domingo, 5 de octubre de 2008

"Escuchar a los muertos con los ojos"

En "Una nueva conciencia" (capítulo IX), el final comienza a prepararse cuando Mouil-agra, la heroína de la historia, acaba de comprender que no sólo seguirá habitada por sus "fantasmas ocasionales" (esto es algo que saben ella y el lector desde las primeras páginas de la novela, de modo que no estoy desvelando un secreto que pueda afectar a la intriga) sino que lo está y lo estará en adelante por "todos los que han sido", es decir, por la Historia entera. De repente, a instancias de una apropiación decisiva que madura en ella, los que fueron se presentan de repente y se ponen a marchar junto a ella durante un breve trecho, ofreciéndose así a quien se ha vuelto capaz de escucharlos... en su caso no precisamente con los ojos sino con la mente (*).

Una capacidad telepática o equivalente fue algo que quizá siempre quise poseer. Tal vez por ello se materializó de ese modo sui generis en mi novela. La telepatía es y tal vez nunca pase de ser algo más que una profunda fantasía. Absoluta, claro, si la pretendemos aplicar a los pensadores que nos precedieron. De ellos podemos asimilar sólo su pensamiento registrado, impreso u, hoy en día, grabado audiovisualmente; más o menos literalizado y muchas veces, lo peor, traducido. Aunque fuéramos telépatas, seguiríamos obligados a "escuchar a los muertos con los ojos" y, como insistía Leo Strauss, a obligarnos a "leer bien".

Y no sólo a los muertos sino también a aquellos en quienes los muertos se reencarnan para bien o para mal de unos u otros... para traernos más o menos los mismos dramas desde la profundidad de los sepulcros. Que es a lo dedico el blog.



(*) Hago referencia al verso de Quevedo
"Escuchar a los muertos con los ojos", utilizado felizmente por Roger Chartier para titular su "Conferencia Inaugural" en el Collège de France dictada el 11 de octubre de 2007, y publicada por Katz Editores este año.

4 comentarios:

Unknown dijo...

la telepatía...es un buen tema para tratar en una novela, me dan ganas de leerla!

Quizá haga alguna entrada hablando de la telepatía...aunque rociaré la idea con tintes absurdos y banales...con tu permiso.

saludos

Carlos Suchowolski dijo...

Hola, el tema ha sido tratado varias veces. Un caso que recuerdo con agrado es la novela de Alfred Bester "Hombre demolido" en donde un policía telépata persigue a un criminal telépata. Muy buena. Y ahí está la película "Scaners".

En mí novela, no es exáctamente "telepatía" sino algo... je, je... más interesante (tampoco del todo novedoso en su forma más primitiva), y que sobretodo me sirve para hacer una extrapolación que apunta a la raíz del ser humano o a una de ellas...

Me parece muy bien que hagas con ese tema que no pertenece a nadie algo en tu línea; seguramente me hará sonreir (y a muchos). No necesitas mi permiso, por eso juego a "negártelo", je, je..., y me quedo tan ancho.

Un saludo afectuoso.

Héctor Meda dijo...

Bueno Carlos ya he leído tu libro.

Ya te digo que no me considero un lector representativo pero aún así voy a saltar a la piscina y decirte que el libro resulta interesante siendo sobre todo la parte que más me ha gustado la del reshueño.

De hecho, en cierto modo, ¿no nos da la literatura la capacidad de resoñar?

Por contra, la profusión de neotérminos, aunque otorga cierta eufonía al texto tiene el efecto colateral de que, sobre todo al principio, la lectura resulte díficil.

Otro item más. El tema de las revoluciones sociales en Tietnianish.

Desgraciadamente queda en cierto segundo plano en la novela, pero resulta también jugoso e incluso podría dar lugar a otra historia ¿no lo crees?

Saludos

Carlos Suchowolski dijo...

¡Qué alegría me has dado: sin dudas cosas del ego que buscamos al escribir...! No sabía que ibas a leeerlo, de lo contrario te habría recomendado lo que recomiendo siempre: leerse de entrada el léxico que hace las veces de pequeña enciclopedia alienígena "traducida al español". Lo demás es lo que tú hayas sentido, y me agrada conocerlo, pero no es rebatible y menos por mí. Hay una novela para el autor, otra con su propia vida de objeto y tantas como lectores a los que les haya resultado interesante al menos. Está en preparación una mesa redonda donde particiaparé. Ya te avisaré e invitaré. Tal vez puedas venir a Madrid y podamos conocernos. Por último: siento mucho esto, pero Tietnianish ha sido abandonado a su incierto futuro. Ahora estoy intentando acabar una segunda novela (o novelón) que está más cerca aunque no del todo de La Tierra, y donde las "revoluciones sociales" han sido "desterradas" a base de tecnología... je, je... pues... alien.
Un saludo y gracias.