El jueves pasado dejé el comentario que sigue en el blog de Gregorio Luri, El café de Ocata (donde se puede ver cómo la recurrencia a la banalidad histriónica acaba agrupando en torno a un público que sólo pesa como multitud), nacido al calor de uno de los tantos debates recientes provocados -nunca mejor dicho- por la propuesta gubernamental para una nueva ley del aborto... Como podréis observar, de hecho me he "des-marcado" del tema aparentemente central y del núcleo formal del asunto (a los que, para que no se diga dedicaré alguna pronta entrada, responsable como me siento a opinar sobre aquello que preocupa más de cerca) para centrarme en lo que en el comentario llamo "marcar" , siguiendo (parcialmente, como debería ser obvio) a un filósofo olvidado, Cornelius Castoriadis, del que hablaré pronto en cuanto pueda ampliar la sustancia del tema. "Marcar", la verdadera intencionalidad burocrático-política del gobierno... La manifestación que por encima de todas refleja la peligrosidad sutil, sibilina, engañosa y destructiva de este gobierno (en línea con el proceso integral y mundial en el que se inscribe; y del que esto es una faceta particular del poliedro y no "un trueno en cielo despejado"). Pero empecemos por reproducir el comentario sustancialmente tal como fue publicado y en todo caso adecuado a una mejor lectura:
"Mi opinión fundamental: creo que el mensaje no pretende ser más que un slogan sin significado real (si se discute en torno a él es porque se da por sentado que representa alguna idea, y no lo es). Tiene, como todo lo que dice el gobierno (y casi toda la política burocrática actual en todo el mundo) un rol fundamentalmente instrumental. En este caso (¡y momento!) el de intentar asegurar el voto de la juventud (mayor de 18 para las europeas, pero de 16 hoy para acabar siendo ¡de 18 para las generales!) y de los progresistas y contestatarios de diversos tipos, revistiéndose de "antiautoritarista" (como marca) para dejar a los demás (Gregorio Luri incluido, je...) como autoritaristas. Esto se completa con las palabras de ZP contra las "interferencias" (tomadas como lo que marca), a favor de la libertad de las jóvenes y en contra de los que hablarían de la libertad (léase los liberales) sin ser sino... unos conservadores o "carcamales" (como los del vídeo). La jugada es magistral en lo operativo, y este debate lo evidencia. Como en otros casos, aún no hay Ley (y si por fin lo hay, a ZP le dará lo mismo) sino sólo declamaciones y exabruptos (el alien no humano de la Aído, etc.)... Pero lo importante ya está hecho. Y si luego se corrige algo, por lo que sea, por ejemplo por necesidades de alianzas en el parlamento, etc., etc., eso se hará más en silencio y... ya no se publicará en la portada de El Público."
4 comentarios:
Clave política de nuestra democracia:
La voluntad de generar debate, eh aquí la fuerza motora de la política actual. Quien sabe generar debate domina la opinión pública y vence.
Lo de menos es el propio debate. ¿por qué sucede esto?
porque estamos en manos de la política de barrio, de los charlatanes, y la mujerrucas. Da igual el color que defiendan.
De hecho vienen a ser los que yo he denominado "eutifrones"... Volveré a tocar el tema en un post donde saldrá por fuerza a cuento de la ingenuidad liberal. Aunque ya he tratado de esto al hablar de la "tercermundización" del mundo que veo avanzar. Y es que no sólo hay que identificar a los curanderos dominantes sino describir el por qué de su asensión... Te remito de momento a "La irresistible ascensión de Eutifrón" (24-4-2008) y mucho antes a "Democracias engañosas" (18-4-2007), entre otros, donde la cuestión estaba menos dilucidada que ahora.
A mi criterio, pues, no hay ni habrá ya lugar a "otra política" que no sea la de "barrio" o mejor dicho la de los "charlatanes" y las "mujerrucas", pero unos demasiado peligrosos como para no mentener un ojo avisor o tomarlos como pasajeros o extirpables... Sino: como una nueva subespecie, sin duda antropológica... sin duda... proveniente del mismo origen que el que nos puso aquí a "nosotros" y a "otros".
Un saludo.
Buenos días Carlos!
Leía hace ya un año o así una entrevista a A. Vilenkin (puedes buscarlo en el google) y este decía algo muy ilustrativo al respecto de la política de barrio.
Lo que yo saqué en claro es que nuestra visión del mundo afecta radicalmente a nuestras aspiraciones políticas, por decirlo de alguna forma. En este sentido, creer que la vida es fugaz, que somos polvo interestelar, afecta en gran medida que se predique, de mil formas distintas, una forma de vida rezagada y mediocre.
Saludos y nos vemos
¡Claro que afecta! Es a lo que me he referido varias veces como el "dominante psico-social" o algo parecido (voy buscando el término) y que Castoriadis (un tipo que estoy releyendo después de long time y que como digo en el post tiene varios hallazgos -¿quién que haya meditado no los tiene?-) llamó "magma social de significaciones" o "magma imaginario" o "el imaginario" a secas.
El preoceso que lo construye y que hace que se imponga a todos conforma uno de los temas que más me interesan y que... propone un eje diametralmente diferente al que se sitúa en el centro o foco de liberalismo y marxismo, es decir, de racionalismo y antropocentrísmo...
La "política de barrio" sería así una consecuencia de ese proceso de "degradación" que yo me inclino cada vez más por considerar de "aumento del aspecto instrumental del lenguaje" (pronto habrá posts al respecto, je...)
Gracias por los aportes y un saludo.
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