Múltiples coros unidos por las similares lamentaciones y plegarias elevan al unísono sus voces atonales, llenas de matices contradictorios, de incoherencias, de hipótesis aventuradas y tesis infundadas a veces viserales. Escúchense sin más lo que traen las ondas en comentarios y tertulias y añadan los que se comenta en otros conciliábulos más o menos públicos. Voces mentirosas o no, que para el caso es lo mismo, con ingredientes principalmente morales de tintes plebeyos: contra el capitalismo en la figura de los supuestos "representantes del capitalismo salvaje" y miserable (Bush y otros americanos por el estilo en unos casos, los "expertos asesores" y "Wall Streat" en otros -según incluso la opinión vertida por el propio Bush-), cada vez más contra de bancos y banqueros y otros negocios como los de la construcción, y por último contra la burocracia propiamente política ("nuestros representantes") cuyas payasadas y vacuidades comienzan a aburrir aquí y allá, aunque aún de una manera vaga (y que se extiende a la burocracia empresarial y sindical e incluso la de los expertos y gestores, es decir, a toda la actual clase dirigente). Total que el climax de revuelta, tan confusa como lo fuera cualquiera de las que se produjeron en el pasado se diga lo que se diga de sus supuestos planes racionales adjudicados a posteriori por la Historia de los vencedores.
¿Podrá de ese caldo burbujeante salir un nuevo mito jacobino revulsivo, salvaje y por fin frustrante; llegará la sangre al río? Hay quienes así lo creen. Y hay quienes cifran en ellos nuevas esperanzas. Es decir, hay de todo. Aunque por primera vez, la vanguardia de las masas realmente efectiva ocupa los sillones dirigentes (mientras los grupúsculos y los marginados contribuyen con sus "quejas" ideológicas). Y esta novedad hace difícil que las cosas vayan mucho más allá de unos movimientos controlados (estilo convocatorias a través de móviles) y unos soterrados ajusticiamientos verborrágicos, tal vez algunas algaradas a la francesa que serán adecuadamente reprimidas, algo de vandalismo en fin y cosas por el estilo a las que ya estamos acostumbrados, tal vez simples caceroladas. ¡Ay... quizá como rezó el conjuro ideocrático que pronunció Sarkozy en el parlamento europeo, todo ello en realidad para justificar y reafirmar el carácter de imprescindibles del que buscan convencernos... sin preocuparse, claro, si con ello se invoca irresponsablemente a los demonios! ...Y quizás entendiendo que algo así podría no venir nada mal para conseguirlo con hechos contundentes, ya que ello le daría a la representación algo más de realismo a costa, eso sí, eso siempre, de contribuyentes e inocentes, es decir, de meros daños colaterales.
¿Podrá de ese caldo burbujeante salir un nuevo mito jacobino revulsivo, salvaje y por fin frustrante; llegará la sangre al río? Hay quienes así lo creen. Y hay quienes cifran en ellos nuevas esperanzas. Es decir, hay de todo. Aunque por primera vez, la vanguardia de las masas realmente efectiva ocupa los sillones dirigentes (mientras los grupúsculos y los marginados contribuyen con sus "quejas" ideológicas). Y esta novedad hace difícil que las cosas vayan mucho más allá de unos movimientos controlados (estilo convocatorias a través de móviles) y unos soterrados ajusticiamientos verborrágicos, tal vez algunas algaradas a la francesa que serán adecuadamente reprimidas, algo de vandalismo en fin y cosas por el estilo a las que ya estamos acostumbrados, tal vez simples caceroladas. ¡Ay... quizá como rezó el conjuro ideocrático que pronunció Sarkozy en el parlamento europeo, todo ello en realidad para justificar y reafirmar el carácter de imprescindibles del que buscan convencernos... sin preocuparse, claro, si con ello se invoca irresponsablemente a los demonios! ...Y quizás entendiendo que algo así podría no venir nada mal para conseguirlo con hechos contundentes, ya que ello le daría a la representación algo más de realismo a costa, eso sí, eso siempre, de contribuyentes e inocentes, es decir, de meros daños colaterales.
"Double, double toil and trouble; Fire burn, and caldron bubble", cantaban las brujas de Macbeth mientras removían el caldero de la magia negra en el que se cocían los ingredientes del futuro: pestilencias, monstruosidades, dolor y sangre de las guerras que son las que salvan a la economía que conocemos sin que cambie nada e incluso para que no cambie...
Macbeth llegó al trono "como sea", y desató la guerra y el terror; tal vez también se cumpla que nuestros engañadores desconcertantes lleguen a ver, desde sus torres y almenas, avanzar inflexible el bosque de Great Birnam Wood hacia sus palacios. Me pregunto entre otras cosas más entretenidas: ¿a cuántos de nosotros, de hoy y de mañana, arrastrarán en su caída y entretanto seguirán aplastando "para que se cumpla el plan"?
3 comentarios:
Estamos "perdidos" e "involucrados" de cualquier forma, sólo que para sufrir los daños: ya no hay espacio para hacer nada significativo en contra (al menos hasta que esto comience a colapsar, y ni siquiera de esto estoy seguro). Entretanto, el "control" lo tienen los que lo descontrolan todo. Por cierto, bienvenido juazman; me pasaré por no-me-falles.
Hola Carlos:
Supongo que bajo el auspicio de la era de la post-modernidad, poco espacio nos queda para tomar aliento ante la conjura de los necios...
Uno de ellos el el virtual; válvula de escape de la sociedad de siglo XXI, al menos para aquellos que no se conforman con sus dosis de "soma"...
Futuro? A ver si el caso es que estamos inmersos en el eterno retorno...
Un Abrazo.
Esteban.
Hola Estaban,
Por fin de regreso (¿eterno?) por estos pagos. El espacio, y Nietzsche ya lo vislumbraba, se ha reducido geográfica y socialmente, pero, tras el muy posible colapso es factible que se vuelva a ampliar... Yo creo que lo que tiende a maximizarse es la complejidad global, pero los colapsos locales o regionales permiten que el proceso recomience en un plano regional menor gracias a que el sistema se ha ampliado y la complejidad crece ahora en base a un conjunto mayor de interacciones. Por dar una imagen: sobre la base de pequeñas colonias humanas a lo largo del Sistema Solar, se puede uno imaginar formas menos complejas en cada sitio y una retoma del crecimiento de la complejidad en otro plano. Esto puede parecer que da lugar a mucho juego de azar y aventura y por tanto de esperanzas. Lo que no significa que no caigan como moscas muchos seres, pensantes o no, por el camino y en el proceso de colapso. En este sentido, el futuro augura "eternos retornos"... pero de la esperanza y de lo imaginario. Creo...
Un abrazo y de nuevo gracias por darte este paseito.
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