viernes, 15 de febrero de 2008

Apuntes sobre el fenómeno intelectual y otros hechos de la Historia Humana

Reproduzco a continuación un comentario que dejé hoy en "La Nueva Ilustración evolucionista" (por cierto, un blog de referencia como no hay muchos) en tanto creo que responderá a otros amigos de debate acerca de "cómo veo" este cuestión.



Sin duda se está reflexionando cada vez más profundamente aquí y allá sobre todas estas cuestiones. Creo incluso que esta es una consecuencia colateral de la preocupación (y "tensión") a que nos ha sometido esta "era" Z (que ojalá "sea", o sea... deje de ser, es decir, podamos decir, "era", lo que a veces no parece que sea precisamente la tendencia, no sólo local sino globalmente hablando; dicho todo esto de paso).

Ahora bien, sólo haré un escueto apunte metodológico que creo que ayudaría a profundizar aún más (no sé hasta dónde) en todos estos temas: lo histórico, su producción "sin interferencias de racionalismo de cortas miras" (Germánico dixit), "venido a menos por la decadencia de los lideres" (Nacho dixit, lease "venida a menos" para respetar el género del sustantivo), INCLUYE a los actores de la Historia, es decir, es el conjunto de toda la realidad (limitada, eso sí, por el alcance de las "influencias" mutuas, es decir, dejando de lado lo que esté pasando "en este momento" en la galaxia vecina, etc.; limitada, digo, al entorno de proximidad donde cada fenómeno puede comprenderse). Quiero decir, que lo que ha dado la Historia así como lo que dará, será cosa, sí, de la Realidad misma, como lo fue la materia orgánica en una Tierra inorgánica (por ejemplo) o el Esatado Actual. Si aceptamos este enfoque, esto nos lleva (al menos a mí) a "no poder decir" que "el Estado es un mal necesario" o que "no se abomine de él" (adptando lo dicho un poco) ni hacer valoraciones más allá de la cotidianidad que nos las arrancan (algo inevitable para nuestra salud mental humana, de acuedo). Cosas que avalan nuestra connivencia con ese Estado y que nos ponen ante él no como observadores o estudiosos sino como "reformadores en potencia" y por ende como... sí, sí, y sí: "dictadores en potencia"!

Esto parece inevitable, pero sólo para un intelectual (como somos nosotros)en una etapa como la actual del mundo, es decir, inevitable como parte de la mecánica del intelectual (¡por lo que no es ajena ni a liberales ni a socialistas!) y esa "mecánica"... seguirá "interfiriendo" porque es parte de la Realidad y no algo que viene de "otro sistema" sino acaso de uno de los "subsistemas" presentes entre otros.

La génesis, modificación y puesta en práctica de la moral, y las acciones en general de todos los actores, serían parte de esa Realidad y se explicarían de igual modo: de ahí que crea, por ejemplo, uno más para no variar y a propósito del blog de Nacho y otros, el "creacionismo" deba ser combatido y sería más fructífero combatirlo no en sus argumentos sino en su razón de ser actual, social y política, y en su intencionalidad combativa, política, maquiavélica... que está en consonancia con las demás manifestaciones ideológicas del presente histórico, de nuevo: como el liberalismo y el socialismo.

Etcétera y etcétera...

13 comentarios:

Váitovek dijo...

Carlos:

Confieso que no te entiendo bien, o eso me parece.
Si lo que dices es que una cosa es lo que dicen "Los Brujos" - hecha un vistazo a mi post sobre las tres edades de la civilización- y otra los efectos que buscan las guerras de poder entre los brujos para subyugar a Faraón, claro que sí, me parece una distinción básica, pero eterna, y ponerla de relieve es una obligación, pero tampoco es la pólvora.
Pero hay otro aspecto que quizá no percibo bien, cuando hablas de los actores de una Realidad de la que son sin saberlo a la vez actuados por ella.A ver si me sale:
¿Has visto The Cube? En un momento clave uno de los encerrados en aquella monstruosa prisión le pregunta a uno de ellos que había contribuido en parte por el diseño total del invento.
Y éste le responde:Nadie lo sabe, no hay diseño total, Big Brother Is NOT watching you, cada uno hace su parte, y el diseño consiste, precisamente, en un sistema que no lo necesita, pero funciona como Dios, nunca mejor dicho.¿Es esto?

... dijo...

Hola Carlos,

Este post tuyo tampoco lo entiendo muy bien. Me parece un lenguaje un poco críptico. ¿Qué es lo que quieres decir?

Carlos Suchowolski dijo...

Hola, he buscado infructuosamente en tu blog el post al que hace vaga referencia. Envíame el link. Entretanto iré diciendote algo con la intención de poner más luz sobre unas notas demasiado sintéticas y demasiado rápidamente encadenadas al hacer el comentario en "La nueva...", por lo que no me extraña que se pierda algo (estaba seguramente fuera). De modo que disculpas por pasarlo sin más a un post (lo que de haber hecho de otro modo tal vez no hubiera aclarado mucho). Cuando lea tu post supongo que confirmaré que "brujos2 son los dirigentes, ideológos, etc., y sabré qué quieres de cir con "subyugar al Faraón" (¿el propio Estado? ¿El "pueblo"?) Por otra parte, tampoco vi The Cube, y ya va siendo hora de que lo haga porque no es la primera vez que me hablan de ella. Pero la sinopsis que mencionas y lo que me comentaron me da una idea.
Con todo esto, sólo procedo a aclarar mi posición que sin duda no es novedad (en todo caso, la novedad está en la narración). Incluso hay "un retorno" (en la línea de "eterno retorno") que se produce a mi entender entre nuevos seres humanos sucediéndose con igual rango de capacidades desde hace miles de años ante un mundo que ha ido cambiando por "acumulación de cambios" por ellos mismos realizados y algunas cosas más. Retorno, así, a respuestas intrínsecamente "iguales" aunque basadas cada vez en un bagaje cultural mayor y una herencia acrecentada, y con la misma extrañeza, sobre todo ante su propia condición de fenómeno: su autoconciencia.
Ahora bien, lo de los actores (nosotros todos) y la Realidad Social y Material que los incluye, yo digo (nada nuevo, quizá, pero con cierto énfasis porque en el "retornar" las "maneras" se olvidan y se empieza muchas veces "de nuevo") que si los actores son parte de La Realidad y la acción de ellos (nosotros) se inscribe en ella, se debería (creo) ver a uno mismo (como actor) y al propio grupo, como parte necesaria e inevitable y no como posible "diseñador/a" a voluntad de un posible mundo pensado como "solución". Como si pudieramos ver "el mundo futuro bueno para todos" y "realizarlo". Esto es lo que hacen a mi parecer todos los intelectuales (actores de primer orden entre muchos más actores reales) y eso explicaría la getación de mitos y utopías que acaban como "pueden" luego, a veces incluso creativamente (y a muchos luego nos parece que "dolorosamente"), es decir, siguiendo las "líneas" determinadas por el conjunto de las interacciones entre las que están sin duda esos impulsos creadores y esos intereses reales de los intelectuales, etc. etc.
Por eso, yo prefiero decir las cosas de otro modo, como señalaba en el comentario hecho post, y no decir "tenemos que combatir" (deber ser mesiánico), "tenemos que actuar"... sino simplemente:
(a) contemplar el hecho de que "ya hay y habrá quienes combatan" con sus diversas motivaciones (que me interesará desnudar... por simple "imperativo genético" -esto es muy sintético, pero no puedo aquí sino dar una pincelada a este subtema-), reconcocer que "ya sucederá" y en todo caso aventurar en qué dirección aproximada o tendencial (también por "imperativo genético" y (b) aceptar que yo mismo, en determinadas circunstancias ejecutaré también acciones que concurrirán a alimentar, dificultar o frenar esa marcha un tanto caótica o más bien no del todo abarcable por la mente humana que lleva a La Realidad por el camino Real, es decir, el que se va haciendo.
Y todo esto sólo para no caer en la utopía intelectual y la mecánica dominadora que ella trae consigo (aunque cada vez menos, lo que marca otras pautas y es para tratar por separado).
Bueno, no sé si he aclarado algo o ahora está peor. Yo mismo estoy dándole forma a todo esto y hay muchos flecos que se van remendando de narración en narración gracias a la intercción de estos debates que sin duda me motivan (otro "imperativo genético" basado simplemente en la obligatoriedad de la comunicación).
No sé, tal vez haya mejores síntesis, como la de "La lógica del titiritero" de Pablo Palenzuela, con quien he coincidido varias veces (él centrándose generalmente más en su especialidad pero no sólo), y cuyo lema (el de su blog) me parece muy sugerente y muy a cuento para esta ocasión más allá del detalle del término que utiliza:

"Si somos marionetas, la mejor opción para dejar de serlo es tratar de entender la lógica del titiritero" (http://pablorpalenzuela.wordpress.com/)

Carlos Suchowolski dijo...

Hola Paco, a ver si mi intento anterior de clarificar ha funcionado. Lo que hay aquí es sólo una faceta parcial del tema que pretende mostrar que los mitos e ideologías que fundan los inlectuales tienen su raíz en sus propios intereses y que esto los empuja al poder total o parcial, aunque cada vez más recortado por la burocracia política ya consolidada y autonomizada que de todos modos tiene sus orígenes en ese mismo "estamento".
El post muestra un enfoque posible que se desvincularía de pretenciones "liberadoras", "emancipadoras", etc., es decir, de querer "transformar el mundo". A la vez, señalo que los hechos fuerzan la participación, pero que no es la que creen utópicamente que realizan en base a una supuesta capacidad de "saberlo todo" y "saber lo que es mejor para el mundo".
No sé si esto aclara un poco más, pero quizá debería poner esto en el trabajo global que estoy desarrollando y aquí salió a instancias de motivaciones parciales. En fin... cosas de la blogsfera...
Un saludo.

Váitovek dijo...

Carlos:

Me parece que te va a interesar enormemente la discusión que se ha generado a propósito de la presentación de la Red S.2, en relación con tu tema de los "intelectuales y sus intereses".Lo tienes aquí:
http://elcafedeocata.blogspot.com/
2008/02/siracusa-20.html

Carlos Suchowolski dijo...

Gracias por el dato, ya metí baza en el asunto Siracusa, quizá un tanto críptica, en mi estilo, quizá un tanto elíptica incluso. Me da igual. A veces no sé para qué hago estas cosas tan fuera de lo que parece interesar. En fin... Yo pretendo ni creo poder conformar el más ridículo grupúsculo. Ni siquiera para discutir un poco. Y mira que lo he intentado. El problema es que no se soportan (yo tampoco, no creas) las heridas. O que en todo caso no se soportan muy bien. Para eso está la coraza. De nuevo, muchas gracias por avisarme, ha sido todo un detalle que en su pequeñez y aunque no sirva de mucho lo que me ha motivado a hacer (dejar ese comentario críptico) me resulta muy alentador, creo que debo reconozco. A fin de cuentas, el intelectual o sigue los pasos de Goetz (personaje de "El diablo y el buen Dios"de Sartre) que tras diversos escarceos "acepta" dirigir a las masas "para estar entre ellas" (y por ahí se hace, si puede, dictador en nombre de sus ideas pero ni siquiera para realizarlas) o, como al final concluyó Feyerabend uno de sus ensayos (sin duda dándose cuenta de esto en alguna medida) "Ahora me doy cuenta de que estas reflexiones no son más que otro exponente de la presunción y la locura intelectualista. (...) ¿Qué es lo que voy a hacer? El tiempo lo dirá..." ("La ciencia en una sociedad libre", segunda parte, párrafo final).
Justamente tenía pensado transcribir todo el párrafo en mi blog, a ver si lo hago luego, añadiendo algunas reflexiones. De todos modos le debía algunas consideraciones más a Feyer¡abend de quien no terminé de rescatar todo su grano (ni separar toda su paja) en una serie de posts de finales del año pasado.
Un abrazo, amigo, y a esperar el chubasco que producirán mis seguramente apresuradas intervenciones (en cuanto me demuestren que me he equivocado... me disculparé sin problemas).

Nacho dijo...

Saludos Carlos,

Mejor contestar aquí que en el blog de "La nueva Ilustración...". Estamos de acuerdo en que básicamente las pretensiones intelectualistas acaban en tragedia. Pero esto es, a mi forma de ver (como podrás intuir por el manifiesto escrito en mi blog que has comentado) debido al desapego de la realidad que tienen (¿tenemos?) los intelectuales. Como yo digo es el “conocimiento creado de y para las ideas”, es decir, las ideologías, haciendo caso omiso a la realidad del hombre y la naturaleza. Así que si, en cierto modo todos los intelectuales son (¿somos?) dictadores en potencia, por querer imponer una realidad particular al conjunto de las masas ingentes, que son mediocres y conformistas (carecen de voluntad), son “adaptativas”, como bien sabía Ortega desde su “elitismo”, no son conscientes de sus facultades humanas y prefieren no serlo. El sistema democrático, al que hemos llegado por evolución, impide en cierto modo el retorno del absolutismo por el “querido” retorno de la utopía.

El problema no es tanto la utopía en sí, sino cómo y en función de qué está construida la utopía. ¿A caso responde esta utopía ideológica a la realidad objetiva? Pensado muy por encima, creo que no ha habido ninguna utopía que responda a la realidad, excepto una quizá: la democracia (que como bien dice Germánico, sigue siendo una utopía, pero de la cual, estamos más cerca). Está claro que todavía se puede ir más lejos basándose en la realidad, a la hora de plantear utopías, pero eso no es cuestión de debate aquí. La única salida que nos ha quedado es el escepticismo en la línea de Montesquieu, Maquiavelo y otros, a los que tanto nos gustaría refutar pero en el fondo sabemos que es imposible porque llevaban razón en prácticamente todo.

Por esto soy “celoso” de los cambios desde arriba, porque todavía no veo que los intelectuales hayan percibido la realidad, y siguen pensando en términos puramente “idealistas”. Ahora bien, con una excepción que se ha convertido en moda ideológica: la democracia (de nuevo), pero la degradación “perpetua” de las democracias, no es una cuestión tanto de la decadencia de los lideres, sino de la decadencia de los pueblos. Y aunque esto puede ser bien cuestión de otra discusión, no existe tal decadencia de los pueblos, sino que el pueblo es “decadente” por naturaleza. Por eso con la connivencia del pueblo es como se degrada la democracia. ¿Supone esto el “eterno retorno de las utopías” (tomo prestado el lema de Siracusa 2.0, aunque en un sentido muy distinto)? ¿Vendrán a salvarnos de la decadencia los ideólogos de nuevo? (Sean estos progresistas o neoliberales). ¿Hemos de temer, de nuevo, el poder del Estado? Tan sólo en la medida que la decadencia (o mediocridad) de los pueblos siga siendo la protagonista de la historia será así (andaremos en círculos). Porque los ideólogos nunca verán la realidad, sino que verán la idea en su poltrona, a la que adoran con misticismo onírico.

Mientras tanto, la “democracia” ha degenerado en otra cosa, y ya no se teme a los sólo a los estados, ahora el poder reside en las corporaciones, que junto con los estados, nos gobiernan. En definitiva han conseguido trampear a la democracia, creando esta nueva y monstruosa forma de oligarquía sin precedentes, que Aristóteles no podría haber imaginado jamás. Quizá Nietzsche estuviese en lo cierto después de todo, y la voluntad del poder sea algo innato a nosotros, y los poderosos estén destinados a reinar, aunque sea de modo encubierto, sobre los demás. Quizá con el eterno retorno de las utopías tenga que sobrevenir el retorno de la filosofía del jardín, muy a pesar mío, y abandonar toda voluntad de cambio, (a riesgo de caer en la espiral del poder).

Nacho dijo...

Un breve apunte sobre el tema del creacionismo, la crítica y la lucha contra la demagogia en general.

Creo que se debe luchar desde ambos frentes: desde la razón, sin duda, porque la batalla está ganada de antemano, y por aquellos moderados que pueden ser susceptibles de ser arratrados a posiciones falsas mediante falsos razonamientos, vale la pena destapar sus falaces argumentos.

Y desde el destape de sus intenciones de manipulación desde un punto de vista social, también, porque es necesario quitarle la mascara al monstruo para que se vea su verdadero rostro. Pero no hay que dejar de hacerlo desde la posición del razonamiento, ya que a veces ésta puede ser más productiva cara a la manejable opinión pública que si entramos en una dinámica de acusación (aunque llevemos razón).

Así que hay que hacerlo desde ambas posiciones.

Carlos Suchowolski dijo...

Nacho:
Has "etiquetado" el núcleo sobre el que hay que profundizar (y no del que hay que partir axiomáticamente) al decir: "desapego de la realidad que tienen (¿tenemos?) los intelectuales".

Como muchas cosas se desprenden de ese "axioma", sólo me centraré en contestar a ello:

Hay dos opciones, (1) o "la realidad" se deja a la libre interpretación del "sentido común" o (2) se define filosóficamente. En el primer caso, deciden las masas (no sino a través de sus manipuladores o "representantes", como se quiera, un asunto que reconoaco que debe ser también rigurosamente definido y no hago aquí...). En el segundo, "los representantes", los "intérpretes".

La cuestión no se resuelve ni dando la propia interpretación como verdadera ni con una postura relativista que sugiera que todo es verdad a la vez, lo que dice sí y lo que dice no.

Para mí se trata de describir la causa y la historia de las interpretaciones, su materialidad si quieres, o su carácter real, "operativo"... EN LA REALIDAD (que es muy compleja y tiene de todo, mejor dicho, muchas cosas).

Esa "demarcación real" dice muchas cosas. Prueba y verás cuántas conclusiones se sacan con este enfoque.

Entre otras, por ejemplo, eso de "no pedirle peras a la higuera". Pero también y sobre todo: comprender al ser humano, situándolo bajo la misma óptica que... la higuera, el peral los demás animales, todos los productos de La Realidad, en su debida y hasta donde sea posible abarcable realidad material.

En cuanto a la "utopía", no es "el problema" sino "el resultado", como las peras del peral. Etc.

Por empezar en alguna parte (sin ir hasta Platón) ahí estaba rousseau y luego marx (y un montón antes y después) considerando que los intelectuales no eran capaces (salvo ellos por lo visto) de ver "la realidad", por ejemplo porque estaban "alienados" o por "intereses de clase" a los que los acusaban de estar asociados (que "curiosamente" no eran sino de los estamentos estereotípicos que su propia ideología requería que fueran "reales", en lugar de sus propios intereses individuales más o menos coincidentes con los del grupo del que se sentían parte y al que querían "dirigir" o al menos "orientar"), etc. Digamos que ni podían ni querían ver la viga en el ojo propio. Algo indispensable de una aceptación de la realidad que sin duda es difícil de abarcar y menos cuando se propone una acción "liberadora", "emancipadora" "educativa". Eso, al fin he llegado: "educativa"... para así conseguir que los que no ven aprendan a ver! Y el círculo se cierra, amigo mío; no veo otra manera de entender... lo que pasa.

Carlos Suchowolski dijo...

La coherencia obliga (me obliga): creo que se debe desnudar cada lucha de unos contra otros porque eso es comprender la Realidad. Creo que los creacionistas luchan por recuperar el poder académico perdido a manos de la burocracia académica racionalista (que es la dominante; contra los pequeños focos nadie se gastaría tanto). Así, desnudo a los dos. Si me sumo sin hacer lo segundo a los segundos, sólo hago el "idiota útil", el "soldado"... lo que, por otra parte, es casi inevitable: la acción que sea termina fagocitada por los contendientes principales. Pero al menos, pongo los puntos sobre las íes y estoy más preparado para combatir a la "casta dominante real" (los creacinistas, en principio, tienen poco que hacer salvo... ganar algunos bastiones y llegar a alianzas con los "dogmáticos racionalistas" y "positivistas", al menos en el medio plazo. Pero aunque no fuera así: ambos levantan falsas banderas y sólo lo hacen en nombre de su propio poder, de su conquista y de su conservación posterior.
Hombre, claro, yo no soy de piedra y tengo mi propia visión ideológica y en ella SÉ (porque creo (!) que mi cerebro es capaz de captar las "leyes" de la naturaleza, incluída la humana), repito, SÉ que NO HAY DISEÑO INTELIGENTE ni siquiera que se construya "inteligentemente" por sí sólo. De hecho, cuando combato lo que sea, y cuando desnudo los combates que se presentan a mi alrededor, demuestro que de inteligencia no hay nada de nada como no sean respuestas a veces apropiadas y a veces inapropiadas, es decir, respuestas en general activadas por la natura interna y la natura del entorno (por decirlo de cualquier manera).
Sin duda esto también habría que afinarlo. O volver y volver a hacerlo cada generación.

Carlos Suchowolski dijo...

(Reproduzco mi respuesta a Nacho dejada en su blog, en donde podeis leer su interesante desarrollo.)

La voluntad humana es elevada por el hombre al rango de capacidad supranatural a causa de la extrañeza que le produce su propia autoconciencia. Se sorprende tanto de su aparente potestad que llega a asignársela a todo y espera que todo elemento de la realidad tenga un alma inteligente (eso que dice Judith Rich Harris que nos hace hablarle al coche que no funciona, que produce totems, que construye almas, espectros y dioses... incluso en los demás congéneres-intelectuales, padres, líderes...) Y nos hace funcionar ambiguamente. Es un mecanismo genéticamente producido por la evolución y al que estamos condenados a responder. La voluntad y la extrañeza son inevitables, y todo lo demás... también... Ojo, no digo, para nada, que esté preescrito ni tampoco que sea pura conteingencia. Es más complejo sin duda, no está perfectamente dilucidado, hay un "determinismo de corto alcance", muchas interacciones determinantes, unas más que otras, etc. En ese sentido me parece una buena aproximación la aportada por la "ciencia de la complejidad" o, mejor, su filosofía, si metafísica.
Te contesto aquí complementando mi respuesta a tu comentario que me dejaste y que aprovecho para agradecer ya que se me pasó antes.
Un saludo cordial y perdona si no toco todos los puntos apuntados, pero ya irán saliendo...

Nacho dijo...

“Hay dos opciones, (1) o "la realidad" se deja a la libre interpretación del "sentido común" o (2) se define filosóficamente. En el primer caso, deciden las masas (no sino a través de sus manipuladores o "representantes", como se quiera, un asunto que reconozco que debe ser también rigurosamente definido y no hago aquí...). En el segundo, "los representantes", los "intérpretes".”
Tal como yo lo veo el problema es que las masas rehúyen la realidad como si fuese la peste, del mismo modo que lo hacen los intelectuales (quizá entonces no sea ya que los intelectuales la rehúyen, sino que los humanos en general lo hacen). En este sentido lo que quiero decir es que las masas prefieren no ser participes de la realidad, a no ser que se vean “obligados” a ello (entiendo que por realidad estamos hablando aquí de este espacio antropológico, el cual engloba la sociedad entre otras cosas). Aquí es precisamente donde yo afirmo y grito: hombres, ¿habéis olvidado que sois libres? ¿Donde está vuestra voluntad? Por eso digo que la masa es decadente por naturaleza, porque se sume es ese errar por la vida, dejándose llevar por las turbulentas aguas de la historia.
Por esto digo que el ser humano, como “buen animal”, lo que hace es adaptarse a la situación creada, pero… ¿creada por quién? Adaptarse lo mejor posible, y tan sólo cuando la situación se vuelve tan insoportable o tensa que ve peligrar la situación a la que se ha acomodado, actúa. Se suceden entonces las “revoluciones” y exaltaciones. Recordemos aquel 14-M, en el que las masas, tras haberse extasiado de locura y delirio, decidió “actuar”, pero solo entonces, no antes. Es como el niño pequeño que espera hasta el último momento para hacer los deberes. Lenin decía: "Libertad - sí, ¿pero para quién?, ¿para qué?", obviamente no puedo poner límites a la libertad, no puedo condicionarla más que a la justicia, pero, ¿sabe para qué quiere libertad el hombre? O se “adapta” a lo que tiene sin más, se conforma: niega la voluntad que permite transformar (es en este contexto donde se debería entender la voluntad, a lo que supongo tu responderás “¿pero transformar en qué?”). Si nos dejamos arrastrar por esta desidia, entonces ocurre que mientras percibamos que las cosas no van muy mal, no haremos nada. Pero la historia fluye, como diría Heráclito, “nadie se baña dos veces en las mismas aguas”, ¿cómo pueden las cosas fluir ante la pasividad y la inacción? Porque no es tal, si existe acción, pero una acción tan minúscula que no produce efectos por sí sola, imaginemos que pasaría si está acción fuese efusiva, con voluntad (de nuevo la palabra que ya parece la panacea, y de hecho, lo es).
Si aceptamos el segundo caso, corremos el peligro de caer en aquel rancio despotismo ilustrado. O a caso no hemos caído ya, de hecho, en un nuevo despotismo de nuevo cuño. Ese despotismo no implica que tenga que ser algo malo, pero los gobernantes tendrían que ser hombres perfectos, ¿existe esa alma filosófica que tanto anhela Platón capaz de gobernar a las masas? Lo dudo. Es más, es el leviatán ingobernable, que se mueve por sí sólo, los gobiernos, intelectuales, etc. tan sólo son una parte más de esa excelsa complejidad que se crea a partir de una multitud de acciones. Pero creo que me voy del objetivo que aquí nos planteamos.
Y al tiempo, empiezo a comprender tu “objeción” a mi manifiesto, ya entiendo mejor lo que querías decir, de lo cual ya había captado una parte, pero creo que ahora capto la otra. Con el lúcido ejemplo que pones del creacionismo, con el que no puedo estar más de acuerdo, se materializa (nunca mejor dicho) la realidad. Es cierto que bajo este enfoque se pueden alcanzar la VERDAD construida (humana), pero esta verdad es tan abrumadora o más como la verdad no construida (natural), quizá resulte incluso demasiado abrumadora para unas pocas personas como nosotros. A no ser que se caiga en una simplificación idealizada que lo más que puede hacer es aproximarnos a ella. Pero quizá este “triturado” de la historia, para realizar esa genealogía de las ideas, sea tan dificultoso, que sea más fructífero enfrentarse directamente desde una posición material a la historia (de hecho, no he llegado a desarrollar o plantear este punto en mi planteamiento de materialismo radical por ser demasiado beligerante e incluso pretencioso de entrada): CONTRA la historia, porque la historia es el apartarse inconsciente de la materia. Es el rechazo total del idealismo construido a partir de ideas, con todo su complejo aparato. Ya no me interesa tanto, entonces, esa comprensión profunda de la historia, sino la destrucción de la misma por su idealismo: este es el único planteamiento coherente desde un materialismo radical.
Y esto es precisamente lo que quiero hacer ver (en mi contestación en mi blog): que la “realidad” ha de reconstruirse, o encararse hacia la Realidad, hacia aquello material y no ideal: hacia el hombre y su sensación. Me está resultando muy fructífera está conversación.

Carlos Suchowolski dijo...

Estimado Nacho,
sinceramente muchas gracias por permitir mi realización emocional. Espero que no te parezca una cursilería (y ya tendría yo unas palabras a quien se lo parezca), pero esta otra cualidad de los intelectuales: sentirse bien cuando son tan bien oídos (lo que quiere decir, al menos por mi parte, con interés y no con beneplácito). Pues, al respecto, lo que yo buscaba cuando comencé este blog era la confrontación,y esto es precisamente lo que me emociona, aunque no te lo creas.
Ahora bien, este asunto requiere un poco de orden, rigor, y bastante más información de la que tengo y de reflexión de la que he hecho. Además, la lucidez, como dije ya por ahí, es peligrosa y duele (aunque sus heridas se curen con las gratificaciones que producen nuestros ecos). En fin, de nuevo la misma cantinela acerca de lo que somos; una simpleza dentro de la complejidad. pero no entremos en la desesperación o en la desesperanza... Aceptemos el reto de ser lo que hemos llegado a ser... No reneguemos de desear la libertad, de ser elitistas, de satisfacernos con los halagos y reconocimientos, de sentirnos bien cuando descubrimos (o creemos haber descubierto) una "ley" o una "tendencia" que reduce o elimina parcialmente y momentáneamente nuestra incertidumbre y nuestra confusión, aceptemos que retrocederemos ante el miedo a ciertas conclusiones y que tal vez nos animemos a seguir a través de él, etc. etc. Es decir, aceptemos nuestros instintos.
Más en concreto: creo que un intelectual irredento no puede comulgar con las masas, que es normal que las repudie, que es normal que sea elitista... Pero las masas están formadas por individuos que necesitan sobrevivir, que en el fondo están más centrados como "animalitos" racionales que los intelectuales, que usan su intelecto para salvar los peligros y sobrevivir... etc. etc. y eso es muy normal. No le pidamos peras a la higuera. Empecemos por reconocer la realidad, que no es un conjunto homogéneo, que no forma un mecanismo de relojería, que no ha sido ni podido ser diseñado por nadie, y que, incluso, da y ha dado resultados, como el ser humano, cuyos atributos tienen una historia independiente que en algún punto se entrecruzan evolutivamente y que entre otras cosas por ello van más allá y más acá de lo "óptimo" respecto a la realidad de cada instante. Lo mismo pasa con los elementos de la sociedad. Así, en lo individual: genes egoístas, cáncer, locura, etc. En lo social: burócratas, revueltas, mesquindad, mesianismo... locura.
Bueno, no se si me fui por las ramas, pero creo que hay que situarse en lo global de algún modo para abordar los detalles.
Un abrazo y hasta cuando quieras.