lunes, 21 de agosto de 2017

Del uso espúreo de la considerada "islamofobia generalizada" o Entre el cuchillo y el victimismo.


En cierto modo y en buena parte, esta entrada vuelve sobre el tema que traté hace un tiempo en relación con otra acción terrorista, la de París, realizada en el marco de la Yihad contemporánea, y la portada que tras aquellos masivos asesinatos de guerra sucia publicó Charlie Hebdo, a saber:  "Ni ofensiva ni humorística... simplemente mentirosa".

Tan mentirosa, o más exactamente, engañosa como las manifestaciones de decenas de musulmanes en Barcelona haciendo incapie no en la condena radical sino, fundamentalmente... a negar su  complicidad con los asesinos y a negarles a estos que los representen, (algo que los propios terroristas y su movimiento ya se encargan muy bien de señalar al considerarlos inconsecuentes), y en todo caso al método utilizado para doblegarnos: el terror. Más precisamente: a exigir, junto a y respaldados por sus compañeros de ruta de la izquierda, que no se los... "discrimine", lo que no es sino la cobertura de algo más que intentaré desenmascarar para beneficio de las "almas bellas" que un día pudieran verse sorprendidas por la realidad que toda la representación oculta.

Y esta es la primera mentira que en realidad oculta la verdad: la mayoría de los musulmanes que habitan Europa y practican su culto... no está en contra de la islamización del mundo (yihad) sino del método utilizado por los grupos llamados "radicales".

Por otra parte, de este modo, el "asunto" pasaría de repente a ser el "problema de los pobres musulmanes" en lugar del "ataque del terrorismo yihadista". ¡Abracadabra!

La doble mentira pretende así ser defensiva a priori y junto a sus sub-cómplices de la buena izquierda evitar la crítica a las raíces semiocultas del problema, enceguecernos para que nadie las vea y las exponga. Porque esto es lo que pretenden y declaran abiertamente: "No pongan en cuestión nuestras tradiciones y creencias, ni nuestras "restantes" prácticas religiosas"... (¡Hoy, en la benemérita "Sexta", una figura de la comunidad musulmana señaló el "error" de llamar al terrorismo en cuestión "yihadista"... y ni uno sólo de los contertulios le hizo la menor observación o pregunta, en concreto y simplemente, obligándolo a que explicara que significa la Yihad!) Intentando dar vuelta la tortilla con la ayuda de una notable mayoría de comentaristas/periodistas y comentaristas/políticos de la extendida y mediocre izquierda de nuestros tiempos (la "izquierda de los desamparados", como la he llamado una vez), que con intención o inercia llevan al desplazamiento del tema principal, el ataque, al de una supuesta "necesidad" de "no caer en la islamofobia" y, de esta forma, ayudarlos a conservar y seguir así extendiendo sus conquistas "pacíficas", o, en otras palabras más ajustadas: a ir islamizando el mundo en nombre de los "pobres árabes", símbolo actual de "los desamparados del mundo" (ver más). (Esto, dicho sea de paso, es lo que hace de la religión islámica la religión de los pobres por antonomasia, con lo que va ganando prestigio y justificación a la manera en que un siglo y medio antes consiguió ganarla el marxismo... de ahí la adopción de esta como símbolo de la izquierda. ¡Y de ahí una causa más del encadilamiento que produce en la juventud necesitada de referencias! ¡Lo que contribuye a que haya hijos de occidente que vayan a luchar ya no a Bolivia con el Che sino a Irak y Siria con los nuevos califas sacerdotales).

¿Pero... qué son esas "prácticas" y qué esa "lucha" profética llamada por un nombre que nadie parece querer decifrar y muchos intentan dulcificar: "Yihad"?

a) Sumisión de la mujer y de las niñas (castigos corporales y condena a abrazarse bajo un burka incluidos), ablación del clítoris para empezar, represión y condena a muerte (lapidación y ahorcamiento público incluidos) por "desviaciones" sexuales (homosexualidad, relaciones extramatrimoniales por parte de la mujer, infidelidad), etc., todo lo cual viola las leyes europeas y escandaliza –cuando se atiende a ello– a todas nuestras "bellas almas"... aunque no tanto como, por ejemplo, la construcción de un muro en la frontera de Israel por "los sionistas" o sus acciones militares defensivas pero en los marcos de la guerra y represión convencionales.

b) Yihad: "guerra santa", ¿por quienes y contra quienes?: de los fieles contra los infieles... ¡hasta su exterminio!

¿No se sabía esto? Vamos con una cita particularmente a propósito del Corán (que todos los musulmanes están obligados a seguir): 

"Combatidles hasta que cese la oposición y la adoración debida sea solo por Alá." (Versículo 2, "Al Bacra", capítulo 193) (*)
 
Así y con ese objetivo principal, las decenas de musulmanes que se manifiestan estos días en Barcelona, es como mienten porque no rechazan los objetivos de los terroristas (la Yihad) sino sus métodos "inconducentes" (uno de los manifestantes dijo: "No lo lograrán", y me cabe pensar que le faltó añadir: "... de esta manera"); y mienten de nuevo al tener por objeto defender sus actuales conquistas en territorio occidental, todas las cuales violan las leyes del Estado y de la Comunidad Europea como ya he dicho, y que incluyen en primer lugar su libertad de propaganda (¡de la yihad y de la práctica de sus "tradiciones culturales"!) y la reclamación de los bienes que entienden que aún les pertenecen (la Mezquita de Córdoba, hoy Catedral, por ejemplo... en su camino a la restauración del Califato de Al-Andalus), algo con lo cual estoy casi seguro que todo musulmán también comparte, incluidos los manifestantes.

Por otra parte, ¿cuántos y de qué virulencia son esos "ataques islamófobos" que se denuncian con muchísimo más ruido que la represión y ataques a cristianos o judíos en el mundo, o al uso que hacen en calidad de escudos de inocentes de todo tipo entre otras muchas "salvajadas"?; ¿por qué los grupos que realizan estos últimos son considerados por "la opinión pública" como excrecencias minoritarias y los que hacen cuatro o cinco pintadas sin ir más allá como los otros son anatemizados casi orquestalmente?; ¿por qué se justifica fácilmente por parte de demasiados las reacciones de los "rebeldes" y ni un poco a gente que reacciona ante la indenfensión que les prometen burócratas, diplomáticos, progresistas y demás "almas bellas"; ante el miedo a ser golpeados de no saben dónde?... ¿No es para entender que si el hambre lleva a la violencia también, sin duda, lo hace el miedo y uno de sus dos resultados: la rabia, la indignación; justmente lo que en otros casos sirve de justificativo para auténticas acciones vandálicas y hasta para masacres "contra los ricos" o "los imperialistas"?...

¡Sin duda se podría decir: "nolite judicare", y el que esté libre de pecado que siga tirando la primera piedra! O tan sólo hacer un desinterasado y desprejuiciado desenmascaramiento de lo humano por la crítica. Y la crítica, la vivisección de la crítica, no propone nada de nada porque sabe que la marcha humana no será jamás paradisíaca por mucho que la angustia nos lleve a soñar que lo pudiera ser.




(*) Y las hay aún mucho más taxativas e impías hacia los infieles, aunque no vienen aquí a cuento y suelen ser consideradas propias de "otros tiempos" y por tanto "mal interpretadas" por "los radicales". Algo, sin duda, que caracterizó (y casi se autoreprimió por completo) a todas las religiones, a toda idea de Dios (que como bien dijera Durkheim equivale a pueblo: pueblo contra los demás pueblos cuyo sometimiento daría más "confort" al propio...) Pero esto, que también se utiliza para correr un tupido velo sobre las intenciones combativas de los musulmanes, no es la cuestión. Dicho sea de paso al respecto: esto sólo pone sobre el tapete la única diyuntiva posible: o unos imponen a los otros sus leyes y convicciones o se soportan tras una autorepresión concertada que exigiría la renuncia de y el combate explícito de los propios musulmanes contra las prácticas más recalcitrantes de su religión.