martes, 20 de marzo de 2007

"Yo apoyo a Zapatero" 3

Los que apoyan al gobierno sin tapujos y con bastante vocación heroica (repitiendo como loros los argumentos que al efecto les suministran, como pocas veces se ha visto, los miembros del gobierno en sus intervenciones y la prensa oral y escrita que lo apoya) mudaron un día de pensamiento, repentinamente, por obra y gracia del espíritu dogmático y de la disciplina política, y pasaron del antiterrorismo que llegó a dar de sí a los GAL a la aceptación y a la defensa de que la negociación entre el PSOE y la ETA promete la Paz interior o, en otros términos, el fin del terrorismo etarra. No hubo exposición de pruebas fidedignas (más bien todo lo contrario) ni de argumentos sólidos. El mito debe apoyarse en la fe y en la confianza en el líder, mecánica mesiánica que se trata de encubrir tras la necesidad de la seguridad y la aconsejable discreción que viene a cuento, algo que se llego a exigir a la oposición en nombre de la buena educación y la lealtad debida.

Lo mismo que les debió suceder a muchos socialistas cuando tuvieron que asumir, mal que les pesase, que había llegado la hora de dejar de ser racista para amar al inmigrante; reprimir el rechazo que nos inspiraba el hermano moro cuya estirpe había contribuido a conformar a España hasta el punto de rendirle pleistesía; tornarse, ista, ista, ista, por sobre todo feminista y meter el machismo ibérico en el armario incluso para compartir la fiesta con los homosexuales, aunque sin admitir que todos llevamos dentro la misma homosexualidad, en una u otra medida y por obra y gracia del código genético (algo que también les resulta inaceptable a muchos homosexuales.) Y tantas cosas más.


Pero nada de esto puede ser mero producto de la ingenuidad (producto de ignorar, básicamente a sabiendas, los objetivos políticos de ETA y su estrecha relación con los métodos que ha venido aplicando y aplica), ni sólo una hipocresía (ignorando, básicamente a sabiendas, que la violencia no se reduce al asesinato y a la colocación de bombas indiscriminadas, sino al terror callejero-gamberro y al mafioso, a la presión psicológica, a las acciones de una minoría encaminadas a amedrentar a la mayoría hasta conseguir controlarla y a dictar sobre ella por medio de un Estado propio, un estado de carácter dictatorial), ni siquiera resultado de la disciplina o del rechazo, respectivamente. Un cambio así, sólo puede tener, lo repito, causas materiales, aunque sean mezquinas, y grandes esperanzas.


No obstante, en sentido estricto, estoy convencido de que el fin de ETA no es el objetivo principal de Zapatero, y también en eso y por eso creo que se equivocan.


Por un lado, no pueden ser mentiras elementales las cosas que el gobierno sostiene una y otra vez ante la oposición parlamentaria (es decir, ante el PP); algo encierra de verdadero cuando dice que respetará la ley de partidos (al menos la que esté vigente en el momento adecuado, claro), que respetará la constitución (y sus resquicios, claro, y en tanto no la modifique legalmente -ya veremos cómo-), etc., etc. Lo cierto, es que no parece dispuesto a prescindir de las herramientas legales de que dispone para responder en caso de necesidad, es decir, en caso en que la negociación o "proceso" fracase por completo, después de... haber hecho todo lo posible.


No creo, pues, que ETA tenga en sus manos al gobierno (al menos no más que lo contrario) ni que éste esté dispuesto a permitir que una minoría (¡ninguna minoría, y la ETA no tiene por ser excluida!) imponga su dominio en un territorio cualquiera del Estado (geográfico o social), un dominio que pretenda situarse por encima del que ostenta y pretende mantener el gobierno y el PSOE (camarilla de incondicionales de ZP incluida.) E igualmente entiendo, desde mi punto de vista, que es ingenuo suponer que la Paz Interior llegue de la mano del "proceso", esto es, como resultado de las negociaciones Gobierno y ETA, Gobierno y PNV, PNV y ETA, etc. Esto es otro lado de la historia, pero ya que lo he mencionado, diré, entre paréntesis, que creo que ZP no se contentará con utilizar a Batasuna o como se llame y pueda llamarse en breve, sin la ETA sino tal y como ya están las cosas, o sea, con ella, en la clandestinidad, en las calles, en las acciones de extorsión, en la ilegalidad. En fin, que no creo que haga ascos a usarla con la misma vocación bonapartista con que ya lo hacía el PNV, es decir, no sólo para un conseguir mantenerse en el poder ante la posible insuficiencia de votos directos, sino para fundamentar una futura imprescindibilidad. Incluso y sin el menor reparo, volviéndose a transformar en su más decidido (por oposición a tímido) y desvergonzado represor. Por ejemplo (¡atenti!), desempolvando el GAL o simplemente mediante la policía. ¿Por qué no?


En eso también creo que se equivoca la oposición, que va siendo empujada cada vez más contra unas y otras cuerdas en aras del objetivo capital de ZP.


Se equivocan como cuando afirman que Zapatero erra en el método que usa para combatir la violencia terrorista. Con esto, el PP y los comentaristas de la oposición, desde los de la Cope hasta los de Onda Cero, desde El Mundo hasta La Razón, acaban confiriendo algo más de credibilidad a la imagen dicotómica que el gobierno presenta con hipocresía maquiavélica: Diálogo vs Violencia Estatal, Paz vs Guerra, Negociación vs Represión, Izquierda vs Derecha, Civilización vs Barbarie... y lo que haga falta. Al vaticinar que "no lo conseguirá" de esa manera, desvían la atención, como el gobierno pretende, hacia el método que el gobierno estaría utilizando, cuando lo que hace es otra cosa; la desvían de la realidad y se acercan al momento en que podrían ser empujados al vacío. Ellos, sí, empujados en lugar de ser quienes empujarían a ZP a avanzar, como aconsejaba Lenin que sabía mucho de tácticas, con una mano en el hombro. Insisto, así sólo les podrá esperar una nueva sorpresa de las muchas que Zapatero debe guardar en la carpeta de sus planes, quizá el plan B quizás el C...


Es cierto, claro está, lo que denuncian el PP y demás corrientes opositoras, al señalar que la tregua no es auténtica e incluso que ETA trabaja para la reserva, almacenando el terror que utilizará en el futuro y fortaleciéndose por el camino. Es cierto que Zapatero hace la vista gorda y que su táctica implica concesiones (por lo que se han visto obligados a movilizarse en el límite de la inoperancia verbal.) Incluso ha llegado a señalar con una preocupación creciente que esos métodos se han extendido a las prácticas de ciertos partidos gobernantes, ayudados por sus propios gobiernos, como ERC en Cataluña, como las juventudes catalanistas de PSC y de CIU, como el PNV en su pugna contra el poder judicial, y como la propia juventud y militancia socialista y sindical del PSOE y de UGT (¡siendo todo esto, nuevamente, un argumento revertido hipócritamente en contra del PP a cuento de la manifestación indudablemente defensiva realizada en Navarra, donde el gobierno local es de hecho aunque no de derecho el opositor -al gobierno central que es quien negocia y pacta apoyado en su delegación local-, la parte débil que se enfrenta con poco más que la legalidad a la coalición oficial y oficialista que trabaja para acorralarlo y mandarlo a la oposición, a un precio que a la mayoría del país le cuesta mucho digerir y para un objetivo evidentemente mezquino!) ¡Cierto, hay que decirlo, pero no lo es todo ni considero que sea la cuestión principal!


Sí, simple y llanamente, creo que la negociación con ETA no se inscribe en la búsqueda errónea ni correcta, utópica ni esperanzadora, de La Paz, sino que es una de las diversas tácticas de Zapatero para conseguir gobernar por los siglos del siglos (al menos en proyecto, al menos en el plano imaginario), algo que pasa necesariamente por la pérdida de peso parlamentario del PP y esto con el menor coste posible (a través, por ejemplo, de la transformación del PP en una minoría menos amenazante, de su división en dos -una de las mismas tal vez una "derecha laica"-, etc.); empezando por lograr que no vuelva a gobernar en la próxima legislatura mediante el contratriunfo de una coalición parlamentaria anti-PP. Por ello, el objetivo actual de ZP es reunir el mayor consenso posible en el terreno donde se encuentran los factores decisivos para mantenerse hoy por hoy en el poder, el de las instituciones parlamentarias.


En esta línea, La Paz (interior aquí), al igual que el desempolvado "No a la guerra..." y en conjunción con él, ha jugado y sigue juegando un rol capital en la estrategia del gobierno. Por una parte, porque esa doble Paz fue y es la argamasa por excelencia para mantener y aumentar la fuerza burocrática de apoyo situada y situable en el platillo izquierdo (socialista y regionalista) de la balanza parlamentaria, para unir en torno a una masa de incondicionales y proverles de una digna bandera ideológica y por fin para neutralizar a quienes nunca podrá ganar para la causa (y menos con una política tan maquiavélica y por ende tan difícil de digerir por quienes no pueden evitar responder sino a su moral y/o a su inteligencia.)


Por otra parte, está el echo evidente de que la propia ETA no querrá permanecer para siempre en las barricadas (diga lo que diga, claro, incluso de cara a la galería). Lo cierto es que sus tácticas siempre han estado subordinadas a objetivos de poder, o sea, que siempre ha aspirado a fundar un día su propio Estado de Israel, con sus propios gobierno y ejército controlados aunque sea parcialmente por ella, y con una policía, unos fiscales, un sistema completo de gobierno, en fin, un anillito de poder más o menos regional (¿o no es el Estado por definición el absoluto monopolio del terror, a la vez que su conquista representa el triunfo por antonomasia de todo grupo político moderno?)


Si alguna vez, ETA tomó conciencia de que eso no llegaría nunca mediante el ejercicio en exclusiva de la agitación y la propaganda, si un día descubrió para conseguir la toma del poder hacían falta la acción militar, la guerra de guerrillas urbana, el terror y todas las tácticas que la Historia de aquellos años mostraron exitosas... como en Cuba o en Vietnam... parece obvio que ahora haya comenzado a tener al menos dudas y que piense que quizá la carrera de las armas y los asesinatos no tenga, en el mejor de los casos, un buen fin. Ya se habrá mirado en el espejo de las Brigadas Rojas o, aún mejor, en el del IRA, sean o no estos espejos fieles o distorsionados. Y habrá tomado nota, aunque sea subliminarmente, de lo que sucedió y sucede en Rusia, China, Europa Central, Alemania... Y en Colombia, Perú, Argentina, etc. Y en Palestina... Sitios donde por ahora van ganando los ZPs tercermundistas y no los guerrilleros. Pero no es sencillo para un grupo de esas características transitar sin serios traumas hacia aquello que rechazó un día. Ni creo que esté dispuesta aún y quizá no lo esté nunca (hasta que desaparezca) a convertirse en un mero grupo de presión dentro del sistema y menos en una tendencia más de un partido único ajeno a su idiosincrasia manifiesta. En ese sentido, creo que su Estado de Israel imaginario seguirá en su cabeza durante bastante tiempo. Aunque tampoco hay que descartar nada. Ni siquiera una noche de cuchillos largos y de purgas.


Aunque estas notas no pretenden resolver adivinanzas ni hacer anticipaciones sino sólo hacer evidentes las tendencias. Y las conductas que se expresan en el escenario.


Entre ellas, las de muchos para quienes resulta sorprendente que el apoyo a Zapatero aguante el embate de los hechos. ¿Cómo es posible aceptar argumentos tan hipócritas y hasta ridículos, tan contradictorios y contradichos, de gobierno y prensa adicta frente la contundencia de la kale borroka, la extorsión, la "expropiación" de las pistolas y la existencia de zulos ("en proyecto"), la voladura del parking de la T4, el chantaje creciente, el constante contenido amenazante de declaraciones y comunicados de ETA (con algo de cal y mucha arena -desde el punto de vista constitucional y el orden vigente, me refiero- y que ciertos fiscales convierten mágicamente en opiniones), el papel más que condescendiente de esos fiscales a instancias del gobierno y el de él mismo (de las que ZP suele quedar en segundo plano, casi en el silencio o en la ambigüedad, sin duda preservándose para una sorpresa), etc., etc., etc. cuyos detalles todos se pueden repasar en las hemerotecas)?


La etiqueta "de izquierda", con sus símbolos y sus iconos, con sus reivindicaciones históricas aunque confusas, fueron indispensables y útiles, pero todo ello no habría sido posible si no se hubiese logrado convencer a los satélites potenciales que su lugar no podía ser otro que el de sumarse o desaparecer (el caso venezolano, insisto, es instructivo, ejemplar y clarividente, y en todo parece ir un paso adelante.) Y por lo visto tomaron conciencia, es decir, aceptaron la dificultad que tienen en los tiempos que corren para participar de otra forma del poder en el marco de las actuales democracias formales bipartidistas cuando no monopartidistas (las acciones en bloque en defensa del gobierno no hacen sino multiplicarse hasta grados increíbles, por ejemplo, con la retirada de una pregunta al presidente para evitar que desde la acera de enfrente se le formule otra!)


Esto es lo que le ha permitido, le permite y le permitirá a ZP agruparlos a todos. Se trata, a todas luces, de un auténtico anillo de poder.


¿Por qué, pues, no pretender incluso la integración de una Batasuna rebautizada y reconvertida (quizá hasta el punto en que se reconvirtió el IRA, por qué no.) ¡Sí, por qué no! Insisto, nada es imposible, pero sobretodo, es obvio que ello cabe perfectamente en el plan estratégico de Zapatero.


El anillo de poder podría ser tan poderoso que sería capaz de reducir, con tiempo, con paciencia, con buen talante y buen rollito, a todos los grupos al grado de tendencias internas de un gran movimiento... quizá de un Gran Partido... vaya uno a saber; sí, vaya uno a ver lo que entonces se podría llegar a conseguir. Un anillo, insisto, como el que brilla en el anular de Hugo Chávez a quien al parecer ya se le presentaron las circunstancias favorables para exigir a sus aliados en el gobierno que se disolvieran dentro de su partido único o se fueran del gobierno, es decir, se retiraran definitivamente del reparto del botín.


En todo caso, ZP y con él todos o casi todos sus colaboradores se lo tienen que creer.


ZP, como buen ejemplar de burócrata político, no tiene socios ni aliados permanentes, y menos al PP que es su obstáculo, pero yo creo que incluso estaría dispuesto (¡como se lo pide y se lo exige cada dos por tres!) a admitir al mismísimo PP (o a una parte del mismo) entre sus protectores y comparsas... Claro que para ello debería comportarse como los demás, es decir, renunciar por entero a su identidad, contribuyendo lo más rápidamente posible a la constitución de ese partido único íntimamente deseado. ¿No sería ese un contenido realmente prodigioso de eso que podría bautizarse de algún modo, quizá de "derecha laica"? Está muy claro: ZP comprendió, para bien de su partido, que no se podía seguir la senda que encandilaba a algunos viejos socialistas (Rosa Diez, Nicolás Redondo...) por los motivos que sea: la pertenencia al campo de los demócratas. Para él, el único campo válido es el suyo propio. Ahora, de lo que se trata es de una alianza en torno al anillo del poder que él posee, una alianza para alcanzar el poder absoluto mediante la liquidación del contrincante. Para eso se distorsiona su imagen, se la pinta del verdadero enemigo de esa misma democracia, de bárbaro, de monstruo, todo con el fin de expulsarlo de la arena... avasallando por el camino toda la democracia que lo obstaculice.


Se acabarían entonces todas las guerras, todas las polémicas. En los parlamentos sólo se harían preguntas sobre la sanidad o el calentamiento global. Todo pecado sería redimido (incluyendo tanto el terrorismo etarra como el del GAL.) El mundo sería feliz, España sería un ejemplo histórico a seguir, Zapatero sería investido... Bueno... yo qué sé cuántas bellas cosas pasarían. Los incendios serían fuegos artificiales, el talante una norma de etiqueta, la ciudadanía una asignatura...


¡Oh, sería maravilloso si también lo comprendiese Batasuna-ETA, el pueblo entero, Europa, el mundo!


Con todas las letras, según mi punto de vista, se trata de un plan antidemocrático, se mire por donde se mire. Un plan de fronda y en última instancia blanquista, que como tal se comienza a manifestar (léase esto con doble sentido) desde el 13M, desde el ya famoso, histórico, "¡Pásalo!". Un plan profundamente maquiavélico, hipócrita, incoherente voluntario, desconcertante, tramposo, corrupto, manipulador y hasta ofensivo para con la inteligencia... es decir, con lo más rechazable de la conducta humana.


La oposición no debería hacerle el juego... si fuera capaz de evitarlo. Por eso mi guerra contra esa mascarada: por peligrosa, por repugnante y porque es consentida.


Porque (un paréntisis más) debo reconocer también que el mensaje de la derecha democrática es culpable de lo que hacen las minorías burocráticas para mantener o mejorar su cuota de poder (CIU, ERC, PNV o IU, da lo mismo.) Porque bajo el criterio de su concepción bipartidista, aparentemente democrática, que se ha impuesto de hecho y de derecho, de que las minorías deben someterse a las mayorías (aparente, porque esencialmente afecta a los representantes y no a los representados, que soportan la dictadura del colectivo burocrático en su conjunto), esas minorías (burocráticas) deben aceptar la dictadura del consenso establecido entre los grandes partidos (algo que alcanza cada vez extremos mayores como se observa en Alemania en estos días e incluso se verá a las claras, mal que les pese a muchos ilusos, en EEUU) y de ese modo contentarse con ser un mero grupo de presión. Total, a ellos, a los grandes partidos que tienen asegurada la gobernabilidad alterna mediante la democracia formal instituida, las reglas constitucionales vigentes, etc., qué más les da... Para ellos, el ambiente ideal sería el que suele reinar en los clubs de VIPs y en especial en los ingleses. Y esto no convence por lo visto a las burocracias menores, que no saben qué hacer y aquí y ahora han optado por el mal menor y promesas de reparto equitativo. Reparto que a la larga no beneficiará y suele perjudicar siempre a la población en general (aunque también esto es otra cosa.)


Zapatero, sin duda alguna, como cabeza de uno de esos dos partidos alternos, debería pensar igualmente de esa forma, educada, civilizada, generosa... Y sin embargo no es así. No, porque al menos por ahora, ZP ha descubierto un plan mejor.


Es obvio que esta renuncia a la civilidad arroja aún más luz sobre el objetivo auténtico del Plan Z: la alianza entre las burocracias postergadas bajo el manto de una de las principales y contra la competidora principal de ésta, una alianza exhibe de movimiento casi más que de frente. De ahí que, más allá de las afinidades ideológicas (¿la tienen PNV y CIU con IU y los verdes?) , todos esos grupos aceptan hoy el papel de extras de la película, debiendo contentarse con una parte del botín, aunque sin duda con cierta suspicacia; la propia de los socios minoritarios. Como hizo y hace ERC, que ganó, por el momento, un buen trozo de tarta alimenticia y otro de legitimidad para el ejercicio de la violencia, legal y legitimada (¿o no es violencia imponer el catalán a todo el mundo ya veremos hasta dónde?) O... integrándose, como han hecho unos cuantos que todos conocemos, a los partidos dominantes. Cabeza de ratón o cola de león, he ahí la cuestión.


Entretanto, el PP, que había aceptado las reglas de juego del bipartidismo, es decir, la famosa alternancia, no puede sino oponerse radicalmente a ello (¡el sistema implantado con la Transición no le permitiría hacer el mismo juego!): le va en ello la vida, es decir, sus aspiraciones a suceder a ZP y lo antes posible, digamos, antes de que sea demasiado tarde a causa de los futuros y posibles triunfos de las diversas coaliciones social-nacionalista que van enseñando las uñas y los dientes.


Por lo demás, volviendo a caer en elucubraciones fantásticas (y quizá en deseos escondidos propios de mi condición y de mis gustos), no creo que Zapatero llegue a tiempo de construir el mundo de sus sueños (un mundo Alicia, sin ninguna duda, pero no solamente y no tan inocente.) Creo que habrá antes muchos zigzagueos, que habrá tropezones, que perderá aceite y que se detendrá. Atentan adicionalmente contra el genial objetivo las propias luchas internas de la burocracia socialista, el golpe de estado interno que otras tendencias existentes en el PSOE y asimismo en el resto de la coalición se vienen preparando para dar desde el mismo día en que él, Z, y su camarilla, ganaron la presidencia del partido. Ellos son los primeros en esperar el tropezón y en empujar. Y con las mismas armas. Tal vez, incluso, cada vez haya menos vociferantes que "apoyen a Zapatero", sea por lo que sea. A veces un desliz...


La alternativa, si Europa, USA y los perjudicados potenciales lo permiten, si la economía aguanta, si los nuevos ricos no cambian de chaqueta (eso está cantado), si el proletariado aguanta, si los intelectuales dejan de recibir ayudas... podría resultar algo más propio de la ciencia ficción que de la lógica. El problema es que del submarino de Julio Verne al atómico no hubo sino un trabajo concienzudo. Un simple viaje en el tiempo llevó de la Tierra a la Luna. ¿Por qué alguna suerte de "1984" no vaya a repetirse de tanto enseñar los dientes?


Por eso, habría que estar alertas. Quizá incluso combatir aunque más no sea con huevos. Quizá simplemente dar el voto útil aunque al mismo tiempo claudiquemos... O dejar que el país siga su curso tragicómico... mientras buscamos una isla algo más seria.


El hecho de que yo me lo esté pensando, supongo que es un índice más de que la cosa es grave.


Sólo siento que no servirá de mucho que algún día haya un cartero que recuerde haber salvado una vida (o un libro) mientras tratan de olvidar que condenaron a tantas otras cuando trabajaban en la policía secreta del régimen, inclusive la suya, como en "La vida de los otros".

No hay comentarios: