viernes, 7 de marzo de 2008

Quemar en todo caso de la propia biblioteca.

He recibido un "meme" de Dhavar y le he contestado con un contracomentario que he decido reproducir aquí como post separado, ampliando la idea aquí y allá y sobretodo mediante un título con el que por sí mismo pretendo sintetizar mi toma final de partido.

En el mismo decía reconocer que de entrada me produjo un cierto repeluz. Como "devoto" de la letra impresa, una devoción un tanto "mística" sin duda, incluso fetichista, esas cosas me dan escalofríos; concretamente, declaraciones de "quemar libros" aunque sean (es obvio que no es tu caso, ya que tu te decantas por todo un aquelarre; sin complejos, sin mala conciencia). Es indudable que se trata de un prurito mío que toca teclas internas, como sucede siempre en cada individuo. Se trata de la vieja "virtud" de Sócrates y de sus coetáneos, de lo que hoy estamos convencidos, gracias a los datos de la ciencia y a la intuición que se apoya en el mundo hasta donde éste ha cambiado, que se trata de reacciones instintivas que tal vez vengan desde muy atrás, de persecuciones con hogueras a través de los bosques, de inocentes monstruos como el de Frankestein acorralado y asustado por la amenaza de muerte que brama al pie de la torre donde se ha refugiado, progromos, escenas de salvajes nazis, fascistas y bolcheviques en pasadas kaleborrokas, "democracias" kampucheanas, etc....

Claro que puedo tomar distancia, hacer un esfuerzo por separarme un poco de mis propias tripas, reconocer que a fin de cuentas "quemar un ejemplar" puede tener más valentía que una crítica, también impresa, absolutamente demoledora, acusadora e incluso condenatoria. O que, en todo caso, es lo mismo.

Hombre, lo cierto es que coincido en que hay libros que no deberían haber sido escritos, en concreto esos que se hacen como si no fueran libros, es decir, no para abundar en los intentos de trasmisión de conocimientos y experiencias, ni para reproducir en nosotros -a la vez y no sólo- conmovedoras descripciones, conmovedores sentimientos, conmovedores enfoques y visiones particulares. Me refiero, claro está, a los "productos marketing" que hoy en día salen "como churros" de esas editoriales reducidas a fábricas de bienes de consumo (y que incluso intoxican los cerebros propensos a ese tipo de drogas tanto como los malos humos de las chimeneas fabriles). En cuanto a los demás, incluso los de Hegel, entiendo que son parte del "proceso" (que responden a la teleonomía humana a pesar de lo que se opine de ellos desde perspectivas ideológicas contrapuestas) y como tales merecen permanecer en las bibliotecas al alcance de los estudiosos y arqueólogos culturales el futuro; al menos las obras de pensamiento (la poesía, por mucha maestría que refleje, si sólo se ha puesto al servicio de la propaganda ideológica, acabará muriendo de muerte natural, con el propio movimiento en el que se ha inscrito... o será rescatada para slogans remozados algún día, sin que podamos impedirlo). De otro modo, la ausencia o la reducción del contraste nos llevaría a que se escriban de nuevo y quizás aún peor de lo que fueron engendradas. En cualquier caso, el Eterno Retorno siempre volverá a amenazarnos. En general, no me parece saludable borrar de la existencia humana ni siquiera el recuerdo evidente, explícito, de sus horrores. Mucho menos por tanto, lo que hoy y algunos consideren "errores" (yo entre ellos).

Entiendo que hay algunos matices más (por ejemplo los referidos a los que pongan el grito en el cielo como si ellos fuesen "puros" de verdad; me refiero a "la izquierda" que se las da de culta y humana) pero eso sería tocar todas las teclas y tampoco es eso...

Gracias Dhavar por el "meme" en cualquier caso, que por mi parte no redistribuiré ni cumpliré haciendo una lista interminable e imposible (ya que debería leer todos los libros alguna vez publicados para escoger a los peores).

¡Bueno, en todo caso, la librería de juguete de la foto... supongo que podría servir para la noche de Walpurgias del Señor de las moscas imaginario... que, ya me direis si no es menos aristocrático que el intempestivo griego de mi ucronía fantástica que escribí con el ingenuo deseo de que sobreviva al fuego!


10 comentarios:

Nacho dijo...

Me parece una soberana (porque cada uno es libre de hacerlo) tontería eso de quemar libros.

Veo en ello más un ritual salvaje que algo verdaderamente liberador. Más liberador es leer un libro y no verse subyugado por el mismo, e incluso mantenerlo en la estantería como un desafío al pensamiento constante. Por no creer, no creo que debiesen quemarse ni el "Mein Kampf" ni el "Manifiesto Comunista" (que tengo entendido que además es bastante poético).

No es que me de tirria lo de la quema, como buen valenciano que soy acostumbrado a las fallas, pero sin embargo, no le veo ninguna utilidad: más bien me parece un acto religioso, y como religioso no soy...

Carlos Suchowolski dijo...

Creo que te ha pasado lo que a mí de entrada, lo viceral, lo instintivo... lo... (¿no es esta una buena demostración de que sin duda hay un instinti místico?) Pero... ¿cuántos rituales estamos cotidianamente ejecutando en la misma línea? ¿No es lo mismo al fin decir "¡Qué mierda de libro!" es ése o aquel que proceder a "quemarlo"? Y... ¿no habrá que reconocer que "quemaríamos muchas cosas" del mismo modo que nos ha dado por "matar" más de una vez "al propio padre"?

Catarsis, mes amis, nada más que catarsis...

Nacho dijo...

Es posible que tengas razón. Pero hay que pensar que la destrucción es irreversible, hay que ser extremadamente cauto con lo que se destruye.

No deja de ser una "chiquillada" porque estamos hablando de ejemplares concretos, no de ediciones enteras. Pero el vicio y placer de ver arder puede despertar esos profundos instintos naturales,y llevarnos a hacer cosas más graves.

Aunque como juego puede no estar mal, yo me veo incapaz de quemar libros que he leído (bueno, quizá podría quemar alguno, pero no creo haber leído nada tan horroroso como para tener que quemarlo).

Váitovek dijo...

Nacho:

El Manifiesto Comunista está tan bien escrito que tengo serias dudas de que lo escribiese Marx y no un negro.
Mein Kampf tiene párrafos - pocos- bastante sugestivos.De todas formas, es chocante también , si uno conoce la biografía de Hitler.

Algunos de los libros que he quemado luego los he vuelto a comprar.De todas formas, hay libros que se merecen absolutamente ser quemados, y quemarlos es soberana, pero ninguna tontería.

Váitovek dijo...

Nacho:

Pues ánimo, hombre:"Quemare aude"!

Nacho dijo...

Dicen que "El manifiesto comunista" fue escrito por Engels.

Creo que podría quemar sin problema muchos libros de "filosofía" postmoderna y muchca charara psicoanalista jeje, desde luego algunos son dañinos para la salud mental y no aportan nada.

Váitovek dijo...

Nacho:

Te veo cada vez más cerca de hacerte un Litteraclasta cabal...

Carlos Suchowolski dijo...

Lo mejor que leí de los "camaradas fundadores" es, con diferencia, "El 18 Brumario..." de Karl Marx. Es un análisis concreto que deja de lado lo peor del marxismo. Y es una pena que lo haya "perdido" vaya a saber cuándo y dónde entre mudanzas, préstamos, ventas o regalos a bibliotecas por falta de espacio o por creer que nunca me iba a servir ya para nada. Como la "maldita" mención a "El asalto a la razón" que hace unos días me recordó Strauss y que no me habría importado, después de eso, hojear o consultar... Aunque por mera curiosidad libresca, claro; una fiebrecilla que puede ser superada. Lo cierto es que hay tanta letra impresa y tanto texto digital que si se queda algo por ahí... pues bueno...

Váitovek dijo...

Carlos:

En tus pesadillas seguro que eres perseguido por los ejércitos del Alfabeto.

Carlos Suchowolski dijo...

En realidad, en mis pesadillas, al menos últimamente, sólo se asoma con malas intenciones la última letra del Alfabeto. Supongo el resto del ejército permanece agazapado en las sombras.