martes, 21 de abril de 2009

El intelectual como tipo sociológico y como resultado de la evolución

Nada salta a la vista de quien protege sus ojos con anteojeras, lo que por otra parte, todo hay que decirlo para no caer en la habitual monserga esperanzadora/admonitoria, no es más que una metáfora que esconde... la predisposición a la monserga nacida de la propia mala conciencia.

Pero las anteojeras en cuestión ("ideológicas" como se suele decir) son naturales, es decir, parte inseparable del ser humano. Ni más ni menos que como el rango de color del ojo o la precisión de todos los sentidos son limitado, dando por naturalmente infranqueables ciertos límites inseparables del propio ser humano, lo que produce que, al menos de por sí, es decir, naturalmente, sea incapaz de ver ni demasiado más allá ni demasiado más acá... Lo naturalmente inalcanzable, sin embargo, podría serlo gracias a la tecnología y la cultura, creaciones humanas nacidas al calor de un resultado natural como fue la razón o, más exactamente, la facultad reflexiva... que nadie puede predecir hasta dónde llevarán al hombre y a la vida, y hasta qué punto les permitirán a ambos franquear el marco que ciñe hasta ahora las formas de la vida a la perentoriedad. Sin duda, nada podemos afirmar a priori: ni el cumplimiento de los más ambiciosos sueños sea cual sea su inimaginable forma y su inimaginable vía, ni su imposibilidad absoluta Lo cierto es que la vida, como señalaba Monod, no dejará nunca de pretender conservarse tal cual es, de intentar ser invariable en tanto no se presenten obstáculos que le hagan imposible adaptarse, llevar a cabo una acción eficaz de adaptación del medio o ambas cosas a la vez; es ese punto extremo que para una forma dada pone su mundo en el límite del caos... Esto es visible (contrastable) en el conjunto de la vida así como en el subconjunto de la humanidad. Todos los experimentos que han podido encontrar un espacio han sobrevivido por ser poseedores de unas u otras características o facultades que se lo permitieron. Todas las variantes de seres humanos, desde los más fuertes a los más astutos, los audaces o los sibilinos... supieron explotar sus habilidades y encontrar un lugar en sus sociedades desde las más primitivas, como alfas, betas épsilons u omegas, cada uno conformando una cierta subespecie transversal si se me permite la expresión.

La diversidad biológica que por lo que podemos observar nos rodea indica (y no hallo ninguna fórmula más convincente y sencilla, es decir, económica, para explicármelo) que la tozuda voluntad de permanecer se vio reconocida en el tiempo en muchas formas, constituyendo estratos de complejidad en su propio espacio vital, siempre amenazadas, eso sí, con acabar sepultadas por otros estrictamente impredecibles en su particularidad final.

Así entiendo que se llegó al hombre, esta especie caracterizable por añadir la facultad de reflexionar al bagaje de recursos más o menos útiles o utilizables para el fin (de hecho) de perpetuarse y adaptar el mundo con ese objetivo, es decir, evitar en lo posible que se le impusieran nuevas adaptaciones debidas a lo imprevisible o a lo inesperado, es decir, a los cambios.

Estoy en mi derecho de considerar aplicable (extrapolar) esta misma imposición/ventaja a cada uno de los grupos humanos transversales que se perpetuaron, desde los que manifestaron una mayor predisposición por el uso de la intelección hasta los que lo hicieron de la fuerza, la resistencia, el maquiavelismo, etc.... grupos en un sentido idiosincrático que compusieron muchos grupos institucionales separados como parte de sus propios estratos y que se manifestaron en todos ellos favoreciendo esa fuerza grupal o social que complementó el avance humano tal como lo conocemos. Me refiero a la de los jefes, los brujos o adivinos, los cazadores o rastreadores-carroñeros y las criadoras de vástagos que pudieron haber existido en las manadas primitivas que podemos considerar como prototipos genéticos particulares. La capacidad de reflexión genérica, sin embargo, se manifestó en grados diversos siendo en unos individuos predominante como arma de supervivencia en comparación con otros en los que predominaron otros rasgos más o menos heredados pero igualmente efectivos. Los más reflexivos o, mejor dicho, aquellos que encontraron un espacio gracias a esa facultad antes que a otras y que gracias a ello sobrevivieron y se reprodujeron siguiendo básicamente las reglas de la selección natural, alimentaron cada vez más su sed de verdad (avidez indispensable a la manera de los instintos más simples y como estos a veces insuficientes, a veces bloqueados, a veces demasiado audaces o insensatos, valga esta metafórica humanización de los impulsos), dando lugar, como resultado adaptativo, a un individuo prototípico tan o más adaptable/adaptador que los demás, e inaugurando o más bien amplificando una presión adaptadora que conseguiría hacerse un lugar para llegar posteriormente a aspirar a ser amos... fuera ello posible o no y de una u otra manera.

Veo así la forma primigenia de la variante intelectual propiamente dicha que con el tiempo encontrará facilidades y dificultades en el mundo el cual, entiendo, se compone también a estos efectos de las formas sociales que acaban siendo su producto. De ahí, me cuesta poco suponer sin creer que me equivoco demasiado, que el sueño de la "República de Sabios" pululaba desde un principio en las mentes primitivas aunque más no fuese bajo formas difusas pero prometedoras. Y que, un día, acabe sirviendo para que a partir de ese sueño los eutifrones levanten su caricatura: su propia República de Profesionales donde Ciencia y Filosofía serán desplazadas (y subordinadas) por la Ideología dogmática y el Slogan de corta duración.

Nada, pues, salta a la vista para los miembros del grupo de intelectuales que viven de los resultados de una sociedad que no controlan (dulce que no les amargaría) pero en cuyos parámetros confían (a veces por resignación)... porque, por ahora, ellos les garantizaban no sólo la supervivencia sino la esperanza de que, mediante reformas y ajustes, podrían alcanzar un status superior o mejor. Y porque ello les permitía justificar toda su trayectoria, toda su vida, desde los estudios cursados hasta la manera de alcanzar un lugar en la sociedad, desde el contenido "indiscutible", "básico", de esos estudios hasta la función educativa, divulgativa, propagandística, histriónica o simplemente indagadora del trabajo remunerado que han conseguido y que pretenden, como todo organismo vivo que se precie (Monod dixit) tiende sanamente (Nietzsche dixit) a practicar. Lo que incuestionablemente es justificable en un simple mortal y sólo un miserable y un hipócrita sería capaz de vilipendiar con la arrogancia que en realidad esconde pretensiones de supremacía instrumental (ideológica, militar o mixta).

Que esto lleva a esos intelectuales a considerar los fundamentos (por cimientos) de sus sociedades como inamovibles, absolutos, naturales, inevitables o incuestionables parece una consecuencia lógica y sine qua non de lo antedicho, y ello más allá de las insoslayables excepciones a la regla cuya aparición debe y puede ser también explicada (a grandes rasgos, claro, pero eficazmente) y sin que ello sirva para rebatir la conclusión genérica. Así, el progreso industrial tal y como ha tenido lugar en la Historia, el aumento de la longevidad general, la alfabetización masiva, el fin de las formas más crueles de explotación y opresión y su tendencia aparente y sobretodo occidental, la reducción de la mendicidad (en Occidente), etc., son vanagloriados en detrimento de su dinámica, su irregularidad y su genealogía. Lo relativamente novedoso y en apariencia capaz de rebatir lo dicho ha sido la evidente proliferación de posiciones intelectuales (y no tanto, además de ser elementales) a favor de un retorno a la naturaleza salvaje y de respeto por La Tierra (virgen) y la bondad humana... primitiva. Pero esto tampoco desdice lo antedicho sino que evidencia hasta qué punto el postmodernismo (y su relativismo, con el que lo equiparan sus detractores sin precisar lo suficiente) ha hecho estragos en buena parte de la intelectualidad (en parte desde que las colonias se perdieron del todo acabando con la Belle Epoque y acabando con la emergencia de las guerras mundiales calientes y frías y las revoluciones burocráticas engañosas y desconcertantes) al ofrecérseles la vía de la burocratización posible que había llegado a reorganizar por completo La Cultura, proceso inseparable, como puede verse y muchos señalan sin ir de todos modos al meollo, de la pérdida cada vez más notable y profunda de los significados del discurso, cada vez más subordinados a la táctica de la inserción del grupo intelectual en la sociedad burocrática como sea, cada vez más tacticistas hasta para la intelectualidad... de medio pelo que es la que se ha expandido junto con la mencionada alfabetización... de slogan. En síntesis: a partir del momento en que la intelectualidad pudo aceptar que la proletarización no era ya en absoluto despectiva o peyorativa sino incluso dignificante (¡oh!, como concluía entre muchos Sartre... no hay como estar entre para estar con los obreros... por lo que habría que dar las gracias a esta sociedad burocrática a la que someter la vida).

Cabe pues la pregunta de hasta qué punto el mundo, lo social incluido, se mueve hacia una situación que permitirá o dejará de permitir a los intelectuales -en el sentido en que los entendemos todavía- prevalecer. Me pregunto, una y otra vez, a la luz de los hechos, en qué medida la autoconciencia más significativa (la social e histórica) seguirá existiendo más allá de la necesidad y del temor al vacío, o sea, de víctima de su propia lucidez. En fin, si quedará en el límite algún espacio que pueda ser usado o creado, aunque sea en las catacumbas de esta sociedad (aunque psicológicamente sea vivido así por su ridiculez -o escasés- de modo fantástico o sectario -por cenáculo minoritario-) y sea tendencialmente menguante... o alguna vez retome el vuelo... donde la vieja raza de filósofos que ha apreciado y admirado el mundo por una u otra causa sobreviva... sobreviva como una también vieja y perimida Ave Fénix capaz en todo caso de soslayar la muerte antes que de renacer. Lo que en cualquier caso representará un escalón particular de la escalera de la complejidad que como las de Escher ni suben ni bajan sino que hacen ambas cosas a la vez.

Debo confesar por último que todavía no sé cuánto de mi vieja inercia me empuja, ni cuánto de mis frustrantes sueños... pero estoy seguro que la una y los otros son mis propios demonios. Hasta la próxima escena...

11 comentarios:

RDC dijo...

Hola Carlos.

Sólo un apunte acerca de los intelectuales post-modernistas (los relativistas al estilo Vattimo o Sartre).

Primero: muestran mal gusto (Crítica estética: sus textos me parecen un bodrio).

Segundo: no tienen razón (crítica epistemológica: no tienen ni puñetera idea de ciencia -tampoco de arte como ya he dicho).

tercero: son débiles de carácter (Crítica psicológica: les faltan los dotes del mando, de la decisión, del criterio propio- el criterio propio no es cuestión de erudición sino de casta)

Cuarto: no son ni buenos ni malos (crítica moral).

Saludos cordiales.

Carlos Suchowolski dijo...

Muy bienvenido RDC. ¡Entrada a sablazo limpio, no está mal! Sin duda los postmodernistas son la variante cada vez más aceptable de la intelectualidad por el mundo de los tiempos que corren. Su debilidad no es sino una respuesta adaptativa que se refuerza en la debilidad un tanto congénita pero también voluntaria (al menos en no quererla superar por miedo a la horfandad, etc., etc.)

Lo INTERESANTE a mi modo de ver es que son... un SÍNTOMA de lo que pasa y de la marcha del mundo, asñi como otras cosas que encajan en mi diagnóstico de la burocratización creciente que se tiende a imponer cada vez más (aunque no niego la existencia de leves contratendencias... interesantes también).

Un saludo de bienvenida y... ¡espero más!

RDC dijo...

Sobre la burocratización:

Por decirlo rápido: el problema del burócrata es,paradójicamente, su tan apreciada estabilidad. En su bienestar radica su enfermedad, aunque él lo ignore.

El bienestar, la estabilidad, un trabajo tranquilo y apacible evita sufrir crisis (crisis espirituales por ejemplo). Pero sin sufrir crisis no hay progresos, no hay crecimiento, no hay fortalecimiento ni superación.

La burocratización (ya sucedió en Roma) domestica el alma: vuelve bueno y sociable. ¿Será el principio del fin?

Ciertamente estamos ante puros síntomas, y hablando de esto no estamos más que intentando diagnosticar la situación.

De todas formas no sé hasta qué punto su debilidad es una respuesta adaptativa como bien dices. Quizás yo me inclino a pensar lo contrario: uno se hace burócrata en la medida que, interiormente, se siente débil, o sea, porque le seduce la debilidad; no en vano busca instintivamente una forma de vida segura, estable, domesticada y en la cual no 'sufra' muchas angústias ni crisis... como el perro moribundo que busca un lugar apacible para languidecer con 'dignidad'. El problema viene cuando esta 'raza' de gente pasa a dominar.

De todas formas, en contra de los burócratas y de aquellos que pretenden evitar las crisis y los peligros cabe decirles que, a su pesar, huyendo de ello no hacen más que perseguirlo. No señores, no hay salvación.

Sea como sea, este es un tema ámplio que da para decir muchas cosas distintas, incluso seguramente contradictorias. Saludos.

Carlos Suchowolski dijo...

Hi Robert:
El atributo de la "estabilidad" encierra muchas cosas interesantes. En realidad todo ser la pretende y otra cosa es que se mantenga. Ni el individuo ni los grupos (transversales o institucionales) lo consiguen en el "caos (o mar) de fuerzas" en "danza" (interacción). Pero tengo la intuición de cuanto más complejidad se alcanza en un "sistema" este se muestra más "estable", al menos en el sentido de que es más difícil de remover o transformar, sobre todo en lo básico (lo de cambiar la forma para que siga todo igual, del gatopardismo, va creo más allá de la sociedad y se da incluso en la "simple" vida). Pero esto es una derivada...

Claro que la inercia ("su bienestar") es enfermedad según se mire, y la guerra sería así movimiento o salud (predilección mietzscheana por antonomasia). Pero lo que en realidad y más sociológicamente hablando diría es que la burocracia, la gobernante o dominante (no la de los funcionarios que forman la parte más visible de la base piramidal, en parte "residualmente" -en tanto la robotización los pueda reemplazar, por ejemplo-) tiende a colapsar en tanto crezca su propia dinámica abusiva de planificar con fines cada vez más puramente propagandísticos y desconcertantes. Esto, diría, es la dinámica del cavar la propia fosa...

...aunque ello no necesariamente "augure" un "cambio radical". Pero esto es... una nueva "derivada" del problema.

En cuanto seres vivos, todos los hombres son adaptativos y también los burócratas y los intelectuales. Pero yo me quería referir especialmente al hecho para mí notable de que la facultad reflexiva o autoconsciente es una fuerza, cuyo núcleo parece ser la insaciable "sed" particular de "saberlo todo", "está ahí" porque ha sido resultado de los sucesivos "hitos adaptativos" que fueron capaces de adaptar el entorno para permanecer con el menor esfuerzo a costa de su flexibilidad autoadaptativa, etc. Pero, "extrapolando" de un hito al siguiente y de un grupo al otro, sin duda hay una jerarquía de los recursos de supervivencia que en el caso de la burocracia parace ser su facultad de desconcertar, engañar, traicionar, vaciar de contenidos las palabras, la sociedad, etc. ¿No?

El tema y los subtemas dan como bien dices para muchísmo.

ALKAID dijo...

cierto Carlos,

curioso es espacio cibernético que ha hecho posible encontrar los famosos agujeros de gusano como intercomunicadores rápidos dinamitando espacio-tiempo

empezaste por Gödel, y....acabaste en un poema

ya te visitaré más a menudo...Pilar Iglesias

Carlos Suchowolski dijo...

Un placer, Pilar:
Sí, del "problema de la ontología" como "formalización" a la poesía... que a veces expresa eso que "se persigue" y "se escapa"... y que como peosía se cree o se siente haber capturado...
Hasta todas las veces, yo te revisitaré también.

RDC dijo...

Saludos carlos.

Dudo de que cuanto más complejo sea un organismo más estable sea. Esto no me parece cierto, és más, suele ser al revés, tal y como sucede con los castillos de naipes: cuanto más arriba se llega más fácil es caer, puesto que se precisa de más energía para mantener el sistema firme y esbelto. Así tb me parece que sucede con las grandes crisis biológicas: los organismos más suceptibles de ser exterminados son los más complejos, puesto que requieren de situaciones más especiales.

A bote pronto, pues, me parece que los organismos más simples incluso mediocres, son los más resistentes y por tanto, estables.

En fin, en la vida lo fácil es fracasar y disolverse ¡Las formas de vida complejas son, por ello, raras excepciones!

Siguiendo esta idea ¿Por qué la vida -los organismos- buscan crear cada vez formas más complejas si éstas parecen ser, a fin de cuentas, más inestables y difíciles de mantener? ¿Acaso existe una teleología y un sentido en la vida? No lo creo.

Algún día de estos debería investigar más estos temas jejeje.

Carlos Suchowolski dijo...

Sí, la sentencia no decribe lo que pasa, y no era tampoco lo que quería decir exactamente; gracias por la puntualización. Quería poner el acento en el hecho de que todo organismo (o "sistema" complejo) parece tender a complejizarse o sea, a dar de sí con adición o no de lo que le "cederían" "otros" desde el entorno próximo, "soluciones" o "salidas" de mayor complejidad para (!?) "superar" o "resolver" la "crisis" de inestabilidad que experimentaría. O sea, que para alcanzar o tender a alcanzar la estabilidad perdida habría una especie de "huida" hacia la complejización que no tiene por ello que dar necesariamente estabilidad (puede dar extinsión o caos si se "comete un error" o la "solución" es "ineficaz", por qué no dada la imperfección que caracteriza a "ese movimiento"). Una vez alcanzada una "forma" momentáneamente "estable" en un "espacio" dado, se "lucharía" por conservar la forma a toda costa, etc., hasta que ello fuera "imposible" para esa "forma" y "en el límite" (relativo) y a impulsos de interacciones que no se habrían hecho notar hasta ese momento por parte del "sistema" considerado... se "buscaría" o tendería hacia "la salida" posible vía cambio, simbiosis, alianza, adaptación, etc.

No sé, claro, pero parece una narración aceptable si bien muy genérica. Las comillas indican la dificultad para hallar por mi parte la palabra más adecuada o rigurosa (conceptual?) posible hoy en día en base a lo que nos permite el horizonte.

Pero donde la cuestión parece funcionar más en lo social, con las sociedades y su "evolución" histórica. Y esto (que es lo que en el fondo más me interesa) parece indicar lo dif´ícil de remover de la sociedad burocrática actual (así como su fragilidad). Sin apelar al "esquema" previo, que si acaso no debería hacer hasta no tenerlo más claro y saber más, la cuestión la situo entre la dificultad para que una sociedad tan compleja como la actual pueda prescindir de la gobernabilidad por medio de la delegación (lo que produce creciente burocracia política y su autonomización) y la dificultad "opuesta" que se manifiesta en su incapacidad e inoperancia para gobernar "bien".

Por ahí van mis "estudios".
Un saludo, y gracias de nuevo.

Sursum corda! dijo...

CArlos:

Dejaste una respuesta en mi blog invitandonos a participar en alguna de tus entradas pero no dejaste enlace a la entrada.

¿Podrías dejar el enlace allí?

UN saludo.

RDC dijo...

¿Cómo va todo carlos?

Bueno, ciertamente esto de los estudios de sistemas es complicado, por varios motivos. Uno: depende de qué te interese estudiar de un sistema. Dos: realmente no existen sistemas enla naturaleza, pero hemos aprendido a trocearla de esta forma para sacarle provecho (Hoy he comentado algo de esto en mi blog). tres: no existen sistemas aislados y por tanto, el comportamiento de un sistema no depende de sí mismo, sino que refleja su conflicto con el entorno. Cuatro: me parece complicado definir qué es el entorno de un sistema y qué nos indica (esto no significa que te pueda dar un par de definiciones que nos serían útiles para trabajar).

Me parece muy interesante lo que estudias. Yo he hecho algo al respecto, pero como que soy intelectualmente un poco bohemio y vagabundo, por decirlo de alguna manera, no me he entretenido demasiado en estos temas.

De todas formas, esto que hemos estado comentando acerca de la estabilidad como objetivo evolutivo de un sistema, a bote pronto, me parece que un sistema puede 'buscar' la estabilidad en dos casos: cuando se encuentra en un proceso de descomposición, crisis y decadencia (no va a parar hasta estabilizarse o sea hasta tocar fondo)y al contrario: en un proceso de crecimiento, síntesis y vigorización (no para hasta que se harta y el sistema se da cuenta que no puede tragar más y en cierto sentido, el sistema se estabiliza al sentirse completo). Sin embargo, tanto en un caso como en otro la estabilización no creo que dependa del sistema mismo, sino del conflicto entre el sistema y el entorno.

Así pues, creo que un sistema con un entorno abierto e indeterminado, el sistema entra en un proceso caótico y sumamente irregular. En cambio en un entorno controlado el sistema entra en un proceso cíclico, determinístico y regular.

Es cierto, empero, que me callo algo: que es posible un sistema aislado o almenos 'casi' aislado. Este sistema tiende a seguir un proceso autopoyesico o sea, recursico como demuestra Poincaré en su teorema de recurrencia (creo recordar que algo de esto ya has comentado este asunto en tu blog).

Sin embargo, un proceso autopoyésico es muy complicado de estudiar. A bote pronto, yo diría que carece de leyes y de patrones de comportamiento. Para estudiar un sistema se precisa, en cambio, contenerlo en un entorno controlable y que, por tanto, muestre ciclos y patrones de conducta. Luego está el caso del sistema en un entorno abierto y por tanto sumamente inestable y conflictivo con el cual uno nunca sabe lo que va a ocurrir: la tónica de su comportamiento es el azar.

Saludos cordiales.

Carlos Suchowolski dijo...

Tengo casi a punto un post apoyado en Strauss que volverá "eternamente" sobre lo que me parece (y me parece que le parece s Strauss) lo "más significativo". Y salvo a título de extrapolación especulativa... je... dejaré de tratar de "los Sistemas" "en sí". La decisión se basa en la convicción de la que hablaré en el post de que no podemos evitarlo aunque sólo si nos resulta adicionalmente eficaz (por eso, que has dado en llamar "bohemia" y "vagabundia" debiste dejarlo... como es más que lógico y como y por lo que yo también haré algo del mismo estilo).
Un saludo y hasta la próxima.