Érase una vez un pueblecito perdido en el desierto. Todos sus vecinos eran ciegos. Un gran rey pasó por la comarca, seguido de su ejército. Montaba un elefante. Los ciegos se enteraron, y habiendo oído hablar mucho de los elefantes, los movió el deseo de tocarlo para hacerse una idea de qué es un elefante. Doce Ancianos y Notables del pueblo se pusieron en camino con este objetivo: «Rey», dijeron, «os suplicamos que nos concedáis venia para palpar el elefante». «Os la concedo», respondió el rey; «¡podéis palparlo!».
Uno palpó la trompa, otro la pierna, éste la espalda, aquél las orejas, e incluso hubo uno que, por licencia especial del rey, montó sobre la bestia y se paseó. Los doce ciegos volvieron entusiasmados a su pueblo. Los otros los rodearon, preguntándoles, muertos de intriga, qué tipo de bestia era un elefante. El primero dijo: «Es un tubo enorme, que se alza con fuerza, se enrosca y, ay de ti si te pilla!». Otro afirmó: «Es una columna peluda». El tercero: «Es como una pared de un castillo». El que había palpado la oreja: «Es como un tapiz muy grueso, de tejido grosero, que se mueve cuando lo tocas». Y el último exclamó: «¿Es que chocheáis? Es una montaña que se pasea!».
Nota: parábola atribuida a RUMI , Sufi Persa del siglo XIII.
4 comentarios:
Quizás sea algo extraño, pero creo que podría resultar una cierta metáfora de la política cuando ésta entra en conflicto con ciertos ideales previos...
Ante determinados actos o pronunciaciones del político se puede emitir un juicio positivo o negaqtivo sin que éste no ea falso en ninguno de los dos casos; como casi siempre, todo depende del punto de vista subjetivo. Al igual que los ciegos al elefante, nosotros no somos capaces en numerosas ocasiones de poder juzgar actos o situaciones de manera global y, como "res cogitans" pensamos de manera subjetiva.
Un saludo,
Esteban..
Carlos, me interesa de sobremanera tu narrativa, pues, desde hace un par de años dirigo, mandrágora cartonera, editorial, en cbba, Bolivia... pues me gustaria contar con tu aporte a este noble proyecto, nuestra direcciò y me mail lo encontraràs en (http://mandragoracartonera.blogspot.com),
cordialmente,
ivan castro aruzamen
Estimado Esteban,
Yo no me siento inclinado a considerar que "todo" pensamiento o "toda" determinación (y las acciones consecuentes en las que dejen su impronta) puedan ser "todas" aceptables en base a la existencia de subjetividades (subjetividades que en el hombre se pueden hallar en un espectro muy amplio que van desde la locura y el sueño, la utopía y el autoengaño, hasta la mentira interesada y la tergiversación por "otros" fines, intereses más o menos mezquinos, de grupo, de supervivencia, etc.) Yo creo en un enfoque científico, es decir, en el postulado de objetividad. Esto no es adscribirse a lo elemental ni a lo mecánico sino a la disección de lo complejo, al análisis concreto de la realidad altamente estructurada e interrelacionada. En relación concreta con lo que pensamos, yo me inclino por afirmar que pensamos en base a necesidades materiales internas y que el pensamiento al confirmarse eficaz e incorporarse definitivamente a la vida en un momento dado actua en función de sus leyes "teleonómicas" y conservadoras, es decir, para propender a consolidar y desarrollar el grupo humano que en cada caso se identifica a sí mismo como Humanidad. Creo que este enfoque da luz sobre muchos interrogantes. Trato esto más ampliamente en algunas entradas de mi blog y lo haré especialmente en las próximas.
Gracias por tus comentarios y hasta cuando quieras.
Probablemente los científicos se pasen la eternidad tocándole, como los ciegos de la parábola, la trompa al universo.
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