Cuando comencé esta serie (hace ya unos cuatro meses) no pretendía simplemente atribuir al liberalismo un carácter intelectual que de por sí es obvio y no discute nadie, sino dar de ese carácter una descripción o definición que se opone a la que esa corriente, como hacen todas las corrientes intelectuales, se atribuye a sí misma, a saber: la de representar a otros grupos sociales de los que se sienten portavoces, por lo general el pueblo o aquellos sectores que juzgan promisorios, o sea, manifestaciones en potencia de la humanidad unificada del futuro. En este sentido, debo volver a aclarar inicialmente que el liberalismo es considerado aquí como un paradigma de primer orden del fenómeno intelectual e incluso, al menos hoy en día, de mayor significación para la construcción de una sociología de la intelectualidad que el propio marxismo, como explicaré brevemente luego, si acaso reiterando viejos artículos previos.
La idea subyacente, pues, era y sigue siendo ahondar en lo que esto significa sociológica más que "filosóficamente" y lo que ello implica en consecuencia en términos políticos.
Esto lleva a desmantelar la idea de que el liberalismo (del modo en que pretenden todas las corrientes de pensamiento nacidas del esfuerzo reflexivo del grupo mencionado) representa un ideal humano genérico que devolvería (o acercaría de nuevo) a la humanidad al perdido Paraíso; un ideal que los intelectuales adscritos a esa corriente habrían descubierto en el propio funcionamiento espontáneo de la realidad bajo la forma de leyes inexorables o naturales.
Esto último es lo que define los discursos de todos los intelectuales modernos, nacidos todos del Renacimiento y autolegitimados como estamento independiente con la Ilustración, todos ellos fervientes adoradores de La Razón a la que todo debe ser sometido en aras de conquistar un estatus propio en el mundo (cuyas raíces no por nada se hayan en Sócrates, Aristóteles y Platón), todos ellos convencidos de ser la expresión humana por antonomasia, su consciencia y su voz.
En ese sentido, el liberalismo (tanto como el socialismo como ya he señalado otras veces) deja ver en su propia argumentación, contradictoria e incoherente, inclusive hipócrita más allá de la ingenuidad con la que hoy aún la defiende en la mayoría de los casos, no sólo que la sociedad ideal que pretende es utópica en todos los sentidos cubiertos por su significado sino que responde a sus propios intereses de grupo, materiales pero también oníricos -lo que determina en gran medida sus contradicciones-; unos intereses que nacen sin dudas de sus propias capacidades y cualidades y que pretenden sean amplia y crecientemente reconocidas por la sociedad así como igualmente remuneradas. Esto, se arguya lo que se arguya, se rechace vergonzosamente o se oculte tras el supuesto altruismo de la buena conciencia, es lógico en todo grupo social y no puede sino ser perseguido por este ya mediante argucias pragmáticas (reformas) ya mediante la imposición política a los demás grupos (por medio de una revolución capitaneada por sus representantes).
Esta diyuntiva es a mi juicio inevitable y en el caso de los intelectuales en ambos casos infructuosa: en el curso del proceso que dio lugar a su autonomía relativa y a sus pretensiones de legitimación social como cuerpo independiente, el mundo soñado por los intelectuales no ha dejado de alejarse. La sociedad, sin embargo, no ha dejado de ofrecerle un lugar patético y frustrante, tanto bajo el mecenazgo, donde sus cualidades sirvieron para el entretenimiento y el engrandecimiento de la corte en tanto que coleccionista de beneficiarios (como deja claro el estudio de Mario Biagioli, "Galileo cortesano", publicado por Ed. Katz, Bs. As., 2008), hasta la proletarización o en todo caso la burocratización bajo la forma del especialista o experto. Lo que nunca consiguieron y a lo que siempre aspiraron sus miembros no fue en el fondo otra cosa que obtener de la sociedad reconocimiento y posición a cambio de los productos de su capacidad, y hoy sigue siendo así. El valor de esos productos, incluso, no deja de ser relativo. Sin duda La Razón se impuso como referencia decisiva gracias a sus sucesivos éxitos, pero estos lo han sido en tanto consolidaron las nuevas formas sociales en las que la intelectualidad volvería a ocupar un papel subordinado. Como de muchas otras afirmaciones y certezas, no existe garantía alguna de cuál será el prototipo de ser humano que triunfe en el futuro, genética y socialmente hablando, si es que pudiera haber uno solo. Nada garantiza, en definitiva, que ese prototipo se corresponda con el de nuestros sueños antropocéntricos y grupales, es decir, con nuestra propia idiosincrasia.
Sin embargo, aún sobrevive y sin duda sobrevivirá a pesar de todo la inevitable sensación de superioridad que la intelectualidad siente respecto de sí misma. No fue suficiente la usurpación de sus discursos por parte de quienes llevaban tiempo encargándose de la administración de la polis y de casi todas las instituciones y organizaciones de la sociedad, producida al calor de la Revolución Francesa (léase "El Antiguo Régimen y la Revolución" de Tocqueville), usurpación en cierto modo observada a posteriori por muchos intelectuales decepcionados que de todos modos no sacaron de ello todas las conclusiones pertinentes. No les basta ver tampoco cómo ese discurso es utilizado y cada vez más y más reducido a la mentira y al engaño de la propaganda y por fin al minimalismo del slogan, mientras sus denuncias contra el soberano, allí donde se producen todavía, son cada vez menos efectivas a la vez que contradictorias y cada vez más propias del lamento y de la súplica. En todo caso, eso continúa con la mismísima despreocupación intelectual que siempre los ha caracterizado por las consecuencias reales que sus denuncias viserales puedan producir políticamente hablando. Nunca al parecer abandonarán esa certeza que los mantiene vivos de que algún día sus capacidades les serán ampliamente reconocida socialmente por La Historia.
Los modelos apriorísticos, propios de los intelectuales, extrapolados necesariamente, hay que reconocerlo, de las tendencias reales que la intuición descubre pero que La Razón matiza, tergiversa, privilegia y por fin absolutiza sin respaldo real alguno (lo que no es sino la contrapartida de la horfandad de la conciencia humana), reflejan el ideal de un mundo que para conseguirlo es contradicho (lucha por el poder, desigualdad, servilismo, opresión), así como la reivindicación de un rol que sólo podría realizarse claudicando, es decir, burocratizándose o proletarizándose cuando no servilizándose. El fracaso o la claudicación son cada vez más las únicas salidas políticas de tales grupos sociales. En todo caso, la melancolía y el ostracismo... o... la negación a vivir de aquello de lo que a uno le apetecería vivir (los científicos que cobran un salario por dedicarse rutinariamente a trabajitos de detalle son un ejemplo: como secuenciar bacterias todo los días o medir radiaciones de fondo o calcular órbitas de partículas elementales... y que tal vez por eso intenten escapar un poco... mediante blogs que muchos admiran aunque sin mayores consecuencias y que acaban siendo abandonados más tarde o más temprano; lo que menciono como otra pequeña evidencia).
Ignorantes contumaces de la propiedad generadora de "los obstáculos" que se interpondrían según los pensadores liberales a la instauración espontánea de su modelo liberal. ellos defienden, a pesar de la contundencia de los hechos, la idea de que la democracia formal sería un estandarte contra la burocratización; de que el libre mercado lo sería contra el monopolio y la concentración; de que sería posible un Estado interesado y dedicado a preservar la pureza de sus perturbadores cuasi diabólicos o pecadores... (ver nota * al pie). Pero la realidad, insisto volviendo al terreno de lo más cercano, no es sino la verdadera productora de esos mismos "obstáculos": burocratización (a instancias del sistema democrático-formal o representativo, que ya no deja lugar ni siquiera para los pequeños partidos democráticos sino en todo caso para conformar tendencias o corrientes dentro de las grandes -dos por lo general en los países más desarrollados- organizaciones profesionales, que ya veremos si no derivarán en "grandes pactos" que tiendan de por sí a derivar en "Partidos Únicos" con mayor e menor lucha "intestina"), concentración e intervención estatal (a partir del libre mercado), ficción productiva en todos los planos (a instancias de la función de mercancía de todo lo que la imaginación de creador y usuario permitan)...
Ya he señalado en anteriores entradas que el marxismo en tanto que corriente constructora de un modelo igualmente recional (o sea, parcial en el sentido antedicho) cae en exáctamente las mismas trampas. Su modelo ha muerto (aunque podría renacer a instancias de "La Crisis") al alcanzar su claudicación un grado de represión y opresión insostenibles por la misma racionalidad que les sirviera de justificante, incluso hasta el extremo de empapar las propias manos en sangre. Una experiencia idéntica que había quedado sepultada por el tiempo sucedido desde los del Terror de Robespierre (ese que llegó a justificarse en nombre de los objetivos revolucionarios) y que al pasar a manos de sus sucesores (¿o no lo son los marxistas respecto de los primeros liberales en todos y cada uno de sus postulados, apenas depurados de supuestas contradicciones, apenas desarrollados en parcialmente "invertidos"?) acabaría por lavar las manos de sus antecesores en la larga marcha permitiéndoles que la retomaran renovados.
De ahí que sus los diversos grupos de intelectuales luchen entre sí en torno a la posesión de la "verdad más verdadera", básicamente: el libre mercado o la socialización de los medios de producción. Liberales y marxistas pasan así de un bando al otro tras ver como se frustran sus perspectivas más inocentes mientras buscan el discurso que más fácilmente le permita conservar, en todo caso, su alcanzada posición social (¿no explicaría esto, por otra parte, la famosa aseveración popular que señala la predilección por posturas "radicales" por parte de los hijos de la burguesía -flauverianamente hablando- mientras son estudiantes y su conversión una vez alcanzado un estatus profesional por ellos mismos? ¿No es el caso de la mayoría de los que confiesan hoy entre nosotros "¿Por qué dejé de ser de izquierdas?") Sin duda alguna, la opción por un discurso u otro no es a fin de cuentas inocente, y si el que se escoge no puede conducir al intelectual al cenit de la dominación grupal al menos debe permitirle un cierto reconocimiento para que prevalezca.
En este proceso, mientras el socialismo derivaba sin mayores traumas hacia su simplificación o reducción burocrática y era prácticamente absorbido por las corrientes y los movimientos más pragmáticos, el liberalismo recuperó su "encanto" propiamente "intelectual", "romántico" y "contestatario" hasta convertirse incluso en refugio de la izquierda. En varias ocasiones he apuntado, por ejemplo, que sus quejas contra el crecimiento del Estado y la concentración monopolística tiene ese “encanto” romántico o jacobino que perdiera el anarquismo y luego el socialismo radical asambleario… tan del gusto de la intelectualidad de siempre, propensa sin embargo desde su nacimiento a la subvención o a la beca… del buen padre o del mecenas. Recientemente, Mr. Friedman nos llama en su último libro a bregar antes por la libertad que por la igualdad y todo para que la realidad se encargue en todo caso de nuevo de dejar esa expresión de deseos en plegaria incumplida, como sucediera tras la Revolución francesa según documentara Tocqveville en la obra ya citada.
No obstante, no todo es negativo o ineficaz, y hay que reconocer que el intelectual, en tanto se sienta marginado del poder bajo una sociedad que se aleja de su modelo de manera progresiva, mantendrá una postura crítica que conserva un cierto grado de efectividad. Más allá de su propia hipocresía y de la conducta estratégicamente desconcertante de la burocracia que gobierna, los discursos han acabado por instalarse en el lenguaje de estos usurpadores de La Razón y este sigue siendo, al menos en Occidente, que hoy por hoy es de hecho todo el mundo, un lenguaje legitimador. Ese predominio no parece que pueda desaparecer fácilmente y sin duda tuvo un papel en la condena final del totalitarismo y su crueldad... aunque para ello tuviese que caer por su propio peso.
En todo caso, es evidente para quien acepte mirar el fenómeno lo más desprejuiciadamente posible, que el discurso utópico y el propagandístico se justifican mutuamente y contribuyen a su manera, a vaciar toda significación cognitiva del discurso, situando los problemas en un terreno cada vez más ficticio. Esto se ve todos los días en los debates que se establecen en ese supuesto terreno conceptual en el que discuten los defensores de la religión contra los ateos probablemente convencidos, o los que enfrentan a los defensores de la economía de libre mercado contra los que dicen estar decididos a regularla a partir de justificaciones morales... Y, a la vez, nadie puede asegurar que no cumplan un papel en el futuro.
En este contexto, es interesante observar cómo la propia marcha de las cosas lleva (a mi juicio) a que probablemente sea el liberalismo radical (tal vez, si los hechos lo hicieran renacer de sus cenizas, acompañado por un neomarxismo antiburocrático) una de las últimas expresiones ideológicas de la intelectualidad tal como la conocemos; un juicio arriesgado sin duda alguna que debe ser mejor fundamentado y que si puedo sostener es sólo en base a mis parámetros sociológicos respecto de la intelectualidad en sí misma así como a partir de la genealogía que creo haber bosquejado, de las causas de su nacimiento y del sentido y dirección de su marcha social. De ahí mi interés por esta corriente que sobrevive a duras penas entre la claudicación (por la que mayoritariamente se decantaron los socialistas y los liberales moderados, ambos bajo la forma de lo que bien podemos llamar genéricamente la socialdemocracia y que se denomina también social-liberalismo) y la melancolía de la decepción.
Como ya señalara en otras partes y pretendo desarrollar más amplia y documentadamente en la medida de mis posibilidades, nos encontramos marchando hacia un colapso social que va más allá del hecho de "La Crisis" actual que de todos modos ésta ciertamente pone en evidencia (y esto lo decía yo sin solución de continuidad tanto desde que puse este blog en marcha como en mi literatura desde incluso antes). Ese colapso lo considero simple consecuencia de la burocratización galopante e inevitable (mal que a los liberales y a ciertos marxistas nostálgicos les pese) en que nos hallamos a causa de la complejización social incesante que incluso parece afectar a toda la realidad visible.
La burocratización tiende al colapso por causa de la propia idiosincrasia de sus actores principales, la burocracia política moderna (ya he mencionado muchas veces aquella feliz sentencia de los polacos de 1956 acerca de los tranvías que tan bien describe la situación, así como mi cuento "Para que se cumpla el plan" que también creo que lo refleja adecuada y trágicamente como ya he sugerido). Y en esa dirección marchamos aún cuando se salga más o menos espontáneamente de "La Crisis", lo que, cuando suceda -de no llevar al colapso definitivo-, será atribuido por cada uno de los actores a sus propios exorcismos: la regulación e intervención estatal, los mecanismos espontáneos del mercado (siendo todo ello a la vez falso y cierto, porque sin duda el resultado de una situación dinámica se debe a las interacciones que se libran en su seno cuando no se añade algo que viene de fuera y acaba convirtiéndose en una nueva fuerza interactuante).
Los actores, sean los intelectuales (en busca de su triunfo legitimador) o los burócratas (en busca de la conservación o conquista del poder político), hallarán en su propio bagaje la explicación adecuada. Todas las sucesivas sociedades construidas por la humanidad se han erigido sobre esas bases imaginarias y esto sigue estando, tal vez más claramente que nunca gracias a la actual "Crisis", en los fundamentos y soluciones que se esgrimen para conseguir la continuidad de esta sociedad tal cual ha llegado a ser hoy: una sociedad basada en la certeza absoluta de que el mañana será superior al ayer.
En efecto, esta idea central del racionalismo clásico, fundamento básico de la sociedad occidental, primero europea y por fin global, idea del Progreso básicamente lineal o al menos sistemático, idea que alimenta todos los modelos de la intelectualidad, desde sus primeras utopías hasta los modelos liberal y luego, de su seno, marxista, permanece incuestionable en todas las propuestas que se hacen para sacarnos de "La Crisis" del mismo modo que subyacen en lo que podría señalarse (no moralmente como hacen todos para justificar sus acciones orientadas a sus objetivos políticos) como sus causas: la idea de que mañana habrá más riqueza es sin duda la causa por la que se cae en la superproducción capitalista y en el incremento del crédito y la causa por la que los gobiernos optan por inyectar dinero del futuro en el presente... Y esto apenas se discute (digo apenas por no ignorar absolutamente a aquellos que se refugian en el budismo inoperante que, de todos modos, no tengo garantía alguna de que no prospere y nos lleve, tan imaginariamente como la idea del progreso en su día, a una sociedad diferente bajo su dominio ideológico-mítico -que sea otro el que se crea con la firme convicción de que no pueda ser así-).
Pero atención, la idea de Progreso, esa idea fuerte a la que apelaron y apelan todos los planificadores racionales de nuestro tiempo para alzarse con la suma del poder político, no nace porque sí en sus mentes. Todos los modelos (como el liberal o el marxista) se construyen, hago incapie en esto de nuevo, en base a la observación de las tendencias efectivas que se observan en la realidad y que se privilegian luego en tanto representan vías reales para marchar por este mundo. En "el principio" la idea fuerte del Paraíso nace del profundo deseo del hombre de ser protegido y amamantado por seres superiores que le faciliten las cosas (el peso de la niñez perdida no puede ser obviado) y de la necesidad de cubrir míticamente (de algún modo) el haber sido alejado de ese Paraíso, lo que deja abierta la puerta para una recuperación por vía de la toma de conciencia (desde el arrepentimiento hasta el ajuste táctico). Sin duda y en última instancia, toda la Historia humana se mueve hacia "adelante" por imperativo genético. Pero las pautas que esta historia establece y afirma son las que dan lugar a los pasos sucesivos, incluso creando imperativos que llegan a tener más fuerza que los primitivos a partir de los que pueden ser rastreados. Estas nuevas situaciones sucesivas acaban a mi criterio, y por decirlo de algún modo, autonomizándose a la manera de un Golem o como puede suceder con el sirviente que acaba dominando al amo. Esto, por acabar con la digresión, describe la mecánica de la realidad en general o lo que he llamado en otros sitios "imperfección" del los sistemas desde un enfoque lógico-humano (enfoque que en sí mismo es imperfecto y que hace que nos cueste tanto entender el sinsentido de "todo" hasta llevarnos a atribuir ese sinsentido a una limitación propia que no acaba de sernos revelada, lo que a su vez también nos resulta "incomprensible", etc., etc.). Lo cierto es que, conscientes como producto del mismo proceso, no somos sino un resultado teleonómico, una consecuencia de lo que me parece una fuerza inercial, fuertemente resistente a ser reducida, que consigue evitar esto último mediante la complejización. Pero esto es una hipótesis sin duda intuitiva que no me veo capaz de desarrollar amplia y rigurosamente como debiera. Tal vez... otro producto de la imaginería humana que poco pretende en mi caso y que vuelve a demostrar la mencionada "imperfección" (o sinsentido lógico) del "mecanismo".
Y ya de regreso a tierra firme, precisamente afirmando la idea de la creciente complejización que ha tomado forma social como burocratización creciente, podemos ver cómo el Estado no deja ni dejará de seguir agigantándose y aumentando su poder sobre la sociedad. Lo vemos a cuento (nunca mejor dicho) de "La Crisis" en los planes todos los gobiernos sin que esto de lugar a otra cosa que la contemplación impotente de aquellos que creían que su liberalismo iba viento en popa y comenzaban a acariciar el momento soñado por Von Mises de desplazar al socialismo del poder mediante la previa conquista de la conciencia de los intelectuales para "cambiar el curso del torrente" sobre la base de que "Las masas los seguirán" (Von Mises citado por Bruno Leoni en "La libertad y la Ley", Unión Editorial, Madrid, 1995, nota en págs. 178-179).
Falsas esperanzas sin duda del mismo tenor que las que abrigaran los intelectuales de Las Luces, muchos de los cuales dejaron sus cabezas al pie de la guillotina y años después la perdieron tras las autocríticas que les exigiera el stalinismo, aunque ya como burócratas desplazados por sus propios pares.
Lo vemos, lo seguimos viendo y lo seguiremos viendo, mal que les pese a los intelectuales y a los liberales en particular, porque esa burocratización , tanto del Estado como de las empresas, nace constantemente del libre mercado y de la democracia formal a la que se aferran como a un clavo ardiente sin querer comprender sus "misteriosos" mecanismos. Y es que, más allá de lo idílico que pueda ser y es eliminar o reducir los "obstáculos" que impedirían que el uno y la otra se desarrollaran en la dirección deseada (dando más a los consumidores y más libertad política general, que es lo que propugna "el modelo" en clara coincidencia con los objetivos de "la izquierda", es decir, de toda la intelectualidad más allá de la discusión que se establece entre sus miembros acerca de cuál sería "el camino"), repito, más allá de los deseos aparentes y a fin de cuentas propagandísticos para "cambiar el torrente" y conseguir que "las masas los sigan" (deseos que encierran a su turno los propios, más mezquinos aunque estén ungidos de Humanidad y de Cultura, de Progreso y Bienestar, de Buenos Sentimientos y de mejores Paraísos... como sin duda serían los ocultos en la pretendida libertad occidental en la opulencia, libertad sostenida por la productividad de los demás y hasta por el poder de los demás), no pueden ni podrán evitar que la voluntad (idílica) de frenar esos obstáculos sólo pueda interpretarse y sólo pueda redundar en... INTERVENCIÓN ESTATAL, para lo que el Estado deberá seguir siendo un objetivo de conquista por un grupo particular, lo que no podrá dar lugar a otra cosa que a nuevas RESTRICCIONES A LA LIBERTAD; es decir, lugar a contradecirse y a mostrarse tan hipócritas como sus oponentes.
Pero todo esto, a mi criterio, no puede ser comprendido, ni aceptado como hipótesis siquiera, sino en el contexto más amplio del "problema intelectual" del que el liberalismo resulta a mi criterio una de sus expresiones "últimas" en el sentido con el que esto se aplicara a la tribu de los mohicanos, es decir, por estar condenada necesariamente a morir en tanto que el colapso se aproxime, o en tanto que se reduzca al extremo la posibilidad de conseguir algo. Paso a paso, me parece, la sociedad ha ido haciendo cada vez más difícil la existencia sólida de grupos sociales de idiosincrasia intelectual (como por cierto reflejaran algunos de los textos más difundidos de la literatura de anticipación, como "El mundo feliz" o "La máquina del tiempo" -un mundo en este último caso al que la intelectualidad termina regresando desde el pasado sin otra justificación que la convicción que ella misma tenía de ser vital y necesaria; ¡y que tenía en el siglo del progreso de 1800!-). Y tal vez esa sea una de las más angustiosas perspectivas para la intelectualidad a la vez que la vea como tal a instancias del propio crecimiento burocrático, lo que pone en evidencia su capacidad intuitiva y su propia limitación. Se trata pues de una monstruosa paradoja que sólo deja el espacio de los sueños para las Utopías de todas las posibles Repúblicas de Sabios: la intelectualidad no puede sino dejar de ser ella misma para conquistar y conservar el poder, y todos sus esfuerzos han equivalido a los de quienes sólo se han estado cavando su propia tumba (y sin saberlo a su vez). La intelectualidad, gran paradoja y enorme trampa, no es capaz de ser sí misma a la vez que ser política y gobernar. De ahí que la idea de la representatividad y de la división del trabajo sean para ella tan caros... y tan remotamente heredados de nuestros antepasados carroñeros. En fin... cosas de la idiosincrasia de cada uno... y de lo que ello depara.
Imagino a priori que estas tesis serán básicamente rechazadas por todos casi todos los pensantes, tanto por la sentencia de muerte de la intelectualidad en su conjunto (tal como la conocemos o mejor dicho la suponemos), que subyace y de todos modos sostuve explícitamente, como por lo que más a corto plazo afirma acerca de que sus modelos no conseguirán triunfar jamás (como el liberalismo por el contrario pretende y sostiene convencido y el marxismo residual podría aún reivindicar, quienes seguramente sueñan con que la muerte de su oponente sea consecuencia de su propio triunfo por fin en solitario). Sí, difícilmente aceptarán ver en las mutaciones sucesivas de sus miembros más pragmáticos hacia formas directamente burocráticas o al menos hacia comportamientos serviles en relación con la burocracia gobernante y dominante, un aviso de esa muerte final que los amenaza (y que incluso habría que decir: nos amenaza). La progresiva simplificación reduccionista de su discurso, dogmática y hasta sintética propia de la "agitación y propaganda" burocrática sigue evolucionando hoy en día hacia el inmediatismo sin contenido real y el tacticismo. Todo ello es un hecho colateral de la burocratización, de la extensión de su dominio desde lo político hasta lo psicológico (eso que hace que cada vez más jóvenes aspiren a ser funcionarios, o que se valore la "profesionalidad" y también la "especialización científica", por mencionar algunas de las conductas típicas del presente).
Y esto, precisamente, es lo que me lleva a ver ello como un mero mito que está cada vez más cerca de la extinción, cada vez más lejos de poder crear un movimiento de masas o provocar una revolución... que no se tergiverse desde un comienzo (es decir, que pueda triunfar como la francesa o la bolchevique); cada vez más lejos de dar de sí, en todo caso, una alternativa diferente de lo que ya conocemos; cada vez más impracticable, sobrante, redundante e increíble.
Desde mi punto de vista, en el grado de complejidad social en el que nos hallamos, esto roza constantemente el colapso, y dentro de esta fase sitúo yo la manida "crisis de nuestro tiempo" de obvio contenido intelectual. La burocracia nos lleva hasta el borde del abismo y la intelectualidad sigue siendo esencialmente incapaz de controlar la realidad (no es capaz ni siquiera de aceptarla... aunque "sin embargo se mueva"). Pero, sea o no producto de mis mejores deseos, es decir, del mundo readaptado de mis sueños a instancias de la frustración que produce la conciencia, pienso que la fuerza de la reflexión sobrevivirá a ese colapso volviendo a reponer un escenario digno a su carácter trágico o, quizás, por qué no, a dar lugar a una etapa de dulce contemplación del estilo del lector (libros ya hay y habrá siempre para más de una vida), el escucha (la música no necesita ni la mitad de lo compuesto), el voyer de lo apolíneo y el paseante, una etapa que nos deje el descansado trabajo de la creación artística por la cual la sociedad trabajadora siga dispuesta a mantenernos sin tributos adicionales.
Todos los modelos nacidos de la buena conciencia de los intelectuales, a tono con La Razón de la que quieren amamantarse de por vida, son el refugio de sus monstruos. Al principio, todos ellos son como niños puros, pero con el paso del tiempo, envejecen y muestran sus mañas y mezquindades. Y el modelo liberal, mal que les pese a sus epígonos, está hoy lleno de arrugas y tal vez "La Crisis" actual acabe sacándole todas las canas. Más allá, en el futuro difícilmente predecible, hay que reconocerlo explícitamente, ofrezco como muchos pura especulación intuitiva.
De cualquier forma, creo seriamente que la globalización y la burocratización dejan fuera, a mi criterio, toda alternativa que no sea colapsante para la configuración social alcanzada, lo que deja a los intelectuales definitivamente marginados de toda acción significativa de readaptación. La entrada en el Capitalismo Burocrático Global (que se reviste cada vez más de ideocracia a tono con las necesidades de una burocracia culturalizada (o todavía sometida al "Tribunal de La Razón", por extender la manera que usa Leo Strauss para unos fines que me parecen similares) o, si se me permite de nuevo, eutifrónizada, es decir, necesitada de un esoterismo que se refugia en la destrucción del propio lenguaje y de la comunicación) es decisiva. Lo que no significa que el futuro no ofrezca a la reflexión otros espacios y a sus mejor dotados para llevarla a cabo otros roles sociales que de cualquier forma sólo cabe imaginar a título especulativo o intuitivo.
(*) Adendums: en respuesta a comentarios de Héctor párrafos iluminadores de Hayek y de Leoni que subo aquí por lo apropiado en relación a lo por mí sostenido (lo "inevitable" a que lleva la sensación de certeza del propio modelo y la lucidez que lleva al mismo tiempo a la tibieza y a la inoperancia de la "buena conciencia" intelectual):
"... debe existir un poder que pueda prohibir a las diferentes naciones una acción dañosa paa sus vecinas... Los poderes que tal institución necesita son principalmente de carácter prohibitivo; tiene que estar, sobre todo, en condiciones de poder decir no a toda clase de medidas restrictivas" (Hayek, "Camino de servidumbre", Aianza bolsillo, pág. 278).
"... siempre hay una víctima de coacción en este sistema libre. Se puede intentar convencer a la gente para que se comporte de una manera que uno cree libre y se la puede contener (¿cuándo por no comprender actúa en contra del modelo, como en una huelga salvaje, v-g-?) para que no se comporte de una manera que uno estima coactiva. Pro no siempre (?) se puede demostrar que lo que uno cree ser libre es verdaderamente libre, o lo que uno estima ser coactivo es realmente coactivo; en un sentido objetivo de la palabra." (Bruno Leoni, "La libertad y la ley", Unión Editorial, Madrid, 1995, pág. 195; sólo los paréntesis son míos, CS).
La idea subyacente, pues, era y sigue siendo ahondar en lo que esto significa sociológica más que "filosóficamente" y lo que ello implica en consecuencia en términos políticos.
Esto lleva a desmantelar la idea de que el liberalismo (del modo en que pretenden todas las corrientes de pensamiento nacidas del esfuerzo reflexivo del grupo mencionado) representa un ideal humano genérico que devolvería (o acercaría de nuevo) a la humanidad al perdido Paraíso; un ideal que los intelectuales adscritos a esa corriente habrían descubierto en el propio funcionamiento espontáneo de la realidad bajo la forma de leyes inexorables o naturales.
Esto último es lo que define los discursos de todos los intelectuales modernos, nacidos todos del Renacimiento y autolegitimados como estamento independiente con la Ilustración, todos ellos fervientes adoradores de La Razón a la que todo debe ser sometido en aras de conquistar un estatus propio en el mundo (cuyas raíces no por nada se hayan en Sócrates, Aristóteles y Platón), todos ellos convencidos de ser la expresión humana por antonomasia, su consciencia y su voz.
En ese sentido, el liberalismo (tanto como el socialismo como ya he señalado otras veces) deja ver en su propia argumentación, contradictoria e incoherente, inclusive hipócrita más allá de la ingenuidad con la que hoy aún la defiende en la mayoría de los casos, no sólo que la sociedad ideal que pretende es utópica en todos los sentidos cubiertos por su significado sino que responde a sus propios intereses de grupo, materiales pero también oníricos -lo que determina en gran medida sus contradicciones-; unos intereses que nacen sin dudas de sus propias capacidades y cualidades y que pretenden sean amplia y crecientemente reconocidas por la sociedad así como igualmente remuneradas. Esto, se arguya lo que se arguya, se rechace vergonzosamente o se oculte tras el supuesto altruismo de la buena conciencia, es lógico en todo grupo social y no puede sino ser perseguido por este ya mediante argucias pragmáticas (reformas) ya mediante la imposición política a los demás grupos (por medio de una revolución capitaneada por sus representantes).
Esta diyuntiva es a mi juicio inevitable y en el caso de los intelectuales en ambos casos infructuosa: en el curso del proceso que dio lugar a su autonomía relativa y a sus pretensiones de legitimación social como cuerpo independiente, el mundo soñado por los intelectuales no ha dejado de alejarse. La sociedad, sin embargo, no ha dejado de ofrecerle un lugar patético y frustrante, tanto bajo el mecenazgo, donde sus cualidades sirvieron para el entretenimiento y el engrandecimiento de la corte en tanto que coleccionista de beneficiarios (como deja claro el estudio de Mario Biagioli, "Galileo cortesano", publicado por Ed. Katz, Bs. As., 2008), hasta la proletarización o en todo caso la burocratización bajo la forma del especialista o experto. Lo que nunca consiguieron y a lo que siempre aspiraron sus miembros no fue en el fondo otra cosa que obtener de la sociedad reconocimiento y posición a cambio de los productos de su capacidad, y hoy sigue siendo así. El valor de esos productos, incluso, no deja de ser relativo. Sin duda La Razón se impuso como referencia decisiva gracias a sus sucesivos éxitos, pero estos lo han sido en tanto consolidaron las nuevas formas sociales en las que la intelectualidad volvería a ocupar un papel subordinado. Como de muchas otras afirmaciones y certezas, no existe garantía alguna de cuál será el prototipo de ser humano que triunfe en el futuro, genética y socialmente hablando, si es que pudiera haber uno solo. Nada garantiza, en definitiva, que ese prototipo se corresponda con el de nuestros sueños antropocéntricos y grupales, es decir, con nuestra propia idiosincrasia.
Sin embargo, aún sobrevive y sin duda sobrevivirá a pesar de todo la inevitable sensación de superioridad que la intelectualidad siente respecto de sí misma. No fue suficiente la usurpación de sus discursos por parte de quienes llevaban tiempo encargándose de la administración de la polis y de casi todas las instituciones y organizaciones de la sociedad, producida al calor de la Revolución Francesa (léase "El Antiguo Régimen y la Revolución" de Tocqueville), usurpación en cierto modo observada a posteriori por muchos intelectuales decepcionados que de todos modos no sacaron de ello todas las conclusiones pertinentes. No les basta ver tampoco cómo ese discurso es utilizado y cada vez más y más reducido a la mentira y al engaño de la propaganda y por fin al minimalismo del slogan, mientras sus denuncias contra el soberano, allí donde se producen todavía, son cada vez menos efectivas a la vez que contradictorias y cada vez más propias del lamento y de la súplica. En todo caso, eso continúa con la mismísima despreocupación intelectual que siempre los ha caracterizado por las consecuencias reales que sus denuncias viserales puedan producir políticamente hablando. Nunca al parecer abandonarán esa certeza que los mantiene vivos de que algún día sus capacidades les serán ampliamente reconocida socialmente por La Historia.
Los modelos apriorísticos, propios de los intelectuales, extrapolados necesariamente, hay que reconocerlo, de las tendencias reales que la intuición descubre pero que La Razón matiza, tergiversa, privilegia y por fin absolutiza sin respaldo real alguno (lo que no es sino la contrapartida de la horfandad de la conciencia humana), reflejan el ideal de un mundo que para conseguirlo es contradicho (lucha por el poder, desigualdad, servilismo, opresión), así como la reivindicación de un rol que sólo podría realizarse claudicando, es decir, burocratizándose o proletarizándose cuando no servilizándose. El fracaso o la claudicación son cada vez más las únicas salidas políticas de tales grupos sociales. En todo caso, la melancolía y el ostracismo... o... la negación a vivir de aquello de lo que a uno le apetecería vivir (los científicos que cobran un salario por dedicarse rutinariamente a trabajitos de detalle son un ejemplo: como secuenciar bacterias todo los días o medir radiaciones de fondo o calcular órbitas de partículas elementales... y que tal vez por eso intenten escapar un poco... mediante blogs que muchos admiran aunque sin mayores consecuencias y que acaban siendo abandonados más tarde o más temprano; lo que menciono como otra pequeña evidencia).
Ignorantes contumaces de la propiedad generadora de "los obstáculos" que se interpondrían según los pensadores liberales a la instauración espontánea de su modelo liberal. ellos defienden, a pesar de la contundencia de los hechos, la idea de que la democracia formal sería un estandarte contra la burocratización; de que el libre mercado lo sería contra el monopolio y la concentración; de que sería posible un Estado interesado y dedicado a preservar la pureza de sus perturbadores cuasi diabólicos o pecadores... (ver nota * al pie). Pero la realidad, insisto volviendo al terreno de lo más cercano, no es sino la verdadera productora de esos mismos "obstáculos": burocratización (a instancias del sistema democrático-formal o representativo, que ya no deja lugar ni siquiera para los pequeños partidos democráticos sino en todo caso para conformar tendencias o corrientes dentro de las grandes -dos por lo general en los países más desarrollados- organizaciones profesionales, que ya veremos si no derivarán en "grandes pactos" que tiendan de por sí a derivar en "Partidos Únicos" con mayor e menor lucha "intestina"), concentración e intervención estatal (a partir del libre mercado), ficción productiva en todos los planos (a instancias de la función de mercancía de todo lo que la imaginación de creador y usuario permitan)...
Ya he señalado en anteriores entradas que el marxismo en tanto que corriente constructora de un modelo igualmente recional (o sea, parcial en el sentido antedicho) cae en exáctamente las mismas trampas. Su modelo ha muerto (aunque podría renacer a instancias de "La Crisis") al alcanzar su claudicación un grado de represión y opresión insostenibles por la misma racionalidad que les sirviera de justificante, incluso hasta el extremo de empapar las propias manos en sangre. Una experiencia idéntica que había quedado sepultada por el tiempo sucedido desde los del Terror de Robespierre (ese que llegó a justificarse en nombre de los objetivos revolucionarios) y que al pasar a manos de sus sucesores (¿o no lo son los marxistas respecto de los primeros liberales en todos y cada uno de sus postulados, apenas depurados de supuestas contradicciones, apenas desarrollados en parcialmente "invertidos"?) acabaría por lavar las manos de sus antecesores en la larga marcha permitiéndoles que la retomaran renovados.
De ahí que sus los diversos grupos de intelectuales luchen entre sí en torno a la posesión de la "verdad más verdadera", básicamente: el libre mercado o la socialización de los medios de producción. Liberales y marxistas pasan así de un bando al otro tras ver como se frustran sus perspectivas más inocentes mientras buscan el discurso que más fácilmente le permita conservar, en todo caso, su alcanzada posición social (¿no explicaría esto, por otra parte, la famosa aseveración popular que señala la predilección por posturas "radicales" por parte de los hijos de la burguesía -flauverianamente hablando- mientras son estudiantes y su conversión una vez alcanzado un estatus profesional por ellos mismos? ¿No es el caso de la mayoría de los que confiesan hoy entre nosotros "¿Por qué dejé de ser de izquierdas?") Sin duda alguna, la opción por un discurso u otro no es a fin de cuentas inocente, y si el que se escoge no puede conducir al intelectual al cenit de la dominación grupal al menos debe permitirle un cierto reconocimiento para que prevalezca.
En este proceso, mientras el socialismo derivaba sin mayores traumas hacia su simplificación o reducción burocrática y era prácticamente absorbido por las corrientes y los movimientos más pragmáticos, el liberalismo recuperó su "encanto" propiamente "intelectual", "romántico" y "contestatario" hasta convertirse incluso en refugio de la izquierda. En varias ocasiones he apuntado, por ejemplo, que sus quejas contra el crecimiento del Estado y la concentración monopolística tiene ese “encanto” romántico o jacobino que perdiera el anarquismo y luego el socialismo radical asambleario… tan del gusto de la intelectualidad de siempre, propensa sin embargo desde su nacimiento a la subvención o a la beca… del buen padre o del mecenas. Recientemente, Mr. Friedman nos llama en su último libro a bregar antes por la libertad que por la igualdad y todo para que la realidad se encargue en todo caso de nuevo de dejar esa expresión de deseos en plegaria incumplida, como sucediera tras la Revolución francesa según documentara Tocqveville en la obra ya citada.
No obstante, no todo es negativo o ineficaz, y hay que reconocer que el intelectual, en tanto se sienta marginado del poder bajo una sociedad que se aleja de su modelo de manera progresiva, mantendrá una postura crítica que conserva un cierto grado de efectividad. Más allá de su propia hipocresía y de la conducta estratégicamente desconcertante de la burocracia que gobierna, los discursos han acabado por instalarse en el lenguaje de estos usurpadores de La Razón y este sigue siendo, al menos en Occidente, que hoy por hoy es de hecho todo el mundo, un lenguaje legitimador. Ese predominio no parece que pueda desaparecer fácilmente y sin duda tuvo un papel en la condena final del totalitarismo y su crueldad... aunque para ello tuviese que caer por su propio peso.
En todo caso, es evidente para quien acepte mirar el fenómeno lo más desprejuiciadamente posible, que el discurso utópico y el propagandístico se justifican mutuamente y contribuyen a su manera, a vaciar toda significación cognitiva del discurso, situando los problemas en un terreno cada vez más ficticio. Esto se ve todos los días en los debates que se establecen en ese supuesto terreno conceptual en el que discuten los defensores de la religión contra los ateos probablemente convencidos, o los que enfrentan a los defensores de la economía de libre mercado contra los que dicen estar decididos a regularla a partir de justificaciones morales... Y, a la vez, nadie puede asegurar que no cumplan un papel en el futuro.
En este contexto, es interesante observar cómo la propia marcha de las cosas lleva (a mi juicio) a que probablemente sea el liberalismo radical (tal vez, si los hechos lo hicieran renacer de sus cenizas, acompañado por un neomarxismo antiburocrático) una de las últimas expresiones ideológicas de la intelectualidad tal como la conocemos; un juicio arriesgado sin duda alguna que debe ser mejor fundamentado y que si puedo sostener es sólo en base a mis parámetros sociológicos respecto de la intelectualidad en sí misma así como a partir de la genealogía que creo haber bosquejado, de las causas de su nacimiento y del sentido y dirección de su marcha social. De ahí mi interés por esta corriente que sobrevive a duras penas entre la claudicación (por la que mayoritariamente se decantaron los socialistas y los liberales moderados, ambos bajo la forma de lo que bien podemos llamar genéricamente la socialdemocracia y que se denomina también social-liberalismo) y la melancolía de la decepción.
Como ya señalara en otras partes y pretendo desarrollar más amplia y documentadamente en la medida de mis posibilidades, nos encontramos marchando hacia un colapso social que va más allá del hecho de "La Crisis" actual que de todos modos ésta ciertamente pone en evidencia (y esto lo decía yo sin solución de continuidad tanto desde que puse este blog en marcha como en mi literatura desde incluso antes). Ese colapso lo considero simple consecuencia de la burocratización galopante e inevitable (mal que a los liberales y a ciertos marxistas nostálgicos les pese) en que nos hallamos a causa de la complejización social incesante que incluso parece afectar a toda la realidad visible.
La burocratización tiende al colapso por causa de la propia idiosincrasia de sus actores principales, la burocracia política moderna (ya he mencionado muchas veces aquella feliz sentencia de los polacos de 1956 acerca de los tranvías que tan bien describe la situación, así como mi cuento "Para que se cumpla el plan" que también creo que lo refleja adecuada y trágicamente como ya he sugerido). Y en esa dirección marchamos aún cuando se salga más o menos espontáneamente de "La Crisis", lo que, cuando suceda -de no llevar al colapso definitivo-, será atribuido por cada uno de los actores a sus propios exorcismos: la regulación e intervención estatal, los mecanismos espontáneos del mercado (siendo todo ello a la vez falso y cierto, porque sin duda el resultado de una situación dinámica se debe a las interacciones que se libran en su seno cuando no se añade algo que viene de fuera y acaba convirtiéndose en una nueva fuerza interactuante).
Los actores, sean los intelectuales (en busca de su triunfo legitimador) o los burócratas (en busca de la conservación o conquista del poder político), hallarán en su propio bagaje la explicación adecuada. Todas las sucesivas sociedades construidas por la humanidad se han erigido sobre esas bases imaginarias y esto sigue estando, tal vez más claramente que nunca gracias a la actual "Crisis", en los fundamentos y soluciones que se esgrimen para conseguir la continuidad de esta sociedad tal cual ha llegado a ser hoy: una sociedad basada en la certeza absoluta de que el mañana será superior al ayer.
En efecto, esta idea central del racionalismo clásico, fundamento básico de la sociedad occidental, primero europea y por fin global, idea del Progreso básicamente lineal o al menos sistemático, idea que alimenta todos los modelos de la intelectualidad, desde sus primeras utopías hasta los modelos liberal y luego, de su seno, marxista, permanece incuestionable en todas las propuestas que se hacen para sacarnos de "La Crisis" del mismo modo que subyacen en lo que podría señalarse (no moralmente como hacen todos para justificar sus acciones orientadas a sus objetivos políticos) como sus causas: la idea de que mañana habrá más riqueza es sin duda la causa por la que se cae en la superproducción capitalista y en el incremento del crédito y la causa por la que los gobiernos optan por inyectar dinero del futuro en el presente... Y esto apenas se discute (digo apenas por no ignorar absolutamente a aquellos que se refugian en el budismo inoperante que, de todos modos, no tengo garantía alguna de que no prospere y nos lleve, tan imaginariamente como la idea del progreso en su día, a una sociedad diferente bajo su dominio ideológico-mítico -que sea otro el que se crea con la firme convicción de que no pueda ser así-).
Pero atención, la idea de Progreso, esa idea fuerte a la que apelaron y apelan todos los planificadores racionales de nuestro tiempo para alzarse con la suma del poder político, no nace porque sí en sus mentes. Todos los modelos (como el liberal o el marxista) se construyen, hago incapie en esto de nuevo, en base a la observación de las tendencias efectivas que se observan en la realidad y que se privilegian luego en tanto representan vías reales para marchar por este mundo. En "el principio" la idea fuerte del Paraíso nace del profundo deseo del hombre de ser protegido y amamantado por seres superiores que le faciliten las cosas (el peso de la niñez perdida no puede ser obviado) y de la necesidad de cubrir míticamente (de algún modo) el haber sido alejado de ese Paraíso, lo que deja abierta la puerta para una recuperación por vía de la toma de conciencia (desde el arrepentimiento hasta el ajuste táctico). Sin duda y en última instancia, toda la Historia humana se mueve hacia "adelante" por imperativo genético. Pero las pautas que esta historia establece y afirma son las que dan lugar a los pasos sucesivos, incluso creando imperativos que llegan a tener más fuerza que los primitivos a partir de los que pueden ser rastreados. Estas nuevas situaciones sucesivas acaban a mi criterio, y por decirlo de algún modo, autonomizándose a la manera de un Golem o como puede suceder con el sirviente que acaba dominando al amo. Esto, por acabar con la digresión, describe la mecánica de la realidad en general o lo que he llamado en otros sitios "imperfección" del los sistemas desde un enfoque lógico-humano (enfoque que en sí mismo es imperfecto y que hace que nos cueste tanto entender el sinsentido de "todo" hasta llevarnos a atribuir ese sinsentido a una limitación propia que no acaba de sernos revelada, lo que a su vez también nos resulta "incomprensible", etc., etc.). Lo cierto es que, conscientes como producto del mismo proceso, no somos sino un resultado teleonómico, una consecuencia de lo que me parece una fuerza inercial, fuertemente resistente a ser reducida, que consigue evitar esto último mediante la complejización. Pero esto es una hipótesis sin duda intuitiva que no me veo capaz de desarrollar amplia y rigurosamente como debiera. Tal vez... otro producto de la imaginería humana que poco pretende en mi caso y que vuelve a demostrar la mencionada "imperfección" (o sinsentido lógico) del "mecanismo".
Y ya de regreso a tierra firme, precisamente afirmando la idea de la creciente complejización que ha tomado forma social como burocratización creciente, podemos ver cómo el Estado no deja ni dejará de seguir agigantándose y aumentando su poder sobre la sociedad. Lo vemos a cuento (nunca mejor dicho) de "La Crisis" en los planes todos los gobiernos sin que esto de lugar a otra cosa que la contemplación impotente de aquellos que creían que su liberalismo iba viento en popa y comenzaban a acariciar el momento soñado por Von Mises de desplazar al socialismo del poder mediante la previa conquista de la conciencia de los intelectuales para "cambiar el curso del torrente" sobre la base de que "Las masas los seguirán" (Von Mises citado por Bruno Leoni en "La libertad y la Ley", Unión Editorial, Madrid, 1995, nota en págs. 178-179).
Falsas esperanzas sin duda del mismo tenor que las que abrigaran los intelectuales de Las Luces, muchos de los cuales dejaron sus cabezas al pie de la guillotina y años después la perdieron tras las autocríticas que les exigiera el stalinismo, aunque ya como burócratas desplazados por sus propios pares.
Lo vemos, lo seguimos viendo y lo seguiremos viendo, mal que les pese a los intelectuales y a los liberales en particular, porque esa burocratización , tanto del Estado como de las empresas, nace constantemente del libre mercado y de la democracia formal a la que se aferran como a un clavo ardiente sin querer comprender sus "misteriosos" mecanismos. Y es que, más allá de lo idílico que pueda ser y es eliminar o reducir los "obstáculos" que impedirían que el uno y la otra se desarrollaran en la dirección deseada (dando más a los consumidores y más libertad política general, que es lo que propugna "el modelo" en clara coincidencia con los objetivos de "la izquierda", es decir, de toda la intelectualidad más allá de la discusión que se establece entre sus miembros acerca de cuál sería "el camino"), repito, más allá de los deseos aparentes y a fin de cuentas propagandísticos para "cambiar el torrente" y conseguir que "las masas los sigan" (deseos que encierran a su turno los propios, más mezquinos aunque estén ungidos de Humanidad y de Cultura, de Progreso y Bienestar, de Buenos Sentimientos y de mejores Paraísos... como sin duda serían los ocultos en la pretendida libertad occidental en la opulencia, libertad sostenida por la productividad de los demás y hasta por el poder de los demás), no pueden ni podrán evitar que la voluntad (idílica) de frenar esos obstáculos sólo pueda interpretarse y sólo pueda redundar en... INTERVENCIÓN ESTATAL, para lo que el Estado deberá seguir siendo un objetivo de conquista por un grupo particular, lo que no podrá dar lugar a otra cosa que a nuevas RESTRICCIONES A LA LIBERTAD; es decir, lugar a contradecirse y a mostrarse tan hipócritas como sus oponentes.
Pero todo esto, a mi criterio, no puede ser comprendido, ni aceptado como hipótesis siquiera, sino en el contexto más amplio del "problema intelectual" del que el liberalismo resulta a mi criterio una de sus expresiones "últimas" en el sentido con el que esto se aplicara a la tribu de los mohicanos, es decir, por estar condenada necesariamente a morir en tanto que el colapso se aproxime, o en tanto que se reduzca al extremo la posibilidad de conseguir algo. Paso a paso, me parece, la sociedad ha ido haciendo cada vez más difícil la existencia sólida de grupos sociales de idiosincrasia intelectual (como por cierto reflejaran algunos de los textos más difundidos de la literatura de anticipación, como "El mundo feliz" o "La máquina del tiempo" -un mundo en este último caso al que la intelectualidad termina regresando desde el pasado sin otra justificación que la convicción que ella misma tenía de ser vital y necesaria; ¡y que tenía en el siglo del progreso de 1800!-). Y tal vez esa sea una de las más angustiosas perspectivas para la intelectualidad a la vez que la vea como tal a instancias del propio crecimiento burocrático, lo que pone en evidencia su capacidad intuitiva y su propia limitación. Se trata pues de una monstruosa paradoja que sólo deja el espacio de los sueños para las Utopías de todas las posibles Repúblicas de Sabios: la intelectualidad no puede sino dejar de ser ella misma para conquistar y conservar el poder, y todos sus esfuerzos han equivalido a los de quienes sólo se han estado cavando su propia tumba (y sin saberlo a su vez). La intelectualidad, gran paradoja y enorme trampa, no es capaz de ser sí misma a la vez que ser política y gobernar. De ahí que la idea de la representatividad y de la división del trabajo sean para ella tan caros... y tan remotamente heredados de nuestros antepasados carroñeros. En fin... cosas de la idiosincrasia de cada uno... y de lo que ello depara.
Imagino a priori que estas tesis serán básicamente rechazadas por todos casi todos los pensantes, tanto por la sentencia de muerte de la intelectualidad en su conjunto (tal como la conocemos o mejor dicho la suponemos), que subyace y de todos modos sostuve explícitamente, como por lo que más a corto plazo afirma acerca de que sus modelos no conseguirán triunfar jamás (como el liberalismo por el contrario pretende y sostiene convencido y el marxismo residual podría aún reivindicar, quienes seguramente sueñan con que la muerte de su oponente sea consecuencia de su propio triunfo por fin en solitario). Sí, difícilmente aceptarán ver en las mutaciones sucesivas de sus miembros más pragmáticos hacia formas directamente burocráticas o al menos hacia comportamientos serviles en relación con la burocracia gobernante y dominante, un aviso de esa muerte final que los amenaza (y que incluso habría que decir: nos amenaza). La progresiva simplificación reduccionista de su discurso, dogmática y hasta sintética propia de la "agitación y propaganda" burocrática sigue evolucionando hoy en día hacia el inmediatismo sin contenido real y el tacticismo. Todo ello es un hecho colateral de la burocratización, de la extensión de su dominio desde lo político hasta lo psicológico (eso que hace que cada vez más jóvenes aspiren a ser funcionarios, o que se valore la "profesionalidad" y también la "especialización científica", por mencionar algunas de las conductas típicas del presente).
Y esto, precisamente, es lo que me lleva a ver ello como un mero mito que está cada vez más cerca de la extinción, cada vez más lejos de poder crear un movimiento de masas o provocar una revolución... que no se tergiverse desde un comienzo (es decir, que pueda triunfar como la francesa o la bolchevique); cada vez más lejos de dar de sí, en todo caso, una alternativa diferente de lo que ya conocemos; cada vez más impracticable, sobrante, redundante e increíble.
Desde mi punto de vista, en el grado de complejidad social en el que nos hallamos, esto roza constantemente el colapso, y dentro de esta fase sitúo yo la manida "crisis de nuestro tiempo" de obvio contenido intelectual. La burocracia nos lleva hasta el borde del abismo y la intelectualidad sigue siendo esencialmente incapaz de controlar la realidad (no es capaz ni siquiera de aceptarla... aunque "sin embargo se mueva"). Pero, sea o no producto de mis mejores deseos, es decir, del mundo readaptado de mis sueños a instancias de la frustración que produce la conciencia, pienso que la fuerza de la reflexión sobrevivirá a ese colapso volviendo a reponer un escenario digno a su carácter trágico o, quizás, por qué no, a dar lugar a una etapa de dulce contemplación del estilo del lector (libros ya hay y habrá siempre para más de una vida), el escucha (la música no necesita ni la mitad de lo compuesto), el voyer de lo apolíneo y el paseante, una etapa que nos deje el descansado trabajo de la creación artística por la cual la sociedad trabajadora siga dispuesta a mantenernos sin tributos adicionales.
Todos los modelos nacidos de la buena conciencia de los intelectuales, a tono con La Razón de la que quieren amamantarse de por vida, son el refugio de sus monstruos. Al principio, todos ellos son como niños puros, pero con el paso del tiempo, envejecen y muestran sus mañas y mezquindades. Y el modelo liberal, mal que les pese a sus epígonos, está hoy lleno de arrugas y tal vez "La Crisis" actual acabe sacándole todas las canas. Más allá, en el futuro difícilmente predecible, hay que reconocerlo explícitamente, ofrezco como muchos pura especulación intuitiva.
De cualquier forma, creo seriamente que la globalización y la burocratización dejan fuera, a mi criterio, toda alternativa que no sea colapsante para la configuración social alcanzada, lo que deja a los intelectuales definitivamente marginados de toda acción significativa de readaptación. La entrada en el Capitalismo Burocrático Global (que se reviste cada vez más de ideocracia a tono con las necesidades de una burocracia culturalizada (o todavía sometida al "Tribunal de La Razón", por extender la manera que usa Leo Strauss para unos fines que me parecen similares) o, si se me permite de nuevo, eutifrónizada, es decir, necesitada de un esoterismo que se refugia en la destrucción del propio lenguaje y de la comunicación) es decisiva. Lo que no significa que el futuro no ofrezca a la reflexión otros espacios y a sus mejor dotados para llevarla a cabo otros roles sociales que de cualquier forma sólo cabe imaginar a título especulativo o intuitivo.
* * *
(*) Adendums: en respuesta a comentarios de Héctor párrafos iluminadores de Hayek y de Leoni que subo aquí por lo apropiado en relación a lo por mí sostenido (lo "inevitable" a que lleva la sensación de certeza del propio modelo y la lucidez que lleva al mismo tiempo a la tibieza y a la inoperancia de la "buena conciencia" intelectual):
"... debe existir un poder que pueda prohibir a las diferentes naciones una acción dañosa paa sus vecinas... Los poderes que tal institución necesita son principalmente de carácter prohibitivo; tiene que estar, sobre todo, en condiciones de poder decir no a toda clase de medidas restrictivas" (Hayek, "Camino de servidumbre", Aianza bolsillo, pág. 278).
"... siempre hay una víctima de coacción en este sistema libre. Se puede intentar convencer a la gente para que se comporte de una manera que uno cree libre y se la puede contener (¿cuándo por no comprender actúa en contra del modelo, como en una huelga salvaje, v-g-?) para que no se comporte de una manera que uno estima coactiva. Pro no siempre (?) se puede demostrar que lo que uno cree ser libre es verdaderamente libre, o lo que uno estima ser coactivo es realmente coactivo; en un sentido objetivo de la palabra." (Bruno Leoni, "La libertad y la ley", Unión Editorial, Madrid, 1995, pág. 195; sólo los paréntesis son míos, CS).
20 comentarios:
Interesante y extenso post al que quisiera incrustar ciertos precisiones.
Me sirvo de tus citas para contextualizar las mías:
el liberalismo (...) representa un ideal (...)que los intelectuales adscritos a esa corriente habrían descubierto en el propio funcionamiento espontáneo de la realidad bajo la forma de leyes inexorables o naturales.
Bueno, en mi opinión, lo característico del liberalismo es que precisamente desconoce completamente el modo en que funciona la sociedad en el sentido de que no todas sus leyes son aprehensibles y por tanto se muestra contrario a toda planificación racional, a todo creerse que se conoce el algoritmo con sus intrucciones/mandatos con el que se puede construir un progreso económico, en suma a todo cientismo arrogante (Hayek dixit) y por eso enfatiza la vertiente espontána, evolutiva y no planificable de las instituciones, el dejar-hacer, el laissez-faire.
Esto último es lo que define los discursos de todos los intelectuales modernos,(...), todos ellos fervientes adoradores de La Razón a la que todo debe ser sometido en aras de conquistar un estatus propio en el mundo (...), todos ellos convencidos de ser la expresión humana por antonomasia, su consciencia y su voz
No sería el liberalismo hayekiano un ejemplo de ello, es más, dicho liberalismo siempre sería contrario a entronizar La Razón al considerarlo una fatal arrogancia.
Personalmente creer que desde la razón, o mejor dicho, creer que el algoritmo que organiza la sociedad es humanamente cognoscible en todas sus instrucciones y en todo momento y por tanto ejecutable punto por punto por un comité central cualesquiera sí me parece una arrogancia fatal pero no así entronizar la razón en tanto en cuanto esta siempre debe estar presente en toda actividad social so pena de caer en la incomunicación así que mucho cuidado con la crítica a la susodicha Razón, esta tiene que ser matizada y enmarcada de lo contrario puede parecer una absurda vindicación de la locura.
el modelo liberal (...) defiende todavía, a pesar de la contundencia de los hechos, la idea de que la democracia formal es un estandarte contra la burocratización; de que el libre mercado lo es contra el monopolio y la concentración; de que es posible un Estado interesado y dedicado a preservar la pureza de sus perturbadores cuasi diabólicos o pecadores...
Repites la misma crítica -punto por punto- que los anarcocapitalistas hacen al liberalismo clásico de modo que pareces no tanto dar razones para rechazar el lema liberal "más libertad" cuanto matizarlo al decir con los ancap "más libertad ergo fuera gobierno" porque sin gobierno alguno, efectivamente, todos esos males que tu citas parecerían eliminarse.
Mas como alguien más afín al liberal clásico que al anaco considero que el hecho de que el sistema burocrático necesita ser vigilado e incluso que puede degenerar en totalitarismos no lo invalida, en la misma medida en que el sistema inmunológico no queda invalidado porque pueda enfermar de leucemia, todo lo contrario, lo único que prueba eso es que dichos sistemas han de ser constantemente vigilados.
esta idea (...) que alimenta todos los modelos de la intelectualidad, (...), de que mañana habrá más riqueza es sin duda la causa por la que se cae en la superproducción capitalista y en el incremento del crédito y la causa por la que los gobiernos optan por inyectar dinero del futuro en el presente... Y esto apenas se discute
Es totalmente cierto mas no lo aplicaría en el debe del liberalismo -al menos hayekiano- porque dicha ideología considera que la raíz de la crisis nace de la nacionalización del dinero, nacionalización que existe con el objetivo de planificar e incentivar el progreso. Lo que hace el banco central -causante úlitmo de la crisis- es eso ora promover el consumo ora promover la inversión, siempre promover actividades económicos desde instancias burocráticas y siempre con la idea falaz de que es posible un progreso continuado sin sacrificios o pausas.
la idea de Progreso, esa idea fuerte a la que apelaron y apelan todos los planificadores racionales de nuestro tiempo
Como digo el liberalismo precisamente lucha contra toda planificación racional al considerarla como una fatal arrogancia
En "el principio" la idea fuerte del Paraíso nace del profundo deseo del hombre de ser protegido y amamantado por seres superiores que le faciliten las cosas...
Sólo quiero comentar de este texto y las líneas que le siguen es, aunque no esté del todo de acuerdo ¡es lo mejor del post!
creo seriamente que la globalización y la burocratización dejan fuera, a mi criterio, toda alternativa que no sea colapsante para la configuración social alcanzada, lo que deja a los intelectuales definitivamente marginados de toda acción significativa de readaptación
De acuerdo pero esa creo es precisamente la idea de Hayek, esto es, dejar que sean las instituciones (derecho, mercado, dinero, etc) las que al desarrollarse espontánemente creen e inventen caminos adaptativos, al igual que no podemos prever cómo será la evolución biológica futura pero sí dejamos que las especies compitan entre sí unos u otras prevalecerán casi con total seguridad.
Pero ¿cómo se desarrolla espontánemante una institución? Pues no planificando su desarrollo, es decir, involucrarla en un proceso teleonómico no teleológico de forma que así quedaría redefinido el papel del intelectual no como aquel que inventa teleologías sino como aquel que lucha contra todas ellas.
Espero que estas notas disonantes te sirvan no tanto para afear tu discurso cuanto para envolverlo en una armonía más compleja y por extensión bella.
Saludos
Un problema del liberalismo que es general de los modelos intelectuales es que a la vez que es idílico (espera de que la realidad les da la razón que previamente sostienen como verdadera; espera de la contranemesis divina; espera de conseguir convencer a todos y llevarlos hasta el Paraíso; etc.) caen en incoherencias internas y hasta en hipocresía "inconsciente". No se trata de tomar lo que desean en la intimidad o lo que declaran... Los intelectuales siempre declaran querer lo mejor para la Humanidad y ese es precisamente lo que señalo como la base del problema. Lo importante es: lo poco y nada que pueden conseguir realizar y lo mucho que deben claudicar respecto de los principios que levantan y/o agitan. O sea, lo mucho que la realidad los lleva a mentirse y mentir u ocultar o ignorar o tapar... hasta el extremo de propugnar primero "soluciones" que esconden lo contrario de lo que quisieran. Un ejemplo muy a propósito (y cito):
"... debe existir un poder que pueda prohibir a las diferentes naciones una acción dañosa paa sus vecinas... Los poderes que tal institución necesita son principalmente de carácter prohibitivo; tiene que estar, sobre todo, en condiciones de poder decir no a toda clase de medidas restrictivas" (Hayek, "Camino de servidumbre", Aianza bolsillo, pág. 278).
Y lo en todo caso INGENUO y UTÓPICO es creer que esa "institución" (aparte de que siquiera pudiera convertirse en realidad) esté inmune a la tendencia que TODAS las instituciones demostraron seguir y que no es otra cosa que la burocratización con todas sus consecuencias (abuso de poder, formación de camarillas, pérdida del objetivo declarado, corrupción, tergiversación...).
Lo mismo que le pasa(ría) a un Estado que "regularía" o "controlaría" con "criterio virtuoso" según tu sugieres como "suficiente".
Decir: "...dichos sistemas han de ser constantemente vigilados", es de hecho "arrogante" porque empieza dando a entender que se tiene la verdad por el mango. El paso siguiente es... pretender imponerla (inútilmente) o apoyar a quienes "mejor lo hagan".
De nuevo: un tal Estado no llegará nunca a ser, si "fuera" se tergiversaría siguiendo la dinámica interna de toda formación intelectual que derivaría en burocrática desde un principio, y, en todo caso, esto tampoco se produciría como no sucedió nunca porque ya están ahí los burócratas reales, los Eutifrones, los "políticos" que diría Spinoza "que saben hacerlo mejor" (cito de memoria de su "Tratado político") para llevar no sólo a cabo esas "regulaciones" a su manera y en función de sus propios intereses y estrategias sino... USANDO precisamente el arsenal propagandístico que "sin querer" o queriendo les suministra la intelectualidad.
Así fue y será desde hace mucho sin que al parecer las evidencias sirvan para que se avance ampliamente (ya ves... yo soy tal vez una posible "leyenda" en el sentido de la novela de Matheson).
Pero... YO NO PROPUGNO la abolición del Estado en nombre de nada (libertad, libertad de comercio, igualdad, progreso...), DE NADA: lo mío es un intento de desmontaje y análisis crítico, de relevar tendencias según las veo y según creo que se reiteran demostrando que tienen fuerza como para ser entendidas como "leyes", etc. Considero que la sociedad futura como la pasada y la presente son un RESULTADO de muchas cosas y que los intelectuales deseamos una cosa que no se verá realizada salvo en la forma de pequeñas colonias y mientras no crezcan demasiado, tengan a su servicio una tecnología que les sirva en la boca para que ellos puedan seguir dedicándose a lo que les gusta, y que pierdan todo interés por el progreso técnico posterior... Bueno, je, es una fantasía, claro, y además, por la que no se puede hallar una estrategia de lucha... posible y... no distorcionable a su vez.
Un círculo vicioso sin duda, pero del que se puede salir: criticando a base de bisturí.
En ese sentido: "los males" no se podrían eliminar sino que SON constitutivos del Sistema y un Resultado Histórico. Pero eso tampoco significa que haya que aplaudir un alternativa que conduce a la catástrofe o colapso y que por el camino deja tanta crueldad, absurdidad, malestar, penuria, ineficacia,miseria, muerte, ridiculez, verguenza... qué se yo: todo lo que vemos todos los días. Y que no solucionará (apuesto lo que quieras, y en esto creo haber llegado a "una verdad" -¡lo que, de paso, demostraría que es aprehensible en algún sentido al menos!-) un "Estado imagnario" de "sabios" o "virtuosos" inencontrables o al menos "incapaces" para imponer nada al mundo entero (¡ni, además, interesados idiosincráticamente en hacerlo!). Claro que... se puede seguir soñando y dedicando energías a... la nada (que como dijera Nietzsche "es mejor que no querer"). Es más, sé que se seguirá haciendo porque existe un espacio que ASÍ precisamente se DEFIENDE, y se llama "académico", "centros de investigación", "revistas", "libros publicados"... Ámbitos y realidades todos estos que permiten "comer bien" y "tener una posición" y que, además, son "mantenidos" por la misma sociedad a la que se le dirijen las quejas y que se espera siga siendo tal cual es (¿o no es esto lo que queremos todos cuando esperamos que se salga de "La Crisis"?, ¡pues claro que sí!).
De nuevo: no proponer modelos, no esperar panaceas, no intentar conducir a nadie hacia una nueva sociedad, no organizar a nadie, aceptar que nuestros deseos más "elevados" sólo son reflejo de nuestros intereses y en ese sentido aceptar que los que no piensan no tienen por qué pensar y sea muy aceptable, tanto como nuestros anhelos, que abracen hasta soluciones totalitarias que les den de comer a base de guerras de rapiña mundiales, por ejemplo, qué le vamos a hacer... Solución: Marte, una colonia, dejar La Tierra a los nuevos "invasores internos", a los que "ya" no son como nosotros (porque no lo fueron nunca ni lo serán).
¡Vaya... a qué punto extremo de la conciencia me ha llevado el hilo de la elucubración! Je... en realidad, ya había llegado a este punto, una y otra vez...
En fin...
Gracias por los aportes, espero más crítica y mientras tanto un saludo.
espero más crítica
Ya que insistes. Debatamos otro round.
Decir: "...dichos sistemas han de ser constantemente vigilados", es de hecho "arrogante" porque empieza dando a entender que se tiene la verdad por el mango. El paso siguiente es... pretender imponerla (inútilmente) o apoyar a quienes "mejor lo hagan".
Este párrafo resume muy bien tu crítica precedente (creo) e injusta (postulo) contra Hayek y por ende contra mí. Contra mí porque suelo coincidir con Hayek.
Me explico y de paso le explico (a Hayek, se entiende).
La vigilancia significa nomás que la lucha para que dichas instituciones no sean invadidas, entendiendo invasión por monopolización, entendiendo monopolización por planificación (excluyente) racional y que dicha vigilancia sea falible no niega su necesidad y urgencia moral pues otro tanto podríamos decir de la policía que jamás consiguió eliminar el crimen pero sí (en algunos casos) minimizarlo
En definitiva, lo que Hayek (y servidor) postula es que las instituciones (recordemos cuáles son: derecho, dinero, mercado, lenguaje, etc) generan progreso si y sólo si son teleonómicas. Por lo tanto, el intelectual contemporáneo -al que en su momento le hize una anatomía-, así entendido, es un anti-intelectual en la medida en que lucha contra el intelectual al uso que quiere imponer una finalidad a la sociedad, esto es, que quiere invadir las instituciones e imponerlas una teleología.
Fíjate que no es un imposición sino una beligerancia contra toda imposición.
Considero que (...) los intelectuales deseamos una cosa que no se verá realizada salvo en la forma de pequeñas colonias y mientras no crezcan demasiado, tengan a su servicio una tecnología que les sirva en la boca para que ellos puedan seguir dedicándose a lo que les gusta, y que pierdan todo interés por el progreso técnico posterior..
Como dice Hayek las pequeñas sociedades (que de paso son las que, por su manejabilidad, más se prestan a planificaciones) no son capaces de emular la complejidad de la sociedad actual pues a esta podríamos verla como una gran computadora que en tanto en cuanto se abastezca de personas, se abastecerá de potencia computacional y en consecuencia de progreso.
Lo que pide Hayek, por seguir con la analogía, es que las instituciones implementen una (más eficiente) computación distribuida frente a la centralizada necesitándose para ello una sociedad extensa que entienda los beneficios de eliminar a la esteoclerotizada y esteoclerotizante clase burocrática.
no proponer modelos, no esperar panaceas, no intentar conducir a nadie hacia una nueva sociedad, no organizar a nadie, aceptar que nuestros deseos más "elevados" sólo son reflejo de nuestros intereses y en ese sentido aceptar que los que no piensan no tienen por qué pensar y sea muy aceptable, tanto como nuestros anhelos, que abracen hasta soluciones totalitarias que les den de comer a base de guerras de rapiña mundiales, por ejemplo, qué le vamos a hacer...
Entendido de forma metafórica creo que el texto me vale. Entendido de forma literal me parece absurdo ¿No proponer ningún modelo? Imposible. Si propones que exista una ley contra el homicido ya estás proponiendo una sociedad diferente a la de la selva. No puedes enfangarte de relativismo pensando que cualquier modelo es igual de lamentable por el hecho de que no tengas la seguridad de que el tuyo sea perfecto o porque tengas la seguridad de que no lo es.
Otro tema sería el aceptar que mis mis modelos, no deban excluir a, sino concurrir con los de, los demás.
Dicha concurrencia que es característico de las sociedades abiertas y descentralizadas es la que permite la continua mejora necesitándose para ello implementar unas instituciones sociales en donde cada proposición no deba imponerse como sucede, por ejemplo, con el mercado donde nuestras preferencias no fagocitan las de los demás.
Para terminar quiero aclarar que, efectivamente, a Hayek no se reduce todo liberalismo pero dada la multiplicidad de corrientes que son incluidas en el torrencial liberalismo he decidido fijarme, con el objetivo de centrar la discusión, en el de Hayek tanto porque es el que mejor conozco, como el que más afin me siento. Siendo, además, el que mejor encaja tus críticas.
espero más crítica
Te tomo la palabra y salgo al ring para un round más.
Vaya por delante que en el torrencial liberalismo confluyen diversas corrientes siendo sólo una de ellas la de Hayek. Si escogo esta para su defensa no es tanto por su pureza cuanto por que sólo es en ella donde nado a gusto.
Dices:
Decir: "...dichos sistemas han de ser constantemente vigilados", es de hecho "arrogante" porque empieza dando a entender que se tiene la verdad por el mango. El paso siguiente es... pretender imponerla (inútilmente) o apoyar a quienes "mejor lo hagan".
La vigilancia simplemente se cifra en evitar que la sociedad sea conquistada por planificadores. Dicha vigilancia es tan vital al cuerpo de la sociedad como al nuestro la de mantener una preocupación por lo que se come.
En concreto dicha vigilancia se cifra en considerar que las instituciones sociales sólo evolucionan bajo procesos teleonómicos luchando, en consecuencia, contra todo planificador cuyo quehacer acabaría intoxicando a las instituciones de teleología.
Ver en el vigilante a un futuro totalitario o planificador sería paranoico ya que precisamente lo que hace es echar a estos de la política.
De nuevo: no proponer modelos, no esperar panaceas, no intentar conducir a nadie hacia una nueva sociedad, no organizar a nadie, aceptar que nuestros deseos más "elevados" sólo son reflejo de
¿No proponer modelos? Entendido de forma metáforica creo que eso es lo que postula Hayek. Entendido de forma literal es un absurdo inviable. Quien dice, por ejemplo, que ha de haber una ley contra el asesinato ya está proponiendo un modelo de sociedad diferente a la salvajemente selvática del "todo vale".
Lo que propone el liberalismo hayekiano es que ya vivimos en un modelo cuya comprensión nos es imposible necesitándose para su modificación poder implementar de forma concurrente diferentes modificaciones y dejar que los propios individuos de la sociedad vayan escogiendo. Tal concurrencia sólo se puede dar en instituciones descentralizadas como el mercado donde el modelo de un individuo no excluye el de otro, en definitiva, lo que se trata es de abrir a la sociedad, de permitirla que proponga diferentes modelos -sin ella nos quedamos al albur de la selva, del ruido y la furia, de la nada-, modelos que no sean excluyentes para no tener que jugárnosla todo a una carta.
Por eso Hayek (y yo) propone una descentralización de la sociedad y sus instituciones, porque sólo así se habilita de forma eficiente la creación de progreso; lo contrario va desde el funesto extremismo de proponer a la sociedad un molde en concreto al absurdo de no proponer nada ni en abstracto, con la malhadada consecuencia en ambos casos de dilapidar un bimilenario progreso en absoluto azaroso, en absoluto racional.
Solución: Marte, una colonia, dejar La Tierra a los nuevos "invasores internos", a los que "ya" no son como nosotros (porque no lo fueron nunca ni lo serán).
¿Colonias? Una sociedad que avanza en progreso y complejidad necesita de un incremento continuado de personas de igual modo que una computadora a la que se le carga con más trabajo necesita de un incremento de potencial en su hardware.
Una comuna puede sobrevivir con cualesquiera régimeno económico al tener un número reducido de personas pero en la medida en que crezca su demografía corren el riesgo de ser infectados con el teorema de la imposibilidad del socialismo y acabar colpasándose luego su crecimiento y por ende su supervivencia está limitada.
Además las colonias o sociedades pequeñas por el manejable número con que están hechas se dejan más fácilmente manipular y por tanto invadir por planificadores.
Definitivamente nuestro progeso necesita de más gente, no de menos.
1) en 200 años todos los vigilantes derivaron en opresores de mayor o menor grado o en todo caso en servidores de ellos. Esto dice la experiencia histórica en contra de los "mejores deseos" melancólicos.
2) vigilantes en los que se pueda confiar (por 1 está claro que no los hubo o no duraron) significa creer que los manteiene honestos o virtuosos la moral; esto es otra vez IDEALISMO. Y no ha dado sino hipocresía (la moral cristiana basada en el temor al infierno no fue capaz de otra cosa;ni la moral victoriana socialista; y esto lo dice también la experiencia histórica)
3) Hayek (lee la cita y ve al libro para leer todo el capitulo si te parece) apela a fin de cuentas, como Mill o como Smith o como Von Mises... al Estado y a la moral o a las "buenas conciencias"; y lo primero de manera centralizada "en lo político" (Hayek propone una "superpolicía" internacional!, en el libro citado)
4) la colonia de intelectuales a lo Leonardo Da Vinci que invento sin proponer en absoluto (porque fue pura CF en el aire... o espacio sideral si prefieres, pura salida de tono, pura alegoría) estaría basada en una robótica autosuficiente autoreproducible en función de la necesidad de los humanos pensantes, contemplativos o eróticos. El plan estaría en sus manos y dentro de su propio sistema sin afectar sino sirviendo a los humanos para su propia falta de toda meta, para el simple goce, para... (en fin: la idea muere dentro de sí misma y probablemente conduciría al suicidio en masa!)
En fin, más para el round siguiente si quieres. ¡Esto se está poniendo muy interesante! ¡Este diálogo de seudocolonia de dos me resulta muy vivo, te lo aseguro!
Un saludo.
1) Esa afirmación me parece desmesurada.
Sí ha habido derivas totalitarias pero entender por qué han sucedido nos ayudará a entender si todas las ideologías son susceptible de ser arrastradas por dicha deriva y ya adelanto que la respuesta es un rotundo NO. Lo que precisamente Hayek pretende afirmar en Camino de Servidumbre (aunque de una forma algo histérica pues parece apuntarlo de forma ineludible) es que en una economía planificada será un grupo pequeño de planificadores quienes regirá la economía pero al ser incapaces de obtener y procesar toda la información necesaria para llevar a cabo dicha tarea como se espera aparecerán desacuerdos acerca de los diferentes planes posibles que combinados con la ineficiencia en la gestión de los recursos económicos disponibles, provocarán inevitablemente el uso de la coerción con el fin de obtener los fines deseados.
La percepción de ineficiencia llevará al púeblo -y este es un hecho muy importante- a dar más poder al estado con el peligro de que el país degenere en una dictadura.
A esto Hayek lo llama el "camino a la servidumbre" que no surge desde, por y para los intelectuales sino desde, por y para el pueblo cuando quiere buscar "justicia social" o tener un control absoluto de los vaivenes del mercado teniendo que fomentar para ello la destrucción de toda libertad económica y por extensión personal.
Así si los vigilantes escogieron el camino de servidumbre durante los últimos 200 años, ha sido a razón de no querer aceptar que la sociedad y sus instituciones no se dejan teleologicizar.
Por definición un vigilante que pide dejar hacer y se preocupa sólo de que se deje hacer; por definición, digo, no puede degenerar en opresión a no ser que contradiga sus propias ideas pero aquí no estamos evaluando la hipocresía de los liberales sino la validez de sus ideas
2) Pero el problema no es el buenintencionismo o su contrapartida. El comunismo, y es lo que trata de explicar Hayek con su Camino de Servidumbre, es inherentemente totalitario y necesita volverse aún más totalitario por su ineficiente estructura socioeconómica que constantemente exige más control, más estado, independientemente de la honestidad de sus propulsores, para volverse más eficiente pero que acaba generando paradójicamente el efecto contrario.
3)No es ese libro uno de sus mejores. Posteriormente puliría sus ideas políticos no dejándose llevar por ingenierías sociales excesivamente complejas. Dicho esto, apelar al estado per se no es malo -a no ser que seas rothbaridano-. La cuestión es programarle al estado una serie de mandatos que no necesiten de un incremento continuado de poder para llevarlo a cabo. Mises, por ejemplo, creía que la policía debería ser mantenida por el estado y dado que esa función la podía hacer meridianmente bien entonces si la realizase el estado no necesitaría de más poder para llevarla a cabo. Por el contrario eso no pasaría si pretendiese fijar los precios del pan y efectivamente, la España actual tiene un estado preocupado de la policía (y otras cosas) pero no del precio del pan y por eso no tiene nada que ver con la rusia estalinista.
Si todo fuera igual, si apelar al estado siempre implicase una deriva totalitaria habría que explicar por qué la China de Mao es diferente a la España de Zapatero cuando ambas naciones tienen estado. Es fácil ver que el quid del asunto está en averigüar qué puede hacer y qué no puede hacer el estado y que para tachar toda solicitud de ayuda el estado como peligrosa habría que primero señalar por qué el estado no puede hacer nada.
4) Cuanto más extensa sea una sociedad mejor porque así se fomenta la especialización y la división del trabajo sin la cual no hay progreso. ¿Por qué los aztecas tenían armas de madera mientras que Colón las tenía de fuego? Los euroasiáticos han dominado el mundo porque se preocuparon de que la sociedad fuera abierta y que sobre ella afluyeran constantemente personas y capital de lo contrario le hubiera pasado como a los aztecas, y les pasará a los autistas intelectuales marcianos, a saber: extinción.
En una línea de intentar acercar posiciones (lee bien que procuro poner todas las palabras necesarias para el buscar el entendimiento) y dejando de lado MUCHAS de mis LECTURAS BIEN HECHAS (a lo Strauss) de tu respuesta, apunto lo siguiente con igual nimeración:
1) "en 200 años (...) de mayor o menor grado o en todo caso en servidores de ellos"
No apliqué "totalitarios" a "todos". Ahora, "releyendome bien", te pregunto: dime UN caso en el MUNDO y en la Historia de los 200 (y más, porque me quedé algo corto) de "vigilante" que no haya servido a la opresión efectiva de otro o la haya ejercido aunque sea "de menor grado"? Bah, dime un caso en donde que ni siquiera se haya puesto al servicio de una opresión en "cierto grado"? Y luego dime cómo ha evolucionado? Y dime, qué ha "vigilado" y por ende a favor de quién o quienes?
2) "vigilantes en los que se pueda confiar (por 1 está claro que no los hubo o no duraron)"
Contéstame: ¿ (...) qué "los manteiene honestos o virtuosos" y durante cuánto tiempo?
"Y no ha dado sino hipocresía (la moral cristiana basada en el temor al infierno no fue capaz de otra cosa;ni la moral victoriana socialista; y esto lo dice también la experiencia histórica)", bien... puedo corregir esto quitando de la frase anterior la palabra "sino" y añadiendo: hipocresía o renuncia a una actuación efectiva. Repito: RENUNCIA, lo que enlaza (no lo había dejado del todo de lado) con la marginación de los honestos dicha en
3) Aquí prefiero pedirte que me contestes a la pregunta clave: ¿cómo se puede conseguir el ejército de vigilantes concientes de los objetivos que se deben conseguir, y quién les dará las instrucciones? (¡No veas las ganas que me dan de reproducir aquí lo que dije en los posts míos de octubre/2008 sobre el liberalismo, a saber, lo de la "reeducación en el camp... digo, en el mercado libre"!) Up, perdón...
4) "a lo Leonardo Da Vinci" es la figura opuesta al especialista y que es (creo) más "atractiva" (tal vez un tanto romántica) que la del Chaplin convertido en "apéndice de la máquina" o el "experto en secuenciar códigos genéticos de moscas". Eso sí... siguiendo a Smith (no a Rothbarth ni a Mises...) la "división del trabajo"
es "fundamental" para la idea (¡la idea!), y por épocas cortas quizá el "progreso" de la humanidad (que no niego, pero que no considero un valor eterno o absoluto, una verdad... je... "platónica" preestablecida; en todo caso: ¿por qué, con qué derecho, en nombre de qué "teleología" preescrita?, preguntas que podrías intentar contestarme desde tu "enfooque" sin contradecirlo -cosa que sostuve que te pasaba en un coemntario a un post tuyo y que negaste-)
Sobre "el progreso" Strauss desarrolla una muy interesante discusión consigo mismo. Y cuidado, no vuelvas a leer sólo parte de lo que digo por favor (y perdón si he caído una o más veces en lo mismo): no comulgo sino que explico las posturas que se oponen al "progreso" por motivos naturalistas o que acusan al hombre de ser "malo por naturaleza contra la naturaleza" por llegar a la creación de las sociedades capitalistas, etc., lo que considero simplemente RESULTADOS INEVITABLES tal como se dieron (a la vez que pudieron ser un tanto OTROS si algo hubiera alterado el peso de las interacciones en presencia en cada momento).
En fin, si eres fiel a la importancia que dabas a la "aritmética" de tu mono (ya volveré sobre esta... "robinsonada" o "prerobinsonada"), debes concluir que tu visión sobre el "proceso político" global y actual no permite que la realidad se adecúe a él, salvo... por Imposición, que a su vez no tiene espacio posible. Y si no: díme cómo conseguir la idea de ganarse a los intelectuales primero (Mises, Marx) para que luego "los sigan las masas" (Mises), ¿votando?, ¿alzándose?, ¿educando dónde, cómo, con estas escuelas, con este sistema educativo que va en la dirección opuesta, con qué moral, con qué dogma, con qué mito? En fin, de nuevo, hazme saber tu programa en términos de eficacia. Y TAMBIÉN dime cómo evitas "La percepción de ineficiencia (que) llevará al púeblo" a la "dictadura"... ¿por la vía de ir contra el Estado? (¿qué hizo pues la Revolución Francesa, de cualquier forma "un paso adelante" INCLUSO en términos de "Progreso" y hasta del "TUYO" y, como el ING, "de más gente"?)
Y no me pidas mí "programa" porque no sólo no lo tengo ni quiero, sino que creo firmemente que "ni siquiera los planes realizables (los de los burócratas que tienen el poder y los recursos o de los que los podrían conquistar) se cumpliarán" y menos a largo plazo. Porque yo creo en la marcha "espontánea" (paso a paso determinada, donde cada paso obliga a un número menor de posibilidades, con algunas salvedades coyunturales) hacia el colapso (entre otras cosas por culpa de la "división excesiva del trabajo" pero en estríctamente en primer lugar, sino sólo porque lo has mencionado y sí que entra a producir "negatividades" asombrosas).
Bien, hay más cosas, pero sería ir mucho más allá del intento de "acercar" posiciones. En todo caso, prometo más sobre la base de tus respuestas a mis preguntas capciosas que, creeme, adivino en alguna medida (porque no serán de las que ya he leído en otros sitios y que los dos citamos con fines "opuestos" y, claro, de elucidación).
(Nota: he procurado más que antes si cabe elegir a conciencia y situarlas a todas las palabras... hasta donde soy capaz... espero).
Un saludo afectuoso.
Aprovecho (a quien le sirva) para listar algunos post míos sobre el tema y su entorno (incluídos aspectos sobre la cuestión de hasta qué punto se puede comparar ZP con Rusia o China o Venezuela):
1) http://unanuevaconciencia.blogspot.com/2007/10/el-capitalismo-supervisado-y-la.html
2) http://unanuevaconciencia.blogspot.com/2007/03/por-inglaterra-por-la-reina-y-por-el.html
3) http://unanuevaconciencia.blogspot.com/2007/03/las-leonas.html
4) http://unanuevaconciencia.blogspot.com/2007/04/democracia-democratismo-y-economicismo.html
5) http://unanuevaconciencia.blogspot.com/2008/02/liberalismo-y-realidad.html
Donde expongo (y reitero en parte) varios aspectos de este debate.
Las puntualizaciones terminologicas son necesarias para que quienes debaten sepan de que estan debatiendo.
Por liberalismo, sin tener que hacer una exegesis historica exhaustiva, hay dos sentidos claros: un sentido politico y un sentido eocnomico.
El sentido economico es el clasico "laissez faire, laissez passer", la absoluta libertad, sin intromision alguna de un poder central en los ausntos economicos.
El sentido politico es la constitucion democratica de hombres libres, ciudadanos de un orden legal que les permite perseguir sus proyectos de vida con todas las grantias de respeto a su vida, propiedad y derechos.
De ambos sentidos hay una interpretacion ideologica de ambos extremos del espectro politico, es decir, un "liberalismo de izquierdas" y un "liberalismo de derechas" (solo hay que pensar que quienes son progresistas en Estaos Unidos se autodenominan liberales)
Pero he aqui el problema, porque surge una confusion conceptual que entremezcla origenes, ideas de uno a otro.
Hector enfatiza que no entiende bien porque el liberalismo se puede considerar como un ejercicio de planificacion racional.
Y tienen razon.
Siempre y cuando esta critica/precision se la haga al sentido economico de liberalismo.
Porque el sentido politico de liberalismo (emanado de los toericos del contrato)necesita una arquitectura garante del respeto de los derechos de todos los hombres libres para que en palabras de Hobbes no haya un "bellum omnium contra omnes" y esto no solo debe, sino que necesariamente, es planificado.
Pero claro aqui hay otro gran problema.
Uno no puede intentar exportar las recetas del liberalismo eocnomico al liberalismo politico y viceversa.
Aunque desde mi punto de vista, y ademas las hechos me apoyan, en timepos de recesion, de recesion global como esta, el liberalismo politico puede instruir al liberalismo economico.
Nacionalizando, con inversiones publicas, intervieniendo, planificando... me da igual cómo pero el mercado del liberalismo economico tiene que tener reglas de juego.
Si se seguiria su orden tan espontaneo siempre se tendra disfunciones, y no ciclicas, porque la avaricia no es ciclica (se tiene o no se tiene)
Por eso se debe perseguir un hibrido entre liberalismo eocnomico clasico y liberalismo poltiico clasico: un capitlaismo social.
Que se permita hace dinero (mucho dinero si se quiere) libre y sin coacciones, pero con repsonsabilidad social colectiva.
"Que se permita hace dinero (mucho dinero si se quiere) libre y sin coacciones, pero con repsonsabilidad social colectiva."
¡¿Pero cómo...?!
Este es el problema: un problema intelectual (sea de los que Tocqueville llamaba un tanto despectivamente "economistas", incluyendo a Smith en el saco, como de los teóricos de lo político o de "la libertad", con sus abstracciones, justificaciones, hipocresías y contradicciones...).
Sin duda, no es incomprensible ni criticable desear un mundo mejor, pero sí creer que el propio pueda ser o deba ser (totalitariamente a fin de cuentas) impuesto a todos por la simplesa de considerarr que "semoh loh mejoreh" por elegidos de Dios o de la evolución, da lo mismo.
Y esto empieza en el deseo del grupo y acaba, cuando se puede, en el dominio sobre los demás grupos (¡a ser posible, claro, sin derramamintos de sangre y sin terror!... porque... je... nos sentiríamos mejor dominando con el consentimiento de los subordinados...). Además, lo que digo es que HOY ya no queda espacio para conseguir imponer otra cosa que no sea... más de lo mismo. Y si no... al tiempo...
Rebatidme por favor si no es así, pero no con loas a lo deseado.
Al hilo de Hayek, tal vez os interese la entrada sobre ingeniería económica en el blog de Juan Urrutia:
http://juan.urrutiaelejalde.org/
Carlos: Gracias por la visita.
Hola,
Intentaré responder a ambos en esta interesante conversación tripartita pero primero empiezo con Carlos porque es el que directamente ha apelado mi intervención con sus preguntas.
"vigilante" que no haya servido a la opresión efectiva de otro o la haya ejercido aunque sea "de menor grado"? Bah, dime un caso en donde que ni siquiera se haya puesto al servicio de una opresión en "cierto grado"?
¿Qué entiendes por vigilante? ¿Un intelectual? ¿Es que no los conoces honestos? O ¿más bien entiendes a un político? ¿Es que lugares como Norteamérica no ha dado políticos ejemplares que no sólo buscaron más poder sino que incluso desestatalizaron la nación? No sé, la verdad, yo echo la vista 200 áños atrás y según la traigo hasta aquí el balance que me queda es el de progreso y el de una mayor libertad. Que el camino no sea perfecto no impide aseverar que sí es realizable. Vivimos más libres y con un mayor bienestar que cualquier sociedad del pasado y lo único que podrías replicarme es que en ello es irrelevante la intelectualidad habida pero no seré yo quien te ponga palabras en tu boca :-P
Contéstame: ¿ (...) qué "los manteiene honestos o virtuosos" y durante cuánto tiempo?
Sobre la corrupción se ha estudiado mucho, se ha llegado incluso a alabar en base a que lubricaba un mercado de por sí esteocleratizado por la burocracia. Así el mercado negro ayudó a que la URRSS no colpasase pero insisto con Hayek que la honestidad del burócrata es irrelevante, que su avanzar en la conquista de más poder viene dado por la necesidad no por la deshonestidad y en consecuencia yo, en base a que quiero menos poder para el burócrata, no busca estar seguro de su honestidad sino que me preocupo de la naturaleza de la estructura institucional que lo sostiene y que, en última instancia, es quien le incita a tener más poder.
¿cómo se puede conseguir el ejército de vigilantes concientes de los objetivos que se deben conseguir, y quién les dará las instrucciones?
¿Instrucciones? Instrucciones implica un algoritmo que cumplimentar, esto es, una finalidad que insertar en la institución cuando lo que un burócrata no debe sino dejar trabajar y vigilar que se deje trabajar. Para este trabajo no se necesita un instructor que continuamente diga al burócrata qué hacer.
"a lo Leonardo Da Vinci" es la figura opuesta al especialista
Ese es el problema que nadie sino un especialista puede hacer avanzar la ciencia hoy día de lo compleja que es. El hecho de que no existan hombres renacentistas es una muestra de la complejidad y avance sin igual que tiene la sociedad contemporánea.
debes concluir que tu visión sobre el "proceso político" global y actual no permite que la realidad se adecúe a él, salvo... por Imposición, que a su vez no tiene espacio posible.
¿Por qué no? Me parece una afirmación muy osada. Yo no despacharía tan alegremente una corriente política mantenida por diversos pensadores aunque se puede hacer, de hecho, yo sí lo hago con el anarcocapitalismo como por ejemplo aquí mas trato de demostrar que dicha ideología contradice la naturaleza humana y por eso está constantemente llamada a desencajarse con ella pero en base a qué item -¿la naturaleza humana?-articulas que el liberalismo no puede sino imponerse. Aquí no te sigo.
Y si no: díme cómo conseguir la idea de ganarse a los intelectuales primero (Mises, Marx) para que luego "los sigan las masas" (Mises), ¿votando?, ¿alzándose?, ¿educando dónde, cómo, con estas escuelas, con este sistema educativo que va en la dirección opuesta, con qué moral, con qué dogma, con qué mito?
A los intelectuales no hay que ganárselos sino convencerlos sólo con y sólo con buenos argumentos. Me parece que el liberalismo económico es tan verdadero como el darwinismo.
En cuanto al pueblo, entiendo que la gente científicamente lega, entenderá y aceptará tal o cual visión político-económica en la medida en que tal o cual visión político-económica haya sido científicamente validada.
En cualquier caso a mi no me interesa que mi ideología gane sino que sea verdadera, el hecho de que la sociedad en su conjunto la acepté o no es un problema distinto aunque, concedo, no irrelevante socialmente pero sí, insisto, científicamente irrelevante.
no me pidas mí "programa" porque no sólo no lo tengo ni quiero,
¡Mientes! Verás si te pregunto: ¿Estás a favor de la ablación? Supongo que responderás que una sociedad civilzada no puede aceptar dichas prácticas inhumanas; en tal caso, ya estás proponiendo un modelo de sociedad. Otro hecho será que tu modelo no pretenda ser omniefable pero es que ¡eso precisamente busca el liberalismo!
Anibal voy contigo pero no contra ti :-DDD ;-)
Dices:
Por liberalismo, sin tener que hacer una exegesis historica exhaustiva, hay dos sentidos claros: un sentido politico y un sentido eocnomico
Acepto las premisas.
el sentido politico de liberalismo (emanado de los toericos del contrato)necesita una arquitectura garante del respeto de los derechos de todos los hombres libres para que en palabras de Hobbes no haya un "bellum omnium contra omnes" y esto no solo debe, sino que necesariamente, es planificado.
Sí y no. Sí para muchas corrientes del liberalismo. No para la hayekiana porque esta considera que todas las institucioenes, todas, sin excepción, incluida la del Derecho, deben dejarse al albur de la descentralizada evolución.
Así Hayek recoge las ideas de Bruno Leoni quien señala la importancia histórica de la ley (el ius civile romano y el common law inglés) y es muy crítico hacia la legislación moderna y la idea de que la ley puede ser el simple resultado de una decisión política. En suma quien pide que el derecho sea consetudinario lo cuál implicaría una menor planificación y desde luego una inexistente planificación política.
Respecto al capitalismo social ese sí es un capitalismo parcialmente planificado teniéndotelas que ver en tal caso con Carlos xDDDD
¡Muy interesante!
"¿Qué entiendes por vigilante? ¿Un intelectual?" No, otro burócrata político detrás del que hay intelectuales que pretenden o sueñan o asumen de hecho que estarán detrás (como Platón del Rey de Siracusa). Y no es que sean o no honestos sino que se deben amoldar o al menos consentir o al menos hacer la vista gorda... ante los abusos pero también ante prácticas que están legitimadas y no por eso dejan de ser OPRESORAS (no hace falta que haya "cárcel para todos los opositores", la marginación y el cierre de los accesos también es una muestra de poder. Te recomiendo la película "El Intercambio" que reproduce un hecho real de USA (!).
Un político pues ya que fuera de la política los intelectuales sólo son... ingenuos e inoperantes (véase Spinoza, Tratado Político; y los ejemplos que da Tocqueville, y el caso Hayek...)
"Norteamérica no ha dado políticos ejemplares que no sólo buscaron más poder sino que incluso desestatalizaron la nación?". Lee "Todos los hombres del rey" sobre USA. Mira a Obama. Y por último: te reconoceré sólo que las cosas van de mal en peor!!!!
"yo echo la vista 200 áños atrás y según la traigo hasta aquí el balance que me queda es el de progreso y el de una mayor libertad." ¿Has sumado el número actual de presos, semiesclavos, marginados, muertos por genecidio, torturados, amedrentados, mutilados por razones ideológicas o políticas, etc. que hay hoy en el mundo en comparación con el medioevo (en porcentaje, claro)?? Y de países sometidos a dictaduras más o menos encubiertas entre 1948 y hoy?? O entre los períodos de entreguerras del pasado y hoy??? No me hables en abstarcto y suma y haz las estadísticas correspondientes. El sólo hecho de que el espacio para la huida y el espacio para presentar una alternativa política ¡en pleno corazón de Occidente! sea imposible te debe dar la pauta de la REDUCCION REAL de LIBERTAD REAL. Otra cosa es DEJARSE ENGAÑAR.
"Que el camino no sea perfecto no impide aseverar que sí es realizable." No, claro, YA DIJE QUE TODO ES IMPERFECTO en tanto sea REAL. Yo digo que no es realizable salvo... que a Dios se le ocurra destruir todas las tendencias reales existentes o alguien iluminadísimo y superhéroe logre formar un ejército de bienintencionados más grande que el de Alejandro Magno... Y, claro, también digo que ese "supergeneral del bien" acabará montando... lo mismo o parecido a lo que YA EXISTE. Claro... je... si lo primero fuera factible, que no lo parece al menos.
Así y todo, LOS INTELECTUALES DE OCCIDENTE "Vivimos más libres y con un mayor bienestar que cualquier sociedad del pasado...", y ya veremos por cuánto tiempo (o no lo veremos; todo depende de si el colapso se produce y si estamos vivos para ver la colisión final).
Además: si pudieran, los intelectuales más decepcionados huirían a Marte! Hoy no es posible.
Te pregunté: "¿ (...) qué "los manteiene honestos o virtuosos" y durante cuánto tiempo?", pero no me refería a qué ingredientes morales, etc., sino "qué institución" o "quienes"? Y toda respuesta posible implica una "nueva" burocracia y así hasta el infinito... unos vigilando a otros...
"Sobre la corrupción se ha estudiado mucho, se ha llegado incluso a alabar en base a que lubricaba un mercado de por sí esteocleratizado por la burocracia. Así el mercado negro ayudó a que la URRSS no colpasase..."
¡IMPECABLE! Así es, el mercado negro que el liberalismo alaba hasta en su más pequeña escala contiene corrupción, esclavitud, engaño, deshonestidad, criminalidad... Claro que no sólo reactivó la URSS sino que le permitió sobrvivir, al igual que a todos los países occidentales de ayer y de hoy hasta los más desarrollados (hay menciones en Revel, "El conocimiento inútil", v.g., asñi como de las alabanzas que... se derivan de la previa postura a favor del liberalismo, o sea, una visión ideológicamente determinada y suavizada, como es propia de la "honestidad intelectual"). Pero eso hay que LEERLO de otro modo (prometo incluirlo en mi post sobre economía y ya estaba previsto).
"... la honestidad del burócrata es irrelevante, que su avanzar en la conquista de más poder viene dado por la necesidad no por la deshonestidad". ¡Por supuesto, yo soy determinista y coincido con esto: pero es esa dinámica real la que no sólo hace deshonesto al burócrata sino que, del mismo modo que en la época de Galileo se deseaba ser cortesano, hoy se IMPONE la cultura del pelotazo burocrático en casi todos los individuos (otro ejemplo de esta mecánica se daba bajo el predominio cultural protestante, etc.). Eso no es sino un síntoma manifiesto de qué sociedad es la que está construida!
Así, tú, que "me preocupo de la naturaleza de la estructura institucional que lo sostiene y que, en última instancia, es quien le incita a tener más poder", obviamente, deberías reconocer: (a) que para derrocar al "régimen" se requeriría una "revolución" y, luego, (b) que ello no daría otro resultado muy diferente.
Dije: "¿cómo se puede conseguir el ejército de vigilantes concientes de los objetivos que se deben conseguir, y quién les dará las instrucciones?" en el mismo sentido: que quienes instruyeran o educaran o vigilaran a los vigilantes no harían más que sustituirlos del mismo modo que un gobernante sucede a otro después de elecciones o de un golpe de Estado. Y de nuevo: ¿quién y cómo inserta algo en la sociedad? ¿quién y cómo cuando los aumentos de la legislación dan precisamente más y más burocratización?
"Para este trabajo no se necesita un instructor que continuamente diga al burócrata qué hacer", no, claro, él mismo es un burócrata autónomo que hará lo que me jor le convenga... hasta en un régimen extremadamente burocrático (como en mi cuento "orweliano" de los dedos).
Así es: "...nadie sino un especialista puede hacer avanzar la ciencia hoy día de lo compleja que es. El hecho de que no existan hombres renacentistas es una muestra de la complejidad y avance sin igual que tiene la sociedad contemporánea.", y por eso justamente hoy tenemos burocratización creciente (yo sólo la señalo como inevitable). Pero... además... tenemos INCAPACIDAD para que la sociedad funcione bien y cada vez más socavones, crisis financieras, caos circulatorio... pasos hacia el colapso.
Y cómo hacer feliz a un experto en detalles rutinarios? Pagándole mucho para que se realice "en otra parte" como en el espacio del ocio? Dejando que escriba en un blog al que ters gatos locos hacen caso si se sale de la tontería o la anédectota? La realización del ser humano pide al intelectual ser como Leonardo, pero para eso hace falta un mecenas culto y la burocracia es un mecenas inculto (que lo hubo también en 1600 y eran sobre todo burgueses y no nobles).
De nuevo: ¿qué cambiará ese rumbo de las cosas? ¿Espontáneamente, por la vía de la predicación de nuevos monjes que se lancen a recorrer el mnndo, por medio de una revolución de iluminados que instaure una República de Sabios...? Ergo: hay que "esperar", hay que "actuar"...?
¡Oh, los intelectuales, qué mal que lo tenemos... por enésima vez!
"ganárselos" está e el sentido de "convencerlos"... ¿Lo conseguirá el liberalismo desde los blogs? ¿Lo conseguirá con argumentos o con slogans, con mitos favorecidos por las circunstancias que justamente no vienen en su ayuda... aunque en los últimos tiempos lo parecía y con "La Crisis" parece todo lo contrario (se sabe que se han vendido una burrada de txtos de Marx en estos meses, etc.)
¿Que algo es tan verdadero como otra cosa? ¿Qué pasa con tu enfoque anticientifista? Esto sí que es desdecirse... en cuanto abandonamos territorio inocuo y pasamos al ideológico-político!
Y aún más al rspecto: ¿"gente científicamente lega"?. No, los grupos que forman el pueblo son tan hábiles como cualquier otro (y tan ingenuos, y tan imperfectos, y tan ilógicos, y tan...), como cualquier otro grupo y se moverá en atención a sus intereses y recursos hacia donde pueda al menos convencido (como los intelectuales) que lo hacen en defensa de sus intereses y con posibilidades de defenderlos y satisfacerlos (y, como los intelectuales, cayendo en errores... que se resulven con un baile de sangre o un nuevo mito, sí, ese mito que decías tú mismo que daba "conocimientos" y podía ser "eficaz"). Y yo no diría nunca algo como que eso sería equvalente a "en la medida en que tal o cual visión político-económica haya sido científicamente validada."
"En cualquier caso a mi no me interesa que mi ideología gane sino que sea verdadera, el hecho de que la sociedad en su conjunto la acepté o no es un problema distinto aunque, concedo, no irrelevante socialmente pero sí, insisto, científicamente irrelevante.", esto, digamos, porque eres un intelectual y no un burócrata, pero por eso no eres uno de los que gobiernan ni es la tuya la dirección de la marcha...
No miento ni me miento: no propongo un "programa" sobre todo que "no quiero", pero es verdad y no lo he negado que tengo los mismos intereses en un "mundo felíz" que los intelectuales, ya que soy uno de ellos mal que me pese (ya veremos hasta cuándo de manera formal y pública), eso no lo puedo extirpar, y pr eso soy entre otras cosas elitista, etc. Lo que pasa es que soy consciente de que ninguna acción mía dará el resultado apetecible, al menos hoy. En ese sentido, sigo deseando pero no para imponerle a nadie, una colonia en Marte (mejor en La Tierra) con una buena compañía para conversar, discutir, divertirse, sentir... y un ejército de robots sirviéndome sin que me tenga que preocupar ni por el desarrollo de latecnología ni por el pan. El Paraíso, vamos...
En esa colonia, no habría ablación y aviso, sería totalitario contra mi pequeño mundo sin el menor resquemor...
Y es que no soy totalitario por convicción sino porque no puedo ni hay perspectiva alguna de serlo!
"¡eso precisamente busca el liberalismo!". No, no busca eso y si lo hace no lo conseguirá al igual que no lo conseguiré yo.
Leí a Bruno Leoni: ya pondré la frase donde lo he "pillado" infraganti y su "buena lectura".
Y no es que sean o no honestos sino que se deben amoldar o al menos consentir o al menos hacer la vista gorda... ante los abusos pero también ante prácticas que están legitimadas y no por eso dejan de ser OPRESORAS
Todo lo contrario. El burócrata lo único que no debe hacer es la vista gorda.
Por otro lado ¿prácticas legitimadas y opresoras? Creo que este discurso debe ya dar ejemplos concretos pues moviéndose en la abstracción parecemos pelear a ciegas. Tal y como hablas pareces hasta anarquista. Da, por favor, un ejemplo claro de hoy en día, de la España de hoy en día de prácticas legitimadas pero opresoras no atribuibles a la torpeza/maldad del burócrata (pongamos juez) sino a una falla interna de la isntitución que lo sostiene (en el caso propuesto: el tribunal) porque de lo contrario vamos a acabar degenerando este interesante debate en un mero intercambio de eslogans.
Dices:
¿Has sumado el número actual de (...) pero luego admites y es a lo que voy Así y todo, LOS INTELECTUALES DE OCCIDENTE "Vivimos más libres y con un mayor bienestar que cualquier sociedad del pasado..." con lo cual me estás dando la razón, a saber, que existe un modelo sociopolítico que genera -en balance- más progreso que el resto . Así que te remito al post donde comparaba las sociedades aztecas con las de Colón. El reto es que me digas por qué nuestra Europa Medieval era más avanzada que la América azteca.
Desde luego no por casualidad, ¿o sí?
Y decir de nuestro progreso que ya veremos por cuánto tiempo es precisamente enmarcar cuál es el trabajo del intelectual, a saber: determinar por qué y en qué medida existe nuestro incustieonable occidental progreso social en comparación con nuestro pasado y con nuestros vecinos. ¿Cuál es tu respuesta? ¿Ignoramus et ignorabimus?
"¿ (...) qué "los manteiene honestos o virtuosos" y durante cuánto tiempo?", pero no me refería a qué ingredientes morales, etc., sino "qué institución" o "quienes"? Y toda respuesta posible implica una "nueva" burocracia y así hasta el infinito... unos vigilando a otros...
¿Qué instituciones? Ninguna porque no importa. Así como no importa qué mantiene a las empresas honestas porque en el mercado sólo sobrevivirán frente a la mortal bancarrota aquellas empresas que sirvan al ciudadano. En una sociedad de instituciones descentralizadas sólo sobrevivirían aquellas que sirvan al ciudadano.
Por supuesto que habrá insituciones que no son descentralizables (caso obvio, me parece a mi, de la policía) pero tampoco hay que volverse paranoico. Es como en los ordenadores: en los sistemas operativos los procesos pueden interbloquearse en el uso de recursos (imagínate -más o menos- a dos programas queriendo imprimir un archivo cada uno pero sólo se puede imprimir uno cada vez) pero se ha estudiado que basta con vigilar unas determinadas veces para que sea más eficiente que vigilarlo siempre ya que los errores llegado un momento no son cruciales. Dicho en plata: no siempre toda corrupción es letal. Nuestro sistema inmunológico acepta ciertos agentes tóxicos ese no es el problema. El problema es que la corrupción logre colapsar todo el sistema y ese problema es perfectamente solucionable y de hecho está siendo perfectamente solucionado a nada que se mire las experiencias democráticas habidas en este siglo en las distintas naciones.
(a) que para derrocar al "régimen" se requeriría una "revolución" y, luego, (b) que ello no daría otro resultado muy diferente.
¿Por qué? Basta con explicar que l modelo tal o el modelo cual no es sostenible. Veáse Usa con los padres fundadores como ejemplo de revolución no sangrienta. Como dijo Popper (creo)la democracia es la única forma de cambiar de poder sin derramamiento de sangre.
Que algo es tan verdadero como otra cosa? ¿Qué pasa con tu enfoque anticientifista? Esto sí que es desdecirse... en cuanto abandonamos territorio inocuo y pasamos al ideológico-político!
A ver, estas imputaciones me parecen cuando menos increíbles. Cientificista es aquel que cree que sólo el método científico es válido para adquirir conocimiento.
Yo niego tal monopolio pero para mi y está muy claro pero es que muy requetemuy claro en mi post, el método científico no sólo es válido sino que es aquel que más certidumbre da a nuestros conocimientos. Es decir que si podemos validar científicamente -poner en escena que dije en aquel post- un conocimiento ¡mucho mejor!
Por lo tanto, ¿qué significa que el darwinismo sea una teoría científicamente validada? Pues que tenemos una enorme (nunca absoluta) certidumbre sobre validez. Otro tanto creo que le es posible conseguir al liberalismo económico.
No, los grupos que forman el pueblo son tan hábiles como cualquier otro (y tan ingenuos, y tan imperfectos, y tan ilógicos, y tan...), como cualquier otro grupo
Personalmente el término pueblo tiene algo de denigrante y por eso lo apliqué al de científicamente lego pues ese (de exisitir) creo que tiene validez para nuestra discusión. Entendido así no se puede decir que es tan hábil que la comunidad científica o mejor dicho, el conocimiento emanado de la método científico nos provee una mayor certidumbre de validez que la de cualquier otro método y en la medida en que una comunidad se atenga a dichos conocimientos manejará modelos de una validez más probable así como y sobre todo liquidará o modificará dichos conocimientos de una forma más racional, sensata incluso.
miento ni me miento: no propongo un "programa" sobre todo que "no quiero", pero es verdad y no lo he negado que tengo los mismos intereses en un "mundo felíz" que los intelectuales, ya que soy uno de ellos mal que me pese (ya veremos hasta cuándo de manera formal y pública), eso no lo puedo extirpar, y pr eso soy entre otras cosas elitista, etc.
Si no aceptas que yo ablacione a mujer ya estás proponiendo un modelo. Simplemente no lo propones más veces y en más fenómenos sociales que otros. Sólo me vas a convencer de tu pureza, de tu negativa a proponer cualquier modelo si me admites que aquí y ahora no lucharías por evitar la legalización de la ablación porque en Marte, por supuesto, todos nos preocuparíamos de crear nuestras utopías pero lo que el liberal dice es (resumidamente): No busquemos utopías sino hacer nuestra vida sin imponer nada a los demás salvo prohibir aquellas acciones que precisamente impone algo a los demás.
(Por supuesto la vida social no es tan mona ni monádica pero se aproxima al modelo más light que podemos defender y que al menos TODOS defienden)
Perdón Héctor por dejar correr demasiado deprisa la pluma, pero puedes verificar que la idea que atacas en primer lugar se continuaba a pesar del punto y seguido, y que al respecto me refería de nuevo al intelectual que "en todo caso hace la vista gorda" y muchas veces es peor (como bajo el nazismo o la Kampuchea Democrática o desde "otro país" en relación al Comunismo de antes y de hoy). No obstante, los burócratas también, y si no mira nuestros fiscales. Ahora, si debe o "no debe hacer la vista gorda" es algo que lo dice ¿quién?; desde ya que no la realidad.
"¿prácticas legitimadas y opresoras?": ¿te vale el Canon de la SGAE?, los Estatutos Autonómicos respecto del castellano? Y te pongo las menos discutibles por un liberal, pero si se mira con mi óptico... lo es TODA la LEGISLACIÓN (y casi para Leoni... también, que no cito ya que has leído puedes releer).
La comparativa entre Antiguo Régimen e incluso las instituciones medi¡evales con respecto a la situación postrevolucionaria que hace Tocqueville tiene ejemplos en abundancia: lee o relee "El Antiguo Régimen y la Revolución": una joya muy instructiva.
No te doy la razón porque tú consideras que los beneficiarios son todos los humanos y yo de momento hablo de un grupo concreto (hay otros beneficiarios claro, pero NO TODOS). El "progreso" industrial, tecnológico, científico es RELATIVO no en cuanto a su realidad sino en cuanto a su valoración: no era lo más valorado en la Antigüedad ni en la Edad Media Alta, ni nadie puede dar garantías (aunque lo digan los que se crean poseedores de la verdad eterna; no tú según tus posts) de que sea así siempre. Puede venir un colapso de esta sociedad (como el de la azteca) y yo creo que lo habrá aunque no sé cuándo, y entonces sucederle inclusive un "Mundo Feliz" a lo Huxley o la dispersión en colonias marcianas, saturninas, etc., o la sociedad de Morloks y Eloi... en donde ni el mercado libre, ni el dinero, ni los lujos superfluos, ni el consumismo, ni la bomba atómica, ni siquiera los viajes espaciales sean vistos como algo atractivo. ¿Apostamos?
El progreso de occidente (ese en el que se incluye el nazismo, los jemeres rojos, Tiananmen, el Gulag, Hiroshima...) tiene su explicación, claro: la misma que explica el nacimiento, desarrollo y caída del imperio Inca, la sociedad Maya y Azteca y miles de civilizaciones punteras en su día... ¿Y?
¿Qué es esto?: "¿Qué instituciones? Ninguna porque no importa. Así como no importa qué mantiene a las empresas honestas porque en el mercado sólo sobrevivirán frente a la mortal bancarrota aquellas empresas que sirvan al ciudadano. En una sociedad de instituciones descentralizadas sólo sobrevivirían aquellas que sirvan al ciudadano." Una expresión de deseos supongo, no la realidad ni la pasada ni la presente ni la futura. Como no fue real la justificación de Hobbes. Esto no es sino ficciones cada vez más alejadas de toda posibilidad. Y para tener los "vigilantes" de los que hablabas hay que organizarlos... en una institución, con unas normas, una jerarquía (como la de Hacienda o la de los Comisarios del Pueblo) y una autoridad ideológico-política superior... en fin ya tenemos de nuevo a la burocracia reproduciéndose a sí misma en un buen caldo de cultivo.
"¿Qué instituciones? Ninguna porque no importa." "Por supuesto que habrá insituciones". ¿ERGO? Sean del tipo que sean (y ojo: no propongo abolirlas anarquicamente, ya que considero esto imposible aunque me gustaría) producirán burocracia y no libertad: los hechos ya han demostrado esto (lo dice Hayek, Mises, Leoni, Weber... aunque una y otra vez se aferran a la esperanza de que una mayoría "entienda", se haga "conciente", e "desaliene", etc.
No se trata de SEGUIR diciendo cómo debe hacerse todo ("basta con vigilar unas determinadas veces") sino CÓMO EVOLUCIONA o MARCHA en la realidad. Y comprender que se está poponiendo directa o indirectamente a algo o alguien que "dicte las normas buenas" (el Platón de Siracusa... que casi acaba esclavo y acabó descepcionado y solo -no es una crítica a esto último sino una situación que no imaginó sino la opuesta-).
¿Esto: "manejará modelos de una validez más probable" te dice tu Oráculo? Pues el mío lo contrario... en una primera fase al menos.
"la democracia es la única forma de cambiar de poder sin derramamiento de sangre." ¡Justo, por eso la prefieren los burócratas y la usa por ejemplo Chávez o el régimen iraní para legitimarse: "nos han votado" (¡y vaya lo que hay detrás para garantizar el resultado electoral!) ¿Te valen los ejemplos; hacía falta que los hiciera explícitos?
Lo del pueblo y la ciencia lo dejo por extenso: tu preferencia por el método de Popper confirma tu idiosincrasia, nada más: niego que tengas derecho a dar tu tabla de valores por la mejor y a los "sabios" socráticos por lo mejor de la raza. Esto sólo ayuda a "otros" a justificar lo que no te gustaría (al menos saber y ver).
¿¿¿"pureza"???? De puro nada: dije que me abstenía de conducir un nuevo régimen porque he descubierto su imposibilidad (aunque debo reconocer que no por nada ya que se ve que lo rechaza mi organismo sensible!), pero que yo también quiero un mundo feliz para los que preferimos NO ganarnos el pan con el sudor de la frente sino con la incineración de las neuronas y a veces con el desgaste de la garganta.
Como reconocía Ginsberg en su poema "Cosas qu no sé":
"¿Cómo ganarme la vida si no pudiera escribir poesía? / ¿Sabría cómo plantar guisantes, cómo atar los tallos de las tomateras?"
Ah, y si no me hecho entender con esto, lo dejo para otra vez, otros temas o más tiempo.
Un saludo afectuoso.
Carlos en tu último comentario me recomiendas muchas (re)lecturas pero no creo que hay que revisar excesiva bibliografía para fijar ciertas ideas mínimas en el debate.
Dejando de lado disquisiciones epistemológicas que no vienen al caso (tu preferencia por el método de Popper confirma tu idiosincrasia, nada más: niego que tengas derecho a dar tu tabla de valores por la mejor y a los "sabios" socráticos por lo mejor de la raza) me conformo con que al menos me respondas a dos preguntas que te hice pero respóndemelas claramente.
Enseña las cartas, nada de predigitaciones verbales y ya verá como así enmarcamos el debate para que resulte asequible.
Pregunta 1:
Es fácil de malentenderla pero no se trata del obvio hecho de que todos los imperios caigan (romano, aztezca, etc) se trata de responder como hice en el post que te enlacè por qué los euroasiáticos han dominado el mundo.
En occidente independientemente de los imperios que hubiera habido (el de Alejandro Magno, el romano, etc) había infinatemente más progreso ¡esa es el quid de la cuestion! Me autocito para encuadrar el debate:
Llegados a este punto hay que preguntarse por la razón de tal contraste [entre los americanos y los europeos en lo que se refiere a tecnología y por extensión progreso]. Recordemos que esa diferenciación se produjo en apenas (hablamos de civilizaciones) 13000 años. Desde el año 11000 a.c, donde todos los homo sapiens eran cazadores/recolectores que vivían en la Edad de Piedra, hasta el año 1500 d.c en el que aquella disparidad evolutiva se tornó aciaga para aquellos pueblos que se quedaron a la zaga.
En mi opinión esto se debio a que los occidentales se preocuparon de que la sociedad fuera abierta y que sobre ella afluyeran constantemente personas y capital.
Según tú, ¿a qué se debió? ¿por qué mi respuesta -y de Jared Diamond- no es válida?
Pregunta 2:
Si yo propongo legalizar la ablación ¿estarás 1)a favor, 2)en contra o 3)te dará igual?
Sólo la opción 3) implica no proponer ningún modelo. ¿Correcto?
Para finalizar: debo estar malentendiéndote porque me pareces estar igualando a todos los intelectuales desde los defensores del marxismo (y sus gulag) hasta los defensores del liberalismo (y su sociedad abierta). Puedo conceder que ambos, a la postre yerren, pero no puedeo aceptar que su error sea cualitativamente idéntico.
Héctor, tú también has dado y das de nuevo como respuesta posts tuyos previos. Eso hice yo: allí están todas mis cartas (aunque cada vez son más "depuradas" gracias a varias cosas que incluyen tus críticas y observaciones; lo que agradezco una vez más). Pero te contestaré sin alegorías en primer lugar, y luego me permitiré algunas evaluaciones extra. Vamos allá:
Pregunta 1:
"obvio hecho de que todos los imperios caigan", pero es que tú presentas el Estado actual como un no-imperio basado en la fuerza (y no lo es, pero se basa en la fuerza) y en última instancia como "eterno", imperfecto pero insustituible, etc. (si no, corrige mi mala lectura). Pero me estoy "evadiendo":
"¿por qué los euroasiáticos han dominado el mundo?", pues, en primer lugar POR LA FUERZA y gracias a que Atila se retiró; porque hubo nuevas oleadas de homos desde África; porque los persas cayeron a manos de los espartanos -pura máquina de guerra, antidemocrática y primitiva; porque Constantino se hizo cristiano; porque los "bárbaros" se habían integrado tanto en el Imp.Romano que el cambio fue suave hacia el feudalismo tal como lo conocemos; porque el desierto de Gobi, los mongoles y su régimen burocrático no facilitaron la expansión de los chinos; porque los árabes y los turcos fueron una barrera decisiva; porque la guerra por la recuperación de Jerusalem impulsó el desarrollo la técnica y cruzó los reinos dando lugar a Carlomagno; y por mil cosas más...
Ahora bien: si lo que defiendes es que el comercio a la manera occidental fue decisivo, que Sócrates existió y entroncó con el cristianismo; etc., ESTOY DE ACUERDO que en el contexto dado lograron dar pasos sucesivos de aceptable eficacia. Pero LO QUE YO SOSTENGO es que ESO no les da TITULO de PERPETUIDAD Y no he dicho CASI NADA MÁS (se puede ir más allá de todos modos y prometo hacerlo por separado; y por cierto, supongo que ante la "superioridad" indoeuropea que tienes in mente, el avance islamista no te preocupará en lo más mínimo, ¿no?; pero olvida esto que no está en el debate y que, aclaro, menciono sólo para mostrarte que al menos muchísima gente de occidente SÍ que les teme, a pesar de tener por ahora la FUERZA de la tecnología, de La Razón, de la "sapiencia económica" -que yo no veo-, de "la organización yupi" -burocrática y obstaculizadora hasta el colapso y la absurdidad-, la "buena conciencia", la "democracia" -que los paraliza ante el islamismo a cuento de la "opinión pública"-, el reltivo "libre mercado" -que lo lleva a inventar el "islamic banking" y a "vender" hasta su propia seguridad-, una diplomacia "muy sutil y sofisticada" que produce "la alianza de civilizaciones", una "racionalidad" que da lugar a la "educación para la ciudadanía", que menciono sólo en atención al deterioso que ocasiona en la "educación" de las masas y de los futuros gestores de cada campo, cada vez más analfabetos-, etc., etc., etc.)
"infinatemente más progreso ¡esa es el quid de la cuestion!"
"En mi opinión esto se debio a que los occidentales se preocuparon de que la sociedad fuera abierta y que sobre ella afluyeran constantemente personas y capital."
"Según tú, ¿a qué se debió? ¿por qué mi respuesta -y de Jared Diamond- no es válida?"
Por si no hubiera contestado suficientemente: (a) no es que tu respuesta no contenga algo de "verdad" (descripción de hechos visibles por otros), sino que, (b), la descripción (y más si es simplista) no explica la mecánica que llevó a la situación actual; es decir, hace falta concatenar los hechos, donde también están los fallos de los perdedores, las imperfecciones de las partes, los tropiezos ocasionales y/o coyunturales, etc. Si no sólo tenemos predestinación o en todo caso determinismo mecanisista a lo marxista (o a lo liberal en el fondo, de donde Marx lo extrajo), o positivismo, o historicismo simple, o "modelo seudoreal", tergiversación ideológica, etc., todo lo que caracteriza (y de paso contesto a algo que preguntas luego) a los intelectuales indoeuropeos racionalistas en general (marxistas y liberales incluídos), que es a lo que me refería poniéndolos a la par (y si relees mi post y los que enlazo en el texto, verás que rompo una lanza en favor de los liberales en cuanto a su "menor predisposición" a convertirse en "políticos dispuestos a gobernar" y "dictar" y que por eso... tienden más a la la frustración y la melancolía. Y a idealizar en lugar de ser pragmáticos a lo Lenin, por ejemplo.
"Pregunta 2": para no darle vueltas "evasivas": ESTARÉ EN CONTRA. Ahora, ya satisfechas tus expectativas de "triunfo pírrico" te diré (a) que YA LO DIJE, como sabes, lo que no veo la ventaja en este debate de una NUEVA declaración explícita y reiterativa que ya sabías cuál era, y (b) que eso no tiene que ver con lo que yo al menos llamo "MODELO" al que la mayoría de los intelectuales tienden a aferrarse, que viven como "dogma", como "eterno", como "verdad absoluta o revelada", etc.
YA LO DIJE en el contracomentario anterior: "yo soy un intelectual occidental ateo de esta época" y tengo la sensibilidad propia de ello, sin duda prefiero Occidente, prefiero (rechazando al mismo tiempo cada vez más) Europa, prefiero tener tiempo para la cultura (a pesar de que deviene de muchas cosas rechazables también por mí, como el hambre, las guerras, la marginación de gran parte del mundo, la vacuidad insultante de ZP y de todo este sistema político, etc., por no mencionar cosas peores, como, por ejemplo, las ablaciones y las costumbres cuasi-aztecas -o cuasi-fenicias/cartaginesas- de sacrificios humanos contra las que enviaría sin más, de poder hacerme con el poder supremo a la manera de un dios furibundo, la mismísima bomba a pesar de mi relativa repugnancia por las masacres...)
Ya te contesté sobre la base y los términos en que igualo a los intelectuales entre sí (hay post míos más detallados y te remito a ellos), pero lo de "su sociedad abierta" merece dos nuevas puntualizaciones o tres: (a) cada vez es menos "abierta" en base en todo caso a serlo -es decir, si lo suponemos de entrada-, (b) es un eufemismo: todas las sociedades son abiertas a quienes aceptan sus criterios y esta lo es sólo a los "criterios racionalistas", lo que se vio reflejado en La Conquista en relación a los indios, la Colonización en África e India haciendo servidores y esclavos y negociando con ellos y explotándolos (Conrad para no mencionar a otros lo exopuso en su obra magistralmente) como vía para... "civilizarlos", y HOY se les vende leche en polvo subvencionada y se les "abre" casi en exclusiva las puertas de un buen trabajo... en las ONGs que se instalan en África, etc., para no decirlo todo.
Sí, "su error (ES) cualitativamente idéntico" porque el ERROR CAPITAL se centra en su idealismo, en su persistencia en defender lo aprendido, en aferrarse a una utopía hasta más allá de la evidencia, en preferir la comodidad de un Occidente Amurallado (como en el fondo refleja Ginsberg en el poema que he citado antes) antes que aceptar que el mundo no marcha según sus ilusiones ni lo hará en las actuales circunstancias (no niego que alguna vez, como dije, pero bajo una sociedad post-actual en todo caso, y hasta eso es meramente factible y NO seguro -lo que defiendo a diferencia de "un modelo" de futuro que no tengo, para que conste de nuevo, más allá de mis apetencias que considero QUE ESTAN EN MI PERO SE PERDERÁN CONMIGO, es decir, serán cada vez menos trasmisibles o más difícilmente trasmisibles... no sólo por mí, ni porque me resista a hacerlo (todavía, ya que por ahora me place) sino porque no servirá de casi nada (no hay público ni mínimo, no tiene efecto sobre el mundo, no encaja como vía para la mejora social -que cada vez más, exige deshonestidad, etc., mejor dicho, exige ser un burócrata en potencia-). Eso, no sólo por mí "no-trasmisibles" sino por cada vez menos y menos y menos gente... o intelectuales, que caen, caen y caen cada vez más en las redes de su propia prisión ideológica cuando no de la de quienes los usurparon y los sustituyeron: los políticos profesionales de hoy en día.
Por favor, rumia esto como lo haría Nietzsche y no tomes a mal mi "arrogancia" que sólo es, en el fondo, mera pasionalidad dirigida al hiperespacio.
Un abrazo.
Prometo: un post sobre economía donde tocaré lo del "mercado negro" (un tema apasionante) y otro donde caracterizaré la civilización occidental y las líneas que creo directoras del resultado presente y del colapso del que está preñada a mi criterio. De modo que habrá espacio para volver a incar el diente.
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