viernes, 9 de octubre de 2009

El arco y la flecha ("La Ceja" y la "NEZP"): la verdadera identidad de Robin Hood y la de sus perseguidores

La "NEP" (1) de ZP ("NEZP", en adelante para los amigos) que se anuncia con los "Presupuestos Generales" quiere mostrarse como una mera política económica de carácter intervencionista, lo que no es nada novedoso en esta era de las economías mixtas y con el vendaval de La Crisis que se ha desatado. No obstante, se pueden sacar otras conclusiones, más fructíferas que las habituales (y menos desconcertantes y confusas que las que circulan) a partir de su consideración.

El hecho de que esta NEZP venga arropada de varias manifestaciones rituales y retóricas que han puesto a muchos los cabellos de punta y que "nadie" se explica bien a qué exactamente vienen ni cómo y dónde encajan, y que por otro parezcan tan keynesianas, aumentan el desconcierto y la confusión... y, significativamente, llevan a la oposición... al populismo. El propio ZP se burla de todo el mundo dando a entender que improvisa, con lo que demuestra a mi entender lo poco que le importa dar que hablar mientras ello no sólo no obstaculice su marcha sino que la favorezca. Y así, toda la opinión opositora prefiere tratar estos acontecimientos de manera ambigua y fragmentaria, incluso como manifestaciones de "locura" o "encaprichamiento" presidencial y en todo caso de meras provocaciones inconexas. Sin embargo, esos rituales son a mi criterio inseparables de la fidelidad extrema de ZP a la estrategia con la que sigue consiguiendo mantener a su grupo y luego a su partido básicamente consustanciado y cohesionado a pesar de los graznidos sueltos que sonaron más allá del núcleo duro. Desde mi enfoque, esos actos rituales no tienen otro carácter que el de prolegómenos o preámbulos apropiados y consecuentes de esa NEZP por más contrapuestos que parezcan a primera vista, y no son sino pasos avanti de la estrategia comentada, a cuya luz todo el conjunto adquiere sentido y coherencia. Y me refiero a la repentina e intempestiva cantata de La Internacional con los puños en alto, a las arengas contra los poderosos, a la valoración sublime hecha por ZP del papel de Estado ante su colega Medvedev en su visita a Rusia, etc., con toda su política exterior de cabo a rabo y toda su estructura gubernamental cada vez menos democrática en los términos formales, occidental y hasta contemporáneamente establecidos hasta ahora... Otra cosa, que puede tener derivas colaterales de esas que parecen impredecibles y merece un análisis más detallado, es la alianza estrecha con los dirigentes mafio-sindicales... pero esto no deja de estar subordinado a La Estrategia Mayor de ZP y controlado (como ya vimos hasta qué punto pudo serlo el diálogo por la paz con ETA).

"Nadie", y menos las oposiciones formales, las mediáticas y las burocrático-culturales de todo tipo, apunta a unir todos estos fenómenos en una narrativa coherente y vinculante. Todo parece obra del azar (del de meter la mano y sacar la bola de un color en primer término en lugar de la de otro, lo que en todo caso sería probabilístico... dentro de los límites de las bolas que se hubiesen metido previamente en el saco, lo que obviamente fue elección del manipulador a tono con una estrategia -que no una ideología-), del azar, del capricho e incluso de la locura... Pero más de 600 asesores y una animalidad política de primera calidad-como se la denomina- (que lo llevó a la Secretaría General de... la herramienta) no resisten un análisis tan elemental.

Hay que tenerlo meridianamente claro: ZP es el primer presidente de España que cuenta con un aparato realmente eficaz y demoledor para dirimir en su favor las luchas interburocráticas propias de un régimen como el que soportamos; un aparato que ha logrado arrinconar y/o controlar in extremis al conjunto heterogéneo de "todo lo demás" en política nacional (y que pretende ir más lejos... incluso geográficamente hablando... más allá de lo que ya ha ido silla del G-lo-que-sea de por medio) incluyendo, por ahora, las corrientes que esperan dentro de su partido el-momento-propicio y remueven el caldero de los Idus de Marzo... Aparato, y esto es una de las partes más notables y efectivas, orientado con gran arte al desconcierto. Lo que no significa... absoluta precisión, o perfección, o ausencia de traspiés... ni triunfo indiscutible.

La estrategia, de la que ni una sola vez se apeó ZP en el curso de su carrera, la perfilé hace años y la reflejé en este blog básicamente desde el primer post con el que inauguré los análisis "Del mundo real y de los tiempos que corren" (véanse particularmente este post y este otro) como los etiqueté desde entonces (2), y, que yo sepa, debí haber sido de los primeros en verla y analizarla sin dejarme confundir por los discursos desconcertantes que la adornaron en cada ocasión. Insisto: que ZP, lo consiga o no, busca y maniobra para quedarse gobernando solo, per eternum si se me permite el exabrupto proyectivo; en todo caso, ya puestos... dar origen a algo parecido a una dinastía. Y para eso, debe neutralizar y acorralar a la oposición hasta que se convierta en pura papilla de relleno de una democracia de pura utilería. Y para ello exhibe las más adecuadas pinturas de guerra.

Pero acerquémonos un paso a esta nueva zancada que la NEZP representa, con la malísima intención de poner al desnudo, en primer lugar, la falsa conciencia que se prefiere tener de ella por parte de todos los que la explican, tanto para defenderla como para atacarla. ¿Que parece simple, que parece que todo está a la vista y que no hay mucho que decir? ¡Ja, ésa es la cosa, amigos míos: ahí está otra vez la obra maestra del desconcierto, la obra maestra de más de 600 asesores de marketing y propaganda y de un genio napoleónico -que no maquiavélico- capaz de orquestarlos y... elegir la campaña (en lenguaje publicitario), la téctica, que le parece mejor de las varias que deben ofrecerle cada día. Sólo así puede comprenderse en toda su dimensión esta NEZP que parece amenazar a ZP con su fracaso (a tenor de las últimas encuestas) como hasta ahora no se había podido ver, algo que tal vez vuelva a ser una ilusión deseable (relativamente hablando) que puede volver a desconcertar (3).

Y puesto que, como empecé diciendo, la NEZP le parece a todo el mundo como una simple manifestación del "intervencionismo de Estado en la Economía", me serviré en primer lugar, para centrar el punto mediante un apunte de un afamado opositor a esas intervenciones al que nadie le negará idoneidad. Me refiero a Friedrich A. von Hayek, quien prefería denominarlas "planificación social" para hacerla más sinónimo si cabía de "socialismo" tal y como él lo definía; lo que menciono aquí apenas para poner de relieve otra jugada ideológica del economista austríaco, una jugada más e igualmente poco rigurosa, puesta no al servicio de la descripción aséptica sino del combate ideológico, y que en realidad apuntaba a una "planificación política absoluta de la economía", por decirlo de modo sintético y deducirlo del espíritu a partir del que se la definió, que no veremos que no es nada rigurosa... ni jamás se hizo real (4).

Todo esto viene a cuento y se hace necesario tanto prólogo, porque ilumina la realidad que no se quiere ni ver ni considerar por parte ni de los unos ni de los otros. Y porque esta actitud, muy lógica a la luz de la sociología del intelectual y de la prolongada metamorfosis relativa de adaptación permanente en la que están siendo arrastrados todos ellos, es la base que desde mi punto de vista hace a ZP el camino orégano (aunque trabajoso) y le permite reafirmarse mientras ahonda y usufructúa el desconcierto opositor en beneficio de la estrategia antes apuntada.

Volvamos otro poco a los discursos.

En primer lugar, una frontera harto difusa y gruesa separaría la buena planificación de la mala, o el buen racionalismo del perverso en suma. Al respecto, debo deducir que Hayek se reservaba el derecho de admisión, algo muy liberal por cierto... según quién sea el que lo ejerza (lo digo porque lo fundamenta tan poco y nada... como se hace con La Revelación, lo que viene muy pero que muy a cuenta...) y que también habrá que desmontar. Si hacemos un repaso por la historia del mercantilismo sin ir demasiado lejos, por ejemplo a partir de la narración que nos legara Adam Smith, es evidente que: (a) toda intervención estatal incluidas las buenas liberalmente hablando, han derivado en burocratización creciente, corrupción, mercado negro, mafias, "insensatez", etc., y (b) toda intervención estatal ha favorecido al mismo tiempo la competitividad "egoísta" de unos sectores contra otros que era lo que más pretendían conseguir para sí mismos -ya que la libre competencia así como la libertad fueron, son y serán siempre cosas propias de debates de salón burgueses y, si acaso aún los frecuentan y debaten, de los gestores que hoy están a cargo de los negocios-, a saber, la maximización del beneficio y de los diversos privilegios posibles así como del máximo poder sobre los demás, sea mediante el dinero y las posesiones, sea mediante la posesión de un cargo (apoltronamiento) que permite el usufructo de bienes sin título de propiedad o con éste como pura consecuencia, las prebendas y el robo del común.

¿En cuál, pues, de sus dos "planificaciones" (o políticas intervencionistas) inscribiría en consecuencia Hayek la "NEP" de ZP? Sin duda, en la que él asocia a socialismo y que serviría para obstaculizar la libre competencia comercial (dicho esto en sentido estricto), amenazando con la destrucción a la economía capitalista (según lo que todos entendemos por...) y a su base esencial, la propiedad privada del capital (dicho esto en sentido estricto). Al menos es lo que dirían sus epígonos actuales y todos los comentaristas y políticos que ejercen de defensores de planificaciones aceptables situables en el espectro considerado (5), lo sean o no con relativa honestidad.

Pero esto no va más allá de un uso publicitario y de marcaje de la orilla opuesta (que la orilla opuesta comparte y aprovecha -estrechamente sin duda- muy a gusto... o inevitablemente) mientras dejan, Hayek el primero, la pureza deseable dentro de los límites idílicos del modelo.

El capitalismo de carne y hueso, si convenimos en aceptar la denominación que se le dio a la organización social en la que hemos nacido (6), no tuvo nunca, sin embargo, la pureza del modelo, y el único real, vivo, funcional desde un principio fue el que Adam Smith al mismo tiempo valoraba y rechazaba, el que cada vez que podía, en la persona de sus agentes reales -los capitalistas por generalizar con la licencia del vox populis-, marchaba en la dirección de acabar con la competencia de unos en beneficio de otros y recabar inclusive toda la ayuda posible del Estado burocrático (o representativo y experto), de sus Leyes y de su Fuerza armada, para consolidar e incrementar su propio monopolio o predominio privilegiado adquirido por vías muy poco económicas en el grueso de los casos. Ese sí fue y es el capitalismo real; ese sí es el resultado actual de su evolución; ese sí es el capitalismo que reorienta y aviva la burocratización en y desde su propio seno y que la hace cada vez más poderosa en su contra (no "las relaciones de producción" inventadas igualmente por Marx como parte de la "Economía") a la vez que en su favor. Y eso sí hace que la "planificación" situada en cualquier punto del espectro hayekiano sea capitalista siempre y cuando tenga cabida en ella en uno u otro grado... el "¡Enriqueceos!" de Bujarin o, en otras palabras, la persecución de beneficios. Y esto engloba al conjunto de las variantes de capitalismo de Estado y economía mixta, keynesianas, socialdemócratas o tercermundistas... en las que se ha agigantado y autonomizado "la planificación" hasta extremos increíbles y autodestructores... que nunca llegaron a convertirse en otra cosa. Algo que ya estaba bosquejado en "La riqueza de las naciones" con asombrosa nitidez.

Y conste que digo todo esto sin la más mínima intensión de justificar el derecho de expropiación que Marx se sacó de la manga en nombre de una expoliación previa de la que hizo víctimas a los obreros industriales. Según mi punto de vista: en la lucha por el poder ,cada grupo tiene todo el derecho de usar lo que mejor domine para imponerse a los otros (lo que configurará su moral y buena parte de su filosofía); la cuestión está para mí en identificarlos en todos los aspectos posibles.

Ahora bien, ¿qué es lo que, volviendo al punto, hace que el propio ZP esté encantado si no despreocupado de que se considere que su política es "de izquierdas" o "socialista" también en este asunto, que es acorde con La Internacional y los puños en alto... que se inscribe en su voluntad de redistribución y de justicia social, y por ello opuesta a las de "la derecha"? Que se recauda para repartir entre los que lo necesitan (algo marginalmente real en honor a la verdad). Que es la respuesta práctica que invocan y abrigan los rituales y las declaraciones "rojas" que se representan.

Y ¿cómo es que todos los voceros muestran estar de acuerdo con él?

¿Será que ya no hay quien no responda a su papel en este espectáculo (tómese esto como un guiño y no como una adhesión mía a los análisis situacionistas), cada vez más de circo, en el cual toda la sociedad a ella adaptada se resigna y espera? Sin duda, el lenguaje y el pensamiento en su conjunto pueden extralimitarse bastante poco más allá del condicionamiento al que lo somete el firmamento dominante que define lo posible y lo imposible en una sociedad dada, lo que se puede y lo que no se puede hacer, lo que se puede y lo que no se admite... Y sin duda... lo que se debe.

Ahora bien, ¿qué pretende la NEZP en el terreno estrictamente económico (es decir, aparte de los objetivos político-estratégicos ya señalados del zetapeatismo)? ¿Acaso acabar con la propiedad privada y con la competencia, instaurar poco a poco el socialismo...? En tal caso, ¿en general o sólo contra ciertos grupos? ¿Contra qué otros, pues? Dejo por ahora la inquietud en el aire... pero insisto en que ello no conforma la cuestión central.

Responder seriamente se deriva, insisto, de comprender qué es lo que realmente motiva en esta sociedad a esa subespecie que se erige en "nuestros representantes". Y ello es posible si se identifican seriamente los componentes decisivos del magma imaginario, o del firmamento dominante. Esto está detrás de la caracterización que hago de esta sociedad, de La Crisis y en consecuencia de la NEZP, a saber: que esta pretende recaudar para suplir el mermado consumo del pueblo, el consumo retraído por el temor al futuro que afectó de repente a todos en cascada, desde las empresas a los particulares; retracción que prácticamente los analistas de todos los colores, usen las palabras que usen, consideran La Gran Causa de la Crisis. Y que si tenemos en cuenta todas las evidencias y se concatenan seriamente, nos llevará a aceptar que se trata de un consumo tan digno de ser calificado de... improductivo y pernicioso (siguiendo a Adam Smith lo más que lo permita hoy, como parcialmente se lo permitiera a Smith su propia época, el common sense) como también de revitalizador de la economía (siguiendo a Keynes y posteriores curanderos). Tan digno de ambas cosas... como el que, con sus altibajos indudablemente intrínsecos, nos lleva por la senda del crecimiento industrial a instancias de la publicidad, el ansia lúdica por lo superfluo, la espectacular explotación del tiempo libre, etc., que tanto desarrollo de las fuerzas productivas (y destructivas, y fatuas, y...) y del bienestar han producido. Desarrollo y bienestar, las últimas veces, como las que se derivaron alegremente de la producción de las sucesivas burbujas e ilusiones... Y de los y en los que todos los vivimos de esta época, quejándonos de ello, sufriéndolo y también aprovechándolo como mejor podemos... (7).

La idea se ve a las claras si no se mira a través de un paño oscuro como el que se les impone a muchas pobres mujeres bajo ciertas consideraciones religiosas y... de etiquetaje.

Puesto que la causa de la crisis es el miedo sobrevenido a consumir, ¿qué mejor solución que el Estado se erija en consumidor colectivo? ¿Qué mejor solución que tomar al toro por los cuernos e imponer ese consumo mediante la expropiación y... mediante el recurso a la Riqueza Futura en la que todos debemos creer? ¿No se espera del Estado, precisamente, que corrija las tendencias díscolas, las reacciones egoístas, las respuestas que la invisible mano del mercado provoca de repente en criaturas que pensaban que seguirían bien alimentadas per secula seculorum como el inocente pavo de Navidad de la metáfora predilecta de Nassim N. Thaleb?

Pocos hay que se opongan terminantemente aunque difieran del contenido del plan que se debería ejecutar. Sin duda... estamos en una sociedad diferente... en donde la economía capitalista libre del modelo es ya una ilusión desestimada...

ZP pues, ha decidido arrancar los ahorros de manos de todo el que lo tenga... a mano (es decir, del que transite con ellos por los caminos del bosque y no cuente con carrozas acorazadas... en lugares lejanos... o pueda inscribirlas en esos lugares) para consumirlos en su nombre. Consumo forzoso, ni más ni menos (al margen de cómo y en qué se realice) que el Estado asume en atención a la preservación de la sociedad en su conjunto, como habría sentenciado Hobbes sin duda alguna. Una jugada que incluso puede parecer simple e ingenua pero que en realidad es luminosa, aunque, de nuevo... no por la economía y sus leyes sino por razón de la política y la lucha intestina burocrática, la misma razón por otra parte, por lo que estará tendencialmente condenada a fracasar. Una nueva y aparente jugada keynesiana y socialdemócrata que se pone en juego, pero... para conseguir la perpetuidad en el poder.

Un poder, debería ser obvio, adornado por iconos falsos de izquierdismo que son tan útiles para los objetivos políticos perseguidos como lo sería la esperada reactivación económica. Un poder que avanza con los puños en alto y buscando incentivar el consumo como sea... hasta que se produzca el contagio y toda la teórica maquinaria capitalista en la que al mismo tiempo cree (porque de ella saca y piensa sacar legitimidad y partido) se ponga en movimiento, otra vez bajo la guía -supervisada en todo caso por el novedoso ojo de "la ceja"- de la vieja "mano invisible". Es decir: subido y bien subido sobre el caballo burocratizador que sigue galopando sin prisa, sin pausa, y llevando todo hacia ninguna parte, más que nunca, dejando bastantes daños colaterales y preparando un recambio mítico-postmoderno más o menos imaginativo, donde las cartas volverán a darse para que les toque a otros.

Tomemos cualquiera de las declaraciones de cualquiera de los actores más sobresalientes, las frases que se usan al respecto (como "motor de la economía", "economías que tiran de otras", "incentivar el consumo", "recuperar la conciencia", etc., etc.) y que alguien por favor me haga saber una, una sola que diga lo contrario (8). Toda la intelectualidad burocratizada y/o proletarizada (asalariada al servicio de los medios de comunicación -y de los grupos "mixtos" que los controlan-, de las universidades y los centros de enseñanza y de ltoda a periferia cultural de las organizaciones políticas en mayor o menor medida impregnados de liberalismo sensato -a veces de muy poco aunque de lo suficiente), así como todos los políticos que han decidido llevar por el momento una camiseta distintiva (aunque no demasiado) respecto de los "socialistas-sindicalistas" con la inscripción visible de "derecha populista" (y hasta "obrerista") a la que ZP los ha ido empujando poco a poco e irremisiblemente (al menos mientras le iba bien), optan por caracterizar en términos muy simplistas la NEZP como política de "despilfarro y hundimiento", antisocial y antipopular.

Todos por lo tanto mienten en cuanto a la NEZP, y tanto como en relación a La Crisis en su conjunto: "la derecha" porque pretende que las masas se decepcionen de ZP, porque buscan el re-cambio en la re-orientación electoral de, al menos, las clases medias; ZP... porque con ello explota su retórico alineamiento con obreros y parados, sus propias víctimas. Y tanto el triunfo como el fracaso posible de ambos frentes, se dirimirán en base a esa dinámica... que los lleva a todos a aparentar lo que necesitan cada vez más aparentar.

Pero la NEP enmascarada de ZP no es sino una variante de política capitalista (en cualquier caso del capitalismo mixto, corrupto antes que supervisado -y no uso "corrupción" en su acepción más cotidiana, aunque también-, real y no modélico) que de conseguir los objetivos económicos ansiados le permita arrinconar definitivamente al oponente, dejándolo sin argumentos. Lo que de verdad persigue es una victoria política... mediante el uso, entre otras, de una política económica básicamente reiterada. Una utilización que, gracias a la crisis y como intentan hacer todos los gobernantes del mundo, será usada para obtener más poder para la casta a la que pertenecen y a la que en su día se han adscripto como vía para su salvación personal.

La jugada es maestra... aunque no consiga triunfar. Como dijeran varios miembros del gobierno que sin duda se estudian el guión todas las mañanitas: las masas acabarán comprendiendo y apoyando, aunque ello los lleve transitoriamente por la senda de la confusión y del distanciamiento, sobretodo del silencioso y paralizante, del que como mucho lleva a la abstención electoral y al quietismo, eso que se ahonda precisamente en la medida en que se deprecia el valor de la política tradicional de la que ZP emerge más allá de los partidos como líder mesiánico y superior, casto y honesto, víctima de las circunstancias (algo que Rajoy, por cierto, pretende imitar sin conseguirlo del todo, aunque ya se verá...).

La NEZP no es pues ni más ni menos que intervención estatal de lo más clásica (keynesiana o socialdemócrata), aunque llevada hasta un extremo poco visto... concretamente, como mero acompañamiento de una marcha (repito, tal vez infructuosa) hacia un Nuevo Electoral-totalitarismo Z-político y Z-piramidal (NEZPZP), donde Nuevo y Electoral podrían ser, por una u otra causa... suprimidos (9).

La Economía, es a mi criterio más que claro, vuelve a mostrar aquí su rol imaginario y engañoso con el que naciera, perdido el papel de alfombra de las ilusiones tendida hacia el Progreso Infinito y Racional que fue al comienzo. Hoy, reducida al rol de una cortina de humo que pretende ocultar una voluntad de poder similar a la de entonces sólo que mucho más gris y fútil, todo está mucho más claro, con el grado actual de miseria intelectual y el actual vacío de significados alcanzado (que también la hace cortina de humo de actividades superfluas y retóricas).

La fuerza bruta y las ambiciones dominadoras de los grupos humanos pueden, deben... ser reconocidas. Ello sería posible si se pudiese renunciar, aunque fuese en la intimidad del pensamiento, a las tablas que flotan en el río que nos arrastra sin temer hundirse. Pero esto siempre será una elección muy minoritaria, tal vez suicida y en cualquier caso inoperante.



* * *


Notas:

(1) NEP fueron las siglas de la "Nueva Economía Política" impulsada por el gobierno bolchevique en 1921. Nótese de paso aquí (porque será iluminador tenerlo en cuenta) que su lanzamiento fue saludado por uno de sus miembros, Bujarin, con el llamamiento "¡Enriqueceos!" que dirigió a su pueblo.

(2) La mencionada estrategia es obviamente de poder, más específicamente, de perpetuación en el poder (en todo caso, de instauración de una dinastía zocialista) y ya con nombres y apellidos, de bloquear per secula seculorum las posibilidades de recambio político, tanto en el país como en el seno del propio partido "gobernante" (y hasta donde se pueda... más allá, es decir, fuera de las fronteras nominales), es decir, atomizar lo suficientemente a toda oposición y en particular al actual PP. Dicho sea de paso, esto no significa asegurarle a ZP una victoria en toda regla, sino hallar la única narración causal posible en la que todas las acciones, conductas y discursos encajan como piezas del mismo rompecabezas.

(3) De momento, conjuntamente con múltiples acciones simultáneas en frentes diversos de más o menos peso, el PP se acerca ostensiblemente a su más amplia y significativa división, lo que no es poca victoria. Y, aunque con ello se debilite toda "la política"... el hecho de ello sólo llevaría a un incremento del abstencionismo que ya de por sí podría beneficiar a ZP. Esto sin perder de vista que así como la culpa de una de las crisis es foránea... la de "la política" podría simplemente venir del pasado que "habría de una vez por todas que superar" con... un régimen diferente... Esto nos pone ante otra gran pregunta que "nadie" parece seriamente capaz de contestar: la que interroga por la ausencia de movilizaciones de masas contra lo que sucede, la que se cuestiona acerca de la causa maligna y oscura, casi hipnótica, que hace que la indignación propia no produzca un vendaval revolucionario o poco menos; un asunto sumamente interesante a contestar para saber dónde estamos (en el mundo) y sobre el que a buen seguro volveré.

(4) Todo el discurso político de Friedrich A. von Hayek a lo largo y ancho de su obra, que apunta centralmente contra la planificación en un determinado grado (que él vincula a su orientación o intencionalidad) se basa en el apriori necesario, incuestionable así como no fundamentado (de ahí apriorístico) de que la libre competencia económica es condición necesaria del bienestar social inmediatamente posible y de su incremento a lo largo del futuro, en otras palabras, del enriquecimiento y del progreso sostenido o, en térmicos alegóricos... de la marcha que los racionalistas fundadores creyeron que se iniciaba, aunque fuese a trompicones, de la humanidad emancipada del salvajismo y la brutalidad hacia la recuperación del Paraíso Perdido... mientras que lo contrario según él llevaría a la sociedad al hundimiento en la miseria y el atraso (que pueden, allí donde afloran y se denuncian, no tener esa causa real y admitir varias lecturas: la interpretación liberal que mantiene inalterable sus apriorismos eternos tanto como cualquier hijo del racionalismo, no gana verosimilitud ni legitimidad por dar en el clavo parcialmente, como quedó a la vista durante una buena época en diversos lugares del planeta, en especial en la URSS y luego en la inmensa mayoría del viejo Tercer Mundo. No es la primera vez que un viajero acaba por encontrar cobijo tras extraviarse por un camino errado; algo que Hayek y sus seguidores señalan algunas veces cuando se refieren a sus oponentes ideológicos).

Nada nuevo en fin en todos los aspectos, como vengo sosteniendo y demostrando. Y esto, que merece y merecerá una atención más específica en breve tomando precisamente como base a Hayek (de momento en borrador por lo exhaustiva, donde demostraré que sus cantos a la libertad eran completamente secundarios), queda perfectamente evidenciado en la siguiente precisión de Hayek acerca de su postura ante la "planificación":

"Es de la mayor importancia para la comprensión de este libro que el lector no olvide que toda nuestra crítica ataca solamente a la planificación contra la competencia; a la planificación encaminada a sustituir a la competencia. (...) no podemos (...) discutir la indispensable planificación que la competencia requiere para hacerse todo lo efectiva y beneficiosa que puede llegar a ser." ("Camino de servidumbre", Alianza Editorial, Bolsillo, Madrid, 2000/2007).

De lo cual queda una primera cosa clara, a saber: que Hayek no vincula la complejización social -y idiosincráticamente occidental- del mundo, exigente de "planificación" en general (como reconoce y con gran detalle en el resto de la obra), al avance creciente y, por lo que hemos visto hasta ahora y por ahora, imparable del uso de esas "políticas", "metodologías" y "enfoques" en la dirección, precisamente, contraria a la competencia en todos los planos (privado y público, productivo e improductivo, político y cultural...), regiones del mundo (la caída del muro o el giro chino no han significado sino correcciones secundarias del uso de la planificación, que en esos países es sin duda más amplia incluso que la que Hayek y su escuela pondrían en cuestión al referirse al New Deal) y momentos (los leves aires de liberalismo que los liberales huelen en algunas bajadas parciales de impuestos aquí o allá o en leves y ridículos recortes de gastos que no reducen en lo fundamental el sequitos faraónicos de sus mejores líderes, no son nada de nada en el avance sostenible de la burocratización que ha llevado a todas las empresas decisivas de la economía mundial a una gestión simbiótica de expertos y de VIPs "bien vinculados" de abultadísimas nóminas y... jubilaciones, por no hablar de la extendidísima economía mixta internacional y la proliferación de todo tipo de instituciones burocráticas internacionales, nacionales, regionales, comunitarias, federales, locales, sublocales...). Sin duda, el sueño inalcanzable del liberalismo se aleja al margen del aumento insignificante (por incapaz de significar) de sus adherentes intelectuales (por trabajadores intelectuales, los que emplean y "venden" su facultad de pensamiento y de discurso).

(5) Cuando escuchamos con atención los discursos desconcertantes llenos de ambigüedades e incoherencias apreciables de esos comentaristas que viven en buena medida de su cachet y de la participación que esto les permite en coloquios, tertulias, prensa, etc., como voceros de la opinión pública, y el cuarto poder, en particular los más liberales, podemos comprobar la condescendencia que manifiestan hacia medidas de planificación que dan por aceptables e incluso por fructíferas. En estos tiempos de crisis, esos comentaristas dicen una otra vez cuando critican el Plan E del gobierno por "haber empleado los fondos en gastos superfluos en lugar de hacerlo en verdaderas inversiones", una caracterización que en cualquier caso no respondería a la preservación ni al deterioro de la competencia sino simplemente a una predilección que poco y nada es fiel a los criterios de productividad y competencia conceptuales de la teoría originaria, lo que muestra a las claras a lo que esta se deduce cuando acaba en meros slogans populares. Además, al pretender darle sustancia a lo que sólo pretende el gasto por el gasto o mover dinero del futuro hacia el presente (a la manera en que la burocracia de mi cuento "Para que se cumpla el plan" movía la energía), lo que hacen es escapar formalmente de la crítica política para refugiarse en una seudo-economía que igualmente reclaman que sea apoyada desde las alturas... y desde el futuro. La crítica intenta circunscribirse así al contenido de la propaganda embellecedora, manteniendo la cuestión de fondo: la ficción de la economía vigente, su necesidad de impulsos imaginativos sean o no coherentes con la teoría, la ignorancia voluntaria de lo que verdaderamente está en juego y entra en juego (el poder, obviamente).

(6) En sentido estricto aunque sintético: la forma social que se impuso ampliamente a partir de la legitimización que supuso para ello sobretodo las revoluciones inglesa, francesa y americana y cuya ética se forjó a instancias de la búsqueda de una salida individual del corsé del feudalismo por parte de aquellos que no contando con la idiosincrasia y condiciones para convertirse en cortesanos, guerreros, clérigos, etc.... (algo que no negaré que el protestantismo incorporó en atención tal vez a su clientela potencial -como puso en evidencia Max Weber viendo buena parte de la realidad al margen de lo que convenía a sus correligionarios-), las tuvieron sin embargo para lanzarse a la aventura del enriquecimiento por la vía del oficio comercial. Así de simple, herr Von Hayek y cía... así de simple y no a cuento de genes imaginarios de la propiedad privada... así de simple a tono con la "ley de la causalidad", de la concatenación o del eslabonamiento sucesivo... pero también de la coherencia y el rigor.

(7) Dejo esto apuntado con la promesa de desarrollarlo en sucesivas entregas, pero se hace conveniente aquí señalar lo poco que duró el paradigma del Progreso asociado a la frugalidad y a la sensatez que propugnaba Adam Smith... en primer lugar: al no ser él uno de esos empresarios cuya conducta podía reprochar... Trataré conjuntamente con lo apuntado, los aspectos clave de lo que considero la otra cara de la "invención intelectual de la Economía", a saber, su carácter objetivamente artificial, "burbujas", mercados paralelos y corrupción en sentido amplio, incluidos. No obstante, en un intento de llevar la vista más allá de su habituación a los focos del firmamento dominante que se nos impone sutilmente (en tanto nacemos bajo su presencia) véase hasta qué punto la artificialidad (absolutamente incompatible con los criterios económicos aceptados por Adam Smith en su liberalismo) se ha adueñado del todo hasta del mercado laboral y de la maravillosa, prometedora y elogiada división del trabajo. Para ello, invito al honorable a que estudie con atención el último anuncio publicitario de la Comunidad de Madrid en televisión en donde propone una metamorfosis por vía formativa, por ejemplo, la que transformaría en "restaurador de paisajes" a los jardineros y en "estetas aplicados a la salud" a las peluqueras. Please: ¡sacad vosotros mismos todas las conclusiones posibles! Y descubrid por lo menos el capitalismo productivo de nuestros tiempos... donde habemos cada vez más ilusionistas.

(8) Hay ciertamente algunas voces que se autodenominan anarco-capitalistas, como la de Rothbard y algunas que reverberan con desigual convicción en los cenáculos del Instituto Juan de Mariana, como se pone en evidencia en algunos textos condescendientes con el caso somalí de ausencia de Estado, que se decantarían por hacer (¿cómo?, ¡qui lo sa!) nula toda intervención estatal en la economía y hasta en todos los terrenos, es decir, proceder (¿cómo?, ¡qui lo sa!) a su desaparición... Desde mi óptica, no seré yo quien apele a la existencia de supuestas leyes inmanentes o teleologías absolutas que los situarían en el autoengaño idílico. Me limitaré aquí tan sólo a resaltar que su propia concepción les hace imposible estar en situación de imponer una sociedad como la que los desvela; para imponerla se necesitaría conquistar el Estado, tomarlo bajo su control y por asalto lo que es imposible sin un partido o un movimiento capaz de hacerlo, armas y coacción de por medio, un partido que anticipa en sí mismo al Estado futuro que habría que instituir y su defensa... etc. Es evidente que, de vencer los pruritos existentes en el seno de la secta y de existir las condiciones de "vacío de poder" (por llamarlas mediante un eufemismo) favorables, acabarían preocupándose, como Lenin acerca de si "¿Se mantendrán los bolcheviques en el poder?", etc. Esta situación acaba atrapando tendencialmente a todos los liberales en la medida en que intentan ser fieles a los apriorismos asimilados (o iconos) y a las necesidades de la lucha, y se balancean en su difícil alambrada formal. Ya le sucedía a Smith y el hecho reverdece en Hayek, Mises, Bruni, etc. La necesidad de Estado y de Partido en una situación de marginación creciente los reduce a la impotencia y a los sueños y deslices jacobinos.

Esto es en el fondo lo que deja a los liberales en general fuera de juego. Y si somos estrictos... a toda la intelectualidad. El dominio posible hoy no deja otra opción y adopción que la de la burocracia, más o menos depurada de tanto en tanto, más o menos pintarrajeada, más o menos embozada tras la máscara de su predilección o de lo más a mano... La posesión del mando, directamente desde el trono o desde detrás del mismo... sólo puede producir burocratización por partida simple o doble, a cargo de sabios incapaces de gobernar o de indomables títeres de sabios obnubilados.

Otro ejemplo flagrante, sólo diferente en apariencia, nos lo sirve en bandeja un artículo sí y otro también del bueno e inocente Carlos Rodríguez Braun (no lo digo con ironía alguna), por ejemplo en su discurso de clausura, de los cursos de verano del Instituto Juan de Mariana donde propuso a los "amigos de la Libertad", una postura autocrítica que ha suscitado los elogios de rigor... por parte de amigos y seguidores... básicamente acríticos, pero que, realmente, fue poco más que una manifestación de agotamiento y desilusión que inclina inocentemente hacia el oportunismo disfrazado de habilidad a imitar por eficaz.

El mismo se centraba en los supuestos "cinco errores" que a su criterio comete el Liberalismo (su club de los "amigos de la Libertad", para más INRI), indudablemente arrastrado por la frustración que se debate entre la impotencia y la resignación acomodada; a saber: la falta de humildad, la inexperiencia propagandística (??!!), la falta de independencia respecto de políticos y empresarios (!!!!) , tal vez a la manera de Adam Smith, esto es, la intelectual monda y lironda, y por último: la falta de oportunismo para pasar a mejores posiciones y hacerse con la llave maestra del poder en una sociedad burocrático-representativa: la simpatía de las masas... no sólo mediante la inoperante educación sino... utilizando convenientemente las "mentiras piadosas"... la simplificación aunque sea a costa de los contenidos... (¿y, por ese camino, por qué no alguna vez... el halago o inclusive... las dádivas...?)

En todo caso, es evidente que la vacuidad de los discursos es un fenómeno que se ha generalizado, que ha contagiado a todos los que viven en y de la sociedad burocratizada. Es decir, de esta en la que más o menos todos los que habitamos a lo largo y ancho de la Tierra somos prisioneros de su firmamento, y cuyos paradigmas se han convertido en absolutamente dominantes situándonos en medio de un cómodo simulacro que cada vez más deriva en una completa payasada: "Basta de circo político", rezaban carteles distribuidos en Bélgica a cuento de uno de esos recientes espectáculos, como si quienes lo propusieran realmente fuesen capaces de montar o conseguir que se monte algo diferente.

(9) El totalitarismo, dicho sea de paso y mal que les pese al liberalismo teórico, no implica menos "capitalismo" en la acepción genérica al uso, sino muchas veces lo contrario, como nos hace ver, por ejemplo, el Finantial Times con sus análisis del fenómeno chino y asimismo del desarrollo en Rusia, y que vuelve a reconocerse aquí (donde se aprecia a la par el rol que cumple o intenta cumplir un Estado Totalitario en la reactivación del consumo y del capitalismo); un Estado del tipo valorado por ZP en su reciente visita a Rusia). Algo ya había escrito yo al respecto aquí
, y aquí, lo que hoy pienso que podría perfilar bastante más. Y un liberal como Revel lo reconocía significativamente a grandes rasgos en una entrevista: "Hoy lo que existe son diferencias sobre el modo de aplicar el capitalismo: con más o menos mercado, con más o menos impuestos o con una u otra forma de redistribución.".

8 comentarios:

Dean dijo...

ZP se ha equivocado demasiado.
Un saludo.

Carlos Suchowolski dijo...

Hola, Dean. Yo no estoy tan seguro, aunque todo depende del enfoque. Si mi tesis es aceptablemente certera, no son los obstáculos inmediatos los que determinarían "equivocaciones" sino más bien "imposibilidades". Las "jugadas" no son "perfectas" (lo que es realizable) pero van sorteando bastante bien -por ahora- los temporales que amenazan su marcha estratégica. En la galera del ilusionista quedan muchas cosas aún por extraer... Y con un poco de suerte... de buen viento no demasiado en contra y de repente a favor... a lo que podemos añadir "neutralización" de los enemigos internos y nacionales "como sea"... y "buenos -y compasivos- aliados" en el Exterior... Hum... no sé yo... no sé yo... No olvidemos que el Aparato y los 600 y pico asesores no parecen nada ineptos...
Un saludo.

RDC dijo...

Hola Carlos.

Me ha gustado como has enfocado el tema, así como algunos aspectos que has sacado a la luz -pues muchas cosas no se ven si no se sacan a la luz.

Sólo voy a comentar algo que me parece muy curioso de ZP: lleva dos años mintiendo como un bellaco sobre temas económicos ¡Y para protegerse se ampara tras la fatalidad de la situación! Pero no es esto lo más curioso, sino la pasividad de todo el mundo ante esta situación: veo la sociedad española como corderos haciendo fila esperando ir al matadero.

Sé, Carlos, que tu ves lo mismo y contra eso escribes. Somos dos, aunque a mi me importe un comino la sociedad española ¡Hay que ayudar a que todos estos superfluos y decadentes su pudran y les caigan la cabeza! Hay que echar más leña al fuego...

Saludos.

Carlos Suchowolski dijo...

Gracias, Robert; es toda una satisfacción que veas también esos aspectos que a tantos "se les escapan" (mi tesis: que la necesidad, allí donde esté, los hace ciegos, tuertos, tener tortícoles, sordera, etc., en algunos casos superables y en otros no en tanto las circunstancias los fuercen y... frusren). La pasividad "del mundo" tiene para mí dos aspectos: el mencionado entre paréntesis, por un lado, y en la instala certeza generalizada de que "poco y nada" se puede hacer. La jugada de ZP al respecto incide en esta línea de flotación de la expectativas: él prefiere jugar a que "toda" la "política posibilista" (la de los grandes partidos decisivos entre los que se puede dirimir la "gobernación") se "deteriore" con tal de mantenerse en el "primer puesto" de la "posibilidad" y así... ganar. ¿Qué?, pues lo único que se puede imaginar en el horizonte práctico que puede dar el poder: las elecciones. En breve: le da igual si ello provoca una abstención mayor o una dispersión favorable. Lo que hay es un "reparto" que le permitirá contar con "fuerzas parlamentarias amigas" (corrompidas, claro) y una "oposición dividida o desgastada".

En ese cuadro, ¿qué se le puede pedir a la gente en general? ¿Una revolución, un movimiento salvaje? Si algo parcial se produce en esa línea, el Aparato Ultraaceitado lo resolvería en un pis pas, y los "alzados" serían calificados de "antipatriotas" y hasta podrían ser "comprendidos" con "mirada paternalista". Y aún más: ser utilizados para justificar avances totalitarios. Las "jugadas" pueden ser variadas, y muy fáciles de adoptar cuando la única meta es la conservación del poder... y se cuenta con el marketing adecuado. Hoy, si no hay Aparato, nadie se mueve, y lo hay, el que lo tenga lo aprovecha. Otra cosa es que se alcnace el "límite del caos", y aún así... si no es un caos auténtico y de catastrófico. En una sociedad tan compleja y estructurada como la nuestra, la inevitabilidad del sistema "representativo" institucional lleva a una trampa sin salida (o al caos). Lo único viable para poder vivir entre las fisuras es el periódico vuelco y recambio que produce la inevitable lucha interburocrática (como sucedió en la URSS o en China, por citar extremos).

Esa es mi tesis, sin duda pesimista. Y sin duda inconduscente. Intentar siquiera la utópica pretensión de convencer y dirigir sólo lleva hoy a la actividad sectaria que ayuda a que todo siga igual salvo la propia falsa autoestima. Y,además, a reproducir los mecanismos burocráticos en escala reducida.

Lo que pasa es... que no podemos dejar de gritar y de echar leña al fuego o de dársela al mono. Ni aunque nos condene a las mazmorras. No olvides que... somos "intelectuales honestos".

Un abrazo y gracias por la gratificante respuesta. Ya me gustaría por cierto que los que reciben mi crítica me observaran los "errores" que cometo... Pero lo comprendo: si fuera políticamente un contendiente de temer, ya me llovería de todo. Siendo una mota de polvo que no pretende disputarles ni siquiera sus escasos discípulos, les será más lógico ignorarme. ¿Poner algo en duda, ver un enfoque que tal vez arroje algo más de luz...? Todo eso es demasiado peligroso para la conservación de puestos, amigos, relaciones, vínculos, esperanzas, etc., etc. Y quedarse solo de repente es demasiado duro.

Un abrazo de nuevo.

Jackie Silva dijo...

Hola estimado blogger
Estuve visitando tu Blog y está excelente, permíteme felicitarte.
Sería un gusto contar con tu blog en mi directorio web y estoy segura que para mis visitas será de mucho interés.
Si deseas no dudes en escribirme a jackiesilvajauregui@hotmail.com
Exitos con tu blog.
Un cordial saludo
Jackie

Carlos Suchowolski dijo...

Bienvenida antetodo, Jackeline. Gracias por los elogios y espero tus opiniones, observaciones y críticas cuando lo veas conveniente. Puedes por supuesto usar libremente mis direcciones.
Un saludo.
Carlos.

Vergónides de Coock dijo...

En general el mundo se pudre, me gusta contemplar esta putrefacción; y sin duda tu tesis es pesimista. Suerte.

Carlos Suchowolski dijo...

Hola Basurero;
Sí, pesimista pero "también" a mi "estilo" ("estilo" de "conciencia", diría siempre que no se piense que "la conciencia" tenga un "enorme" valor para mí... ni menos sea signo de superioridad o "perfección", ¡vade retro!), a saber: "Pesimismo" respecto del corto y medio plazo por llamarlos de algún modo, y "optimismo" -je... por llamarlo de algún modo- en cuanto a la proyección a plazo indefinido de la vida... que estoy convencido que se sostendrá bajo las formas que sean, nos pudiesen gustar o no si la pudieramos ver en un estanque mágico o élfico.
Un saludo y espero seguir no-defraudando... a unos pocos observadores apenados de tanta podredumbre (sin embargo tan productiva como caldo de cultivo, como toda podredumbre pasada).
Bon apetit et au revoir!