Al margen de unos pocos "excéntricos" (véase la referencia a Mill al final de mi post anterior para entender a qué me refiero o... espérese a los siguientes) que se mantienen exactamente al margen en uno u otro sentido (al margen porque no opinen al respecto, o al margen porque no se sumen a los batallones vociferantes) y sostengan sólo una crítica inoperante, las masas, incluidos muchos pensadores especializados y por supuesto todos aquellos que viven (y/o se gratifican) de la producción de información y cultura en la forma de noticias periodísticas, libros, papers, conferencias, posts, etc., casi todos, repito, alzan cada vez más y en mayor número sus voces inflamadas e indignadas ante la salida (y el fenómeno que la subtiende) de los consejeros de Lehman, Fannie Mae, Freddi Mac, etc., a causa de sus "insultantes" indemnizaciones "de despido" previamente garantizadas en sus contratos blindados (una práctica que viene de muy lejos, se aplica en cada vez más campos y que a todos les hace la boca agua).
Desde las propias filas de los vociferantes e indignados espectadores de "tamaña afrenta", no puede ser fácil sino pedir la cabeza de estos nuevos reyes camuflados. La plebe, con sus agitadores "intelectuales" a la cabeza (trabajadores del pensamiento en realidad que sirven a la tergiversación y al desconcierto de diversas maneras: política, periodismo, educación...), se agolpa de un modo simbólico reclamando un castigo y el reparto equitativo de ese dinero (en todo caso, que se lo den si no al pueblo, a los más necesitados). Las masas, en definitiva, reavivan su espíritu mediocre (y rastrero) que no está dispuesto para nada a hacerse cargo de la sociedad (al margen de que no se lo crea tan sólo lo acepte por resignación y comodidad inevitables) sino a sacarle todo lo posible sin que cambie nada. Para ello elige a sus representantes de entre los expuestos y predispuestos, para ello acepta en el extremo que los sustituyan otros, esos que sepan prometer mejor y más (y sobretodo redistribuir y repartir el botín después del cambio). Para ello admite de buen grado la existencia de partidos políticos y gestores de empresas, para eso deja en manos de los bancos su dinero confiada en que se lo dupliquen, para eso acepta que se le concedan a los partidos grandes créditos y se suma a las fiestas faraónicas preliminares. Etc.
De repente, ahora, el pueblo sabe cada vez más de la existencia del "hipercapitalismo" (es decir, de las mil y una significaciones difusas y desconcertantes que por lo general transmiten la idea de Demonios o Conjurados... es decir, del Mal), un término que de todos modos se viene agitando en los medios especializados del stablishment desde hace bastante tiempo, y en gran medida más desde el punto de vista del Capital tradicional que de las masas y sus siempre prontos intérpretes mesiánicos. Ahora ya es vox populis (a los periódicos capitalistas -¿qué otra cosa pueden ser?- no les importa socavar el sistema señalando los que deben ser linchados como los únicos que violaron las normas de la caballería; ellos hacen "tirada" o "responden al interés del pueblo por la información" -¡ja, claro, y si hay que llegar a transmitir a la manera de la Radio Télévision Libre des Mille Collines..., en fin, sigamos...-). La visión estrecha de estos Eutifrones mercenarios de la información se reduce a la misma concepción de aquellos a los que señalan acusatoriamente: "Después de mí, el diluvio", un lema que se ha instalado masivamente si es que no lo ha estado siempre y de cuya práctica muy pocos están realmente exentos.
¿No eran hasta hace poco esas las reglas del juego? ¿No era eso lo que cada coranzoncito abrigaba, lo que cuando se le pregunta a un joven estudiante de la ESO qué quieres ser de mayor al responder "Quiero ser rico"? ¿No es lo que entienden los mayores moralistas de todos los tiempos, los prelados de todas las Iglesias. y principalmente la Católica sin duda, como lo más lógico: tener una compensación suculenta en La Tierra en beneficio propio, de la familia y de los amigos, en términos de prebendas, usufructo de bienes y servicios y por qué no también de dinero, algo que siempre permitirá un mejor tránsito al prometido e indudable Paraíso? ¿No se ha levantado primero la Iglesia de los Intelectuales en el XIX y por fin todos los Gobiernos a su imagen y semejanza y con iguales justificaciones? ¿No lo han hecho incluso hasta llegar a erigir enormes y poderosas instituciones internacionales para todos los ámbitos posibles y todas las tareas imaginables, incluyendo La Paz y por fin El Clima, donde haya sillones para todos y para los que a continuación vengan?
En paralelo, como TODO hecho comercializable más, y TODA justificación ideológica al servicio de la toma del poder, el tema de la crisis da pie a nuevos productos, nuevos slogans y spots publicitarios que todos podemos ver y absorber en nuestras cajas tontas, nuevas recetas políticas y hasta nuevas sectas jacobinas... llamando a la revuelta o la desobediencia anárquica (que menciono a modo de muestra aleatoria y sin valorar si grado de importancia, seguramente ridículo, a los que se podrían agregar seguramente, a poco que naveguemos en la web, todo tipo de profetas, oráculos y demonizadores...)
Lo cierto es que las fuerzas realmente significantes no dejan de aprovechar las circunstancias para avanzar en la conquista por su propio grupo del mundo que se agita más allá de sus balcones y despachos. Por una parte, comprando activos a precios en principio bajos (qui lo sa), por otra, procurando conservar, recuperar o hacerse con el anillo de poder que les permitiría "gobernarlos a todos… y atarlos en las tinieblas". Como he opinado en un post anterior (nota -1-):
"En este sentido, permítaseme decir que el triunfo de la propuesta Bush en el Congreso americano, no será sino un paso más en la escalada de poder de la burocracia como clase social (y perdón por el término que uso de modo eufemístico), un paso que demuestra la irreversibilidad del fenómeno que crece como la levadura con cada crisis... bien justificada. Un paso, por cierto y en definitiva, que bien podríamos considerar como el intento de fundar un "capitalismo sin capitalistas" pero que funcione, un "capitalismo de expertos" o "de sabios", donde en realidad se reduciría a los propietarios del capital a su mínima expresión (las PYMES, por ejemplo, a las que se ofrece, insita y, no sólo las circunstancias sino la legislación burocrática, insta cada vez más a utilizar) o se los marginaría (¿como se marginó y margina hasta hoy mismo a la nobleza después de hacer rodar ciertas cabezas?) y en cualquier caso se los tendría controlados y supervisados. Mientras en las grandes empresas, públicas, privadas o mixtas, nacionales o internacionales, unos y otros burócratas se sucederían en una imparable lucha por el poder que conduce precisamente al caos. El Capitalismo en sus formas más avanzadas sería así un espacio libre para púgiles salvajes que no podrían jamás de los jamases poner en primer plano otra cosa que su mezquino interés "hipercapitalista".
En fin, si me he olvidado de algo, si no he detallado algún aspecto más... me encantaría que me lo apuntarais en los comentarios con el fin de completar la lista o el árbol. Desde la tristeza que en buena medida (debo reconocerlo) me produce el mundo recibido, sigo a la expectativa mientras veo o creo ver cómo se juega en el papel y la pantalla a la toma postmoderna de la Bastilla Global o del Hipercapitalista Palacio de Invierno como si fuera posible y como si detrás se previera esta vez de verdad el Paraíso.
Nos vemos en la plaza de la Guillotina...
2 comentarios:
No se puede estar en mayor concordancia con lo que dices en el ultimo parrafo azul.
La exacta literalidad de lo que se dice y se implica es una descripcion y explicacion acertado de las cuasas de la cirisi financiera que nos toca vivir.
Si es cierto que estamos viviendo en la sociedad del "managerialismo" y que estos suplantan a los verdaderos propietarios del capital (porque quieren ser como ellos) con una ansia mayor que la de estos, y que movidos por la avaricia mas patologica, nos han metido en este rio con caudal revuelto.
Un saludo.
Lo cierto es que el proceso sigue su curso y los que revolvieron (inconscientemente) el río están buscando pescar en él. Trataré de ampliar este asunto desarrollando su genealogía, lo que da una visión más clara.
Un saludo y gracias Anibal, coincidir y perfilar cosas contigo es muy provechoso. Y a ver si sigues dejando opiniones y observaciones.
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