministas... pueden haber no sólo hombres sino incluso un gobernante ista... ista... realmente machista. Si se trata de los ecologistas, entre ellos puede haber un Gore dueño de una mansión repleta de bombillas (¡uy, con lo feas que son las de bajo consumo!), ah... e incluso un presidente que se sumó a la protesta haciendo apagar (al parecer) 5 minutos las luces de la Moncloa (y si no fue así, qué más da: eso se dijo.) Cuando se trató y se trata de partidos obreros, con su típica modernidad, por supuesto que caben los burgueses (más o menos ex) y por descontado los burócratas corruptos, cuyas propiedades están siempre a nombre de interpósitas personas o directamente del Estado, para su uso y abuso personal. Y en cuanto a los partidos comunistas, ahí está el chino, que abre sus puertas a los capitalistas siempre que sean "rojos", mientras en otros lugares del mundo, sólo se puede ser del grupo de los banqueros y capitalistas si y sólo si se profesa el islamismo, mientras que en otras éso es necesario hasta para ejercer de simple ciudadano. Por último, para no abundar, hay donde se pertenece al grupo revolucionario con sólo gritar con los demás "Patria o muerte, venceremos", etc.

Desde que la complejidad social desplazara el poder por la fuerza directa por el poder político, cada vez se toma menos en cuenta la conducta o el ser social como no sea para justificar un mito simplificado y simplificador.

Hoy, por ese camino, hemos llegado al punto en que lo único que se considera significativo es la adhesión formal a una mentira alambicada de la que en muchos sitios se acaba en la traición, luego en la cárcel o el exilio, en la huida o la muerte.

Eso sí, hay un premio a la amoralidad: si el grupo triunfa, ya habrá para todos sus leales una parte del botín... lo que a fin de cuentas les poseedores de una configuración social específica basada en privilegios y buenas relaciones. Una parte del botín... aunque, a veces, sólo las gracias por los servicios prestados; pero ésta es otra historia.

Por eso, la famosa "alianza de civilizaciones" (por fin vamos a ello) contiene, como toda definición grupal contemporánea, un buen número de falacias bastante mal anudadas (porque como ya dije: es típico pero también conveniente.) Vemos esto más de cerca.

ZP, Kofi y el Gobierno turco han urdido sin pensárselo dos veces (al menos en lo conceptual y no en lo táctico) "una alianza" aunque, dado lo dudosamente "bien" que en general se expresan, nos hacen pensar (y creer) que debieron llamarlo más correctamente "pacto", incluso "pacto de no agresión".

Porque lo cierto es que las civilizaciones a las que alude la propuesta están realmente enfrentadas, como mínimo en la polémica, como poco en torno del petróleo, y como debe ser, en torno a las costumbres, precisamentente antediluvianas, discriminatorias y crueles (como poco) las que una de las dos asume como rasgos culturales que se deben respetar (sin contrapartida, claro) y que incluyen prácticas de las más repugnantes para los buenos sentimientos de todo ser humano... al menos cuando se refieren al dolor del propio grupo (lo siento pero aquí debo dar un ejemplo claro: estoy seguro que un espécimen de macho fundamentalista se alzaría contra la injusticia de rebanarle el pene a un hombre por pegar a su mujer. Por ejemplo. Lo que demuestra que un sentimiento de esa naturaleza es general y propio de la raza humana. Fin de la digresión.)

Sin embargo, "una alianza" sería la que se establecería entre unas... contra otras... Y esto no nos queda nada claro a partir de los propios discursos aliancistas: ¡entre cuáles, contra cuáles! Esto debería hacernos reflexionar y luego concluir conque tal vez no todo sea tan confuso como capcioso, es decir, políticamente ambiguo con intencionalidad, y tan sólo con una sutil redefinición de las "civilizaciones" involucradas . Algo, nuevamente, típico de las definiciones contemporáneas que se atribuyen los grupos a sí mismos y a los otros.

Por de pronto, es inmediato observar la existencia en España de un gran bloque "cromagnon" enfrentado a muerte con el que recibe la acusación de "neandertal" (¿o era "gótico", "cavernario", etc.?) para conseguir merendárselo como sea: el bloque anti PP en el que los propios mentores e inventores del mismo incluyen a la llamada "insurgencia irakí" (como si hubiera una sola) y hasta a los sospechosos (todos los sospechosos) de perpetrar el asesinato en masa del 11 de marzo (porque, desde el punto de vista de la alianza, estos sólo serían tan radicales como los de la banda opuesta con un criterio claramente bonapartista -Eisenstein, "Octubre 1917" y Lenin en varias obras- que los preside, y, como ellos, también podrían ser rescatados para la causa de la Paz y de la Convivencia. Basta una firma de adhesión o algo equivalente.)

Ese bloque enemigo, es identificable con la "alianza enemiga" a la que se pretende combatir mediante la "alianza de civilizaciones", ya que tiene también, ¡cómo no!, al imperialismo yanki dirigido por Bush, ¡por suerte un auténtico imperialista yanki y no como esos demócratas que ya veremos cómo se los podrá acusar de lo mismo si ganan las próximas elecciones si es que no se "alían" del todo! ¡Es la "alianza de las Azores" a la que los "más radicales", al parecer y comprensiblemente, castigaron el 11-M!

Es obvio, pues, que no se trata de "un pacto" entre civilizaciones, de "un pacto" de tolerancia mutua (bajo cuyo supuesto opera según sus verdaderos objetivos), sino de un llamamiento a una "alianza" real de una parte del mundo contra la otra parte.

Una "alianza" de un conjunto de grupos burocráticos pertenecientes parcialmente a la civilización occidental y al tercer mundo contra otros que no sólo pertenecen también a la primera sino que son su expresión más avanzada en el presente y según los principales parámetros objetivos por los que sin duda ha alcanzado un puesto dominante, hegemónico y "opresor (económico en todo caso) de los pueblos".

Ahora bien, si hiciéramos una lista de elementos comunes y no comunes y buscáramos entre los primeros su mayor exponente (una operación matemática sui generis) hallaríamos que la ideología es la candidata principal al puesto de lo que los une o identifica como miembros de esa "alianza". Una ideología que precisamente gusta de confundir economía y política y habla de "explotación del hombre por el hombre" como de algo superable mediante un golpe de estado y una burocratización extrema de la sociedad, algo que muy pocos ya se creen pero que muchos son empujados poco a poco a admitir. Una ideología que ha crecido y se ha ido reconfigurando a partir de eso que D. H. Lawrence consideraba propio de la mentalidad de las masas necesitadas (y esto en el año 1925 más o menos, "cuando la revolución de Lenin era una noticia reciente" según apunta Leavis), algo que lo llevaba a preguntarse:
"... ¿Cómo es posible separar la pasión por la igualdad de la pasión por la codicia, que comienza con la lucha por la igualdad de posesiones?" (citado por F. R. Leavis en "D. H. Lawrence, novelista", Barral editores, Barcelona, 1974, pag. 126)
... y sobre esa base a escribir "una de las obras más sorprendentes de originalidad creadora que existan en el campo de la novela", como Leavis (ibíd., pág. 205) caracteriza a "Women in love" de Lawrence en donde un aparente ZP llamado Thomas Crich es desmontado al menos por inoperante, ya que, como remata Leavis:
"La falacia, el idealismo, no es solamente una excusa sentimental para con uno mismo y una evasión de la responsabilidad. Lawrence nos hace ver el fenómeno como nocivo para la vida, la cual, víctima de la maligna e inevitable lógica, sufre una tremenda derrota en la persona de Christiana Crich." (ibíd., pag. 226)
Pero no estamos en 1925, y Mr. Rodríguez Zapatero no es un "idealista" que pretenda "negar la verdad esencial" y sea por ello "traidor a la vida" (íbíd, pag. 231.) No, no exactamente: la burocratización ha ido más lejos (retomando eso sí viejas prácticas y remozándolas) y aquí no hay idealismo ingenuo sino manipulación maquiavélica revestida de idealismo trasnochado y falsa ingenuidad. A ZP, en un grado digno de figurar en el libro de los records, pero a todos los burócratas que llevan la batuta en mayor o menor medida, les da igual decir hoy una cosa y mañana lo contrario, mentir y desconcertar, destapar una tras otra las planeadas cortinas de humo del Plan Z (como la del espía y tantas anteriores), prometer e incumplir (ya se hallarán explicaciones cuando llegue el momento: algún traidor, alguna zacadilla de la oposición, algún obstáculo propio del sistema democrático...)

Pero, más allá de los detalles, lo cierto es que las ideologías de ZP o la del venezolano Chávez son las mascaradas que vienen de ese fondo de los tiempos, de ese idealismo de Rousseau y de Marx que debieron adaptarse para triunfar en sus objetivos de llevar al mundo al Paraíso con el que soñaron, reencarnándose en Robespierre, en Lenin, en Stalin, en Hitler, en Musolini, en Pohl Poth... siempre soportados por las masas.

Marx llegó a llamar a ese conjunto social "lumpenproletariado", que no es para nada una "clase social" definida según los cánones marxistas (¡tuvo que verlo en acción apoyando a Bonaparte, es decir, tras una solución burocrática... que prometía un suculento botín!) Lo hizo, por cierto, haciendo gala de un elitismo culto y defensivo y desplazándose bastante de sus propias teorías economisistas. Hoy es una expresión que "la izquierda" se cuida mucho de utilizar por esa mala conciencia de los elitistas mediocres de hoy en día, pero mucho más porque ese conjunto representa una clientela que no quiere despreciar sino y que, por el contrario, mima (hasta el punto de denominar "asociaciones culturales" a las bandas delictivas de adolescentes inmigrantes, como la de los latin kings, o de alentar a los okupas y a los cultores de los botellones!)

Esa ideología tiene hoy el regusto por las formas y las ventajas de la corrupción desvergonzada, por la mentira burda, por los métodos gansteriles, por el terror sin reservas, desvergonzado, etc., etc., que prevalecen en los países del Tercer Mundo a los que por ello se denomina "bananeros".

Pero lo principal es centrar el problema o ser devorados hasta el alma. Ya sé que no hay nada que pueda llamarse así salvo mi propio prurito por la honestidad y la independencia de pensamiento. Sé que el cuerpo será capturado y cocido a fuego lento en la hoguera de alguna de las tribus en pugna y que con ella se perderá esa supuesta alma. A ver si resulta cierto eso de los memes y al menos puedan permenecer por ahí, en algunas partes, en algunas otras mentes. De todos modos, eso no es decisivo: el mundo real seguirá variando y en nuevos contextos, quizá más propicios, quizá fantacientíficos, el hombre libre volverá a pensar una y otra vez lo mismo que pensaron otros, como, por ejemplo, D. H. Lawrence (que no me inoculó por cierto ningún meme sino que, simplemente, dijo cosas con las que me identifico, y las dijo muy bien.)

viernes, 27 de julio de 2007

Grupismo y complejidad (4): el Fénix animista.

Los humanos tienen tanto o más capacidad de imitación que cualquiera de los animales que se constituyeron antes en la historia, pero no se debería abusar de esa habilidad para explicar la conducta humana ni tampoco para invitar al hombre a superar sus limitaciones posibles mediante esa técnica.

Pues esto es precisamente lo que se hace con relación al grupismo.

De una parte, se lo define como una respuesta mimética de la especie humana en relación con las "asociaciones" animales con las que se topara en los inicios. Por otra, se sugiere que la sociedad humana compleja debería buscar, "para salir de su atolladero", nuevos modelos, ¡como, inclusive, el de las hormigas!

Hablar de imitación con relación a los comportamientos animales (estos sí: instintivos) permitiría inferir que los famosos "memes" pasaron de los animales "inferiores" a nosotros. Esto permitiría hablar de "cultura animal"con igual licencia, siendo la nuestra, simplemente, más compleja.

¡Lo explicita el propio inventor del término, Dawkins! Y aunque el texto da para muchas más observaciones, sólo me limitaré a transcribir lo que aquí resulta relevante:
"El mejor ejemplo, no humano, que conozco ha sido (...) el canto de un pájaro del orden de los paseriformes (...)

El canto de ese paseriforme evoluciona ciertamente por medios no genéticos. Existen otros ejemplos de evolución cultural en pájaros y monos, pero sólo se trata de curiosas rarezas." Etc. ("El gen egoísta", Salvat Editores, Barcelona, pag.248. La cursiva es mía, C.S.)

¿No es increíble que haya algo diferente y a la vez idéntico?

En fin, tal vez, al ser humano le resulte más fácil renunciar a la diferencia entre el hombre y los demás animales por la vía de humanizarlos (como en los dibujos animados) que por la vía de animalizar al hombre reconociendo que "la cultura humana" y sus atributos, sean sencillamente instintivos, innatos, como el lenguaje; independientemente de su mayor complejidad y de su especificidad, de su propia dinámica y de su autonomía respecto de los demás en particular de aquellos que les sirvieron de base y sobre los que indudablemente se construyeron adquiriendo un grado superior de complejidad. ¡Independientemente incluso de que sus componentes sigan reglas más o menos idénticas o nuevas respecto de las que imperan en los estratos predecesores cuyas rarezas muestran ni más ni menos que su primitiva presencia!

Un ejemplo muy descriptivo nos lo ofrece, por ejemplo, Elías Canetti, quien habla de una suerte de imitación por el ser humano de los "grupos" de animales preexistentes, o sea, de aquellos con los que se encontró: las manadas de lobos... y hasta los bosques, las montañas, las estrellas, las olas... (Elías Canetti, "Masa y Poder".) Grupos, todos, potencialmente más poderosos a los que se debían enfrentar y en uno u otro sentido vencer. Grupos que se atribuyen a los dioses en la mayor parte de las culturas hasta que fueron "superados" por un único dios "presente en todas las cosas", sustancia que las unificaba a todas en su seno y en su individualidad (¿acaso lo que hace precisamente la conciencia individual humana?), siendo una y otra casos "opuestos" animismo y antropocentrismo; mitos, en fin, con los que mitigar la extrañeza ante lo que se experimenta dentro, en cuanto YO.

En su trabajo sobre "las masas" (término que yo reservaría para fenómenos más específicos donde se aprecie la imposición automática de la ideología o la estrategia declarada de unos jefes) afirma con indiscutible sugestión poética:

"La (...) muta (...) antigua y más limitada forma de masa (...) debe su aparición entre los hombres a un modelo animal: a la manada de animales que cazan juntos. Los lobos, que el hombre conocía bien y que en el transcurso de los milenios educó para perros, le causaron impresión ya desde fecha muy temprana. Su presencia como animal mítico entre tantos pueblos, las representaciones del hombre-lobo, las historias de hombres que, disfrazados de lobo, asaltan a otros y les roban, aquellas leyendas acerca del origen de los niños que son criados por lobos, todo esto demuestra qué cercano estuvo el lobo del hombre." (Elías Canetti, "Masa y poder", Muchnik Editores, Barcelona, 1977, pág. 92. La negrita es mía, C.S.)

Lo que yo pienso, resistiéndome a los obvios encantos de la metáfora, es que Canetti no hace sino confirmar lo arraigada que está en la mente humana o lo inseparable que resulta de ella el animismo (algo que incluso llega a observarse en Rich Harris o en Maynard Smith.)

Prigogine, por su parte, pone como ejemplo, obviamente a emular, a las hormigas, cuyas sociedades serían para él: ¡"las sociedades ecológicas más exitosas que conozco", como afirmó una vez!

Dawkins desbarra de su declarado darwinismo "entusista" cuando separa la cultura con mecánica evolucionista del resto del proceso del que ella emergió, dándole así una diferenciación que no conduce sino a nuevos mitos.

Al respecto, me pregunto qué se gana constatando que las leyes de la selección natural bajo las que se trasmitieron y se trasmiten los genes, se cumplen a rajatabla (lo que no es real) en un campo que por el contrario se caracteriza porque: (a) su génesis puede ser explicada genéticamente, es decir, como producto de la evolución, como producto de la historia natural, y (b) tiene su propia dinámica y especificidad una vez constituido.

¿Por qué no esto, en lugar de tener que forzar la máquina y mostrar analogías propias de una pirueta o, quizá mejor dicho, de una... memez? Memez que, desde mi punto de vista, no sería sino una forma encubierta de animismo que insiste en rescatar el alma hasta considerarla parte cosntitutiva de los animales menos primitivos, aquellos que deberíamos considerar que también ellos tienen "una cultura" y yo qué sé qué más; criaturas que, por cierto, nunca han llegado, como nosotros, a creer en Dios ni, por cierto, en dioses (¡lo que para Dawkins sabemos que es fundamental, tal vez por su necesidad de marcar su diferencia humana, mientras que para mí en absoluto!), que, en síntesis, no fabrican como nosotros los humanos (y como Dawkins o Prigogine, Canetti y muchos más) un mito tras otro como parte del proceso de la evolución.

Poco hemos ganado con los memes humanos como no fuese proveernos de un estatus "superior" por una vía rebuscada (¡recortando adecuadamente a Dawkins, muchos seres humanos se sentirán mejor gracias a ese concepto!), lo que se diluye si aceptamos la existencia de memes en los animales del mismo modo que reconocemos la evidencia de las sociedades animales, todas ellas, eso sí, compulsivas, explicables históricamente e ideológicamente justificables a posteriori. Exactamente como las humanas (algo sobre lo que volveré aunque sea en mi próxima novela.)

Lo siento, pero no veo necesidad alguna de renunciar a la evidencia en beneficio de ese mito. ¿Y si los miembros más convencidos de las manadas fueron precisamente los que sobrevivieron sobre los lobos solitarios debido a que éstos hubiesen sido exterminados por díscolos o expulsados por individualistas (permítaseme utilizar estos guiños antropocentristas y animistas)? ¿Por quiénes? Pues por los líderes de las manadas que así se habrían afirmando como tales al eliminar a los competidores que quizá también deseaban serlo o que se marginaban... Es decir, por unos líderes... igualmente individualistas e incluso dictatoriales, demasiado fácilmente equiparables como para resistirme a hacerlo, al prototipo humano que Sartre desarrollara en su drama "El Diablo y (el buen) Dios", me refiero al personaje que acaba descubriendo que sólo puede permanecer con los demás situándose a su cabeza (¡y poniendo a los otros a sus pies!)

En fin, no es muy difícil contar una historia de dibujos animados y hacer didáctica ideológica. No soy sino un ser humano.

Ahora bien, la realidad nos muestra que en el hombre se integran tendencias (instintivas) tanto en el sentido de la colaboración como en el del sometimiento, del grupismo y del uso del grupo para fines individuales. Y no porque imite a los animales ni a los conjuntos de cosas con las que se encuentra sino, más bien, porque las heredado de esos animales a través del largo camino de la evolución.

En todo caso, si se resiste a aceptarlo quizá sea porque sufre al descubrirlas en sí mismo, al descubrirse, precisamente, que es bastante más animal de lo que le gustaría.

martes, 24 de julio de 2007

Prisioneros con dilemas

Tendremos que aceptarlo, mal que le pese a nuestro pasado antiautoritarista: aunque las masas llegaran a tener la fe de las vanguardias (ellas la llaman su conciencia), no podrían gobernarse sin la mediación de especialistas que como grupo autónomo invierten los acuerdos (o sin una red mundial de ordenadores y robots asimovianos y no como la de "El día del juicio"); aunque las masas conservaran las armas de las viejas revoluciones, no podrían hacer ninguna clase de guerra, ni defensiva ni agresiva (ésta sería lo de menos); aunque las masas supieran artes marciales con la destreza de Kill Bill, lo que les permitiría defenderse y protegerse de los criminales, no podrían sustituir al aparato policial en toda su extensión (investigación, persecución, captura, encierro, administración del encierro, vinculación con la justicia...) salvo mediante un retroceso histórico (quizá incluso muy ecológico.)

El mundo complejo de hoy no permite evitar la burocracia política, los ejércitos ni las policías como cuerpos autónomos dependientes en general del grupo político hegemónico.

No puedo sumarme ni me sumaré al sostenimiento de esta sociedad inevitablemente mentirosa y trataré de vivir al margen de ella en la mayor medida de lo posible, pero sé positivamente que cada vez que lo necesite apelaré a la policía y a los jueces, pediré a los ejércitos que hagan lo necesario para mantener al enemigo que nos quiere sojuzgar más allá de lo admisible y hacernos retroceder bastante más de un paso, lo más lejos posible de nuestras denostadas fronteras (y vencerlo incluso, preventivamente), aceptaré que los burócratas se esmeren por hacer que la administración funcione (aunque lo consigan poco y no sea ése su principal objetivo) para seguir teniendo, al coste asumido (impuestos, restricciones de uno u otro tipo, libertad vigilada...) la energía y la información máximas, tiempo para el placer, el deleite y la diversión, la posibilidad constante de encontrar cualquier libro, en cualquier lengua, la de expresarme asimismo en la que me apetezca, la de usarla para denunciarlo todo con altura intelectual (o sea, no vociferante), la de reír y hacer reír con todas la ocurrencias imaginables, la de viajar y conocer, estudiar y enseñar, vivir y morir, etc., etc., etc.

No existe otra realidad, no seáis ingenuos (salvo que sea más fácil y soportable ignorar que defendiendo lo contrario ayudáis precisamente a los más dañinos. O... ¡salvo que seáis sus cómplices!)

Así es, no seáis ingenuos: en el extremo, somos prisioneros de la realidad social con planes de evasión en la cabeza... o carceleros.


lunes, 23 de julio de 2007

La conducta y la conciencia

Hay sentimientos que no parecen estar en el ser humano para llevarlo a ningún tipo de éxito individual ni a favorecer el del grupo o el de la especie; que no están ni para protegerlo o para sacarlo de apuros sino todo lo contrario: que están para hacerlo caer en trampas de difícil salida o de caída recurrente, para caer enfermo mediante el desgaste que nos acerca a la muerte... y, por fin, para reproducir lo negativo en la figura de hijos, nietos, etc. empezando por la elección de la pareja más idónea para conseguirlo.

La psicología, en particular las escuelas que practican el psicoanálisis como terapia, apuntan, fieles a su maestro Freud, que la conducta tiene su origen en el entorno donde se formaría la trilogía yo, super-yo, ello. O sea, creen resolver el problema con conceptos kantianos despreocupándose así de las raíces genéticas que lo explicarían (algo que sigue siendo habitual.)

La biología molecular y la psicología evolutiva entretanto, proponen por ahora líneas más metodológicas y gnoseológicas que demostrativas.

Ante esto, nos es de extrañar que nos sintamos inclinados a abandonar el intento de explicarlo mediante la selección natural, tentados a considerar que será cosa del horóscopo, por ejemplo, y resignarnos luego hasta que los astros se reacomoden y las cosas cambien. Pero insisto en que se trata de un instinto contra el que contraponer la razón no conduce a solucionar gran cosa. Un instinto que como todos ellos tiene un origen innato y cuya conciencia, al mismo tiempo, nos devuelve una imagen poco agradable de nosotros mismos. ¡Y no me refiero a la humanidad en su conjunto, sino a cada uno en particular! ¡En cuanto lo reconocemos!

¿Por qué sufro por causas invariables, por asuntos que no podré modificar, se trate del dolor del otro contra el cual se resiste a hacer algo o de la injusticia del mundo tal y como me afecta a mí? ¿Acaso sólo porque los que empezaron siendo como yo hace millares de años sobrevivieron casualmente? ¿Porque ello los ayudó a sobrevivir? ¿Cómo, por qué, en qué ayuda algo tan inconsecuente? ¿Es que es la base material o el caldo de cultivo en el que se desarrolla el buen actor, el buen comediante, el buen manipulador, el buen tramposo, el buen descubridor de tramposos, el buen payaso, el buen "lo que sea" a quien el grupo protege a pesar de su debilidad o quizá gracias a ella?

Tal vez... por qué no... es ciertamente posible que yo sea uno de los descendientes de esos inútiles que entretenían a los cazadores y guerreros, a las mujeres aburridas que los esperaban y a los niños, a los enfermos y a los tristes, a los locos incluso, salvándose así ellos de muchísimos peligros mientras los otros arriesgaban la vida y la perdían ya fuese cazando o luchando, pariendo o siendo presas de un peligro inconsciente, de las enfermedades, la depresión o la locura.

Parece mentira, lo superfluo y lo gratuito se reprodujeron tan sencillamente como la inteligencia reflexiva y demás atributos. Tal vez por eso tengamos poesía, literatura, teatro, música, pintura... Y por eso sigamos almacenando sentimientos inútiles y autodestructivos.

En fin... lo dejo aquí a modo de bosquejo. Y sigamos adelante (es decir, hacia ninguna parte.)

lunes, 16 de julio de 2007

Grupismo y complejidad (3): el instinto de los mitos.

Como todo lo que nos produce angustia y demás malestares equivalentes, la extrañeza ante la realidad en general, ante la vida, como es obvio, y finalmente ante la propia complejidad, nos impulsa a darnos explicaciones de todo tipo, pero, en base a las limitaciones presentes de diverso orden, sobretodo y esencialmente míticas.

Esto ya fue planteado por la ciencia, la filosofía, el psicoanálisis y la psicología evolutiva desde hace tiempo de manera más o menos rudimentaria y más o menos rigurosa (todo es palimpsesto, quizá también por lo que diré aquí.) También, más recientemente, está presente en las teorías más actuales que tratan el lenguaje y otros atributos humanos como instintivos y otras que se centran en la complejidad y las emergencias.

Yo he comenzado a actualizarme un poco más en todo esto y encuentro mis reflexiones coincidentes en general con lo que por ahí se está sosteniendo, en todo caso con matices que me atrevo a señalar con quizás alguna inmodestia y osadía. En esa línea, defiendo enteramente la idea de que el lenguaje, pero también todos los atributos del ser humano, entre otros la capacidad y la necesidad de fabricar mitos, deben ser considerados instintos humanos, obviamente "emergidos" en el curso del proceso evolutivo al que debemos nuestra aparición.

Como dice Pinker muy clarito:
"Lo que hace que un ojo pueda ver es que este órgano, tal y como lo conocemos
hoy, desciende de una larguísima sucesión de ancestros que veían un poco mejor
que sus rivales, lo que les permitió reproducirse mejor que ellos. (...) En
suma, la capacidad de muchos ancestros de ver un poco mejor en un pasado muy
remoto ha hecho que un solo organismo pueda ver extremadamente bien ahora.
Otra forma de decir esto mismo es que la selección natural es el único proceso
capaz de dirigir un linaje de organismos por un camino trazado en un espacio
astronómicamente amplio de posibles organismos, desde un primer organismo sin
ojos hasta otro organismo dotado de ojos que funcionan."
Un poco más abajo, Pinker hace mención de Dawkins:
"Por todos estos motivos, Dawkins afirma que la selección natural no es sólo la
explicación correcta del origen de las formas de vida sobre la Tierra, sino que
tiene que ser la única explicación posible de cualquier fenómeno que podamos
llamar vida en cualquier parte del universo." (Steven Pinker, "El Instinto del
lenguaje", Alianza Editorial, Madrid, 2001, pág. 400; la itálica es de Pinker,
la negrita es mía.)
Y concluye:

"... la selección natural puede convertir una destrezas adquiridas con enorme
esfuerzo e incertidumbre en capacidades firmemente asentadas en la estructura
del cerebro" (íbíd., pág. 401.)

Esto avala mi entendimiento de que todas las destrezas de la especie humana (y las respectivas de todos sus ancestros hasta los pricipios de la vida, destrezas que estan indudablemente en la base de las producidas sucesivamente luego) son innnatas o tienen un carácter instintivo, por más complejo que éste sea, en su base. Me atrevo a afirmar, por lógica deductiva y fidelidad al postulado de objetividad, que con ese enfoque deben considerarse todas las habilidades y destrezas culturales, en particular la capacidad para fabricar y comunicar los mitos y las utopías.
Esto, por otra parte, me provee de una explicación muy económica del proceso que llevó a la humanidad a constituir grupos cada vez más complejos y enlaza con la marcha que parece impresa en el curso del tiempo hacia la complejidad en general.
Según veo, toda la historia muestra que fue gracias a esas capacidades propiamente humanas (lenguaje y capacidad para elaborar mitos) que los grupos humanos se desarrollaron hasta superar y alejarse cada vez más de las estrechas barreras iniciales del parentesco y la familiaridad (familiaridades que se olfatean, se ven y se tocan), sino en relaciones contractuales que se convienen e incluso se adivinan. Grupos que se forman y crecen de ese modo y gracias a ello, como bien ha señalado Harris:

"Para los miembros de una comunidad chimpancé, nosotros incluye sólo a los
individuos a los que se reconoce. Un individuo no familiar es considerado
automáticamente uno de ellos. En la época de Josué, los grupos humanos se habían
hecho tan grandes que no todo el mundo se conocía: el grupo se había convertido
en un concepto, una idea. Cuando Josué se encontró con un extraño fuera de los
muros de Jericó, tuvo que preguntarle: ¿Eres de los nuestros o nuestro
adversario?, ¿eres de nosotros o de ellos? La habilidad para formar grupos
mayores que los adversarios de uno es un avance cognitivo que tiene
compensaciones obvias." (Judith Rich Harrris, "El mito de la educación", págs.
164-165; la itálica es de Harris, la negrita es mía.)

Para que esto sucediera, era necesaria la previa emergencia de nuevos instintos capaces de esas proezas sociales, instintos como el del lenguaje y el de la fabricación de mitos estrechamente combinados. Me atreveré a añadir... de mitos y mentiras. Y aún más, de la capacidad de detectarlas en los demás.
Apuntadas las dos conclusiones sobre las que pienso seguir profundizando en entradas posteriores, ya se puede ver lo sencillo que resulta una explicación global del fenómeno social humano sobre una base exclusivamente evolucionista. Y como esto confirma la tendencia natural al aumento de la complejidad.
Se explica, entre otras cosas, el proceso que fue desde las bandas a las tribus, de ahí a las jefaturas y de estas a los estados, organizaciones cada vez más complejas y capaces de controlar sociedades progresivamente más extensas y complejas como las sociedades burocráticas modernas y las diversas sociedades capitalistas con su mega-división del trabajo no sólo físico sino cultural.

Así, con extrema economía, sin abandonar la teoría de la selección, se puede sostener que el aparato instintivo, que sólo puede explicarse en referencia al proceso natural evolutivo, enlaza con todos esos resultados asombrosos producidos por la humanidad que tanto nos sorprenden y nos maravillan: nuestras ciudades, nuestras máquinas, nuestras actividades complejas aparentemente orientadas a un fin trascendente...

No es sencillo para el hombre, para quien el mundo es algo dado repentinamente, ver ese mundo como producto de un proceso de millones de millones de años , por decir una cantidad cualquiera. Es decir, como resultado de un lento y continuo proceso de creación concatenada.

Esto pasa toda la vida con cosas como el infinito o en la infancia con la injusticia paterna ante una conducta que obviamente no puede ser responsable y que es rechazada cuando no castigada con la consiguiente sorpresa e incomprensión. En unos u otros casos el ser humano responderá y ha respondido fabricando un mito; mito metafísico, mito psicológico...

Por ello, al hablar sobre el carácter social del ser humano y la relación entre individuo y sociedad, el problema vuelve una y otra vez a enmarañarse. El mito nace en el cerebro como respuesta más o menos inmediata, complementando, cuando las hay para un fenómeno dado, explicaciones científicas, racionales y deterministas disponibles. Mito y ciencia (a veces aparente, generalmente incompleta y por ello necesitada de
argumentos adicionales) se combinan para "salir del paso" y permitirle al hombre continuar operando en el mundo, muchas veces en una escala defensiva.

Yo sólo pretendo defender la idea de que todo está genéticamente concatenado y en constante interacción (lo que me permite, repito, explicarme la tendencia al incremento sistemático de la complejidad e incluso las necesarias emergencias de las que hoy se habla con mayor o menor rigor científico a mi parecer), cada cosa en su
plano específico, en su conjunto. Por otra parte, pretendo también denunciar el carácter ideológico (o sociopsicológico) que está detrás de los deslices no científicos de los especialistas y de sus seguidores, de la apelación al mito, de la corrupción por el mito, de las obsesiones eruditas y/o burocráticas, etc. De esta manera, apuesto por una lectura con objetividad creciente de los mensajes que se emiten y emitimos y que en gran medida necesitamos todos para explicarnos el lugar que ocupamos y para sobrevivir en él (algo que hace mucho se llegó a llamar ideología aunque contrapuesta a una supuesta conciencia, especialmente de clase o científica.) Ese punto de vista epistemológico es fundamental para un enfoque desprejuiciado, crítico y liberador. Tal vez la misma sea una consecuencia inevitable que nos conduzca un peldaño más allá, hacia algún nuevo estadio; una pauta que de todos modos no nos queda más que seguir.

Ahí se queda, en todo caso, el mito que John Maynard Smith ("Ocho hitos de la evolución", Tusquets, Metatemas 67, pags. 228-229.) consideraba deseable (¡combinándolo, por si el mito fuera insuficiente, con cierta represión altruista!) para que el hombre superase la actual etapa de violencia, injusticia, egoísmo y consecuente dominación de unos sobre otros, sería ni más ni menos y en el mejor de los casos un sucedáneo de la propia ciencia, quizás ella misma con matices míticos para que fuese asimilable, para darle "cohesión", como Maynard acaba sugieriendo con evidente ingenuidad. Algo que por cierto me recuerda a Prigogine. Pero inclusive la ciencia, en manos de los especialistas, sólo podría regir en la famosa República de Sabios, que no tiene por qué ser nada idílico ni representar una gran diferencia para la libertad individual, sino algo utópico que nunca acabaría de llevarse a cabo, puesto que los mitos también tienen sus reglas y no cualquier idea se puede convertir en real (algo que Maynard y tantos otros habrían debido saber como científicos... y ser coherentes con ese conocimiento.) Algo, en fin, sospechosamente socialista, o ecologista, ¡incluso cristiano!, y que, como la historia ha demostrado, acaba aplicándose como se puede,
traicionando en cierto sentido la teoría, a la manera de Rousseau o de Lenin.

Por todo eso, me parece que será más sano que continúe en la denuncia lúcida aunque ello me mantenga en la relativa marginación, y dedicarme a amplificarla y a expandirla. Sí, aunque acabe reducido a una voz en el desierto o convertido en una leyenda que se perderá en los tiempos. Pero ésto ya lo dije antes: vaya, será que no veo otra salida. De todos modos, vivo la lucidez como algo autosatisfactorio. Y espero que no acabe siendo dolorosa.

viernes, 13 de julio de 2007

Disquisiciones sobre la blogsfera

Ayer metí un comentario en un blog que visito y desde el que me visitan de tanto en tanto debido a que su autor/a anunciaba su cierre definitivo. Por si no lo visitais a pesar de estar entre los aquí recomendados, lo reproduzco practicamente tal cual, ya que he pensado que su difusión podría resultar interesante, quizás amena, y en todo caso provocadora (¡ah!, dos cosas antes: espero comentarios esta vez, y que accedan a Grand Tour antes de su posible cerrojazo, tiene muchas cosas interesantes, aunque tan extensas como las mías...) En fin, ahí va:
Esto de asistir a un “suicidio” o a una “inmolación”, moviliza los genes hacia el altruismo y la asistencia: ¡hay que evitarlo! No voy a hacer nada que no sea lo único que creo que se puede hacer ante cualquier situación que se avecina, y lo haré con toda la brevedad que me sea posible, me refiero a poner sobre el tapete lo concreto (tal como yo lo veo):

(1) que no se puede anteponer los deberes sociales, morales, mesiánicos o lo que sea, a la nacesidad de comunicar y de conmover que nos han movido a aparecer “en público”. Y menos justificar nuestras renuncias en base a que no conseguimos nada de todo eso. Ni se ha hecho por ello ni se debe abandonar porque no se consiga; lo suyo es volver a la realidad y aceptarlo. En todo caso, no dedicar tanto tiempo.
En fin: que hagamos lo que sintamos sin pretenciones singulares.

(2) la blogsfera no es democrática en sí misma. Es un hecho que está ahí, una vía de comunicación más elástica y difusa que no siempre lleva a la comunicación masiva que promete (ni mucho menos): los blogs se pierden en un universo de galaxias en el que proliferan como estrellas fugaces. Eso sí: no es totalitario; aunque crea adeptos en masa que se la pasan alabando al “líder iluminado” que dicta cátedra o hace de “guía espiritual” (esos son los blogs masivos, aquellos cuyas entradas cuentan con cientos de comentarios babosos…)

(3) el elitismo es inevitable, tanto el inofensivo como el dañino. El inofensivo, como el mío, sólo encierra el reconocimiento de que pensamos bastante mejor que los demás y sobre todo que la masa de seguidores de… ¿mitos?, como el de Alá, por ejemplo, qué carallo… El maligno es el de los no tan buenos pensadores pero sí maquiavélicos burócratas que intentan llevar al mundo a su modelo con las peores consecuencias en nombre de las mejores ideas.

(4) si se puede hacer algo, yo no digo, hagámoslo, sino DIGÁMOSLO, EXPONGÁMOSLO. ¿No vale la pena? Bueno, ya lo harán otros. La necesidad está en los genes. También de lo bueno, por llamarlo de alguna forma.

Y me despedí tan campante esperando que continuara a pesar de sus consideraciones. No sé de quién se trata, ni cómo es, ni dónde está (ni siquiera se me pasó por la cabeza averiguarlo), pero es unos de mis amigos virtuales. Tal vez un día... yo qué sé.

miércoles, 11 de julio de 2007

CombuZtible de sobra y botones de muestrario

Por lo que se está viendo, había y hay combuZtible para más de lo que parecía desde que, de nuevo, el PP cayó de nuevo en la trampa del PZOE.

Y para lo que haga falta. Incluso para llegar hasta la mismísima quema de Roma de resultarle inevitable o conveniente. O, menos metafóricamente y sin rodeos ni sutil negrita acusadora, para que ZP y su PZOE siga avanzando en la estrategia de hegemonía que he llamado "Z" en la entrada del 31-5, "El Plan Z...". Un plan estratégico por el que se ha jugado y por el que se seguirá jugando todo lo que haga falta. Y por el que parece dispuesto a salir con los pies por delante, o al menos con las botas puestas, antes que abandonarlo y renunciar. Como Chávez y demás egócratas del mundo de ayer, de hoy y de siempre: "Socialismo o muerte"... que no acaba nunca siendo ni una cosa ni la otra porque lo que quiere decirse es "Poder absoluto para mí y para mi grupo o retirada a donde pueda vivir con el botín."

Pues qué le vamos a hacer, se trata después de todo de un ser humano, genéticamente hablando, y a su manera pone en práctica su arrojo como muchos otros antes... en nombre de "la sociedad", "el país", "la patria", "la humanidad" (sí, qué más da), "el proletariado" o "el pueblo", "la República" (¿por qué no?) o, no habiendo nada más concreto y menos cutre, "la memoria"... del abuelo. ¿No son esos los lemas, más o menos? ¿No los hay que van y vienen, se matizan y nunca significan nada sino lo que ya he dicho antes? ¿No fueron en definitiva los de Stalin, Hitler, Musolini o Franco, los de Perón y los de Mao, los de Lenin y los de todos los demás populistas, caudillos del subdesarrollo o de la depresión y salvadores todos de lo que pudieran vociferar sus seguidores mientras recibían las migajas del botín?

Pero ya he hablado de esto en otras ocasiones.

Lo cierto es que el Plan tiene sus riesgos y que a pesar de ello está dispuesto a continuar hasta el final... o el tropezón. Pero... ¿lo dará él o conseguirá que sigan dándolo sus oponentes y competidores?

Con su método, el único viable para el fin que se ha propuesto y que ha prometido a sus capitanes y a sus huestes, el milagroso, conlleva a que la meta se le escurra por momentos por entre los dedos. A través de las coaliciones y los pactos, las componendas y las concesiones, los atentados. las luchas callejeras y las extorsiones consentidas (o simplemente apuntadas para el caso en que...), en fin, por medio del reparto retribuidor (y redistribuidor en primera instancia), podría llegar a perderlo del todo (bastaría, por ejemplo, que una nueva oposición redefinida o recompuesta lo emulara y le copiara el sistema, mejorándolo si cabe, yo que sé... de ser posible... Y por ahí andan sondeando recomposiciones algunos.

Sin ir muy lejos, véase la caída en conductas similares por parte de un PP aún vacilante pero que ya va probando tímidamente el método en donde las cosas se le pusieron a huevo. Amparándose en que, acorralado, no puede hacer otra cosa para no perder (lo que sucede de igual modo porque los otros no se cortan a la hora de ir aún más allá en la medida de lo posible, como refleja todo el proceso de Canarias o de Leganés donde se puede y se debe ver los primeros botones del muestrario.)

Pero, por el momento, ZP tiene combuZtible para rato y está más que dispuesto a conZumirlo todo de llegar a necesitarlo. Algo que se aproxima a pasos agigantados con la proximidad del próximo lanzamiento, inicialmente electoral, pero luego, acto seguido, como se viene viendo, confabulatorio, y, por fin, si acaso, con todo el arsenal...

¡Ay, no puedo evitar hacer un alto y abismarme pensando en accidentes colaterales y la conducta criminal que estaría detrás y que cuesta demasiado creer que esté contemplada en los planes de una banda de desaprensivos! ¡Pero es así, siempre fue así; todavía la humanidad no ha llegado al punto en que esos productos propios desaparezcan! Porque debemos dejar de una vez por todas de creer que son anomalías, y que no volverán. Debemos dejar de pensar que esa conducta se reduce a los extremos, sean estos países atrasados o grupos terroristas. ¡Que no se trata de la enfermedad individual del sadismo sino de la enfermedad de la ambición política del clan!

Eso es lo único que explica que por el camino caigan tantos, incluso "propios", quemados o eliminados con unos u otros métodos, con más o menos contundencia. Lo que haga falta (incluso algún que otro correligionario y alguna que otra regla del juego, incluso las inevitables víctimas colaterales); ¡lo que haga falta en el sentido literal de la expresión!

Y es que cuando se llega tan lejos, cuando se ha apostado todo a una sola carta, cuando se le ha garantizado a los correligionarios, a los amigos, y seguramente a la mujer, que se ha tenido una idea luminosa y casi mágica que exige absoluta convicción, absoluta lealtad... no hay lugar ni para el suicidio a la manera en que se obligó a que lo practicaran Sebastián y Simancas. No, ese arakiri simbólico, que deja por lo general las partes en buen estado para algún futuro en donde todo se haya olvidado o pueda olvidarse o pueda ser ordenado su olvido o reexplicado, reescrito, etc. (Bono afaire, por ejemplo), no forma parte de La Idea Luminosa, no está en Los Planes, no es admisible para un personaje que se ha jugado como él a tope (y aún no hemos visto todo, como se encarga de decir él mismo) para entrar directamente en la Posteridad de la Historia. Que es indispensable y hasta sintótico; una misma cosa con el Plan.

Por eso, no hay que confundirse (y mi utopía inmediata sería que una mayoría fuese capaz de evitar ese error): hay mecha y combuZtible para mucho más. Sobre todo para ese acelerón que se avecina, el del... penúltimo tramo. ¿Dije penúltimo? Bueno, me refiero al que llega antes de la conquista definitiva, absoluta e incuestionable del poder. Eso, eso que consiguieron entre otros los Césares y Napoleón. Aunque lo perdieran luego por eso de que no hay mal (ni bien) que dure cien años.

Hasta la entrega 4 de mis "Yo apoyo a..." y alguna otra yo era muy pesimista. Pero en "El plan Z..." tuve un desliz un tanto esperanzador del que me retracto aunque no fuera exagerado. Vuelvo a preferir el pesimismo; me mantiene alerta. ¡Y es con diferencia mucho más literario, es decir, conmovedor!

¡Pero es que, amici, insisto, insisto, insisto: ZP no está vencido ni piensa dar un sólo paso atrás! No ha vivido la declaración de reinicio de la guerra de ETA contra el Estado (habría en realidad que decir más bien ampliación, ya que nunca hubo un auténtico cese), como ya sucedió tras el atentado de la T4 como el fracaso de su "Proyecto de Paz" ni mucho menos. (lo que dice ahora no difiere mucho de lo que ya decía entonces.) Y no es que lo oculte o mire para otro lado, como insiste en verlo la oposición. Lisa y llanamente no lo vive como tal, no se lo cree, interpreta que no es cierto (en todo caso, que no lo es aún.) No lo hacen ni lo han hecho ni sus compañeros de ruta, ni su prensa amiga, ni sus militantes, ni la mayoría de sus huestes electorales. Ni él y los suyos lo permiten, con o sin cortinas de humo. ¿Es que estamos todos locos, es que ZP nos ha condenado a vivir, como Giménez Losantos dijo hoy en la radio, "en un mundo Matrix" o como dijo Gustavo Bueno, en un País de las Maravillas?

Sin duda una primera lectura diría que están todos fuera de la realidad, marchando a ciegas, un poco de lo que Rajoy acusa a ZP casi en exclusiva, casi como si ZP lo fuera todo, como éste se imagina a sí mismo; esto es, equivocándose los dos. Y se podría decir que lo quieren creer a tal punto... que por fin se lo creen todos.

Por éso, entre otras cosas, no hay lugar a la autocrítica que le pide la oposición frontal. No la hay, porque él sabe que sigue respondiendo coherentemente a su propio Plan. ¿De qué se va a desdecir cuando las huestes adictas siguen vociferando encantadas porque también es el Plan de sus propios sueños? No los democráticos, claro, sino los totalitarios y mezquinos de una masa que se contenta con una parte del botín, que espera los 2500 euros de soborno camuflado (entre otros muchos que se han ido dando y se darán), que vive de la subvención y del proteccionismo selectivo (ideológicamente asignado -el clan es ideológico, no familiar-, por lo que mientras más buenos sean, más leales, más fieles, mej... no, perdón, más habrá.)

Por eso no hay autocrítica ni siquiera sentimiento de fracaso, por eso el "triunfador" del Estado de la Nación, la "crisis ministerial" para la batalla definitiva (¡ojo a ésto que va en serio!), los 2500 euros y las demás promesas (que de no poder, pobrecitos, cumplir, deberán quedar para la siguiente legislatura o lo que sea el pretendido segundo mandato; o sea, convertirse en objetivos electorales desconcertantes y... mentirosos como todos los anteriores!) Jugadas de artificio todas perfectamente compatibles con el Plan. Porque el Proceso de Paz, como la Paz Mundial o el Bienestar Social, la "desglobalización", la "ecologización" del mundo, las "alianzas de civilizaciones", el "enfriamiento global", etc... nada que no sea El Salto al Poder Total, forman parte de los objetivos del Plan Z, un Plan que de Maquiavelo sólo ha tomado las peores partes, tal vez las notas de Napoléon Bonaparte ("El Príncipe", Mestas Ediciones.)

Y lo mejor (o peor), es que ZP y su camarilla (en esto me atrevería a decir que casi todo el PSOE y la mayoría amplia de los políticos de todos los colores de estos tiempos) han abandonado el camino que pregona (y no siempre practica) el PP (democracia de partidos o partidocracia, con su acordado bipartidismo leal) reemplazándolo por la componenda en las alturas, por el recorte progresivo de los mecanismos de control sobre el ejecutivo, por la subordinación del judicial al Plan, etc. Todo lo que conduce a... (¡premio para el que acierte!)

Entretanto, la mezcla de referentes culturales con los que se ve obligado a identificarse con la hipocresía de la realpolitik, hunden al PP cada vez más en la trampa que se le tiende, y tanto más en la medida en que se crea, se lo crea y llame a creer en la posibilidad de triunfar por la vía del viejo sistema hoy vigente de elecciones, cuya inutilidad para esos propósitos ya se demostró en Baleares o en Navarra, pero también en Canarias (tanto a la inversa como por llevarles a ocupar el puesto del enemigo, por convertirse por así decirlo.) ¿O acaso en Canarias el PP no tuvo que jugar el rol del PSOE e incluso conceder lo mismo? ¿Acaso no van zigzagueando (o sea, zapateando) en torno a la posibilidad de alianzas con los nacionalistas más moderados por si fallara la fórmula? ¿No es eso lo que los que tiran a ser más puristas de la derecha critican, léase Pío Moa, léase Jiménez Losantos, léase Semprum Maura, que parecen proponer una postura de pricipios (con esa capacidad que se trajeron de la izquierda y con esa vocación de refundación que también...) a la que le atribuyen la idílica capacidad de levantar al pueblo... en qué sino en urnas?

El PP sabe que está atrapado del mismo modo que el conejo percibe el olor del acero aceitado de la trampa, pero no la puede evitar. Nadie que sea conejo (ni siendo zorro) puede evitar la trampa en medio de la cual han puesto un manojo de ricas y tiernas zanahorias (o un buen filete sangrante.) ¡Hay un catalizador inigualable: el hambre, hambre de poder, instinto de político y burócrata moderno!

Por eso, Rajoy y cía se equivocan, se vuelven a equivocar y muy probablemente se volverán a equivocar. No pueden hacer otra cosa, es su flanco débil, por donde le llueven los palos y las estocadas tramposas. Porque el PP está en una trampa desde un inicio, y sigue sin poder salir de ella (bueno, siempre puede emular y seguir emulando y emulando hasta el límite de vender el alma al diablo y fabricar un tránfuga en el bando opuesto: es sólo cuestión de pelas y de quién puede más... si la moral, la lealtad a las formas y la inteligencia lo permiten. O en base a concesiones crecientes a las burocracias regionales y demás estratos de concentración burocrática, incluyendo a los actores y a la policía, entre tantos, a todos los caciques posibles y si acaso a las masas para postularse como eje de una nueva alianza partidocrática similar en más o en menos a lo que combate: concesiones. Algo que ya hacen... cuando pueden, pero que podría alcanzar una escala mayor, y es por donde van varios iluminados equivalentes del PP, equivalentes a Z, con su Plan G o P o R o... bajo sus respectivos brazos.) Lo ve con cierta perspicacia esa nueva derecha, a la que me he referido, la "no acomplejada", la que renegó de su paso por algunas corrientes intelectuales de izquierdas en sus años de juventud y estudios, portadora de esa savia nueva de fácil palabra y buena espada polémica puesta ahora al servicio de un neoliberalismo que se ha atrincherado en la defensa de la democracia formal (ya veremos hasta dónde), más o menos racional en sus maneras, mucho más humanista y culta que la actual izquierda de fronda, más culta y más educada, pero bastante o muy dogmática según el caso y bastante, también, tergiversadora.

Precisamente, y ya sé que me repito, hallar la manera de conseguir que cayera una y otra vez en ella fue la gran habilidad de ZP y de su camarilla “blanquista” (por Blanqui, en realidad, un ya oscuro golpista con cierta fama a comienzos del siglo pasado.) ¡Ese es la meta del Plan Z, que ya destripé! ¡El corazón del Plan Z! ¡Y ese objetivo sigue en pie y sigue siendo posible todavía!
Ese es el fondo de la verdad que pretenden que permanezca oculto bajo el agua turbia pero que ya a comenzado a volverse bastante transparente

Para no caer en la trampa, el PP debería convertirse en un partido democrático-revolucionario capaz de revivir a Tocqueville y aceptar (cosa que no ven ni aceptan los utópicos de la derecha)… perder toda posibilidad de sustituir al PSOE en las próximas elecciones generales (¡que ojalá para lo que sea me siento inclinado a decir en atención a mi viceralidad indignada y olvidándome de que lo fundamental no cambiará, de que sólo se trata de una necesidad de respirar un poco, de asomar la nariz, de dejar de oler a basura, a tanta basura...!) Pero eso de la democracia revolucionaria es cosa perimida... ay, qué pena, penita, pena de nostálgicos y utopistas...

Y lo peor es que ideas de ese tipo, a fin de cuentas rousonianas y muy de refilón de Tocqueville, depuradas para que no se vuelvan contra quienes las agitan como pasa también con las citas del marxismo o de los evagelios, sólo ocultan variados sistemas totalitarios de diversos colores e igual irrespirabilidad. Y nadan en la hipocresía y la incoherencia.

Lo que no lo puede defender públicamente la derecha salvo a través de esos "intelectuales neoliberales" más o menos independientes a los que me referí antes. Pero no el PP. No, mientras sea un Partido de masas que depende se ellas y de su "estupidez". Que apelará algún día a ella, que le sacará partido... No, no puede acusar de estúpidos, pero tampoco de tramposos o de ciegos a la población. Necesita solamente coquetear con ella, corromperla incluso, como la jerga misma contempla: "ganársela". De lo contrario, se convertiría en un grupo elitista que podría tener veleidades golpistas... Eso, no puede ser: cada cual en su sitio, en su camino, atendiendo a las circunstancias. No, no puede decir en público que la inmensa mayoría de los que van a votar de nuevo a ZP, así como de los que van a votar a las minorías cuyos votos cederán igualmente a ZP en la componenda postelectoral, o sea, de todos aquellos que se han imbuido de la fantástica creencia de que ZP es un transformador radical de España en la dirección de los valores más sublimes de la humanidad, que son unos imbéciles redomados. No puede (además de qué no sea cierto, porque como mucho son vicerales e inmediatistas.)

Eso se lo deja en realidad a ZP, que tampoco lo dice públicamente, pero que actúa con total impunidad utilizándolos como tales en los hechos. ¡Claro, de ese modo, los supuestos imbéciles se ven doblemente reconocidos como no imbéciles!

Pero... claro, aunque no el único ni el primero, ¡es que ZP es vocacionalmente golpista! ¡Un golpista camuflado por etapas! ¡Como aquellas leonas de la sabana...!

Precisamente esa es la diferencia (actual) entre PZOE y PP, y allí estriba la posibilidad de que halla más libertad (por el momento sólo algo más de libertad) a través del segundo respecto del primero (un algo que podría hacerse abismal según hasta dónde se lleve el proceso o se cumpla el Plan. Al menos para ciertos territorios y ciertas actividades, lo que ya se nota por aquí y por allí): en que el PP tiende y se ve obligado a guardar mucho más las formas, a ser más consecuente con esos principios, más serio, como se dice para decir poco, a plantear un esquema de poder en donde las reglas sean una referencia (de modo que de incumplirlas deberán responder), que haya una legalidad cuanto menos burguesa y occidental y no una pantomima sujeta a rodeo y argucia y en donde se practiquen procesos inquisitoriales y libertades a dedo. A que debe, por continuidad con sus discursos y para diferenciarse, mantener esas formas y combatir las tendencias totalitarias de las minorías burocráticas que amenazan no tanto con atomizar un Estado sino con múltiples dictaduras regionales apoyadas por el Estado Central.

Un ejemplo: las nuevas elecciones a la Comunidad de Madrid que Esperanza Aguirre convocó en su día en lugar de apoyarse en dos descontentos muy interesados en sus propios asuntos. Compárese esto con el caso Leganés y se tiene una rápida demostración, muy descriptiva aunque simple. Y aunque se pueda poner en duda la convicción o la honestidad que pudo o no haber detrás, que no es esa la cuestión y que a veces, en el límite, se tambalea. Como en cambio sucedió en Canarias como ya he dicho, donde además de quedar mal les salió, como ya he dicho, peor.

El PZOE, en cambio, ignora, se burla de las formas, las subvierte en nombre de su ampliación (llamándola, como un Stalin cualquiera ¡"democracia social"!) se propone un programa de reformas (el ejecutivo electo mandando en los otros dos poderes, tendencia al referendum, tendencia al rol activo de una supuesta sociedad civil controlada burocráticamente, prensa y demás medios vigilados y controlados indirectamente a ser posible y en nombre de la mismísima libertad empresiarial subvencionada, eso sí, ayudada por el Estado, eso sí, siempre atento a devolver favores a los amigos y a los correligionarios, unidad ideológica ambigua en contenidos pero identificada con el egócrata triunfante de turno, etc.) Si lo necesita mentirá, dará explicaciones de farándula, desviará la atención, disparará una de tantas tracas, dirá que la culpa la tiene el Otro, etc., en fin, todo lo que ya se ha visto y más. Y una mayoría de... (dan ganas de decirlo, y en honor a la verdad tengo que decir, de nuevo, que más bien es ingenuidad y meZquindad.)

No nos engañemos, España ha iniciado con ZP un proceso de reparto generalizado (aún no completado ni de lejos) para mantenerse en la cima. Un proceso que mientras le sea adverso o no controle para sus propios fines será denunciado por lo más lúcido de la propia derecha, que cada vez lo ve más claro (ver exposición reciente de Mayor Oreja en FAES), que al principio le costaba se cuidaba de denunciar, tal vez con vistas a las posibles componendas en su beneficio en las que algunas facciones tienen aún esperanzas (y que no pueden acabar sino en nuevas trampas. Tanto hacia dentro como fuera.)

ZP ha instaurado el régimen del simulacro, de la mentira desconcertante y del todo vale para conservar su poder (a través del PZOE, claro, y del Congreso, claro, pero sobre todo el de él, el del egócrata en potencia.)

Un régimen de trampas sistemáticas en todas direcciones: trampas al PP, trampas a ETA, trampas a los aliados, trampas al partido, trampas a sus colaboradores directos... (Por todos los cuales, dicho sea de paso, no siento ni siquiera lástima y no sólo porque se conducen a la par cada vez que pueden, principalmente chantajeando como corresponde a su muy relativa influencia.)

Un movimiento de la sociedad hacia las nuevas y peligrosísimas formas de la dictadura burocrática de tinte ideológico en Europa, ésta Europa cada vez más cercada y cada vez más corrompida por dentro y desde dentro.

Por ese camino, sólo se pueden seguir pronosticando tiempos peores y maniobras increíbles de ésas que ni el Cirque Du Solei sería capaz de ofrecernos. Quizá, como en la fábula de Fantasía, en el episodio de "El aprendiz de brujo", afloren millares de ZPs salidos del mismo tronco o de troncos emuladores y genéticamente afines. Aunque también, con la ayuda de las circunstancias y de su ansiedad sin límites, consiga acabar su actuación de Jocker perdiendo las elecciones, aunque sea para darnos un respiro, aunque sea para que venga un Batman o un Spiderman que no sean los ideales de nadie sino sus dobles grises, sus lados malos.

Tal vez se esté acercando la hora de salir pitando antes de terminar en las mazmorras, como dice Jiménez Losantos de cuando en cuando y como más de un vociferante de algún foro tendrá ganas de recomendarme mediante un comentario en este blog (que si no tiene algo de contenido no será publicado) o un papel escrito con pintura roja y clavado en mi puerta (por suerte no soy influyente ni lo podré seré con mis planteos.)

O quizá todavía no... como me tranquilizareis todos vosotros, los que viven en la esperanza y el optimismo, los que no se lo pueden llegar a creer, los que serán pillados más o menos desprevenidos y se quedarán atónitos.

miércoles, 4 de julio de 2007

¡Aleluya, después de todo, habemus "una misa" con Hamás!

Parece mentira, pero ahí está, se ha producido. Ya me pueden acusar de escéptico y los más vociferantes de sectario y reaccionario o de cosas aún peores. Así es, Hamás aceptó la primera misa a cambio de Gaza, ¿a ver si con ello consolida un poco más lo que conquistó manu militari? Bien, pero insisto: no se trata ni mucho menos como la misa que saceptó tragarse Enrique II a las puertas de París; qué va... De lo que se trató y se trata es, en realidad, de lo que sigo sosteniendo, ¡de lo que hoy es la gran baza de los grupos políticos, de las burocracias gobernantes en acto o en potencia, de los de aquí y de los de allá (o Alá), en breve: de superar a los bufones con pretenciones rasputinianas de la Historia haciendo a la vez reír y llorar...!

Pero formaos una primera idea accediendo a la noticia de la misa.

Y ahora miremos juntos más allá de lo inmediato y atemos algunos cabos que la misma noticia deja en evidencia para que los atemos, aunque debe haber muchos más que no hayan salido a la luz, como es normal. ¿Os queda aún margen para opinar que, en el mejor de los casos, se trata de una simple misa maquiavélica, o estais conmigo en que ha sido sólo una inteligente a la vez que cínica pantomima con objetos y personajes reales, una especie de naturaleza muerta, o un espectáculo un tanto interactivo en el que se invita a todos a subir al escenario mientras se asesina de verdad a uno de los actores? ¿Es una concesión real o un montaje a dos bandas de los de hoy en día, habituales entre los de la calaña de Hamás; un montaje digno de ser tomado en cuenta por las células grises de monsieur Poirot? ¿Es decir, es más bien de una ofensiva camuflada destinada a confundir a los occidentales y demás ingenuos, algo que cada vez parece estar más de moda, en donde con tal de seguir avanzando hacia la cumbre todo vale, tanto perdonar como matar, tanto dar un paso al frente mientras se prepara la fuga como una puñalada trapera mientras se saca pecho, tanto sostener de viva voz (y lo menos posible por escrito) lo estrictamente contrario al pensamiento propio como justificar la acción que sea en nombre de ese mismo pensamiento?

Sin duda la liberación de Johnston ha servido para mejorar la imagen de Hamás a los ojos de la afamada "opinión pública" occidental (en Israel, señala la noticia, el anuncio se recibió con... ¡"ambivalencia"!), y sin duda mediante el ardid de poner estos instrumentos de propaganda (como la visita guiada al Guantánamo Palestino -polanquismo dixit- que ya había mencionado en una entrada previa sobre el tema) a disposición de la prensa occidental, particularmente "aliancista" que con una considerable masa adicta constituyen sus escudos humanos por excelencia, tanto en la Paz como en la Guerra, tanto en el Irak de Sadam como en la España de... hoy, y que, como auténticos quintacolumnistas que son (me refiero a los no conversos, porque aquellos que hayan abrazado el islamismo fundamentalista... es de cajón que estén en lo suyo, o los infiltrados, que también...), repito: como quintacolumnistas, con ese preciso nombre, deberíamos de una vez por todas denunciarlos los que nos oponemos a la invasión que avanza, ella sí, para llegar hasta las últimas consecuencias, hasta el manido "lo que sea" seguido de "...o muerte, venceremos". Una prensa (y una intelectualidad, y unos políticos) quintacolumnista que volverá a esmerarse una y otra vez en utilizar esas misas para hacerles propaganda en occidente e incluso dentro de Israel (que debería ser el menos permeable a ello y que no obstante...)

¿Otro ejemplo cualquiera? Las palabras usadas en "El Día" de Tenerife refiriéndose a "la misa" en cuestión:
"...gestiones enérgicas del gobierno islamista, que se apunta un tanto indudable en materia de restablecimiento del orden y la solvencia política ypolicial."
(yo he puesto el color)

¿Se van viendo las dos jugadas? ¿No es diabólicamente inteligente la de Hamás? ¿No es llevar hasta el extremo la táctica de las Internacionales, especialmente de la 3ra., usando "la opinión pública aliada" para desarmar o neutralizar a los detractores y opositores de amplio espectro y amplio rango de consecuencia que se resisten a considerar el suyo un Paraíso y menos a creer que el que prometen conquistar para todos lo será? ¿No es repugnante, criminal y hasta suicida la segunda?

Pero, si leemos con un poco de atención y volvemos a atar cabos (el periodista de BBC nos lo pone en bandeja), se ve enseguida que, "de paso" (más bien todo lo contrario), se han cargado a otro pájaro con el mismo tiro: anulando o reduciendo (por ahora), mira por dónde, a quienes necesitaban marginar y eliminar en su propia retaguardia, hasta hace ayer aliada y eficazmente utilizada, esos de los Comités de Resistencia Popular y el clan Durmush.

Como de costumbre, se trata de grupos que molestaban a Hamás ahora que ya tiene el poder por medio de sus propias armas (y de las iraníes y sirias, claro) y que no necesita por ahora, tal como podemos observar (algo que ya sucedió una cuantas veces y volverá a suceder, como en la famosa "noche de los cuchillos largos", esto es, algo del estilo de los más fríos conquistadores del poder, como Hamás (y obviamente Al Fatah), pero tambiém como los nazis y los bolcheviques, Perón, Castro, Hugo Chávez y... Pero permítaseme interrumpir aquí la lista por ahora (ya que la he enumerado parcialmente varias veces y con ejemplos todavía más cercanos.) Y permítaseme también cometer el sacrilegio de dar a ETA, ya que se desprende de cajón, una visión anticipada de eso que podría, por qué no, sucederle. Una vez, por ejemplo, que el poder que ellos ayudarían a encumbrar fuese, imaginemos, absoluto, al menos hasta donde lo parezca, claro, o porque no les quede más opción, a quienes llevan la dirección de la comparsa y pueden hacerse de verdad con él, que crérselo. Por ejemplo, al alcanzar una mayoría absoluta... en el Congreso, o por conseguir montar una coalición cualquiera basada en la rapiña, o mediante un golpe de mano, o mediante compra de votos -que ya ha empezado-, o con un poco de fraude por aquí y por allá... ¡yo qué sé, digamos que me lo estoy imaginando todo con mi mente enfermiza!

En cuanto a los chantajeados, debo añadir, para que se tenga mi visión completa, que entre otras cosas más que aquí no vienen a cuento (también son chantajistas y burócratas), me dan bastante pena.

Pena los gobiernos (es decir, los "representantes" de sus pueblos) que están ayudando por contrapartida a Al Fatah, incluido lógicamente el israelí. ¿Por qué y en qué sentido me dan pena? Porque, como tantas alianzas del estilo sucedidas antes (USA-Sadam, sin ir más lejos) ello sólo contribuye a favorecer una solución burocrática "aliada" que sirve en bandeja, en este caso, la cabeza del pueblo palestino y de buena parte del israelí, del libanés, del sirio, del iraní... sobre los cuales se ejerce impunemente la dominación y la explotación más descarnada, sin democracia ni justicia, entregándoles en bandeja los frutos de su trabajo y de su vida, dejándolos a merced del despotismo y de la corrupción de entre las más cínicas y nepotistas que se han asentado ya en el mundo y que al parecer seguirán proliferando a expensas de las democracias formales occidentales, globalizadas y globalizadoras que van entregando el resto del mundo para conservar su por ahora extenso gueto y sus negocios, un gueto en el que proliferan los quintacolumnistas desaprensivos y aumentan los infiltrados, a quienes, para peor, se les permite seguir en la barbarie y se defiende su pureza, su testaruda tradición, etc., etc., legitimándo y atribuyendo valores sublimes a su atraso. Un gueto rodeado de una renovada no alineación por el exterior y de nuevas generaciones de hijos de inmigrantes que acusan a sus padres y abuelos a la vez que a los gobiernos de los países donde nacieron y cercan las ciudades desde dentro. Los recientes sucesos del año pasado en Francia, por un lado, nos confirman que esos enfoques basados en unas u otras "alianzas" utópicas no les servirán de mucho. Las alianzas de los populismos tercermundistas con el fundamentalismos de todo pelaje, lo mismo por el otro lado.

En fin, el eterno retorno, como puede verse en el irónico cuadro que llevan dando entre otros los los judíos al practicar la entrega de otros seres indefensos al exterminio y la discriminación. Y mientras unos hacen el papel de los nazis y de las gestapos, de los stalinistas y las chekas, otros, viejas víctimas de ellos, pretenden conservar lo que han ganado metiéndose en los personajes de los viejos suizos y de los viejos miembros de la curia romana.

Y, de paso y como ellos, negociando, negociando hasta el límite de perderlo todo.

domingo, 1 de julio de 2007

Intentando provocar una nueva conciencia

Me encuentro desde hace meses ante más de 1,5 megas de texto correspondiente al borrador de mi nueva novela. Está prácticamente todo el metraje y como pasa con las películas que recién se han filmado, supera en volumen y contenido lo que sería "la versión del director" (además de no estar montada del todo.) Es decir, que la pobre está temblando ante las tijeras que habrá que aplicar irremediablemente. Y estoy sufriendo yo, con ella, porque sigo siendo todavía un tanto caprichoso y sigo ardiendo de deseos de incluirlo todo, como si no pudiera volverlo a decir o no hubiera dónde hacerlo.

¿Ansiedad incontenible? ¿Certeza de que uno puede desaparecer en cualquier momento? ¿Temor a desaprovechar el ingenio que quizá no vuelva, al desánimo amenazante, a la pereza futura?

Es probable. Pero, me repito ahora, al hilo de lo que estoy escribiendo, tendré al menos que intentarlo: aligerar la información para que la que llegue lo haga con contundencia, con fluidez y con suficiente atractivo. Sí, creo que debo pensar del mismo modo en que lo hice en la frontera de la madurez, cuando dejé de buscar, al mismo tiempo, un modo de llegar a las estrellas y de viajar en el tiempo. En síntesis, cuando descubrí que mi omnipotencia era un delirio infantil, que nunca sería ni Superman ni Cristo ni tan siquiera Einstein (¿tan siquiera?, en fin, las jerarquías estaban establecidas en aquellos años por los sueños, y en ellos la fantasía puede más que la realidad.)

El otro reto, más allá de la forma pero que tiene a esta como vehículo, igual que la transfusión requiere la aguja y la jeringa, es conseguir provocar una nueva conciencia.

"Una nueva conciencia" quiere decir, o lo pretende, siguiendo a Leavis y a Ford (podéis releer la cita que antecede a la novela y que reproduzco bajo la portada en la solapa de la derecha), un nuevo descubrimiento de la mente, un despertar de la conciencia a un hecho o a un suceso novedoso, a una extrañeza. Por ahí andan unos expertos (Latour, Stengers) hablando de "faitiches" (en spanglish "factiches") con la intención de poner en evidencia la simultaneidad o correspondencia de hechos y mitos y algunas cosas más que trasmiten con intencionada falta de claridad -usando lenguajes de secta, esotéricos, "poéticos"; en fin, una pena, porque tal vez se podría aplicar el término a aquellas situaciones narradas que cuando se dicen (por escriben) bien consiguen en el lector el efecto que produce la propia experiencia.

¿Qué significa entonces escribir bien?, pues, ni más ni menos, que se logra ese resultado.

Me atreveré a extrapolar de F.R.Leavis ("D.H.Lawrence, novelista", Barral Editores, Barcelona, 1972), cuando resaltaba la capacidad literaria que observaba en las historias escritas por D.H.Lawrence, que se debe repetir el mismo efecto que el que experimenta un niño cuando establece un vínculo, primero de observación y luego de manipulación, con una situación con la que hasta ese momento no se había encontrado. El niño (una niña en uno de los textos analizados, ob.cit., pags. 180 en adelante), adquiere, de repente, conciencia (en este caso, antes de que sea natural), sufre conmociones que despiertan en ella emociones que no comprende pero que la marcan, que son imperecederas (al menos tendencialmente), que dejarán por tanto un registro en la conciencia, un registro que la hará crecer para bien o para mal. Para afirmar más adelante:

"...uno de los dones distintivos de los novelistas: el poder de consignar, de evocar la vida y las costumbres con una intensidad convincente- el poder de evocar la presencia viviente creada que nos obliga a reconocer la verdad, la fuerza y la novedad de la percepción que consigna." (ibíd., pag. 282.)

Yo pienso, atando cabos, que el fenómeno es tan reiterativo a lo largo de la vida infantil que deja en sí mismo una marca indeleble. Creo que se convierte en lo que en psicología se podría denominar un ritual. No me parece aventurado pensar que ese es el ritual que repetimos cada vez que nos dejamos llevar y consiguen llevarnos a través de una historia bien contada.

Eso podría explicar por qué cada vez que leemos una buena novela o un buen cuento volvemos a conmovernos y, consecuentemente, a sentir que nuestra conciencia se amplía, que extraemos algo de entre las páginas para nosotros mismos.

Esa novela (al final de la lectura también, pero realmente en cada uno de sus secuencias vitales, y el final es de las decisivas) y esos cuentos, están escritos de tal forma que nos hacen revivir esas sensaciones de la infancia.

Yo diría que, aunque no nos dijeran nada que ya no supiésemos, aunque simplemente nos repitieran lo que ya hemos experimentado en carne propia, un buen texto literario nos conmovería igualmente en la medida en que consiguiera hacernos revivir la emoción de nuestros primeros años, el mismo tipo de emoción ante la sorpresa y la revelación, ante la extrañeza y el descubrimiento. Un descubrimiento engañoso, tramposo, porque sólo es siempre la punta del ovillo, pero necesario para continuar (¿acaso un libro tras otro?)

Para ello, el escritor, de serlo en sentido estricto (en el sentido que trasmite Leavis), debe saber tender las trampas para atrapar al lector en esa recuperación de su experiencia infantil. Debe hacerlo prisionero de una trama que le haga creer que se halla ante algo que desconoce (una intriga) y que se le revelará poco a poco, junto con los personajes (unos u otros); que entra otra vez en la ignorancia y que irá saliendo de ella al final. No, claro, de toda ignorancia, sino de aquella que el propio texto define. Incluso, en una novela, de una secuencia a otra, conquistando la conciencia que se le ofrece una y otra vez.

Bien, aquí os dejo, mis selectísimos espectadores, para volver a enfrentarme a ese mega y medio largo lleno de caprichitos que espero no lleguéis a conocer... con el objeto de conseguir un texto digno de despertar al menos unas ¿500?, ¿1000?, quién sabe, digamos unas cuantas nuevas conciencias.