domingo, 7 de octubre de 2007

Pusilanimidad occidental y totalitarismo (algo más sobre Birmania)

Birmania sigue siendo noticia de primera plana y dejará de serlo en cuanto la junta vuelva a ser sustituida por otra cúpula militar como ya sucedió en 1988. Y los turistas podrán volver a tumbarse en sus playas y visitar sus templos. Y los monjes (depurados los más "laicos" o si se prefiere más "terrenales") a rezar.

Entretanto, los países occidentales (y un coro de personalidades de todo pelaje algunos de los cuales han dicho cosas que aplaudo... pero a los que no los había oído decir ni p del genocidio sudanés, por ejemplo) hacen, en el mejor de los casos, el paripé democrático y moral con la parsimonia de siempre: tal vez el general X o el coronel Cualquiera quiten de en medio al actual caudillo iluminado y a sus adivinos y por fin el cambio de gobierno llegue antes de tener que tomar medidas (por ejemplo, sanciones económicas o algo tan poco efectivo como eso) mientras, además, se intenta llegar a un consenso con quienes es imposible de partida. ¡Siempre el consenso: qué buena excusa (que ya se ha visto que a veces no se necesita)!

Es tremendo tener consciencia de las cosas, saber que nada que no derive de la lucha entre fracciones burocráticas, sobre todo locales pero aliadas a unas u otras de los demás países más o menos involucrados, será lo que a fin de cuentas prevalezca. Pero así será, que no nos quepa la menor duda: no caigamos en el autoengaño y su ilusión.

Aceptémoslo: sólo nos queda sufrir, denunciar la barbarie, ser sepultados por la barbarie (si llega hasta nuestras costas), sumarnos a las huestes de algún perdedor que de ganar podría llegar a ser tan rechazable como el derrocado o a las huestes del principal contendiente (atiborrado su cartera de promesas) que tan sólo hará que las cosas en todo caso se suavicen (respiro que en absoluto rechazo sino que incluso agradeceré) hasta que su poder se ponga en tela de juicio un día y se decida a dictar él mismo o sea sustituido.

En el caso de Birmania, eso ya sucedió en 1988. ¿Acaso ha cambiado algo para mejor? El proceso de burocratización global está más avanzado que nunca (gracias al desarrollo periférico y a la avidez de sus dirigentes meciánicos), y como siga sin superarse la pusilanimidad occidental que al menos podría evitar las formas más repugnantes y crueles del totalitarismo, como no se den cuenta de que toda la civilización peligra si no se detiene y destruye a esos "señores de la guerra", "del petróleo", "del opio", "de los diamantes", etc., que crecen como setas y que tantas veces empiezan sin que se note su talante, levantando pasiones sencillamente dialécticas. "Señores" que nacieron siendo capataces del glorioso imperialismo capitalista, no lo olvidemos (y no porque piense que ese es el diablo a condenar sino por no dejar de insistir en la concatenación objetiva que refleja la Historia, de lo que, simplemente, tenemos que aprender.)

No hay comentarios: