viernes, 25 de enero de 2008

...uno más en un grupo (continuación)


Dije en el post anterior que no me sumaría al frente de grupos que se alzaron contra el embate del creacionismo y su "diseño inteligente", pero creo que, desde mi propia perspectiva, tengo que decir algunas cosas que, nacidas de mis reflexiones sobre el tema, tal vez pudieran interesar a quienes quieran enlazarlas con las propias.

Intentaré retorcer mentalmente una pregunta hasta sacarle todo el jugo que me permita mi fuerza, a saber: ¿qué impulsa esta guerra por su parte, por qué esa preparación permanente para la guerra y esos asaltos a lo que para ellos estaría por ser reconquistado?

Yo creo que no se trata únicamente de combatir el contenido directo de sus ideas peregrinas, míticas y hasta muy imaginativas, sino de comprender qué pudo impulsarlos a alzar esas banderas y qué creen que van a conseguir.

Tal vez esta guerra suya sea considerada por muchos de sus actores una auténtica cruzada contra el infiel, el pecador, el anticristo, etc., que hubiese avanzado demasiado, por lo que hay que organizarse contra él y combatirlo. Tal vez entiendan que se dejaron vencer por un enemigo más contundente que supo avanzar mientras ellos permanecían impasibles o acomplejados. Tal vez piensen que el mismísimo Dios, Cristo quizás resucitado, los ha llamado desde la eternidad hasta que por fin fuera escuchado en un instante específico de la historia, cuando los que oyeron por fin llegaron a estar allí. Es posible que entre ellos haya muchos que compartan la idea de que todo fue dejado en las Escrituras en espera de los sabios que las supieran interpretar...

¿Pueden estas descripciones en sí mismas poner en evidencia la profunda desubicación de todos ellos? Sin duda. Pero nosotros, los que no pensamos que las sombras nacen de la nada ni vienen de dimensiones irreales y fantasmagóricas, sabemos que algo debió motivarlos a salir a la superficie, a montar una estrategia, a definir el campo de combate y los objetivos, a armarse de una u otra manera y a atacar allí donde piensan que tendrán más éxito. Sin duda, su vocación es militante. Sin duda, se trata de los que no se resignan a conservar su nicho de tradición, fe y humildad de servicio. Es posible, incluso, que, digan lo que digan, algunos de ellos sean los diseñadores reales, de carne, hueso y sesos, que pergeñaron y día a día mejoran su estrategia, aunque se apoyen en escabrosas interpretaciones por ellos mismos realizadas (en búsqueda de armas) de las "Sagradas Escrituras". Lo cierto es que esto pone en evidencia una previa predisposición para el combate, ¡incluso una determinada iluminación inicial!

De nuevo, se trataría de una evidente beligerancia intencionada que no puede sino responder a un claro deseo de revancha, de reconquista, de Poder.

¿Qué quieres, hermano o hermana?, podríamos preguntarles, y cualquiera que fuese su fantástica respuesta debe salir que se nos quiere expulsar del templo, de los bastiones del poder como la educación y los gobiernos, de la vida cotidiana, de la realidad, del mundo (por ahora, es decir, en las actuales correlación de fuerzas, de manera progresiva, pero íntimamente... "¡oh, Señor!")

Como dice ese señor del que cité un trozo de su panfleto surealista en mi post anterior, se trata de la guerra mesiánica del cristianismo contra la ciencia tecnocrática que domina en todos los ámbitos de la cultura y que se resiste a ser removida de sus poltronas (véase el post del mencionado individuo.)

Ahora bien, ¿quienes son esos que se sienten acorralados o en inferioridad de condiciones y ante quienes? ¿Es que los no creyentes de diverso grado, quizá con el mismísimo Diablo a la cabeza, los están sojuzgando, amenazan sus libertades individuales, pretenden someterlos a la esclavitud, el terror, la humillación, el dolor, los campos de exterminio...?

Bueno, no tanto, pero sin duda en parte y en ciertos sentidos que son muy reales (algunos no sólo pare ellos sino para otros muchos grupos e individuos de la presente sociedad global que por esta vez dejaré un tanto de lado.)

El laicismo, la ciencia que nunca ha sido capaz de autolimitarse, la avidez de progreso que tantos males induce... impone a todos los seres humanos, en particular a los descendientes de esos creyentes que se están levantando en defensa del futuro, de su futuro, cosas tan terribles (espero que quede calro que no pretendo definirme en este párrafo sino sólo mostrar el punto de vista ajeno: ajeno por ambas partes a mi postura en su conjunto y en varios detalles prácticos) como la eutanasia y el aborto, la clonación y hasta la prolongación indefinida de la vida... la educación en sus manos (¿qué es si no esa nueva asignatura y esas leyes restrictivas de la libertad de imponer un determinado camino a los hijos?) propenderá a que cada vez haya más enemigos de la fe... de la vida... de la muerte natural... y de todas las "sagrados preceptos".

¡Claro que se sienten acorralados, claro que se sienten amenazados!

Y esto sin contar con el avazallador avance del Islam.

Ahora bien, si miramos todo eso de conjunto y en sus detalles con la óptica que el hombre construyó entre el Renacimiento y la Ilustración (y dejo de lado la regresión positivista por ahora), ello nos tiene que parecer monstruoso, a la vez que irrisorio. Desde el punto de vista histórico, desde la perspectiva de las necesidades humanas de hoy, todo lo que esas "buenas gentes" sostienen... no se sostiene. No tienen la menor posibilidad de conseguir sus objetivos oscurantistas, ni de convencer a nadie de que la Tierra nunca dejó de ser plana... perdón, nunca existió antes de que Dios la pusiera precisamente a girar alrededor del Sol hará cosa de 500 millones de años, a la vez o después de situar el Paraíso en más o menos cerca (para Dios no hay problemas de distancia y quizá tampoco de tiempo), un Paraíso que quizá girara también alrededor del Sol (¿a quién se le ocurriría volver a Tolomeo?)

Pero esto es ver las cosas casi tan distorcionadamente como las ve el adversario al suponer que éste es honesto y no como muchos de sus propios aliados progresistas o racionalistas.

Tal vez a todos os parezca traído de los pelos, un auténtico exabrupto, pero... ¿por qué no podría haber un día, sea o no por mucho tiempo, una región del planeta en donde esos integristas triunfasen y llegasen a instituir una Kampuchea Cristianodemocrática o un Sistema de los Obispos a la Ayatolá?

Hoy en día, tal y como veo las cosas, los movimientos de masas dirigidos por burócratas que viven de ellas a base de promesas y engaños y que son la tónica se revisten de un cuerpo de doctrina ideológica que no tiene origen en convicciones verdaderas sino en la necesidad de empuñar las más eficaces para aglutinar y marginar respectivamente. ¡Esa el la cuestión!

Lo que los militantes creacionistas combaten no es el positivismo ni el racionalismo ni la ciencia, lo que combaten es su falta de control sobre la realidad, y eso es lo que quieren reconquistar. Ellos quieren una ciencia que acepte moverse dentro de determinados límites que denominan morales, pero no necesariamente los que nacen de los Evangelios (que siempre podrán reinterpretarse, como ha sido hasta ahora y sin duda lo será mucho más en el futuro), sino los bendecidos o legitimados por la jerarquía del movimiento (ya se dirimirá cuál será la cabeza mediante la lucha intestina de rigor). Ellos quieren una racionalidad, pero que sirva para buscar la interpretación adecuada y apuntalarla, para explicar cómo Dios es real, previo al mundo, por qué permitió el libre albedrío, por qué nos obliga a nacer, a vivir, a producir y a morir... ¡Todo eso hay que explicarlo, y... hay que trasmitirlo a las generaciones venideras! Sin duda, el racionalismo es fundamental. En cuanto al positivismo, siempre fue un buen aliado, y se lo debe recuperar para la causa de la contención. El positivismo puede realizar un papel digno sirviendo dentro de ciertos ámbitos. La técnica, al menos para algunos, no es despreciable. El movimiento es cristiano, esto es, ha nacido en el seno de la civilización, de la cultura occidental... Ya se verá más adelante si resurgen los herejes de otros tiempos, los dulcineanos, por ejemplo; esos inadaptados que seguramente habrá que perseguir o pasar a cuchillo largo (una de las primeras noches), porque, como siempre, matar al prójimo siempre tendrá sus excepciones y licencias (¿quién dijo más allá de las consignas que todos somos humanos?). En cuanto a que en alguna parte algunos logren imponer su Kampuchea Demócratacristiana... bueno, ya se les pedirá que se contenten con no salir de sus fronteras nacionales... y en todo caso... siempre se puede mojar con agua bendita una efectiva bomba atómica. Lo importante es avanzar y ser la cabeza del movimiento. Esto pretenden los mentores del "diseño inteligente" como cualquier otra vanguardia que hubiese descubierto el Buen Camino.

No todos lo ven así, quizá casi nadie, tal vez sólo yo... Sin embargo, los grupos que defienden el progreso, la ciencia positiva, el racionalismo ateo o agnóstico, el materialismo, etc., esas mil y una variantes en que se desgajó la Ilustración a instancias de una realidad que superaba, como sucede y sucederá siempre, las pretensiones imaginarias del hombre, actúan en los hechos como si lo comprendieran, en otras palabras, lo asumen. La mayoría se defiende, la mayoría propone levantar barricadas, formar en la defensa, impedir el avance y la entrada, no permitirles el usufructo de la libertad para que atenten contra la propia (¿por qué habrían de ser idiotas, por qué habrían de tener mala conciencia...?) Que no lo vean ni los unos ni los otros no es sino una consecuencia misma de su propia estrategia, una estrategia que no puede aglutinar ni vencer si no es por medio de la hipocresía y del engaño, de la toma de las mejores palabras en tanto que armas ideológicas, al margen de sus significados verdaderos; de hacer aliados entre los indecisos y de neutralizar a los vacilantes.

¡Amigos, mirad a uno y otro lado: se está dirimiendo por todas partes la lucha por el reparto del botín!

En sí mismo no es nada nuevo, es verdad. Y no es fácil permanecer al margen, lo que tampoco es novedad.

Pero hoy tenemos mucha más historia sobre nuestras espaldas y eso debe ser aprovechado; es más, creo que lo será.

¡Podemos identificar a los contendientes de hoy en día! ¡Y no tenemos por qué sumarnos ingenuamente a sus verdaderas pretensiones en nombre de las que en apariencia sostienen! ¡Sólo debemos desnudarlos ante nosotros mismos y permanecer atentos a los que, sean de uno u otro bando, amenacen con imponer un predominio absoluto en la parcela que ocupen o que estén a punto de tomar por asalto! ¡Ya es hora de que, así como estamos superando la extrañeza de vernos como un resultado evolutivo, acabemos también con la extrañeza que nos producen las noticias de genocidios y masacres, dictaduras atroces y crueles y fanatismos devastadores, y reconozcamos que son humanos, que son la otra mitad del Vizconde Demediado!

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