jueves, 4 de marzo de 2010

De la opresión que un día...

En mi reciente encuentro/intercambio con Gregorio Luri (para mí, tan gratificantemente comentado por él en su blog), apareció, ¿cómo no?, la cuestión del Poder bajo la forma sin duda perturbadora, o "incorrecta", o muy de "enfants terribles", de una referencia a Nietzsche y, esto es aún peor, a Hidegger... ¡en términos comprensivos! (lo que representa esa "incorrección" a la que me acabo de referir).

Decíamos (y que Gregorio me perdone la infidencia) que los dos filósofos habían visto en "los decididos" la vía regia para que se instituyera un mundo "sano" (los "decididos" eran para Nietzsche los nobles de antaño e incicialmente lo fueron los nazis para Hidegger... nazis que no hay por qué identificar sólo con los hitlerianos o musolinianos cuando, como decía bien Gregorio (mérito suyo), conscientes ambos de que aquello fue una conducta grupal llevada todo lo lejos que fuese (pero también todo lo cruel, doloroso, etc., que nos parezca), caracterizó (y caracteriza) por ejemplo... a las milicias sionistas. Una cuestión que incluso bajo esta forma "justificada", al parecer mantuvo Leo Strauss, por así decirlo, en la intimidad, y en otras palabras y jugando con las que Strauss emplea, haciendo gala del "arte de escribir" en condiciones de "persecución".

Es obvio (ahí está mi blog, mi literatura, mi conducta... para... ¡pero qué importa esto!) para mí que no se trata de comulgar con el "compromiso" de pensadores manifiestamente elitistas como aquellos (lo somos todos, pero hay mucha hipocresía en este campo). Ni simplemente estar en contra. Porque lo más importante a mi criterio es entender por qué se equivocaron (por autoengañaron) y en el caso de Hidegger de decepcionarse (Nietzsche no tuvo la ocasión de experimentar algo semejante). Esto es indudable, y quien piense lo contrario que salga afuera y me lo diga..., je... Nunca le pasó a un intelectual otra cosa que no fuera frustrarse, claudicar y negarse, o ser desaparecido... aunque Gregorio añadirá como algo diferente a todo eso... vivir engañando hasta donde se pueda al público mediante discursos esotéricos... (lo que para mí es un tanto oportunista aunque comprensible y yo prefiera... uy, mejor no invocar los maleficios).

Y como también en esa hermosa charla que tuvimos Gregorio y yo, él me pidió un poco más de brevedad... sólo señalaré aquí, sin explicarlo demasiado, que sin duda el mundo occidental no habría sido posible sin opresión de un grupo sobre los demás posibles que comenzara a tener lugar en el mundo un día... Y, ¡he ahí la doble diferencia!, yo no no propongo justificar esa opresión en ciertas formas (ni explícita si cínicamente) en nombre del Progreso (por ejemplo), ni me propongo denostarla en sus mil formas en nombre de un humanismo pueril e hipócrita que mira cada vez que lo necesita para cualquier lado... No, lo que yo digo, lo que le dije no muy claramente a Gregorio, lo que digo en breve y en extenso, es que esas formas de opresión están ahí y que si no hubiesen estado (creo que algo imposible dada la idiosincrasia humana grupalista) simplemente el mundo hubiese funcionado igual de "naturalmente" con simplemente más o menos gente, más o menos vida media, etc. Y creo que este es el enfoque con el que se debe abordar la cuestión.


4 comentarios:

José Luis Ferreira dijo...

"...simplemente el mundo hubiese funcionado igual de "naturalmente" con simplemente más o menos gente, más o menos vida media, etc."

Aplaudo esta idea. A menudo uno lee que ciertas cosas han sido necesarias para llegar a donde llegamos y que no debemos juzgarlas con nuestra visión actual (y, veladamente, justificando algunos atropellos actuales).

El error es doble. No sabemos que sea cierto que hayan sido necesarias y sabemos que en su época, cada opresión estuvo cuestionada por muchos coetáneos, sin "nuestra visión actual".

Un saludo

Carlos Suchowolski dijo...

Hola José Luis: esta visto que si no se puede discutir al menos se puede coincidir... Lo que a veces sucede de manera tangencial: ya sabes, eso de que dos curvas diversas coinciden en un punto... para luego seguir su propia trayectoria. El caso Hidegger es de nuevo un buen ejemplo, en este caso, como ya señalé aquí y en otra parte, a base de una dosis intelectual elevada de... ingenuidad "infantil" mezclada con dosis irresueltas de racionalismo...
Un saludo y bien-retornado sin duda.

Enrique Arias Valencia dijo...

Hola, Carlos.

Has de saber ya que la política no es lo mío.

Leeré con precaución, y espero disculpes alguna salvajada mía.

¡Salud e inquieta alegría!

Carlos Suchowolski dijo...

Hola Enrique, y bienvenido. Imagino que te refieres al "análisis político" y por supuesto a la "acción política" en el sentido de "militancia". Pero en los hechos, todos estamos urgidos de una u otra manera a responder a lo que yo creo que es realmente la política: el resultado de la interacción entre el individuo y su grupo cercano respecto de la sociedad instituida y normalizada (la Polis). Y es difícil no verse afectado y al menos opinar al respecto. Otra cosa es que se pueda o se deba hacer algo "activo": en esto creo que no existe obligación de "entrar" a formar parte de lo que se ofrece al individuo para "actuar", y creo que las posibilidades se han estrechado del todo dejando sólo algunas opciones por demás tramposas. Esto es lo que frustra al intelectual... y lo lleva "fuera de lo político", es decir, a la literatura, al arte, etc. Pero la crítica a lo instituido es inevitable. De lo contrario se acaba en la claudicación.

Me animo a sugerirte en todo caso mi otro blog: "una botella llena de luciérnagas" que atiende a las cosas desde otro ángulo... En fin, ya me dirás. Y gracias de nievo por visitarme y registrar tus buenos deseos.