Estaré ausente toda la semana y no podré ni siquiera echar un vistazo a vuestros esperanzadores blogs. Además, difícilmente pueda dar paso a los comentarios que dejeis, lo que haré en bloque apenas regrese en el peor de los casos.
Entretanto, me encantaría encontrarme con vuestras opiniones acerca de la siguiente expresión de deseos que formulo:
Espero que en estos días se interrumpan todas las luchas por el poder, que quienes lo tengan estén dispuestos a entregarlo sin resistencia ante quienes se lo pidan en base a las evidencias del mal gobierno realizado, que nadie haga daño a nadie para hacerse con lo que no tiene, que quienes lo tienen lo compartan en cuanto se lo pidan, que los que vayan a pedir algo estén seguros antes de necesitarlo y merecerlo... Etcétera.
Me gustaría mucho que apuntarais a continuación lo que os sugiera esta aparente simpleza. Seguramente me ayudareis a comprender algo más de lo poco que creo comprender ahora.
2 comentarios:
No sé qué pensar; no acostumbro a formular deseos cuya realización requeriría un poder divino, o como poco un poder de genio de lámpara mágica. Y no haría falta menos para que se cumpliese eso "en estos días".
Para alcanzarlo en días de algún lejano futuro, tal vez bastase un poder menor. Sin embargo, si hay Dios no le ha sido suficiente la edad actual del Universo para conseguirlo; o no es omnipotente, o no era ese su propósito. ¿Serán las cosas del libre albedrío?
En la Oda undécima de su primer libro (la del carpe diem) aconseja Horacio: "spatio brevi / spem longam reseces". Mi traducción, algo literal, dice: "para espacio breve / recorta ilusión larga". En otra que leí (no recuerdo, ay, de quién) la segunda parte queda inmejorablemente vertida de este modo: "cercena a la esperanza sus excesos". Me parece un consejo prudente.
Muchas gracias por el aporte, Marzo. Muy interesante. A ver si "la peña" se anima a publicar lo que le venga en mente. Como se dice: no se corten.
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