Todos aceptamos que se producen evidencias, aunque no todos las consideramos y valoramos de igual manera (a veces, muchas, incluso se las ignora lisa y llanamente... cuando no se las puede tergiversar adecuadamente).
Pues bien, en un lapso muy breve, y más ostensiblemente que en tantos otros casos que están en perfecta proporción con el inmenso ejército de burócratas políticos de todo tipo, importancia y papel de esta sociedad "democrática nuestra de hoy en día", dos miembros del gobierno, profesionales ambos, funcionarios ambos, pertenecientes a poderes del Estado (no precisamente independientes según lo convenido) han "explicado" con iguales argumentos la violación por su s respectivas partes de leyes que en teoría (¡ay de ellas y de quienes crean en ellas!) debían "vigilar". A saber, algo así como: "no pretendía eludir su cumplimento" (para decirlo en términos más sustanciales y menos mediocres e incoherentes que los empleados por ellos mismos) y "no sabía".
¡¡"No pretendía", "no sabía!!"... dicen quienes, como se comenta hasta en los recreos de párvulos: debían conocer de sobra la ley cuyo cumplimento se encargan (sí, uno ahora como simple diputado) de perseguir por imperativo político y... legal.
Bueno, las evidencias sucesivas están ahí, clonándose una a la otra. Y me pregunto: ¿no deberíamos comprender -todos, incluso por parte de los involucrados que al parecer no pueden reconocerlo so pena de aceptarlo todo-, que se trataría simplemente de aquello a lo que se refería Hobbes de que...
... y que hoy se mantiene de un modo enmascarado, velado, camuflado, mitificado...?
Es decir, ¿que se trata de lo normal y hasta lo que debe ser atendiendo al hecho cierto, a la evidencia, de que los protagonistas (estos y los muchos otros de igual especie que nos brindan la sistemática comedia cotidiana) pertenecen, integran, son parte del Soberano, es decir, del Estado que nos gobierna, del Estado Burocrático que hace del pueblo (e incluso, en alguna y menor medida lógicamente, de "la oposición") meros espectadores, tributarios y súbditos de la nomenclatura y sus fieles?
¿Y no deberíamos darnos cuenta de que la "democracia nuestra de hoy en día" y sus leyes, sólo se aplican, es decir, son efectivas para los demás (los no gobernantes), se diga lo que se diga y se olvide lo que convenga...?
Es decir, ¿que se trata de algo que se lleva constantemente a la práctica de hecho se diga lo que se diga, o no-de-derecho, salvo... cuando se hace posible, conveniente y no demasiado arriesgado otra cosa; salvo, en fin... cuando uno de los grupos internos en lucha intestina tiene suficientes intereses, suficiente fuerza, suficientes ventajas potenciales y... necesidad suficiente para ponerse a sí mismo en evidencia como para se anime a exigir y pueda usar la engañosa fórmula de la "igualdad de todos ante la ley" y aplicarla al contendiente de su propio estamento (desde un presidente y sus ministros hasta los concejales de las pequeñas poblaciones, pasando por jueces, rectores, comisarios, altos oficiales, etc.) para... causarle bajas al otro y mejorar su handycap en el juego, por lo general con menor contundencia que a "todos" los demás y al "pueblo" cuando no "a medias" o hasta "simbólicamente"?
En fin, allá quien quiera seguir considerando estas evidencias cada vez más generalizadas como simples muestras de la "corrupción moral" del hombre y demás máscaras, velos, camuflages y mitos.
Pues bien, en un lapso muy breve, y más ostensiblemente que en tantos otros casos que están en perfecta proporción con el inmenso ejército de burócratas políticos de todo tipo, importancia y papel de esta sociedad "democrática nuestra de hoy en día", dos miembros del gobierno, profesionales ambos, funcionarios ambos, pertenecientes a poderes del Estado (no precisamente independientes según lo convenido) han "explicado" con iguales argumentos la violación por su s respectivas partes de leyes que en teoría (¡ay de ellas y de quienes crean en ellas!) debían "vigilar". A saber, algo así como: "no pretendía eludir su cumplimento" (para decirlo en términos más sustanciales y menos mediocres e incoherentes que los empleados por ellos mismos) y "no sabía".
¡¡"No pretendía", "no sabía!!"... dicen quienes, como se comenta hasta en los recreos de párvulos: debían conocer de sobra la ley cuyo cumplimento se encargan (sí, uno ahora como simple diputado) de perseguir por imperativo político y... legal.
Bueno, las evidencias sucesivas están ahí, clonándose una a la otra. Y me pregunto: ¿no deberíamos comprender -todos, incluso por parte de los involucrados que al parecer no pueden reconocerlo so pena de aceptarlo todo-, que se trataría simplemente de aquello a lo que se refería Hobbes de que...
"... el soberano no está sujeto a leyes formuladas por él mismo, es decir, por el Estado, porque estar sujeto a las leyes es estar sujeto al Estado, es decir, al representante soberano que es él mismo, lo cual no es sujeción sino libertad de las leyes." (Thomas Hobbes, "Leviatán...", Ed. Tecnos, Madrid, 2007, págs. 177-178)
... y que hoy se mantiene de un modo enmascarado, velado, camuflado, mitificado...?
Es decir, ¿que se trata de lo normal y hasta lo que debe ser atendiendo al hecho cierto, a la evidencia, de que los protagonistas (estos y los muchos otros de igual especie que nos brindan la sistemática comedia cotidiana) pertenecen, integran, son parte del Soberano, es decir, del Estado que nos gobierna, del Estado Burocrático que hace del pueblo (e incluso, en alguna y menor medida lógicamente, de "la oposición") meros espectadores, tributarios y súbditos de la nomenclatura y sus fieles?
¿Y no deberíamos darnos cuenta de que la "democracia nuestra de hoy en día" y sus leyes, sólo se aplican, es decir, son efectivas para los demás (los no gobernantes), se diga lo que se diga y se olvide lo que convenga...?
Es decir, ¿que se trata de algo que se lleva constantemente a la práctica de hecho se diga lo que se diga, o no-de-derecho, salvo... cuando se hace posible, conveniente y no demasiado arriesgado otra cosa; salvo, en fin... cuando uno de los grupos internos en lucha intestina tiene suficientes intereses, suficiente fuerza, suficientes ventajas potenciales y... necesidad suficiente para ponerse a sí mismo en evidencia como para se anime a exigir y pueda usar la engañosa fórmula de la "igualdad de todos ante la ley" y aplicarla al contendiente de su propio estamento (desde un presidente y sus ministros hasta los concejales de las pequeñas poblaciones, pasando por jueces, rectores, comisarios, altos oficiales, etc.) para... causarle bajas al otro y mejorar su handycap en el juego, por lo general con menor contundencia que a "todos" los demás y al "pueblo" cuando no "a medias" o hasta "simbólicamente"?
En fin, allá quien quiera seguir considerando estas evidencias cada vez más generalizadas como simples muestras de la "corrupción moral" del hombre y demás máscaras, velos, camuflages y mitos.
4 comentarios:
Diana en el centro.Tampoco es tan terrible violencia para el órgano fonador pronunciar:D-E-M-O-C-R-A-C-I-A A-B-S-O-L-U-T-A.
Y, bien mirado, si las opciones son:
A) Que me toque un amo
B) Que pseudo elija un amo.
Prefiero la opción A.Tiene más decoro y le veo más juego.Devoto que es uno del Azar.
Gracias, me satisface haber hecho diana en tu "espíritu", je... En el Renacimiento (y en realidad antes de que los intelectuales se sintieran "la conciencia de la humanidad" sirviendoles en bandeja a los burócratas los slogans pertinentes) tenían menos prurito en reconcer que preferían y buscaban la opción A... como Galileo. Como dijiste una vez cuando te reconociste "súbdito". ¡Oh, sin duda te prefiero por ser al menos natural! (¡Yo creo que lo soy a medias, pero tal vez esté mutando sin que lo parezca todavía!)
Un abrazo, my friend!
Un representante del poder judicial no se puede mezclar ni vender a los poderes politicos o economicos. Deberia estar y mantener una absoluta independencia y equidistancia. Baltazar Garzón se comporta como un "puppet" o una "starlette", lo que es como minimo vergonzoso, no solamente para el sino para la corporación que representa, o sea, es un ciudadano indigno. España merce mejor...
Bienvenido Pedro. Permiteme sólo que insista en la intencionalidad de mi argumentación. Los hechos indignan tan sólo entre otros miles y entre millones si consideramos el mundo entero. Pero no es sólo la cantidad y la asiduidad con que proliferan, el hecho de que ya sean parte del paisaje social de nuestro tiempo... lo que entiendo es que se trata de algo irreversible, característico y propio de la sociedad que ha llegado a ser a través de la Historia. El fenómeno no es un simple "trueno en cielo despejado" y no prodece realmente ni siquiera verguenza en los autores que se sienten plenamente justificados para no sólo actuar sino SER como son, incluidas las justificaciones "obligatorias" que pueden o no darse y con cualquier contenido: los actores (miembros del poder) son "hobbesianos" de hecho (lo hayan o no leído), están por encima del "común", los asiste una "misión suprema" e "incuestionable" que podríamos llamar "el Poder por el Poder", y es una rueda que rueda y no puede detenerse.
Un saludo y a ver si te veo de njevo por aquí (cariños a la desembocadura del Tajo y a esa hermosa vista desde el Miradouro de tejados que caen en cascada hasta el río y los barcos).
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