lunes, 5 de enero de 2009

La guerra que está detrás y a distancia de la guerra en Palestina

Mientras el Estado de Israel busca acabar hasta donde le convenga y le sea posible con el control de un territorio limítrofe como es Gaza por parte de un partido terrorista gobernante (lo que define como se debe las cosas en todos los sentidos), una guerra paralela se libra en el resto del mundo. Por una parte, "la izquierda" (el término, en relación a su posicionamiento al respecto, como ante varias otras cosas, haría sonrojar a Marx si saliera de su tumba), se sitúa en una franja que abarca desde el apoyo incondicional al terrorismo jihaidista de Hamas hasta el rechazo de la "excesiva" respuesta israelí pasando por todo tipo de pacifismo más o menos radical.

La realidad, sin duda maquiavélica (es lo que existe de verdad), ha sido definida en términos "científicos" hace tiempo. En su "Tratado político", Spinoza, en un tiempo en que las guerras entre reinos de todo tipo era moneda corriente, lo dejó prístinamente claro y por ello transcribo integramente el párrafo que viene más directamente a cuento de los hechos:

"Todo estos se puede comprender con más claridad, si consideramos que dos sociedades son enemigas por naturaleza. Efectivamente, los hombres (...) en el estado natural son enemigos y, por lo mismo, quienes mantienen el derecho natural fuera de la sociedad son enemigos. Por tanto, si una sociedad quiere hacer la guerra a la otra y emplear los medios más drásticos para someterla a su dominio, tiene el derecho a intentarlo, ya que, para hacer la guerra, le basta tener la voluntad de hacerla. Sobre la paz, en cambio, nada puede decidir sin el asentimiento de la voluntad de la otra sociedad. De donde se sigue que el derecho de guerra es propio de cada una de las sociedades, mientras que el derecho de paz no es propio de una sola sociedad, sino de dos, al menos, que, precisamente, por eso, se llaman aliadas." (op. cit., Capítulo III, parágrafo 13)

Todas las objeciones que se puedan hacer a Israel sencillamente sobran (es decir, a los que en esto sin duda representan a la mayoría de sus habitantes aunque a la vez los traicionen y engañen), como también sobra vituperar en sí a los terroristas y a sus métodos (que hacen y harán lo mismo que los otros). Asimismo, tampoco es objetivo edulcorar a cada contendiente o reivindicarlos en nombre ya sea de su "democracia representativa" (es decir, burocrática) o de su sufrimiento diferencial, de su pobreza, etc. En todo caso, desde un punto de vista realmente objetivo, sólo cabe identificar las causas materiales de la belingerancia... de los que luchan allí pero también de los que libran su propia batalla a distancia, lejos, dicho sea de paso, del fragor de la verdadera lucha a muerte y de "los daños colaterales".

Los defensores de unos y otros responden a su propia guerra, pretenden, ellos también, conservar y extender su propio territorio, responden a sus esperanzas de beneficio y a sus miedos (como también dice Spinoza). Unos, en realidad pocos, sólo responden a sus sueños de un mundo ideal en donde una libertad imaginaria, más o menos resignada a contenerse gracias a vivir en Occidente, no llegará nunca a establecerse, ni por vía de la evolución ni por la de una imposible revolución jacobina (y restauradora a corto o medio palzo como la francesa). Otros, los que pertenecen en uno u otro grado (a veces con un pie en el territorio antes mencionado) a la burocracia mundial gobernante, ONU como tal incluida, tiende a alinearse cada vez más con soluciones de compromiso, hipócritas y desconcertantes, y esto incluye a los que gobiernan Israel, Siria, Irán... que usan a los grupos terroristas y al fanatismo religioso sobre el que se asientan para, simplemente, seguir gobernando. Los otros, "la izquierda", se siente reflejada en los pobres palestinos (a los que Hamas, dicho sea de paso, oprime, explota, utiliza hasta como carne de cañón y como escudo, y por cuyo pueblo no siente sino el mismo desprecio que todos los líderes mesiánicos han sentido siempre por sus pueblos, cosa que se aprecia por la manera en que se trata a los "traidores", a los que simplemente "tiran la toalla" y buscan evitar la muerte o no participan en las manifestaciones; en fin, esto es demasiado viejo y está demasiado documentado desde los comienzos mismos de la ideocracia, como lo atestigua el recuerdo de La Vendée o de Kronstad). Reflejada, sí, porque, como suponen que todos ellos quieren, aspiran a una "redistribución de las riquezas", al "paraíso terrenal". La Historia sigue sin enseñarles en apariencia nada, aunque en realidad ignoran lo que no sea "estratégicamente útil" y tergiversan lo que les pueda servir (o no se nota lo bastante cuando se compara lo que se dice y hace ante casos diferentes en el fondo de igual índole guerrera y conquistadora y aún más; lo que además, no ni mucho menos toda la manipulación que se hace).

Eso sí, las masas, por supuesto, no llegarán a otro "Paraíso" que al de la muerte (que es el que descaradamente promete el Islam como el más suculento y lo que sus seguidores más fanáticos quieren llevar a la práctica cuanto antes) en nombre de una conquista más de la que será beneficiaria una minoría formada entre los que ante todo sobrevivan; los que podrán gozar de al menos una parte de la tarta con forma de pirámide, que es el objetivo, gracias a estar vinculados a la estructura piramidal triunfante; esos "intérpretes" de las masas que una y otra vez han vivido a costa de una mayoría engañada mediante una solución violenta que algún día promete convertirse en "democrática", un método de conquista y de dominación como cualquier otro que también tiene muchos daños "colaterales".

Sí, sí... sería mucho más agradable ver a nuestro alrededor un mundo idílico. Somos sensibles, tenemos "buena conciencia", somos intelectuales. También tenemos derecho de soñar. Sólo deberíamos ser conscientes de que lo hacemos. Sólo deberíamos saber a quien les hacemos el juego en nombre de nuestros sueños, y en definitiva, lo que ello supondrá.



Nota sin importancia: Debo reconoceer que siento sumergir tan pronto los dos posts anteriores, pero es que me han tocado mucho las partes más delicadas de mi cuerpo: mis neuronas, por supuesto. Espero que hayan tenido tiempo de leerlos y no dejen de opinar. Nada hay más satisfactorio que la buena compañía.


Un adendum que debía incluir aquí: se trata de hechos crudos que no sé por que la mayoría de los defensores de la libertad terrorista no difunden e inclusive encubren siendo que es para lo que serviría esa libertad, y lo que sus defendidos por el
contrario no ocultan sino que agitan sin vergüenza alguna.

4 comentarios:

Váitovek dijo...

Carlos:

Estos días se ve con especial claridad algo muy básico y muy obsceno:El antijudaismo, común a las izquierdas y derechas.Quizá las "masas dolientes" occidentales no abogarían abiertamente por el Zyclon B pero, si alguien les hace el trabajo sucio y desaparecen, sin duda se sentirían más que satisfechos.

Carlos Suchowolski dijo...

Hola, Dhavar; intento mantenerme a cierta distancia de los contendientes de las tantas luchas que se libran por el poder en el mundo dado mi certeza contrastada de que no ganaré nada con el triunfo de unos sobre otros, que incluso los que ganarían algo que considero "más positivo" no son realmente de los "míos" porque tengo ya muy claro lo que quieren y con ello no comulgo, etc. (En definitiva, lo que dijo Nietzsche cuando equiparó al hombre con Hamblet -El nacimiento de la tragedia-, que lo mismo has leído.) Pero... es tan obscena efectivamente las maneras de algunos, tan indignante su hipocresía y su actividad oscurantista, en todo caso tan débil y obsecuente (en el fondo interesada hasta el extremo de negar un mínimo de consciencia y de recnocimiento de las evidencias)... etc., que no puedo sino enfrentarme principalmente a esa masa de vociferantes con vocación de coro de necios al servicio cada vez más claro de los que nos oprimen, explotan, usufructúan, marginan, frustran, indignan, desconciertan, e incluso matan.
La claridad no pone sólo de relieve el antijudaismo que sin duda sigue reflotando por idénticas razones a las antiguas (envidia, resentimiento, necesidad de cabezas de turco...) sino también la mediocridad de la masa de intelectuales que se reflejan en el espejo de los palestinos por asimilarlos a los pobres y desamparados del mundo (que lo son, pero solamente utilizados para mantener, incrementar o conquistar el poder por quienes se dicen sus "representantes", como en todas partes, incluso en Israel -que lo son más y con apoyo mayoritario sin duda en este asunto-; unos pobres que les importan un bledo, pero que simbolizan su propio deseo de "redistribución" en beneficio propio, venga el botín de USA, de Israel, de los judíos ricos, de los banqueros codiciosos, de los piratas que no reparten con nadie, de los estafadores a lo Madof, etc.
Esto está CLARISIMO y ciertamente da AZCO!
Un abrazo de corazón a alguien que puede pensar como piensa porque no tiene intereses en este entramado que nos ahoga, como, me temo, pocos quedamos.

Meditabundo dijo...

Hola, Carlos:
Leí el post de un tirón. Ciertamente interesante.

Interesante de por sí toda visión que no conlleve una posición inmediata y, digamos, de manual.

De manual porque, quizás como resultado de la anacronía de los conceptos izquierda y derecha en el mundo post-moderno, los intelectuales de este tipo no tiene o no parecen querer tener tiempo de asimilar reflexiones al respecto.
De manual porque parece que el concepto de izquierdas (al igual que el de derechas) refiere a una realidad muy amplia pero muy rígida.
Efectivamente la llamada (por ellos mismos y con orgullo proletario)"izquerda" tiende a asimilar como propios la lucha de los supuestos pueblos rebeldes que luchan contra la tiranía occidental.¿Y acaso no es esto una asimilación contemporánea de la "peterpaniana" teoría de Rousseau del "Buen Salvaje"? ¿No se trata de darle una dimensión actual a la idea de que el hombre es bueno por naturaleza y es la sociedad (en este caso occidental) la que lo corrompe?

El conflicto entre Israel y Hamás no tiene fecha límite. siempre habrá gente dispuesta a morir y matar bajo los designios del demiurgo de turno (ayatolah, imán,político, etc.) y siempre habrá gente que esté dispuesta a utilizar todos los medios que estan en su mano para arradicar (muchas veces a la manera de una quimioterapia abrasiva) los núcleos de ataque.
Siento por extenderme.

Una última nota curiosa, sobretodo para aquellos que asimilan Israel con el imperialismo yankee:

-MOSES HESS: Filósofo alemán, conversor de Engels al socialismo e introductor de Marx en la problemática socio-económica; precursor del sionismo mediante su teoría del resurgimiento nacional judío de Jerusalem.

Un abrazo.
Esteban.

Carlos Suchowolski dijo...

Mi estimado Meditabundo al que poco se ve por aquí aunque no por allá pero que cuando se lo ve da gusto por lo que trae. ¿Qué puedo añadir a lo que hemos comentado en otro foro más familiar si acaso? En todo caso, espero contar de vez en cuando con más meditabundeses meditabundas, es decir, bien reflexionadas. Y prometo abundar en lo de nuestro grano en el cul... monsieur Rousseau, sí, sí...